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Jongin permaneció unos instantes allí parado, observando cómo el auto de Kyungsoo se alejaba por la calle antes de girar a la derecha. Solo reaccionó cuando escuchó pasos de tacones; Soojung había salido de su auto y se dirigía hacia él. Llevaba un vestido floreado y un elegante peinado.

—¿Qué haces aquí afuera? Pudiste esperarme dentro, ¿y tus padres?

Soojung se cruzó de brazos, no parecía estar contenta.

—¿No me saludarás?

Cabeceó en asentimiento, dio un paso hacia ella y le dio un abrazo, impregnándose de su aromático perfume. Soojung le rodeó el cuello con los brazos y tiró de él hacia abajo para besarlo.

—Respondiendo a tu pregunta, mis padres ya están adentro —dijo, luego le tomó la mano para caminar hacia la puerta. Antes de abrirla, ella lo detuvo. Tenía el entrecejo fruncido—. Yo te esperé afuera porque quería comprobar algo.

Se sintió momentáneamente confundido y de repente se puso ansioso. Pero ella siguió hablando.

—Dormiste en casa de Yuqi, por eso su hermano te trajo —expresó con tono acusador. De alguna forma Jongin se sintió aliviado y soltó la carga que tenía sobre los hombros—. Incluso estás usando la misma ropa que anoche.

—Me quedé en su casa porque ya era demasiado tarde para volver, no es nada.

La chica resopló por enfado, pero no siguió reclamando, así que Jongin la llevó hasta el interior de la casa. Sus padres y sus suegros se encontraban sentados en la sala, compartiendo una conversación que parecía demasiado formal mientras bebían de tazas humeantes. Cuando entraron, los cuatro pares de ojos se posaron sobre ellos.

—Qué bien que ya están aquí, los estábamos esperando para comer —exclamó su madre con alegría. Llamó al ama de llaves para que les preparara la mesa y les pidió a sus invitados que pasaran al comedor.

Diversos platillos fueron dispuestos a lo largo de la mesa, las seis personas se sentaron alrededor y comenzaron a comer. Jongin se sirvió solo un poco, ya que el helado había disminuido su apetito.

—Es tan agradable estar así —comentó de pronto la señora Jung, madre de Soojung—. Siempre soñé con tener una familia grande.

—Son bienvenidos siempre que lo deseen —dijo su padre con cordialidad.

El señor Jung sonrió con júbilo.

—Tengamos una cena en nuestro hogar —sugirió animado—. Ya los hemos molestado lo suficiente.

—Claro que no es una molestia —respondió su madre mientras cortaba un poco de carne—. Pero estaremos encantados de aceptar su invitación.

Las visitas de la familia Jung eran frecuentes. Por lo general Jongin solía ser callado, pero en ese momento lo estaba siendo más que de costumbre. Se dispuso a comer en silencio y observó de reojo los modales refinados de Soojung. La chica comía pequeños bocados y masticaba con lentitud, luego que limpiaba los labios gentilmente con una servilleta. No sabía por qué, pero le incomodaba un poco.

Cuando se conocieron, le pareció que Soojung era una chica muy linda. Era hermosa, de una buena familia y además era agradable. Dado que tenían algunas cosas en común —como el hecho de que a ambos les gustaba bailar—, no les fue difícil volverse amigos. Pero después de comenzar a salir, a medida que pasaba el tiempo, la encontraba más fastidiosa.

No era culpa de Soojung, desde luego. Ella seguía siendo tan agradable como al principio. El problema era él mismo.

—Jongin —la señora Jung lo llamó, así que le prestó atención—. ¿Qué tal el trabajo con tu padre?

—Todo va bien —respondió con simpleza, luego añadió: —Me gusta y estoy aprendiendo mucho de él.

—Eso es bueno —opinó la mujer—. Debes aprender de tu padre, tanto en el trabajo como en lo familiar. Un día serás un gran padre de familia al igual que él.

De repente se sintió incómodo, no dijo nada y bebió de su vaso para disimular la inquietud, aunque también para deshacer la extraña sensación en su garganta. Pensó que cambiarían de tema, pero entonces el señor Jung se le unió a su esposa.

—Así es, pronto formarán una familia. Sería estupendo que seas tan buen esposo como tu padre.

