Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🔺Hambre🔺

—Estoy harta de tu comportamiento.

—Con más razón debes dejarme ir. Ya que te empeñas en no hacer caso, no me queda de otra que hacerlo por mi cuenta.

Recuerdo haber ajustado la esposa lo suficientemente fuerte a su muñeca, como para que no pudiera quitársela ni aunque lo intentara. Ahora resulta que con solo haber tirado de ella con su otra mano, logró abrirla sin ningún tipo de problema. Como prueba de que estaban bien ajustadas, estaba la marca de ellas alrededor de su muñeca.

—¿Cómo demonios haces eso?

—Digamos que poseo un talento oculto.

No puedo dejarla ir, pero a la misma vez siento que debo hacerlo. Al menos mientras averiguo todo lo que me dijo. De igual manera, no tengo forma de detenerla ahora. Necesito pruebas contundentes en su contra. Aunque no sé sus razones de haber venido, no creo que tenga intenciones de hacerme algo, o ya lo hubiese hecho, pues tuvo oportunidad de sobra.

Bajé el arma, dejándola sobre el escritorio y sintiéndome fatal de tener que desistir. Mi orgullo se sintió pisoteado. Tal vez era el peor momento para sentirme así, pero no pude evitarlo.

—Quiero que me des toda la información que tienes. Necesito investigar por mis propios medios. Quiero nombres, lugares, todo lo que pueda ayudarme a comprobar lo que dices.

—Te daré lo que pides— sonrió ladeado—, pero hay algo que quiero a cambio de esa información.

—No estás en posición de exigir nada a cambio.

—Entonces estoy en posición de negarme a darte la información que quieres.

Cada palabra que sale de su boca, hace hervir mi sangre.

—Bien. ¿Qué quieres?

—Tienes mucha influencia, poder, contactos y  accesibilidad a información privilegiada y confidencial, por lo que quiero que investigues sobre la familia de ese doctor y ubiques su dirección. Ese viejo no es estúpido. Ha sabido mantener a su familia fuera del panorama.

—No estás pensando hacerles lo mismo, ¿verdad?

—Todo depende. Si no me dan la información y ubicación de ese viejo, entonces me tocará tomar medidas extremas. 

—No voy a facilitarte nada, y menos sabiendo cuáles son tus planes. No dejaré que le desgracies la vida a más personas.

—Es que de verdad que no aprendes, corderito— entrelazó su mano en mi cabello, e intenté poner distancia a su acercamiento repentino, echando mi cabeza a un lado—. Esa terquedad no te llevará a ninguna parte conmigo. Estoy siendo buena contigo, pero sigues con lo mismo, tratando de evitar lo inevitable. Por tus medios o por los míos, daré con ellos.

—Ya lo veremos— la enfrenté esta vez de frente, retándola con la mirada.

No importa lo que haya pasado, nada justifica lo que quiere hacer sobre arrastrar a más inocentes a esto. Si desea vengarse de alguien, que sea de esa persona que le hizo daño directamente, pero ¿por qué debe pagar la familia? Sus planes son egoístas, retorcidos y malvados. Será mejor no perderla de vista. Tendré que vigilarla.

Noté un cambio en el color de sus ojos; el café con leche de sus ojos, fue suplantado por un café negro. Sus ojos fueron cubiertos completamente por esa negrura. No tenía una explicación coherente de cómo o por que sucedió, aunque era evidente en su expresión que se veía disgustada o más bien enfurecida. Era intimidante su manera de mirarme, me hacía sentir tan diminuta, tan inútil. Pese a todos esos sentimientos que me invadieron, traté de mantenerme en neutro, sin apartar la mirada de la suya.

Podrá ser bella por fuera, atraer miradas por su envidiable y singular belleza, pero saber que detrás de ese rostro se oculta alguien tan malvada, con un corazón tan podrido y carcomido por el odio, la hace totalmente horrible ante mis ojos.

Sus uñas cobraron el mismo largo y filo de esa noche, posándose a la altura de mi cuello. Todavía recuerdo cuando el filo de ellos se enterraron en mi espalda al levantarme esa noche. Todo lo que está presentando, su fuerza, esos cambios de actitud, el color de sus ojos, sus uñas, debe estar ligado a eso que vivió. No hay otra explicación. Hasta cierto punto, internamente me negaba a creerle, pero todo lo que veo en ella confirma que al menos en eso no pudo haber mentido.

No puedo descifrar lo que piensa y sus intenciones. Siempre me he jactado de la habilidad en que logro someter a un sinnúmero de criminales día a día, conocer lo que piensan, sus intenciones, sus movidas, pero con ella no funciona. No sé si en todo esto entre el odio que se ha alimentado con el tiempo y por eso estoy cometiendo tantos errores, porque como bien lo dijo ella, dejarme llevar por los sentimientos no es recomendable, estaría en evidente desventaja y sería presa fácil de manipular.

Sabía que sus uñas eran filosas, a simple vista se nota, pero al nivel de hacer un corte con solo el desliz de una de ellas, no lo creí capaz. Aunque fue un corte fino, liso, más no profundo, el ardor que eso provocó me llevó a retroceder dos pasos y taparme.

Observé el arma en el escritorio y tenía el pensamiento de ir tras ella, pero su fuerte apretón contra su cuerpo evitó que pudiera hacerlo. Su fuerza estaba por encima de la mía, y odiaba a muerte admitirlo.

Mis intentos por soltarme y defenderme fueron infructuosos. Todo lo que había sobre la coqueta cayó a nuestros pies cuando empujó mi cuerpo contra ella, presionando mis manos contra el espejo y colando su cuerpo entre mis piernas. Su frente presionó la mía contra el espejo también. El pánico me invadió al tener recuerdos de esa noche, al sentirme de cierto modo indefensa e inútil frente a esa mujer que tanto daño me hizo y a la cual deseaba callar alguna vez.

Su acercamiento era más de lo que debía ser, estábamos respirando el mismo aire. Mis planes eran morderla al tenerla tan cerca, pero ella se adelantó a los hechos, lamiendo cada centímetro de mis labios de comisura a comisura.

Quedé helada con ese hormigueo que se centró en ellos luego de eso. Es como si mi cuerpo hubiese entrado en un profundo calor por esa vía. La repudio con todo mi ser, en mi mente eso estaba más que claro, es solo que en algún momento mi mente y mi cuerpo se desvincularon. Todo daba vueltas a mi alrededor, la habitación y su rostro, volviendo vulnerable mis demás sentidos y mi piel sensible.

El ardor de la herida dejé de percibirlo en el instante que ella la acaparó con su lengua. Mis piernas dejaron de luchar contra ella, debilitándose en el acto y resignándose.

Escuché su jadeo cerca de mi oído, la manera tan intensa en que lamía y succionaba el corte, como si estuviera en espera o deseosa de algo. Es como si la sangre que estuviera corriendo por mi cuerpo, estuviera siendo succionada por ese corte.

Todo se detuvo en ese instante para mí; mi vista no captaba nada más que no fuese una inquietante oscuridad, mientras que mi cuerpo se percibía flotando y mi intimidad segregaba una cantidad alarmante de fluidos, capaces de humedecer mi ropa interior y en el transcurso, el pantalón de mi pijama.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro