Capítulo 30: Parte dos.
¿En serio no te lo esperabas?
Me fuí acercando con lentitud hacía Jaspe. Siento un sudor frío recorriendo mi espalda al igual que las palmas de mis manos. Un pitido en los oídos me impide oír bien, escuchaba las voces un poco distorsionadas.
—¿Qué le paso?
—Está muerto.
—No lleva mucho así, ¿Quién o qué creen que haya hecho esto?
—No estoy seguro, pero es peligroso que sigamos en este bosque.
El miedo que sentí se fue disipando a medida que me acercaba.
—No podemos irnos sin Daylen —dije con voz ahogada mirando al venado muerto.
—Cuando lo ví de lejos pensé que era él, me asusté muchísimo —no paraba de temblar limpiándose las lágrimas del rostro. Le puse una mano en el hombro de manera reconfortante.
—¿Qué creen que sean esos símbolos que tiene en el estómago? —preguntó Darek.
Me agaché junto al venado para observarlo mejor, fruncí el entrecejo observando los símbolos. La escena es horrible y era evidente que al venado no lo mató un animal. Pasé mi mano sobre los símbolos en el estómago del venado, pero la aleje de inmediato, sin embargo, las puntas de los dedos de mi mano derecha quedó manchada con sangre.
—No lo sé, pero hay que buscar a Daylen. Aunque, no deberíamos separarnos otra vez —dijo observando los alrededores un poco ida—. ¿Y Amatista?
Apenas nos percatamos de que no está, empezaron a llamarla sin obtener respuesta. Me estaba empezando a alterar cuando sentí una corriente recorrerme la espalda.
—El árbol —susurre, todos voltearon a mirarme—. El árbol está aquí.
Observé detenidamente todos los árboles. Mi mirada se detuvo en uno. Es igual a los demás a excepción de la bella flor morada que decora su tronco. Me acerqué absorta hacia el, al poner mi mano en la flor sentí que toda mi piel ardía y se desprendía de mí mientras me alejaba de ahí.
***
Náuseas, tengo muchas náuseas. Me tambalee desorientada, pero esa desorientación desapareció rápidamente. Estoy en una sabana.
Sentí personas detrás de mi, supe que eran los chicos por lo tanto no me alarme. Mi mirada estaba fija al frente. Docenas de personas nos apuntan con lanzas y flechas, Amatista estaba unos pasos más alante con las manos alzadas y Daylen estaba atado. Suspiré, es un alivio verlos bien.
El grupo de personas nos miraban amenazantes, luego confusos hasta que finalmente bajaron las armas y hicieron algo parecido a una reverencia. Cada vez estoy más confundida. Empezaron a mover las manos tratando de comunicarse.
—¿Que dicen?
—¿Creo que nos estaban esperando? —dije confundida.
Vi que soltaron a Daylen que corrió a abrazarse con Jaspe. Se ve bien, sin ningún daño aparte de las marcas de la cuerda en los brazos y un moretón en la mandíbula.
—Creo que quieren que los sigamos —dijo Daykon.
Por loco que fuera eso fue lo que hicimos, tal vez es la desorientación que sentimos al transportarnos aquí mediante un árbol "mágico" o la esperanza de llegar a un lugar seguro. Pero no avanzamos mucho junto a ellos, nos señalaron un camino y se dirigieron al comienzo o final del bosque dejándonos solos.
—Estoy muy confundida.
—No eres la única, pero no es momento para eso. Hay que avanzar, el tiempo se agota.
Dejé que los chicos se adelantarán, me quedé atrás siguiéndolos lentamente perdida en mis pensamientos.
*•*•*
Han pasado unas cuantas horas desde que siguieron el camino que los extraños les señalaron, no habían hablado durante el camino. La mayoría estaban exhaustos, otros aún seguían confundidos por todo lo que ha sucedido en las últimas horas, pero sentían paz. Estaban por llegar al fin o al menos eso creyeron.
Pararon un momento a tomar la última reserva de agua que les quedaba. El lugar donde estaban era casi desierto en comparación con el bosque, solo habían dispersos unos cuantos árboles, ni siquiera vieron animales lo cual era un poco extraño. A diferencia del bosque la sabana no los hacía sentir que caminaban en círculos, pero si que el camino era interminable.
—¿Zafiro? —miro en todas las direcciones preocupado por no verla, hasta que apareció detrás de uno de los escasos árboles.
—Lo siento, me quedé atrás. Estoy muy exhausta —dijo acercándose con lentitud hacía el grupo.
Darek sonrió de lado al verla, no pudo evitar pensar en lo bonita que es. Siempre lo pensaba.
—¿Quieres descansar?
—Me encantaría —respondio distraída mirando los alrededores.
Amatista no apartaba su mirada de ella, siente que esta rara. Tal vez eran ideas suyas, con todo lo que ha pasado estaba paranoica. Cuando encontró el árbol y apareció del otro lado, ese grupo de personas estaban ahí con sus armas arriba como si ya supieran que ella iba a aparecer. Además, también le pareció ver la serpiente que vio en el bosque; verla convirtiéndose en una persona. Tal vez la rara es ella.
Daylen también estaba perdido en sus pensamientos, pero una corriente caliente le recorrió la columna instalándose finalmente en su cabeza desconcertandolo. Eso le produjo una presión en el lado derecho de la cabeza a la que ya estaba intentando adaptarse, la cual solo significaba una cosa. Peligro.
Un viento fuerte y un sonido característico los hizo mirar al cielo. Un helicóptero.
—Mierda.
—¿Son ellos?
—¿Que hacemos?
—¡No!
—¿Regresamos al bosque o deberíamos correr al lugar que vamos?
Se escucharon todas las voces al mismo tiempo con una nota evidente de desespero. Las voces se mezclaban con el sonido del helicóptero que iba en descenso y con muchas pisadas aproximándose.
—No podemos hacer eso, si lo hacemos los guiaremos a ese lugar.
—¿Zafiro?
—Ya no hay nada que podamos hacer. Nos encontraron, ganaron —se encogió de hombros incorporándose para estirarse—. Fue bonito mientras duro, ¿No?
Todos la miraron incrédulos por sus palabras. Ella hizo un puchero.
»¿De verdad creyeron que iban a ganar?, ¿Que iban a llegar a ese lugar sin que los encontraran? Son más ingenuos de lo que pensaba.
—¿Que te pasa, Zafiro? —frunció el ceño escudriñandola para ver si detectaba alguna emoción, pero no había nada.
Ella sonrió ampliamente.
—Si que actúe bien, ¿Eh? Se lo creyeron completamente. Nunca estuve de "su lado", siempre fui parte de ellos —señalo con la cabeza al grupo de personas que se acercaba cada vez más—. Todo esto fue un experimento, chicos. Del cual mi Dalton formó parte, siempre estuvo conmigo, en todo momento. La invisibilidad es increíble ¿No creen? Horita no está con nosotros, pero no tardaré en presentárselo.
Cada palabra que Zafiro decía era peor que la anterior, los chicos no podían creerselo, era imposible. Se sentía como un balde de agua fría.
»Debía ganarme su confianza, que creyeran en mí y todo este cuento que me inventé. Estando en un ambiente así, con una persona con la que pudieran simpatizar y creyeran que era igual a ustedes se creyó que podía ayudar a desarrollar sus habilidades y si funcionó. Cumplí con mi misión. Cumplimos con nuestra misión, ¿No es así, Dedrick? Aunque su misión no fue tan fabulosa y compleja como la mía.
Él se alejó del grupo posándose al lado de ella.
—¿Qué? —Amatista lo miró, se sentía traicionada nuevamente y no entendía nada de lo que estaba pasando.
—No te veas sorprendida. Ya me conoces, sabes cómo soy. No pienso cambiar, siempre estaré del lado que más me beneficie. No debiste confiar en mí, nunca debiste.
—No entiendo nada. Zafiro, tú no...
—Siempre fuiste mi favorito, ¿Sabes? —dijo interrumpiendo a Daykon, luego dirigió su mirada hacía Darek—. Tú también, no te pongas celoso Are.
»Sé que se están negando a creerme, pero deberían hacerlo. Es la completa verdad, la verdadera. No se aferren a una realidad que no existe, una que nunca existió.
—Todo lo que vivimos, todo lo que nos contaste... ¿Era todo una mentira? —dijo con dolor en mirada.
—Todo a sido una mentira elaborada desde el comienzo. Mi llegada, el escape, las historias... Para que se crea en una mentira debe parecer tan real para mí como para mis espectadores.
—Zafiro, esto no tiene sentido —Jaspe negó con la cabeza. Zafiro asintió sonriendo con malicia.
—Si lo tiene, después de todo soy Aklla.
Los demás no entendían que significaba esa palabra y a pesar de eso les resultaba tan familiar, tan importante y relevante en sus vidas.
»La que fue mandada a traicionar el grupo...
Se interrumpió bruscamente llevándose una mano a la garganta, sus ojos empezaron a ponerse blancos y retrocedió unos pasos.
Darek se acercó asustado hacia ella, a pesar de que los había traicionado no podía evitar preocuparse por ella y los demás tampoco.
Cayó de rodillas al suelo llevándose las manos al estómago, la sangre empezó a brotar de su boca, orejas e incluso sus ojos.
El shock era grande en todos, pero fue aún más grande cuando vieron a la persona que estaba parada unos pocos pasos detrás de ella. La furia era evidente en su mirada...
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