Fue muy emotivo y conmovedor verlos abrazados. El mismo Fabián no dejaba de mirarlos. Me alegra que dentro de todo, haya podido calmar su desconsolado llanto.

Realmente me equivoqué con ellas. A pesar de todo, no les guardo rencor y menos ahora luego de la conversación que escuché entre ellas. Tal vez debería darles una oportunidad de conocerlas mejor y tratar de llevarnos bien. Después de todo, ahora somos una familia y lo correcto es que estemos unidos y en paz.

[...]

Nuestro hijo nos sorprendió con su llegada siete días antes de cumplir las cuarenta semanas. Ryan ha sido un portador de luz y alegría a todos nosotros. Su llegada nos ha unido más de lo que pensé que algún día ocurriría.

El nombre lo elegimos entre los tres, teniendo en consideración también las sugerencias de Amanda. Aunque Valery intenta hacerse la indiferente con su hermano, se pasa visitándonos frecuentemente y no le quita la mirada de encima. Sus heridas han sanado en su totalidad, aunque aún le quedan las cicatrices.

Amanda es una buena mujer. Ella, a diferencia de Valery, sabe expresar y demostrar sus sentimientos. Es locura con Ryan. Le encanta cargarlo en sus brazos y leerle cuentos, algo que atrae la atención de Valery y en mis adentros me conmueve ver la mirada que les dedica cuando están los tres juntos.

Me tranquiliza el hecho de que Amanda ha podido superar lo que sucedió con su mamá y no hay rencor en su corazón hacia mí, por estar con su papá y su hermano.

En realidad, estoy consciente de que yo no le robé el lugar a su madre, por lo que no debo sentirme culpable por nada, pero sé lo mucho que significaba y significa para ella esa mujer. En el fondo, me identifico mucho con ella, pues más que nadie entiendo su sufrimiento.

Yo tampoco puedo olvidar a mi mamá y lo sucedido. Aunque siempre estará conmigo en mi memoria, desafortunadamente, no puedo cambiar lo que sucedió, por lo que no tiene caso continuar aferrada al pasado, solo debo seguir viviendo, esforzarme en darle lo mejor de mí a mi hijo, en ser un buen ejemplo para él y evitar cometer los mismos errores.

La casa se ve tan iluminada y llena de vida. Jamás imaginé que podría tener una vida tan tranquila y feliz, al lado de dos hombres tan maravillosos. Me gusta verlos juntos, lo mucho que se desviven y sobreprotegen a Ryan e incluso a mí. Ellos dos me tratan bien, me consienten, son demasiado atentos, cariñosos, me desean y me aman con locura. No puedo pedirle más de lo que tengo a la vida.

Por mucho tiempo no me creí merecedora de una vida pacífica y feliz, de tener una familia o de conocer el amor, pero hoy lo tengo todo y de nada carezco. 

Ojalá esta felicidad nos dure para siempre…

AVISO:

EL EPÍLOGO LO ESTARÉ SUBIENDO CUANDO TERMINE LA NOVELA DE «OBSESIÓN ENFERMIZA» PARA CONCLUIR CON TODA LA SERIE DE PRELUDIO.

GRACIAS POR LEER Y ACOMPAÑARME EN ESTA ENORME TRAVESÍA. ¡LOS AMO MUCHO!