Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7

Emma

Cada lunes teníamos clase práctica de Escultura, tiempo de trabajo obligatorio en el taller, algo simbólico. La verdad era que los dormitorios quedaban a diez minutos de camino y la mayoría de los estudiantes gustaban de trabajar a la hora que fuera.

Yo misma prefería las madrugadas, pero eso había sido antes de que Aksel apareciera en mi vida en forma de profesor. No podía disfrutar de su presencia en las noches, así que aproveché la mañana de ese lunes para acaparar su atención.

Le conté todo sobre la idea que tenía en mente para desarrollar. Quería una escultura lo más realista posible de dos personas teniendo sexo, en concreto de un orgasmo en conjunto. Tampoco le consultaba a mis profesores lo que pensaba hacer. Aksel estaba haciendo que rompiera todas mis reglas.

—Me parece una buena idea, pero algo convencional —dijo cuando terminé de explicarle.

Entrecerré los ojos.

—Yo soy todo menos convencional. Es solo la idea base. La verdad es que me gustaría hacer algo mucho más grande que una simple escultura, pero las cosas irán fluyendo en lo que haga varias pruebas de la idea. —Miré a la nada—. No creo que lo que imaginé se pueda llevar a cabo en tan poco tiempo y sería muy caro y escandaloso.

—Entonces harás un prototipo.

Asentí y se mordió el labio con la vista en el cuaderno donde estaban mis notas y bocetos. Tenía el perfil más perfecto que había visto y el color de sus ojos era de un verde distinto cada día.

—Quiero ver mejor lo que planeas hacer —murmuró y tuve que apartar la vista de su boca porque me miró—. Recuerda que tienes que presentar dos buenas protestas.

Me crucé de brazos.

—Yo no hago eso.

—¿Exponer tus propuestas?

—Hacer dos cosas. No tiene sentido presentar algo más cuando sé que esto será genial. —Le di dos toques al cuaderno—. No voy a perder tiempo haciendo algo que no me llevará a ningún lugar.

—Forzarnos a encontrar otro camino expande la mente y tu capacidad creativa. ¿Por qué quedarse con una buena idea cuando puedes llegar a una trascendental?

—Todas mis ideas son trascendentales. Las mejoro en el camino, ya lo verás.

Se le marcaron los hoyuelos cuando contuvo la sonrisa.

—Igual tienes que hacerlo. Esto no es un proyecto de segundo o el juego que hacías en primero. Son dos propuestas o penalizan tu calificación final.

—Qué aburrido —murmuré—. Supongo que haré cualquier tontería para rellenar y que escojan la idea que yo quiero.

Exhaló un suspiro que gritó "eres un caso perdido". Dio un paso hacia la mesa de uno de mis compañeros, pero se lo impedí.

—Solo tengo un problema con esta idea. No tengo modelos. Conversé con mis amigos del instituto de danza porque quería hacer algunos esbozos en tiempo real y verlos moverse.

—¿Bailarines?

—Hay que ser muy flexibles para lograr poses orgásmicas poco reales que es lo que quiero hacer. Es un orgasmo eterno, de real no va a tener nada. —Se rascó la barbilla y torció los labios—. No tienen tiempo para eso y tampoco para una sesión de fotos. Entonces, no tengo modelos.

—¿Tus amigos?

—Se odian y dudo que quieran desnudarse para ayudarme por mucho que me quieran. Además, todavía no sé qué haré con las dos figuras, si serán hombre y mujer, dos mujeres o dos hombres, dos lo que sea. Quiero opciones y un buen estudio. ¿Conoces a alguien que me pueda conseguir modelos?

—Puedo preguntar. Quizás alumnos de primero.

—No, gracias. Lo harán solo por los créditos extra y, o estarán nerviosos en exceso, o les importará un comino. Además, se siente raro, son chiquitos.

Alzó una ceja.

—Son mayores de edad y el noventa por ciento de los estudiantes de esta universidad han posado desnudos para otras clases. ¿Tú no?

—Siempre voluntaria para quitarme la ropa —confesé—. ¿Tú modelaste mientras estudiabas?

—Un par de veces.

Una imagen de Aksel desnudo en medio de uno de nuestros salones de dibujo apareció frente a mis ojos. Daría lo que fuera por ver algo así, me conformaba con poder dibujarlo.

—¿Emma?

—¿Qué?

—¿Modelos?

Mierda.

Me había quedado mirando su abdomen e imaginando cómo luciría sin la camisa blanca que llevaba.

—¿Por qué no me ayudas tú? —pregunté y arrugó las cejas—. No estoy bromeando, quita esa cara.

—Necesitas cuerpos desnudos.

—Necesito cuerpos, para empezar —aclaré y la idea cada vez me parecía mejor—. Podemos usar algo ajustado y probamos un par de poses, solo para estudiar movimientos y empezar a trabajar. Después le pagaré a quien sea para la sesión de fotos que quiero tener, pero será más corto porque sabré lo que quiero.

Suspiró.

—Mañana en la tarde tengo tiempo.

Le sonreí.

—A las cuatro.

Recogí mis cosas y salí del taller para no distraerlo más. Habíamos pasado una hora conversando y Brown, que estaba ansioso de presentar sus ideas, ya nos estaba mirando con mala cara.

