Nuestro primer plan fue ejecutado con eficiencia. Ha creado disturbios en su relación y desconfianza. He conocido una nueva faceta de Fabián, una que lo hace ver mucho más atractivo ante mis ojos, y es cuando está celoso. 

Frente a mí actúan como si todo estuviera bien, pero a puerta cerrada, he oído sus discusiones, la manera en que le reclama a mi madre por los ramos de flores sin remitente, con mensajes bastante comprometedores que ponen en duda su fidelidad hacia Fabián. Ella cometió un error, y fue dejar las llaves de su auto accesibles para mí, pues guardé varias notas donde su supuesto amante le propone volverse a encontrar. 

Aún no me han dicho nada sobre la cancelación de la boda, pero juzgando por la situación actual, dudo mucho que su relación vuelva a ser la misma de antes. 

Estamos matando dos pájaros de un tiro; ayudo a mi padre a dejarle el camino libre, y al mismo tiempo, me libero de dos estorbos. No hay manera de que nadie sospeche de mí. Mi padre no abrirá la boca, porque sabe que si lo hace, estaría perdiendo la única oportunidad de recuperar a mi madre. 

Tengo el horario clave en que mi madre no está en casa y Fabián llega de la universidad. En momentos de vulnerabilidad, lo ideal es tomar en cuenta los puntos más claves que puedan favorecerme. 

A sabiendas de que tengo la casa sola, no tiene razón, motivo o circunstancia como para dudar de mí. Por esta razón, decidí fisgonear en la nevera en busca de algo para comer, pero en ropas menores que pueden provocar hasta al más santo, fingiendo estar desprevenida. 

Después de todo, ¿quién podría resistirse a la carne fresca, después de alimentarse de tanta carne vieja? 

Oí la puerta de la entrada y me incliné solo un poco para que pudiera apreciar lo que por imbécil se ha estado perdiendo. Conocía que su primera movida al llegar, era llevar la lonchera que suele llevarse con almuerzo a la universidad, por eso ideé este plan. 

Hubiera dado lo que fuera por apreciar su primera reacción, pero estando de espaldas, iba a ser imposible, pues mi campo de visión era limitado. 

—Luna, ¡¿qué estás haciendo vestida así?! 

Me reincorporé fingiendo estar apenada y tapándome tímida e inútilmente mis partes. Se veía alterado, su rostro pasó de su habitual palidez a rojizo por la impresión. Miró varias veces hacia la pared, pero sus ojos lo traicionaban.

—¿Q-qué haces aquí, papá? ¿P-por qué llegaste tan temprano? —mi voz salió temblorosa. 

Sabía que no le agradaba que le llamara así, pero se me escapó de la boca. Aunque no pareció prestarle atención a ello. Su atención estaba sobre mi cuerpo. A pesar de su seriedad, es la primera vez que me observa con tanta intensidad y sin siquiera pestañear. 

—¡Ve a tu habitación inmediatamente y vístete! Una chica como tú no debe andar deliberadamente por ahí vestida de esa manera. 

—Acabo de ducharme. Solo vine por algo de comer. No sabía que estabas por llegar. 

—No importa la razón, simplemente sube inmediatamente a tu habitación. 

—Lo siento tanto—bajé la cabeza y mis ojos se desviaron por instinto a su pantalón, donde se reflejaba un bulto de lo que aparentaba ser una inminente y gran erección. 

Me costaba creerlo. Había logrado el efecto que quería, aunque me atrevo a decir que fue más de lo esperado. 

Se hace el difícil, pero se ha puesto así por mí… Por fin un rayo de esperanza dentro de tanta oscuridad…