—Tendrá que ir alguno de ustedes. No puedo presentarme por allá, y menos luego de lo que hizo Blair en el hospital. Ahora mismo ni siquiera sé si lograron vincularme con ella. Nos vieron juntas y estoy segura de que deben existir videos y fotos circulando por las redes. Ellos no se quedarán de brazos cruzados. Esa mujer llegó a mi vida para destruirla. 

—Tranquila, todo se va a solucionar. Iré personalmente a buscar a tu colega. Hablaremos con él cuando lo traiga, de esa manera mantenemos esta información confidencial. 

—Gracias. 

—No hay de que. Ve a atenderte esa herida. 

Dereck abandonó el cuarto, mientras que Ian salía en busca de lo necesario para limpiar mi herida y aplicarle una pomada. No se demoró mucho en asistirme. Luego me dejó sola para verificar que todo estuviera en orden con el Dr. Davis.

No quise abandonar a Blair en ese estado. Por alguna razón, algo en el fondo me lo impedía. Es la segunda vez que la veo dormir. A diferencia de la primera vez, hoy parecía perturbada, como si estuviera soñando algo. Lo difícil de creer es que la aguja del reloj se movía muy rápido o simplemente era yo, que estaba muy atenta a sus gestos mientras dormitaba que ni enterada estaba de la hora. 

Estoy casi segura que la razón por la cual se puso tan agresiva, fue por encontrarse en un lugar parecido a dónde estuvo recluida y fue usada como conejillo de indias. Es difícil imaginar a lo que se debió enfrentar. A pesar de mostrarse siempre como una mujer fuerte, que no siente ni padece, hoy logré conocer una parte que mantiene oculta de todos; esa parte tan vulnerable de ella, donde reflejaba sus debilidades y sus miedos. 

¿Por qué razón me atacó? Esa era la duda que arrasaba con mi mente. Todavía no me podía explicar a mí misma por qué me sentía tan triste. Esa mujer ha sido una desgracia para mí vida. Acabó con todo sin remordimiento alguno y se supone que mi odio sea más grande que ese sentimiento de angustia y tristeza. Es solo que, ¿por qué? ¿Por qué he llorado por una mujer que me ha desgraciado tanto la vida? 

Todos estos años esa mujer ha sido para mí esa sombra del pasado que no me abandona ni un instante, que incluso en mis más desgarradoras pesadillas se hace presente. Entonces, ¿por qué estoy aquí? ¿Por qué la vida se empeña en unirme a esa mujer que tanto mal me ha hecho? 

Cuando dije que la encontraría para hacerle pagar, lo dije en serio, pero pareciera que el destino quiere jugar en mi contra. Había planificado tantas cosas para hacerle cuando la tuviera frente a frente y no he hecho ninguna de ellas. Hasta parece que la estoy protegiendo y cuidando cuando no merece nada de esto. 

Oí un gruñido de su parte, parecía estar bajo mucho dolor. Eso extraño que sobresalía de su espalda seguía moviéndose. Además de que tensó tanto la mandíbula que sus colmillos perforaron su piel.  

—Entra a la camilla con ella— me sobresaltó oír la voz de Ian detrás de mí.

—¿Qué?

—La fricción entre tu cuerpo y el suyo, más tu temperatura corporal, puede apaciguar de gran manera su dolor. Deben trabajar más en ese vínculo ustedes dos. Se gustan, se desean, se protegen una a la espalda de la otra, pero pelean como perros y gatos. ¿Quién las entiende? Aunque te cueste tanto asimilar lo que está sucediendo, esto a la larga no solo le afecta a ella, pues si empeora, también te tocará experimentar su dolor en carne propia. Después de todo, ustedes dejaron de ser dos entidades, para convertirse en una sola. 

—No pienso mover ni un solo dedo por ella. 

—Ser rencorosa no deja nada bueno. Respóndeme una cosa. ¿No sientes tu cuerpo distinto? No sé, ¿tal vez más fuerte y no tan débil como estuviste hace unos días? 

—¿Distinto? 

Ahora que lo menciona, es cierto. Ayer me sentía muy mal, en cambio hoy desperté sintiendo que podía contra todo. No he tenido dolor en las articulaciones o músculos. Tampoco me he sentido mareada o acalorada como anoche. 

—No es casualidad, señora gruñona. Si ella fue capaz de sacrificarse por ti, con tal de que pudieras sentirte mejor, deberías encontrar una manera de devolverle el favor. No sé, solo digo.