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Capítulo 28: Estudantes de botânica.

—Hacer autostop no va a ser tan fácil, no somos uno solo, somos ocho. Tendría que ser en vehículos grandes y inventar algo que no genere preguntas.

Llevábamos demasiadas horas caminando sin descanso, ya estaba anocheciendo y era hora de buscar un sitio donde descansar. Habíamos recorrido varios kilómetros, pero pocos comparado con lo que falta. Hacer autostop era algo que necesitábamos, el viaje sería mucho más corto y acortar el viaje era primordial. No gastaríamos tanta energía y llegaríamos a tiempo.

—Ya estoy cansada —dijo Émeraude.

—Deberíamos ayudar a buscar un lugar para descansar —Daykon me miró notando la creciente preocupación que hay en mí. No teníamos cerca algún bosque para acampar, estábamos en carretera y todo se veía solitario.

—Podría hacer algo —dijo Jaspe rompiendo el silencio, sabía que ella podría hacer más que algo, pero no era momento para que se desgastará.

—Jaspe, no...

—Encontré un lugar —Darek regreso corriendo junto a Dedrick, se habían ido hace unos minutos para ver si conseguían algún lugar donde pasar la noche—. No queda muy lejos.

Caminamos unos cuantos metros siendo seguidos por la tenue luz de la luna y la brisa nocturna.

—Un lugar abandonado.

—Puede que los lugares así se vuelvan nuestros amigos en este viaje.

Nos adentramos a lo que quedaba de un antiguo establecimiento que hace años debió ser un lugar de comida rápida para los viajeros.

—Acogedor —dijo Amatista con evidente sarcasmo mirando los alrededores.

Émeraude chillo al ver pasar una rata junto a ella.

—Es lo mejor que hay —dijo Dedrick rascándose la nuca—. Al menos que quieran dormir a la intemperie.

—Solo ubiquemos las colchas en... —dije observando el lugar con desagrado.

—¿Que tal si primero comemos algo?

—No sé si es por los nervios, pero no he tenido hambre —no era la única. En todo el día solo habíamos comido alguna fruta antes de salir de la casa—. Y con este lugar mi apetito es nulo.

—Émeraude, hay que comer algo tengamos hambre o no —dije Darek a modo de regaño.

Ubicamos las colchas de dormir en la parte más limpia que encontramos.

—¿Galletas o pan?

—Lo que sea.

—¿Qué creen que ocurrió en este lugar para que cerrara? —miró los alrededores con genuina curiosidad.

—Prefiero no pensarlo.

—Por las condiciones parece que unos cuantos vagabundos han dormido aquí —dije mirando una ventana rota.

—¿No les da curiosidad saber por qué cerró? Tal vez un asesi...

—De seguro al dueño no le estaba yendo bien y cerro o solo emigró —lo interrumpió Daylen rápidamente.

—Pero...

—Dedrick, solo cállate y come —Amatista lo interrumpió para que dejara de lado ese tema. Sé que lo hizo para que no asustará a Jaspe o a todos.

Con el poco tiempo que ha pasado junto a nosotros ya nos habíamos percatado de que es una persona muy curiosa y que le gusta inventar historias no muy agradables con un toque siniestro.

Igual no servía de nada decirle que no hablara de esos temas, ya todos de alguna manera teníamos miedo y preocupaciones.

Me costó mucho conciliar el sueño, cuando por fin lo estaba logrando oí algunas voces. Pequeños susurros de voces femeninas.

Solo decían mi nombre una y otra vez: Zafiro, zafiro, zafiro, zafiro.

***

—¿Crees que es la indicada?

—No lo sé.

—Creo que es joven, traumada e inexperta.

—Yo en cambio creo que hará un buen trabajo.

—Puede que si, pero también puede que arruine todo por lo que hemos trabajado.

—Siempre podemos solicitar un cambio, no es muy ético, pero podría llegar a ser necesario 

—Es la elegida. La primogénita. No quiero que piensen que no es capaz de hacerlo, es más capaz que todas ustedes —se escucharon sonidos de indignación por lo que dijo la voz de la mujer que se me hacía familiar.

No podía ver nada, pero si escuchar. Si es un sueño algo me decía que no recordaría nada al despertar.

—Tiene un gran potencial, lo admito. Pero si no lo usa con sabiduría lo llevará todo a la ruina.

—Puede ser la salvación, pero también la destrucción de todo.

***

Zafiro, zafiro, zafiro.

—¡Zafiro, despierta!

Me incorporé rápidamente llevándome un golpe en la frente con la de otra persona.

—Auch —emití sobándome la parte adolorida.

Al aclarar mi vista ví a Amatista agachada junto a mí sobándose la frente.

—Ya nos vamos —dijo con simpleza saliendo del lugar.

Me estiré algo adolorida, no fue una buena noche. Tenía la sensación de que soñé algo importante, pero no lo recordaba.

[...]

—Yo quería ser abogado —respondió Dedrick con la boca llena. Nada educado de su parte, pero era un dato interesante.

—Creo que hubiese sido psicólogo —dijo Daykon pensativo—. Leí algunos libros sobre eso cuando estábamos en la casa y la verdad me parece muy interesante.

—Yo quería ser enfermera, pero mis tíos querían que me casará con alguien digno  —miro sus manos distraídamente, Darek se acercó a ella y le pasó un brazo alrededor de sus hombros.

—Cocinera —respondió Jaspe con algo de nostalgia.

—Aunque me metí en la armada y todo eso, realmente quería ser veterinario —se encogió de hombros.

—Ingeniero.

—Me hubiese gustado dar clases de defensa personal.

Todas las miradas cayeron sobre mí, ¿Yo? ¿Que hubiese elegido?

—No lo sé —dije en un susurro.

—Vamos, de seguro tienes algo en mente —dijo Dedrick dándome ánimos.

—Cantautora —dije con las mejillas sonrosadas—. Sé que suena estúpido, pero me gustaba mucho escribir y cantar.

—No es estúpido. Ningúna carrera, sueño o meta lo es.

—Además tienes una voz hermosa —aporto Darek.

—Volviendo al tema anterior, no parecemos estudiantes universitarios de ninguna de esas carreras —nos señalé—. ¿Que querría hacer un estudiante de eso en la frontera?

—Igual no creo que nos den un aventón.

—O tal vez si —Daylen miró tras nosotros señalando disimuladamente una camioneta destartalada que se acercaba por la carreta.

Hicimos señas para que parará y efectivamente lo hizo. Por favor que no sea un loco de la organización.

Nos acercamos lentamente, miré por la ventana. Un hombre mayor nativo de este país, se veía algo intimidante.

—Olá, bom dia —todos se miraron disimuladamente entre ellos. Perfecto, no sabían el idioma, eso aumentaba mi nerviosismo.

—Olá, bom dia senhor.

—Onde eles estão indo?

—Para a floresta na fronteira —hice una sonrisa forzada. El señor frunció el ceño. Mierda ¿Por qué dije eso?

—Somos estudantes de botânica, precisamos fazer pesquisas para nossa tese —le regaló una sonrisa deslumbrante, con esa cara de que no rompe ni un plato cualquiera le creería. A fin de cuentas es un manipulador nato por su habilidad.

—Eles são estrangeiros? —era muy notorio, no ví necesario mentir. Asentí ligeramente—. Está bien, suban. Los puedo dejar en un pueblo que no está tan lejos —hablaba el español con fluidez, interesante.

—Obrigado meu Senhor.

Subí a la camioneta con ayuda de Daykon, luego subieron los demás.

—No sabía que hablabas portugués —le dije a Darek en un susurro.

—Aprendí un poco —se encogió de hombros.

Mire a Daykon fijamente haciendo unas señas disimuladas hacia el señor que manejaba el vehículo.

—Creo que estaremos bien —eso me aliviaba.

—Al final terminamos siendo todos botánicos —dijo Amatista con una sonrisa de lado sacando nuevamente el tema de las profesiones. Todos sonreímos y negamos con la cabeza.

—¿Nuestra tesis? —susurro Dedrick—. Creo que nos vemos jóvenes para estarnos graduando.

—Habla el señor "soy al menos dos años mayor que todos ustedes" —dijo haciendo una pésima imitación de su voz.

—Yo no hablo así —frunció el ceño mirando a Amatista—. Igual eso no importa, volvamos a lo principal —miro a Darek con una ceja enarcada quien señaló a Daykon.

—Puede que de alguna manera lo haya usado —dijo Daykon tocandose la cabeza con un dedo.

