Besos al aire
Suspiré. Las manos me sudaban y temblaban. Jin-hyung estaba junto a mí tratando de darme ánimos, pero comenzaba a arrepentirme de lo que estaba por hacer. Mis piernas flaquearon y tuve que sentarme en el sofá más cercano para no caer directamente en el frío suelo de la sala de mi mayor.
— No me digas que ya no lo harás — murmuró el castaño. Su mirada se posó sobre mí y yo sólo sonreí nervioso.
— Es ahora o nunca — respondí no tan convencido de mis palabras.
Era nuestro día libre del trabajo, por lo que nos habíamos puesto de acuerdo para pasar el día en su hogar, y por fin SeokJin había logrado convencerme para que me le declarara a Chu HyunMi, sin embargo, no sería algo una declaración normal, más bien, se trataría de algo fuera de lo normal.
— Bueno es hora — asentí con la cabeza y tomé mi celular. Caminé de un lado a otro mientras tecleaba el número correcto y esperé pacientemente en lo que respondían del otro lado de la línea.
— ¡Buen día! — escuché su voz — ¡Gracias por llamar a esta su estación de radio favorita! — tragué saliva y cerré los ojos — Aquí HyunMi, ¿qué canción quiere pedir?
— Buen día — respondí —, soy Kim NamJoon y no llamo para pedir una canción... — hubo un breve silencio — No soy capaz de decir esto en persona y es por eso que recurro a esto, quiero que una chica sepa que me enamoré...
— Oh, esto es algo repentino — la voz de la castaña sonó un poco apagada y supuse que en ese momento tenía un lindo puchero en su delicado rostro —, creo que nunca habíamos tenido una llamada similar a esta... Y bueno, ¿quién es la afortunada?
— Gracias a un amigo la conocí, — comencé a relatar mientras me volvía a sentar en el sofá, de alguna manera ya estaba más tranquilo — lamentablemente casi no la puedo ver por su trabajo, sin embargo, quiero que sepa que no hay momento alguno en el que no deje de pensar en sus bellos ojos y en su hermosa sonrisa, su voz y su risa están grabadas en lo más profundo de mi ser, espero que con eso le lleguen mis besos al aire — confesé mientras sentía mi rostro arder de vergüenza — Me enamoré de Chu HyunMi — dije por fin.
Un silencio se apoderó entre la línea del teléfono, a los segundo comenzó a sonar una canción y la llamada fue finalizada. SeokJin entró a la sala prácticamente corriendo y me miró sonriendo.
— ¡Lo hiciste, Nam! ¡Estoy feliz por ti!
Mi teléfono sonó y al mirar la pantalla me percaté de que era un mensaje de aquella chica que me tenía perdidamente enamorado.
“Te veo en el parque que está a diez minutos de mi casa”
De nuevo los nervios se estaban apoderando de mí. Le expliqué rápidamente al castaño lo que estaba pasando y me dirigí a mi auto. Manejé rápidamente hasta llegar al parque en el que me citó Hyunnie.
Me estacioné en un lugar donde no estorbaba y donde no tendría problemas y caminé a una banca que estaba bajo un enorme árbol que hacía sombra, tomé asiento y esperé pacientemente.
— Nam... — escuché su voz. Levanté rápidamente la cabeza para mirarla; se encontraba completamente sonrojada.
— Hyunnie... — no pude decir nada más porque la castaña caminó rápidamente hasta llegar a donde yo estaba y me abrazó sin decir nada. De igual manera la abracé y besé su frente. Eso era algo que me gustaba de estar con ella, no eran necesarias las palabras para decir algo, con una mirada, una sonrisa y hasta con el más mínimo gesto sabíamos lo que queríamos decir.
— Nam... — susurró — También estoy enamorada de ti...
Tomé su rostro con delicadeza, haciendo que me mirara directamente a los ojos. Mi corazón estaba como loco y estaba conteniendo mi emoción. Acerqué mi rostro al suyo y la besé con lentitud, haciendo que fuera un beso tierno. De verdad eso estaba sucediendo, y ahora haría lo que estuviera en mis manos para protegerla y amarla.
Yo, enamorado
Y ella no lo ha notado
Quince minutos de fama
Por uno a su lado.
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