Barrí la habitación con la mirada, explorando cada rincón en busca de ese otro hombre que había estado en la cápsula. No sé a dónde ha ido, no pude localizarlo entre los cuerpos inertes de esos ayudantes.

—Blair, el hombre que estaba en la cápsula, no está — le avisé.

—¿No viste a dónde fue?

—No.

—No te preocupes. Por lo pronto, tenemos que salir de aquí.

Me ayudó a levantarme y, aunque fue gentil, me sacó un quejido el que las alas se hayan agitado por sí solas.

—Esto dolerá — murmuró, seguido a eso, levantó mi cuerpo otra vez como si fuera una princesa.

Su inesperada acción me causó dolor, pero no era tanto como cuando estaba de pie.

—Es la mejor manera de inmovilizarlas por ahora. Creo que tienes un ala fracturada. Lo sabremos cuando lleguemos a la clínica de esos inútiles.

—Tú también estás herida. Diría que mucho peor que yo. Has perdido mucha sangre y hacer esta fuerza innecesaria no te conviene. Bájame ahora mismo.

—Me halaga que estés tan preocupada por mí, corderito. La herida de bala está poco a poco sanando. No es la primera vez que me disparan, así que tranquila. Eres un peso que no me molesta en lo más mínimo cargar.

Esta tipa es una necia y testaruda. Nunca me hace caso cuando le digo las cosas y sale con ese tipo de comentarios tan jodidamente incómodos.

Ian cargó a Zaira en sus brazos, mientras que Dereck ayudaba a Nicolás a ponerse de pie y le brindaba su hombro para que pudiera apoyarse y caminar. Los pasillos se veían inmaculados y solitarios, ni un alma en pena vagaba por ellos. ¿Dónde están todos? ¿A dónde han ido? Surgieron muchas dudas, pero no había ninguna respuesta. Nuestra meta era salir del laboratorio con éxito y así fue. Nicolás desactivó las alarmas y la seguridad, permitiendo que pudiéramos abandonar el laboratorio sin ningún percance.

Las afueras del laboratorio se veía terrible, como si hubiera surgido una catástrofe. Obtuve las respuestas a mis preguntas, y es que los hombres que habíamos visto y huyeron de nosotros, no habían llegado muy lejos. Todos los cuerpos fueron desmembrados y mutilados. Algunos vehículos se apreciaban destruidos, sin cristales y volcados, como si algo o alguien los hubiese aplastado y lanzado. Debía ser obra de esa mujer, de eso no nos quedaban dudas. Todo parecía sacado de una película de terror. En mis años como centinela de la justicia, jamás había apreciado algo tan macabro, sangriento y siniestro.

En el auto de los Preston, que lo habían estacionado algo distante del laboratorio, íbamos todos apretados, pero juntos. Lo último que recuerdo fue a Blair mirando por la ventana, luego de eso nada más, pues el largo camino, el cansancio, la comodidad y protección al estar en el regazo de ella, ocasionó que fuera bajando revoluciones y terminara dormida.

Las siguientes semanas, estuvimos todos en recuperación. En este lugar fácilmente se pierde la noción del tiempo. Todos necesitábamos asistencia médica y descanso. La preocupación no nos dejaba tranquilos, pues sabemos que debemos hacer algo al respecto, pero no podemos enfrentarnos a esa mujer estando tan débiles y malheridos.

Zaira se recuperó de ese sueño profundo en el que la condenaron al día siguiente. Aun así, Ian y Dereck han estado al pendiente de ella y de nosotras, pero sin dejar de vigilar a Nicolás. Lo tienen en una habitación especial, amarrado a la camilla y sedado mientras se recupera por completo. Sus heridas han ido sanando muy rápidamente, igual que las de Blair. Ya solo le queda la cicatriz, mientras que yo todavía estoy luchando por recuperarme. Han mantenido inmovilizadas mis alas y me limitan en muchos aspectos. El dolor en las noches es insoportable, pero se vuelve más llevadero cuando Blair me alimenta. No es algo que me llene de orgullo el depender tanto de ella, pero al mismo tiempo debo reconocer que una parte de mí espera esos momentos. No quiero acostumbrarme demasiado a su compañía y a sus atenciones, quiero evitarme ese sufrimiento.

A Benjamín lo trajeron la misma noche, luego de que los empleados de los Preston hubieran saqueado el laboratorio y dónde fue encontrado encerrado en una especie de celda. Por fortuna, no presentaba ninguna herida y se ha mantenido con nosotros en todo momento.

Hallaron también varias cápsulas con personas que presentaban distintas características físicas, como también una especie de cementerio clandestino. Ese hombre ha estado experimentando con muchas personas. Lo peor es que aún no sabemos cuántos más hay ahí fuera.

Todavía los Preston no saben qué harán para destruir cada espécimen que ese maldito viejo creó, pues cada uno de ellos representa un terrible e inminente peligro, no solo para nosotros, sino para toda la humanidad, si lograran escapar.

Blair y Dereck estaban conmigo en el mismo cuarto, cuando Ian entró en compañía de Zaira, casi quedándose con la puerta en la mano. Ambos se veían alterados, sudorosos y fatigados. Las manos de Ian temblaban al tomar en sus manos el control remoto del televisor que colgaba en la pared.

—¡Tienen que ver esto!

Todos centramos la mirada en el televisor al notar que en el titular del noticiero parpadeaba en letras blancas la palabra «última hora».

[... Ahora en noticias locales, las autoridades de salud se encuentran aún investigando si una reciente oleada de personas enfermas presentando síntomas muy parecidos están relacionados de alguna manera. Logramos entrevistar al Dr. Wade sobre el asunto y esto fue lo que nos dijo:

[... En las semanas pasadas hemos estado recibiendo varias personas enfermas en nuestro hospital presentando un diverso rango de síntomas clínicos, entre ellos: sensibilidad a la luz, aversión a ciertos olores o aromas y episodios psicóticos de rabia o violencia. La mayoría de las víctimas de estos ataques suelen llegar al hospital con rasguños y mordeduras en el área del cuello, espalda y hasta en los brazos. Algo muy extraño en todo este asunto y que vale la pena mencionar es que cuando personas que poseen estos síntomas y dentro de su estado psicótico atacan a otras personas; la víctima tiende a desarrollar los mismos síntomas. Esto nos ha dejado perplejos, pero todavía es muy temprano para que haya un consenso entre la comunidad científica; lo que sí le puedo asegurar es que en cuanto tengamos los suficientes datos podremos aislar la raíz del asunto y tomar acción para evitar el contagio y la propagación. Todavía no se sabe si se trata de algún virus o de alguna clase de crisis psicosocial, lo que sí es que le aconsejamos a la población que se mantenga lejos de cualquier persona que posea alguno de estos síntomas, ya sea un familiar o conocido; y en el caso de ser atacado, contactar el hospital más cercano a la mayor brevedad posible…]

[... Aunque todavía es muy temprano para saber exactamente la razón de estos casos, la realidad es que van incrementando, lo que tiene a las autoridades en alerta. Si usted o alguien que conoce sufre de alguno de estos síntomas, por favor, llame al hospital más cercano para recibir instrucciones más precisas sobre qué hacer. Y, en otros temas…]

Ian apagó la televisión, y todos nos volteamos a ver inquietos. Dereck era el más afectado e ido en todo esto y no era para menos. Después de todo, él había hecho hasta lo indecible por mantener este secreto oculto y controlado, y ahora mismo había salido a la luz y de la peor manera, poniendo en peligro a millones de personas.

—No puede ser. La situación se nos ha salido de las manos.

YA ESTÁ DISPONIBLE «EN LAS SOMBRAS».