Lo miré con reproche, les dije a todos que tratarán de no usar sus habilidades.

El resto del viaje fue muy silencioso.

     
     

Ya estaba anocheciendo cuando el señor estacionó el auto en una tasca o algo parecido.

—Iré a comer. Ustedes también deberían comer algo —se dirigió a la entrada.

—¿Que dicen? Bajamos y comemos algo que no sea pan y galletas o nos quedamos aquí.

—Tengo algo de dinero —me baje siendo seguida por los demás.

El lugar era acogedor, se veía algo animado. El señor cuyo nombre es Alfonso (no nos lo había dicho, pero una camarera lo saludo diciendo ese nombre), se dirigió a la barra a hablar con unas camareras, parece que a venido aquí varias veces.

Nos sentamos en una mesa alejada.

—¿Nos quedamos aquí o seguimos aprovechando el aventón? —pregunté sin rodeos.

—Yo creo que es mejor seguir con él, nos ahorramos viaje.

—No he sentido intenciones malas por parte de él.

—Boa noite, o que você oferece? —dijo una camarera mirando coquetamente a Daykon.

—Coxinha de pollo, por favor —le regale una sonrisa algo exagerada para que desviará su atención de Daykon, ya que Émeraude no la estaba mirando de muy buena manera.

Asintió y se marchó dedicándole una última mirada a Daykon que ni se percató del coqueteo de esa camarera.

—¿Que pediste?

—No te preocupes por eso, estoy segura que les gustará.

Y claro que les gustó. Fue la primera comida típica que comí de aquí, se terminó volviendo una de mis favoritas. Sabía que les gustaría.

Pague la cuenta, por suerte sobraba todavía dinero. Los precios no son tan caros como pensé.

—Eles são estrangeiros? —pregunto la camarera después de guardar el dinero—. Disculpen si sueno entrometida, no es necesario que respondan —hablo español con un poco de dificultad. Preferí solo asentir como respuesta.

»¿Están con Alfonso? —volví a asentir—. Es un buen hombre, trabaja mucho viajando a la frontera y de regreso. Suele ayudar mucho a los extranjeros.

Desvío la mirada de mí para enfocarla nuevamente en Daykon como si no me hubiese estado haciendo preguntas hace unos segundos.

»Terminó mi hora de trabajo, ¿Te gustaría bailar?

Si Émeraude pudiera matar con la mirada esa pobre chica ya estuviera muerta, ¿O tal vez si podía matar con la mirada?

—En realidad, en este preciso momento va a bailar conmigo. Gracias, adiós —Émeraude agarró la mano de Daykon arrastrándolo lejos de la mesa.

—Bueno, el está ocupado, pero yo no preciosa.

Dedrick le guiñó un ojo coquetamente, Amatista y yo rodamos los ojos. La camarera lo estudio con los ojos entrecerrados por unos segundos, al final accedió y se fueron a bailar.

—No lo puedo creer, estamos en medio de un viaje importante y Dedrick lo que hace es coquetear —resopló con enfado.

Sonreí de lado, esos dos tienen una historia que me gustaría saber.

—Ve a bailar tú también. Alfonso está muy entretenido hablando, no creo que nos vayamos todavía —dije con simpleza.

Amatista me miró por unos segundos, luego se paró y se acercó a un moreno que estaba bebiendo tranquilamente en una esquina. Al rato se pusieron a bailar.

—Todas estás parejas son un desastre —Jaspe negó con la cabeza—. Todos sabemos que se gustan, incluso ellos mismos, pero prefieren ignorar las cosas y complicarlas.

—Nosotros no es que seamos la pareja ideal —dijo Daylen mirándola.

—No, y ha sido muy complicado, pero al menos lo hemos intentado —suspiro.

—¿Que tal si vamos a bailar un poco? —asintieron y nos fuimos a bailar.

Los tuve que enseñar un poco, ya que no sabían mucho sobre cómo se bailaba este tipo de música. Émeraude se acercó un poco apenada con Daykon ya que tampoco sabían cómo bailar y el poco rato que estuvieron solos se dedicaron a tratar de imitar a las otras parejas.

Fue una noche bonita y divertida, sin incidentes. Un recuerdo que tendría guardado con alegría en mi memoria.

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