A pesar de que su hostilidad estaba muy elevada, supo disimularlo bien. A diferencia de cómo nos habla a nosotros, con Leonor tiende a mantener un tono suave y calmado, más una expresión relajada.

—No queremos interferir en su agradable conversación, pero ya cálmense las dos. No logran nada discutiendo — añadió mi papá.

—Ella fue quien comenzó — dijo Leonor.

—Parecen dos niñas de primaria. Les guste o no, tendrán que aprender a llevarse bien. Las dos están unidas — comenté.

—Pues yo no quiero ni pienso estar unida a esta mujer. Si estuve muchos años teniendo una vida normal, no le veo problema a seguirlo haciendo lejos de esta basura.

—¿Cómo que años? ¿Ustedes se conocían de tiempo atrás? — le cuestioné.

—No quiero hablar de ello. Busquemos a Benjamín.

—Espera, ese dato es importante. Blair había comentado que se conocían desde hace muchos años, pero asumo que ninguna de las dos estuvo en contacto con la otra hasta ahora, ¿no? Y, si es así, dejándome llevar por lo que me dijiste en la conversación que tuvimos la primera vez que nos reunimos, dijiste que los síntomas comenzaste a tenerlo cuando ella apareció, ¿cierto? O sea, que estuviste muchos años sin presentar ningún síntoma.

—Pues, solamente que esta mancha en mi espalda ha seguido creciendo y a veces arde — mostró su espalda, y tiene la misma mancha que tiene Blair, solo que no es igual de grande, pero no creo que le tome mucho tiempo para alcanzarla—. Todo había estado bien, hasta que esta mujer apareció en mi vida de nuevo. Ella me mordió, y estoy segura que en ese momento fue que me contagió.

¿Así que no se resistió a probarla?

—No, estuviste contaminada desde hace años, solo que el virus, por alguna razón, estuvo retenido en tu espalda.

Ahora entiendo la razón por la que veía que el virus estaba retenido en su espalda y luego de la estimulación al haberse encontrado con Blair, es lo que desató que este comenzara a fluir y esparcirse con más rapidez a través de su cuerpo.

Parece mucho al caso de mi esposa. Maya estuvo infectada por casi un año y medio, antes de conocerme. Presentaba una severa desnutrición y varias complicaciones, pero en este momento, Leonor no se ve como al principio. Ha mejorado favorablemente y casi de un día para otro. Significa que no me equivoqué, Blair sí la alimentó y ella no está enterada de ese dato y es mejor que no lo haga, porque ya viendo lo mucho que discuten, es darle más razones para continuar.

—Sigan con lo que tienen que hacer, yo me retiro — dijo Blair.

—No, entre más seamos mejor — dijo mi padre.

—Como ya oíste, no me interesa ir detrás de ese sujeto. Para mí, entre más lejos y perdido este, mejor. Buena suerte en su búsqueda.

—Aunque no te guste, tú vendrás con nosotros. Tienes mucha gente que nos puede ayudar a encontrarlo — Leonor la enfrentó.

—Que no se note mucho que me extrañarás si me voy, corderito.

El ambiente todavía estaba medio cargado entre las dos, pero Blair parece que estaba esperando que ella la detuviera, porque no dio ningún pretexto y accedió a venir con nosotros. Hay que trabajar más en ese amor-odio que se tienen esas dos.

Los pocos rastros que habían desde el hospital eran muy débiles para rastrear su paradero. La ciudad es muy grande y todo se veía tranquilo. Los hombres de Blair se separaron para buscar, ahora en la camioneta solo éramos nosotros.

Lo que nos dio una pista de la posible ubicación fue la radio de alta frecuencia que tenía ya integrado Blair en su camioneta, dónde se oían todas las conversaciones que tenían los oficiales de la zona. Dieron la descripción de ese tal Benjamín, pasando el dato de que aún no habían dado con él, pero seguían en la búsqueda. La ubicación de la última vez que lo vieron, estaba bastante cerca a la planta de tratamiento cloacal.

Cuando llegamos a la zona, todos nosotros captamos su olor en el aire, su miedo, su hostilidad, especialmente yo. El olor nos guiaba a los adentros de una de las cloacas. Los oficiales se veían a la distancia, si nos quedabamos más tiempo ahí fuera, vendrían a investigar y sabrían que tenemos una conexión con Benjamín, por lo que no nos quedó más remedio que adentrarnos a ese hediondo lugar donde buscó refugio.

A medida que caminábamos, ese nauseabundo olor era más fuerte, lo que debilitaba nuestros sentidos y nos llevaba a estar en evidente desventaja, pues era como si se mezclaran ambos y el suyo se hiciera más leve e irrastreable. Además, el sonido de las aguas y el goteo no nos permitía oír mucho, solo nuestros pasos y voces. La poca claridad no era un problema, pues estamos acostumbrados a ver bien a través de la oscuridad, gracias a nuestro sistema de radar, pero había algo en él que lo hacía difícil de rastrear.

¿Por qué de todos los lugares en que pudo esconderse, vino a parar en este?

—Es el maldito colmo que deba dañar mi ropa y mis zapatos por ese imbécil — refunfuñó Blair—. No lo vale.

—Chicos… — seguimos la voz de Leonor, se había detenido al frente nuestro mirando hacia la nada.

Todos nos frenamos, porque teníamos la sospecha de que algo había encontrado o visto. No hizo falta preguntarle, cuando todos nos dimos cuenta de lo que colgaba por encima suyo. Era como una cola que parecía estar rodeada de una capa de piel. Era fina, pero larga, se movía de un lado a otro como si el viento la estuviera moviendo, pero era imposible, porque era muy poca la ventilación que había.

Antes de que pudiéramos levantar la vista para ver qué tipo de animal era, él se adelantó a saltar sobre Leonor, fue cuando logramos reconocer que se trataba de Benjamín, por su musculatura y los tatuajes en los brazos. Él no parecía que quisiera hacerle daño a Leonor, pero el susto, con toda la razón del mundo, la obligó a soltar un grito.

No hubo necesidad de intervenir, pues Blair fue quien reaccionó primero de manera errática. Todo se salió de control cuando ella fue quien tiró de la pierna de Benjamín con tanta fuerza que no salía del asombro. Físicamente es delgada, no aparenta tener tanta fuerza, pero hace unos instantes podría decir que Benjamín parecía un simple objeto que podía jamaquear y manipular con solo una mano, pese a su cuerpo robusto.

Su cuerpo dio contra el pavimento, quedando con las piernas dentro de esas aguas hediondas. Le costó mucho volverse a levantar, pero se veía bien dispuesto a responder su ataque. La cola colgaba de su espalda baja, parecía la cola de un roedor. ¿Cómo es posible?

Los niveles de hostilidad en Blair volvieron a subir de manera exorbitante y alarmante. El color de sus ojos no era como el nuestro, en ellos se reflejaba un tono rojizo en sus pupilas y el resto era negro. No había notado hasta ese momento que lo que tenía en su espalda había crecido un poco más y de un momento a otro. Al otro lado le estaba saliendo lo mismo. Poco a poco iba tomando la forma de una ala oscura, solo que pequeñas. Parece parte de su piel. 

Ahora entiendo, cuando se siente en peligro, amenazada, molesta, asustada, sus niveles se elevan y hace que se transforme bastante rápido. Eso nos hace muy diferentes.