Capítulo 29: Marcas de guerra.
—Algún día vendremos y disfrutaremos de todas las cosas buenas de este país.
—¿Crees que llegará ese "algún día"? —pregunto Daylen igualmente en voz baja luego de bostezar.
—Tengo esperanza —suspiré.
Nos encontramos enrollados en nuestras mantas (solo eran dos, pero logramos dividirlas de buena manera) en la parte trasera del auto rumbo a un paso más cerca de nuestro lugar de llegada. Darek y Dedrick se ofrecieron a ayudar al señor Alfonso a manejar, quedaron en hacer turnos, por lo tanto no están acá atrás con nosotros.
»Algún día esto ya no será así —dije después de un largo rato—. Tendremos libertad, podremos estar donde queramos sin miedo a ser secuestrados por gente maliciosa. Algún día todo será mejor, se los prometo —dije más para mí misma que para ellos, que estaba segura no me escucharon porque ya dormían.
Bostece mientras cerrabas los ojos viendo como el cielo se hacía cada vez más borroso ante mi, pero no sin antes percatarme de un destello que pasó a gran velocidad por el cielo.
***
—Muchas gracias de verdad —le repetía por tercera vez a Alfonso.
—Ya les dije que no hay nada que agradecer.
—Prometo algún día devolverle el favor.
—No es necesario, señorita. Ahora vayan y terminen su tesis —nos guiñó un ojo y se alejo en dirección a su auto. Algo me decía que él sabía que no queríamos ir a la frontera por nuestra tesis.
Los demás se despidieron con un ademán dándole palabras de agradecimiento mientras el señor Alfonso se montaba en su camioneta y se marchaba.
Personas como él me hacen pensar que la humanidad todavía no está perdida y que hay esperanza.
—¿Y ahora qué? —pregunto Daykon.
—Caminar —dije con simpleza.
Y eso fue lo que hicimos durante horas.
***
—Cuando lleguemos y terminemos esta caminata eterna espero poder descansar durante días —mientras decía eso agarro su botella de agua y se tiró el contenido en el rostro.
—Joder, Dedrick, no desperdicies el agua —lo reñi.
—Tranquila, preciosa. Conseguiré.
No pasaron ni dos minutos cuando a lo lejos se escuchó el sonido del agua fluyendo.
—Eres un suertudo —rode los ojos al mismo tiempo que el me guiñaba uno y se alejaba en dirección al sonido.
Ya pasó aproximadamente un día y medio desde que Alfonso nos dejó. Tuvimos que acampar en un pequeño pueblito en el cual están acostumbrados a los "turistas" por lo tanto fueron amables. Salimos temprano y logramos adentrarnos al bosque sin que nadie nos viera, no fue fácil, pero lo hicimos con ayuda de Darek.
Los demás lo seguimos. Al llegar Dedrick ya estaba sumergido en el agua, algunas prendas de su ropa descansaban en una roca.
—Te podría salir un cocodrilo —le dijo Amatista mirando el agua con horror.
—En está zona no hay cocodrilos —le dije no muy segura.
—Ven acá —le dijo él mirándola.
—No me meteré ahí.
—Claro que si —salpicó un poco el agua hacia dónde estábamos nosotros—. Será por las buenas o por las malas.
Mientras esos dos se seguían retando o lo que sea me quité los zapatos junto a los calcetines y me acerqué a la orilla para sumergir los pies. Escuché un chapuzón y voltee. Amatista se quitó el cabello de la cara completamente empapada. Dedrick en la orilla se reía de ella, luego se sumergió y se acercó a ella.
Sonó otro chapuzón, pero está vez fue Darek quien se acercó a mi.
—¿No piensas meterte? —me dijo pasando una mano por su pelo húmedo, los ojos se le veían mucho más claros.
—Claro, solo que no me dejaré la ropa puesta —dije desviando la vista hacía Amatista a quien se le adhirió la ropa que no pudo quitarse al cuerpo. Arrugue la nariz. Al voltear la vista nuevamente a Darek ví que tenía los ojos más oscuros lo cual me confundió porque hace un momento los tenía súper claros y me miraba un poco raro, escuché risitas tras nosostros y caí en cuenta de lo que dije.
»No me refería a completamente sin ropa, solo algunas...
—Si esas son tus preferencias no tengo problema con ello, preciosa —dijo Dedrick mientras a mi se me teñian las mejillas de rojo y los demás reían.
Me aleje de la orilla y procedí a deshacerme de la ropa, quedando solo en sujetador y bragas. Parece que ando en bañador así que no tuve problema con andar un poco expuesta. Luego corrí y me tire al río.
Me quedé sumergida unos segundos demás bajo el agua, cuando salí a la superficie me eche el pelo hacia atrás. Voltee sintiendo las gotas de agua cayendo en mi rostro producidas por los demás al sumergirse también en el agua.
—¿Vienes, Émeraude? —pregunto Jaspe.
Émeraude miraba el agua con horror o a nosotros, no estaba segura.
—Mis zapatos están completamente empapados y son el único par que traje —le decía Amatista a Dedrick enojada mientras se quitaba la ropa empapada y la dejaba tendida en una roca. Él solo se reía.
—Mejor me quedo aquí —dijo Émeraude.
—¿Por qué? Amas el agua, recuerdo cuando ibas a esas clases de natación y pensabas prepararte para las competencias —Darek sonreía mientras decía eso.
—Eso fue hace mucho tiempo —dijo con simpleza bajando la mirada hacia sus pies.
Daykon llevaba rato mirándola fijamente, creo que fue tan intensa la mirada que ella volteo a mirarlo, pero termino desviando la mirada otra vez a sus pies.
Amatista se metió en el agua nuevamente mientras Daykon salía y se dirigía a Émeraude. Se alejaron un poco supongo para tener privacidad.
Al cabo de un rato regresaron, Daykon se metió al agua mirando a Émeraude instandola a entrar. Ella suspiró, se quitó las prendas que no necesitaba y se metió con rapidez, pero antes de que lo hiciera pude ver la cantidad de marcas que tiene esparcidas en los muslos y la más alarmante de todas es una que tiene en la espalda baja.
Quedé abrumada y no porque nunca hubiese visto cicatrices, yo de hecho tengo varias pequeñas y una no tanto... Tampoco tengo algo en contra de ellas, en realidad me parecen únicas e interesantes a su manera, lo que me alarma es no saber el hecho de cómo se las hizo o quién.
Darek la miraba fijamente, ella solo se encogió de hombros.
—Ya sabes, los golpes dejan marcas, pero no tan profundas como las internas —murmuro lo último un poco triste.
Sentí un montón de gotas de agua en la cara y me giré para ver qué las produjo encontrándome con la mirada de Dedrick quien hizo un gesto disimulado a Émeraude y luego sonrió ampliamente.
—¡Busquen pareja amigos míos porque vamos a jugar!
—Eso son cosas de niños —le dijo Daylen, no pude evitar reírme—. ¿De que te ríes?
—Lo dice quién se lo pasa hablando de películas y caricaturas para infantes todo el tiempo —frunció el ceño apunto de protestar, pero no lo deje—. En fin, dices eso porque temes perder y al perdedor le toca vigilar toda la noche.
—Claro que no.
—Entonces elige pareja y juguemos.
—Vamos Émeraude, será divertido —le dijo Daykon, se lo pensó un momento, pero accedió con una sonrisa.
Sé que Dedrick propuso este juego solo para distraer a Émeraude y es un lindo gesto, a fin de cuentas si está cumpliendo con eso de ayudarla.
***
—Estás me las hice andando en bicicleta —se señaló las rodillas y uno de los codos—. Está otra —dijo señalándose el mentón—, me la hice jugando en la lluvia, me resbale y pegue el mentón en algún borde de un muro. Recuerdo que mi papá estaba muy asustado, me tuvieron que agarrar puntos.
—La mayoría me las hice andando en patines —dijo Jaspe—. Estaba de moda en ese entonces.
Después de jugar un largo rato y aprovechar de asearnos, decidimos caminar un poco más hasta que anocheció. Elegimos un lugar para acampar y ahora después de discutir sobre quién vigilaba la noche entera estábamos contando historias sobre nuestra vida.
—La mayoría que tengo me las hice cuando estuve en la armada, pero está —se señaló la cicatriz casi imperceptible que tiene debajo de uno de sus ojos—, me la hice cuando mi... Cuidador me estaba intentando enseñar a usar un arma. No sabía sobre el retroceso, apenas tenía ocho años —no pudo pasar desapercibido la manera en la que se refirió a su tío.
—Las que tengo fueron ocasionadas prácticamente por uno que otro ataque de ira cuando estuve encerrado. Las más recientes me las he hecho estando con ustedes —sonrió. Definitivamente Daykon es muy tierno.
—Bueno, he estado en demasiadas peleas, está de más decir como me las hice —dijo Amatista encogiéndose de hombros un poco tensa.
—¿Que les digo? Tenía mi propia pandilla, las cicatrices que tengo son por la vida que me tocó vivir —dijo Dedrick con simpleza.
—Las mías son por los entrenamientos que tuve que hacer desde pequeña —respondí por lo bajo, pero sabía que me habían escuchado.
—En conclusión, todos tenemos cicatrices y no tiene nada de malo. Todas tienen su historia y aunque en la mayoría de casos esa historia puede llegar a ser dolorosa demuestran lo fuerte que hemos sido al seguir adelante. Tómalo como marcas de guerra, de valentía —le dijo a Émeraude. Ella sonrió y asintió.
Terminamos de comer y nos acomodamos para descansar o intentarlo al menos, no se nos olvida que estamos en un bosque que no conocemos mucho.
Me pasé una mano por la parte baja del estómago.
—Marca de guerra y valentía —repeti en un susurro creando una burbuja protectora a nuestro alrededor.
Discutimos un poco cuando me propuse hacer eso ya que no debo estar débil estos días, pero al final todos terminaron accediendo sabiendo que era la mejor opción para protegernos de los peligros del bosque.
***
—Cuando llegues al bosque debes buscar un árbol. Tendrá una marca particular que solo será vista por lo ojos que la necesitan. Ese árbol te ayudará a acortar camino y llegar más rápido al lugar elegido. ¿Entendiste?
Asentí.
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