—Con una mujer maravillosa como Soojung, estoy segura de que así será —dijo su madre.

Jongin se limitó a sonreír incómodamente y a terminar su comida.

💫🪐✨💿

Durante esa semana había estado tan ocupado que no tuvo tiempo para ir a la casa de Kyungsoo. Fue hasta el sábado por la tarde que por fin tuvo tiempo libre y pensó en visitarlo, pero cuando se estaba vistiendo, el ama de llaves llamó a su habitación y le solicitó que bajara, ya que tenía una llamada desde la casa de los Do.

Cuando escuchó eso, terminó de vestirse rápidamente y bajó emocionado. Sin embargo, al colocarse el teléfono contra la oreja, no escuchó la voz de Kyungsoo, sino la de Yuqi, quien lo invitó a bailar a la discoteca esa noche. Jongin ni siquiera tuvo que pensarlo cuando la chica mencionó que Kyungsoo la acompañaría de nuevo.

Tan pronto como colgó el teléfono, corrió de vuelta a su habitación para cambiarse de ropa. Antes de salir, recibió otra llamada, esta vez de Chanyeol, uno de sus mejores amigos. Chanyeol le avisó que también asistiría y le pidió el favor de pasar por él, ya que aparentemente su auto estaba averiado.

Estaba por cruzar la puerta cuando su madre lo llamó.

—Jongin, llamó Soojung —avisó—. Quería venir, pero le dije que saldrías esta noche y que pasarás por ella.

La mano que tenía sobre el picaporte se puso tensa, se mordió el labio, evitando mostrar su descontento y asintió. Cuando subió a su auto dejó escapar un largo y profundo suspiro de decepción, estuvo unos minutos allí sentado, pensando en que sus planes para la noche estaban arruinados. Sin poder hacer nada, arrancó el auto y se dirigió a la casa de Chanyeol.

Chanyeol ya estaba saliendo cuando se terminó de estacionar, probablemente porque escuchó su auto llegar. Lo miró desde la puerta de su casa, sacudiendo las manos de buena gana, tenía una gran sonrisa y sus dientes brillaban a pesar de que ya comenzaba a oscurecer. Jongin se percató de que esa noche Chanyeol le había puesto más empeño del usual a su aspecto.

—Esta noche vas a conquistar —le dijo una vez que entró a su auto y se sentó a su lado, medio en broma, medio en serio. Chanyeol no dejó se sonreír, pero su sonrisa se tornó en una un poco boba.

Parecía avergonzado.

Jongin condujo en dirección a la vivienda de los Jung. Después de unos minutos de silencio, Chanyeol carraspeó, luciendo muy nervioso. Él le dio una mirada llena de curiosidad.

—¿Pasa algo?

—Tengo una duda.

—Anda, puedes preguntar.

—¿Tú crees que... tú crees que Kyungsoo sea gay?

Jongin tosió por la pregunta tan repentina y estuvo a punto de perder el control del vehículo, pero recuperó la compostura rápidamente. Se sintió ansioso, pensando que probablemente Chanyeol los había descubierto, o que por lo menos sospechaba algo de lo que había entre ellos.

—¿Por qué lo preguntas? —Intentó parecer calmado.

—Es que... creo que estoy un poquito enamorado de él.

Jongin sintió como si alguien le hubiese derramado un balde de agua helada encima, apretó los dedos al rededor del volante y su mandíbula se tensó casi dolorosamente. Por un momento pensó que habría sido mejor que dijera que los había descubierto.

Chanyeol parecía preocupado por su reacción.

—¿Estás decepcionado de mí?

Él se apresuró a sacudir la cabeza, tratando de superar la sorpresa de la revelación.

—No, no lo estoy.

—Qué alivio. No me gustaría que dejaras de ser mi amigo porque probablemente soy gay.

Jongin no dijo nada más, porque no sabía qué responder. Para su suerte, pronto llegaron a casa de Soojung. Estaba demasiado tenso como para salir, así qu hizo sonar el claxon y un par de minutos después Soojung salió. Chanyeol se cambió de asiento hacia atrás para dejarle el asiento delantero libre a la chica, la saludó con entusiasmo e inició una conversación con ella. Soojung y Chanyeol eran muy amigos, así que Jongin dejó que hablaran entre ellos mientras él se sumergía en sus pensamientos.

EXODUS estaba tan lleno como siempre cuando llegaron. Por fortuna no era necesario que esperaran en la larga fila, así que caminaron directo hacia la entrada y fueron recibidos con amabilidad. Jongin seguía distraído por sus pensamientos, sin prestar mucha atención al entorno. Se sentía un poco perdido bajo todas esas luces coloridas, la música fuerte y los olores penetrantes. Mientras avanzaban, comenzó a buscar a Kyunsoo con la mirada. Lo vio sentado en el mismo sitio que la semana anterior.

Pero Chanyeol lo vio al mismo tiempo.

—Lo invitaré a balar —le dijo Chanyeol con determinación, antes de comenzar a abrirse camino hacia él. Jongin lo vio con impotencia y frustración.

Yuqi gritó su nombre y lo saludó desde lejos. Estaba a punto de caminar hacia ella, pero Soojung comenzó a arrastrarlo a la pista.

—Cariño, quiero bailar. Vamos.

Sin poder hacer mucho, se dejó llevar. Quiso calmarse, diciéndose que Kyungsoo seguramente rechazaría la propuesta de Chanyeol. De repente se sintió aliviado. Mientras comenzaba a bailar con Soojung, vio a Chanyeol parado junto a Kyungsoo. Estaban conversando. Jongin esperó pacientemente a que Chanyeol se despidiera y se diera la vuelta para marcharse, pero eso no pasó.

En cambio, vio que Kyungsoo tomaba el resto de su bebida antes de levantarse y caminar a lado de Chanyeol hacia la pista.

De repente no pudo bailar más. Sintió las piernas y los brazos pesados como plomo, además de un gusto amargo en la boca. El estómago se le revolvió incómodamente y miró hacia otro lado.

—Tengo que ir al baño —le dijo a Soojung antes de marcharse de ahí, como si estuviera escapando.

Caminó a pasos rápidos, empujando a la gente hacia un lado. Se apresuró a entrar a los baños para hombres y se plantó frente a los lavabos. Vio su cara de disgusto en el reflejo del espejo y abrió la llave del agua para mojarse la cara. Su respiración era agitada, las manos le dolían, tensas, y sentía una presión en el pecho. A decir verdad, en ese tipo de lugares no era tan poco común ver a parejas del mismo sexo, así que no era tan extraño que Kyungsoo lo aceptara.

Pero, por otra parte, se preguntaba si acaso Kyungsoo había pensado en él.

—Maldición, soy un idiota —se dijo al espejo, siendo consciente de que no era la persona indicada para reclamar.

Kyungsoo estaba en todo su derecho de bailar con quien quisiera, por mucho que a él le molestara.

Era culpa suya por ser un cobarde y temer a lo que los demás dijeran de él. Pero sobre todo temía que la vida de Kyungsoo se volviera complicada a causa suya.

Después de quedarse un rato en el baño y de que más personas llegaran, se decidió a volver. Soojung seguía bailando, así que regresó a su lado y trató de fingir de todo estaba bien.

Durante el resto de la noche, no pudo quitar la mirada de Kyungsoo y cada vez que se reía con Chanyeol, sentía que su corazón era duramente perforado.

💫🪐✨💿

Después de cansarse de bailar, todos se reunieron alrededor de una mesa para charlar un rato con aperitivos y bebidas. Jongin sintió que Soojung se apretó contra su brazo, seguramente intentando marcar territorio frente a su mejor amiga, como solía hacer.

—¿Ya viste eso? —musitó la chica cerca de su oído, como un secreto—. Parece que nuestro Chanyeol ha crecido, hacen buena pareja, ¿no?

Jongin evitó contornear los ojos, vio a Kyungsoo y a Chanyeol inmersos en su propia conversación, sin prestar atención al resto. Tomó el resto de jugo de un solo trago y colocó el vaso con fuerza sobre la mesa. En ese momento deseó no haber llevado su auto, ya que tenía ganas de beber alcohol.

—Es raro que salga con otro hombre, pero si es lo que él quiere... —Soojung continuó—. Aunque es incómodo, creo que nos podemos acostumbrar, ¿no lo crees?

—Supongo.

Jongin definitivamente no se podría acostumbrar.

La velada terminó no mucho después. Todos salieron juntos del lugar y se despidieron. Jongin se separó un momento de Soojung para acercarse a Chanyeol y Kyungsoo.

—¿Te llevo de regreso? —le preguntó a Chanyeol, luchando para que su tono no fuera agresivo. Se giró hacia Kyungsoo con ojos penetrantes, pero Kyungsoo estaba tranquilo.

—No, gracias —Jongin levantó las cejas, dudoso—. Tomaré un taxi.

—Bien, como quieras —antes de caminar hacia su auto, le dio otra mirada significativa a Kyungsoo, quien agachó la cabeza.

Condujo entonces hasta de vuelta con Soojung. La chica parloteó durante todo el camino, pero él se mantuvo en silencio, sin poder prestar mucha atención. Cuando ella se despidió y entró a su hogar, Jongin se apresuró a llegar a la casa de Kyungsoo. Las luces del primer piso estaban todas apagadas, pero por la ventada de la habitación de Kyungsoo en el segundo piso aún brillaba una luz tenue.

Bajó sigilosamente de su auto y se inclinó para tomar una pequeña piedra del jardín, que luego arrojó a la ventana de Kyungsoo. No tuvo oportunidad de lanzar una segunda cuando la ventana se abrió. Kyungsoo asomó la cabeza y lo miró perplejo, abriendo mucho sus bonitos ojos. Él le sonrió y agitó la mano, pero Kyungsoo cerró la ventana y se sumergió de nuevo en su habitación.

Creyó que lo dejaría ahí parado, pero instantes después, la puerta principal fue abierta y Kyungsoo le hizo señas para que entrara.

—Sube sin hacer ruido —susurró—. Todos están dormidos.

Jongin hizo lo que le ordenó y llegó a la habitación del menor. Solo al llegar pudo ver que el chico ya estaba vestido con su pijama. Sin poder esperar más tiempo, lo abrazó y le dio un beso lleno de ansiedad. Se separó cuando Kyungsoo colocó las manos en su pecho y lo empujó levemente.

—Hueles a perfume de cereza —reprochó, y Jongin se sintió culpable.

—¿Puedo usar tu ducha?

—Adelante.

Kyungsoo fue a echarse en la cama y él buscó algo para dormir en el armario de Kyungsoo con confianza, a continuación, entró al cuarto de baño de la habitación y se dio una ducha rápida. Minutos más tarde salió con solo unos pantalones, secándose con una toalla los riachuelos de agua que le corrían desde las puntas del cabello hasta el cuello y el pecho.

Se dio cuenta de que Kyungsoo evitaba verlo deliberadamente, de modo que se acercó y se tiró sobre sus piernas. El chico tenía puestos los anteojos que usaba para leer. A su criterio, lo hacían lucir tanto adorable como sensual.

Le quitó los anteojos para llamar su atención.

—No me gustó verte bailar con Chanyeol.

Kyungsoo sonrió, aunque de manera irónica. Le golpeó la cabeza con el libro, no demasiado fuerte, y rechinó los dientes.

—Kim Jongin, ¿crees que puedes reclamarme algo?

Esas palabras le habían dolido más que el propio golpe. Cerró la boca obedientemente y se aferró a Kyungsoo, abrazando su cintura. Era totalmente cierto, Kyungsoo no le reclamaba nunca lo que hacía con su novia, a pesar de que claramente sufría por ello. Se sentía como un estúpido porque sabía que si lo quería, él podría haber estado en el lugar de Chanyeol esa noche, bailando con él sin importar nada más.

Kyungsoo cerró el libro y lo dejó sobre la mesita de noche. Puso las manos sobre sus mejillas e hizo que se arrastrara un poco más cerca de él para besarlo. Jongin cerró los ojos y presionó los labios gruesos y suaves del chico entre los suyos. Apretó su cintura mientras lo besaba, sintiendo cómo sus lenguas se tocaban. Las manos de Kyungsoo se deslizaron hacia abajo, por toda la extensión de su espalda.

Comenzó a sentir que la temperatura subía abruptamente, empujó una rodilla entre las piernas de Kyungsoo y sumergió las manos deltro de su pijama.

Mientras hacían el amor, Jongin no dejó de pensar en qué pasaría si dejara de ser tan cobarde.  

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