Era casi la hora de la comida y ya algunos alumnos de primero estaban en el pasillo. Choqué con alguien al doblar una esquina y lo único que pude ver, además del pelo entre rojo y rosa brillante de Farah, fueron sus cuadernos y la carpeta de dibujo rodando por el suelo.

Se disculpó un montón de veces en lo que recogía. Los clásicos nervios de los recién llegados que les preocupaba hasta que los miraran en los pasillos. Por eso no quería a modelos de primero, necesitaban salir del cascarón. No todo el mundo podía llegar a una universidad como esa y volverse una reina, no todos eran como yo.

Recogí los dibujos que habían salido de su carpeta y llamaron mi atención, pero no miré. Revisar dibujos de un nervioso primerizo era como leer el diario de tu novia adolescente.

—¿Puedo ver? —pregunté y, a pesar de estar tan roja como el color de su pelo, asintió.

Era un cómic, algo de ciencia ficción. No leí los diálogos, solo miré los dibujos y después el estudio de personajes en otras hojas.

—Son buenos —murmuré sin apartar la vista—. Muy buenos. —La miré y seguía igual de avergonzada—. ¿Escogerás arte digital?

Asintió con la cabeza y aceptó la carpeta cuando se la devolví.

—Si trabajas mucho, serás la mejor de tu curso.

Caminé y se unió a mi paso.

—No has visto el trabajo del resto de mi año.

—No necesito hacerlo —dije con la vista en el teléfono—. Eres buena y punto. El talento viene con algunos de nosotros. Si le pones horas de trabajo estarás aprovechando lo que nació contigo. No hay nada que venza al trabajo duro cuando va de la mano del talento.

—Gracias —dijo, emocionada—. Es un halago que alguien como tú diga eso. He visto todos tus proyectos, algunos de nuestros profesores te han mencionado en clase.

Le guiñé un ojo.

—Lo sé, soy toda una leyenda.

Se ruborizó y me dio un rápido vistazo en lo que bajábamos la escalera.

—Me gusta tu camisa, por cierto.

Me di cuenta de que llevaba una camisa de Camille,

—Es de tu futura novia. Estoy segura de que te la prestará si se la pides.

Llegamos a la planta baja.

—Iba a buscarla para comer juntas —dijo, mirando a nuestro alrededor—. ¿Sabes dónde está?

Señalé a la entrada de la cafetería donde Alejandro estaba apoyado en la pared. Camille le reprochaba por algo, pero, al vernos, se compuso y le sonrió a Fara.

—¿Siempre se pelean? —preguntó la chica en lo que nos acercábamos.

—Alejandro es insoportable —murmuré para que no nos escucharan al estar tan cerca—. Siempre la quiere molestar, es su entretenimiento favorito y Camille no aprende a ignorarlo.

Entramos a la cafetería. Camille y Fara se perdieron entre la multitud y fui con Alejandro a nuestra mesa habitual.

—¿Qué haces esta noche? —le pregunté—. Necesito dibujar hombres sin ropa y tú eres el único que tengo a mano.

—Mentirosa, es porque me quieres meter mano.

—Eso lo puedo hacer en cualquier momento.

Alzó las cejas y suspiró.

—Me gustaría y no sabes cuánto, pero tengo un compromiso. —Entrelazó las manos sobre la mesa—. La hija de la mejor amiga de mi madre se ha mudado a Prakt para estudiar Filología.

—Interesante. ¿Quiere ser escritora?

—No lo sé. No nos vemos desde que se mudaron de mi ciudad hace unos diez años. Era una niña muy desesperante, gritaba cada dos minutos y siempre nos peleábamos. —Resopló—. Tengo que llevarla a conocer la ciudad y espero que ya no se ponga a llorar porque el helado no es del sabor que le gusta.

Le palmeé el hombro.

—Suerte con la cita, Romeo.

—No es una cita —masculló.

—Ya veremos cuando te la folles.

Fingió que no había escuchado nada y yo pasé la vista por la cafetería, buscando a Aksel. La mayoría de profesores comía con los estudiantes, pero a él jamás lo veía allí.

Saqué mi teléfono.

¿No tienes tiempo hoy en la noche? Puedo ir a tu casa y es más cómodo. Prometo portarme bien.

Profesor Bakker: Tengo un compromiso. Voy a salir con Sandra hoy en la noche.

¿Una cita?

Profesor Bakker: Chismosa.

Eso no era una respuesta y una punzada de celos me atravesó el estómago. Lo mejor era no saber, pero entró otro mensaje.

Profesor Bakker: Sí, una cita, y no voy a dar detalles.

No, los detalles se los iba a meter yo por el culo.


*****

Camila (Dlangeles_08) que cumplió años el 8 de abril, pero vamos a dedicarle el capítulo porque hoy le mentí en su cara diciendo que no actualizaría Aksel hasta 2026. Felicidades atrasadas. 🎂🎉

*****

Hola, queridas hijas del mal.

No voy a dar un discurso por la demora en actualizar, lo ocupada que he estado con mil proyectos o lo que me ha pasado.

Hay capítulo y habrá más porque he podido centrarme en Aksel. Ha sido difícil volver a ellos y escribirlos, me hace muy feliz traerles nuevo contenido.

Nos leemos más pronto de lo que creen, pero no haré promesas. Escribiré y todo irá llegando hasta que tengamos nuestro día fijo como con cada libro que subo.

Las amo.

💋

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro