—¿Solo eso? Era tu mejor amigo y le decíamos Ded. No hay más, eso no nos ayuda en nada —dije.

Amatista se encogió de hombros, se veía nerviosa, cómo que ocultaba algo ¿O era idea mía? Cuando tuvimos el sueño compartido ella estuvo algo rara, creo. Ella sabía algo y lo estaba ocultando. Negué con la cabeza, debía dejar de estar tan paranoica, ayer lo estuve y terminé borrandoles un pedazo de la memoria a los chicos, no quería que eso volviera a pasar, tenía que controlarme.

Me dirigí a una de las estanterías, agarré una caja para sacar una llave que había en ella y me la metí en el bolsillo trasero de mi pantalón.

—Vamos a salir —les dije a los chicos pasando por su lado con la caja en las manos.

Me siguieron en silencio, ya habíamos salido de la casa y llevábamos unos minutos caminando cuando Daylen rompió el silencio.

—¿A dónde vamos?

—Vamos a practicar algo nuevo hoy. Nuevo para algunos —corregí.

Seguí caminando, ya estábamos algo alejados del pueblo. Llegamos al estadio abandonado que se encontraba a las afueras del pueblo, no es muy grande, desde que llegué ya estaba así; gradas dañadas, un montón de monte en lo que debía ser pasto recién cortado y cuidado, todo descuidado o agrietado.

Me metí bajo las gradas seguida de los chicos, saque la llave que tenía en el bolsillo y abrí una puerta que se supone era de un baño público.

—Pasen —les dije.

_Este es el momento dónde muestras como eres realmente y nos matas —fruncí el ceño apunto de responder—. Es broma, vamos —Amatista paso por mi lado y bajo las escaleras siendo seguida por los demás.

Bajé detrás de ellos asegurándome de cerrar bien la puerta.

—¿Otra sala de entrenamiento?

—Efectivamente, es insonorizada —abrí la caja y vacíe su contenido en una de las mesas.

—Armas.

—Vamos a practicar, sé que la mayoría de ustedes ya ha usado una, pero no está demás practicar.

Les entregué una a cada uno, también unos tapones para lo oídos que los protegerán de el ruido que producen los disparos.

Me puse unos yo también, luego me coloqué en posición. Delante de mi hay maniquíes, use mi habilidad para que se movieran y empeze a disparar. Uno a uno, tenía tiempo que no practicaba y sin embargo me sigue pareciendo igual de sencillo. Acerté en todos.

—Daykon, ven aquí —se acercó y le puse el arma en la mano—. ¿Nunca has tenido una de estas en la mano? —negó—. Es bueno que aprendas a usar una, es bueno que todos practiquemos. Acerquense.

»No pongan el dedo en el gatillo hasta que no se sientan seguros. Separen los pies a la altura de los hombros. Daykon, pon los hombros más atrás. Suelten todo el aire, nunca disparen con aire en los pulmones.

Me acerqué a Daylen.

»Estás demasiado tenso.

—La última vez que use un arma fue hace mucho tiempo y no era como esta. Estoy nervioso, ¿Vale? —me reí un poco—. ¿De que te ríes?

—Tú eres el que menos debería estar nervioso. Tienes precisión sobrehumana, una vez que dispares todos esos nervios desaparecerán.

»Sujeten el arma con fuerza, no querrán hacerse daño con el retroceso.

»Disparen —dije cuando me asegure que todos estaban en una posición correcta.

No moví los maniquíes porque no quería que fuera tan difícil para ellos, aunque sabía que para Amatista y Darek esto es sencillo.

Cómo supuse el primer disparo que dió Daylen no estuvo nada mal, pero los que siguieron a ese fueron perfectos y ya no se veía nada nervioso. Seguridad y entusiasmo es lo que pude detectar en su expresión.

Así es como te sientes cuando tienes una habilidad de estás, cuando pasa algo y sabes que eres indicado para solucionar eso.

Así se siente Amatista a la hora de pelear, segura, sabe que puede ganar una pelea cuerpo a cuerpo sin problemas. Émeraude puede salir herida y sanar fácilmente o ayudar a sanar a los demás si ella quiere. Daykon puede usar las emociones de los demás a su favor. Jaspe puede convertir cualquier cosa en lo que ella quiera. Daylen puede usar cualquier arma con una precisión exacta, sin problema alguno. Darek puede hipnotizar a quien quiera y que haga lo que él quiere, la mente es lo suyo. Dalton puede hacer lo que sea sin ser percibido o visto.

¿Y yo? Yo todavía no estoy segura de lo que puedo ser capaz y me aterra.

Dicen que el poder puede llegar a corromper a las personas, por eso no puedo dejar que otras personas tengan lo que nosotros tenemos, ellos no lo usarán correctamente, nosotros sí. Si fuimos elegidos para tener estás habilidades es porque las usaremos como debe ser ¿Cierto?

Viendo a los chicos en este momento me doy cuenta de lo mucho que han avanzado, de lo mucho que hemos avanzado todos como grupo. Ya están listos, lo sé desde hace unos días. Dominaron sus habilidades con facilidad, era de esperarse, por algo esas habilidades precisas los eligieron a ellos. Pero yo no estoy lista todavía, no estoy preparada para llegar a perder a alguno de ellos, porque sé que es algo que puede pasar. Una batalla no se suele ganar sin alguna perdida.

***

—Eso significa que dentro de poco es el día. Mi papá a estado más raro estos días, debí suponerlo —dijo la niña luego de escuchar lo que le contó su amigo acerca de haber escuchado una charla de sus padres.

—¿De que día hablas?

—Del día de la reunión —respondió la niña con obviedad.

—Pero... —el niño estaba completamente confundido—. ¿De que es esa reunión?

—No lo sé, lo único que sé es que es importante —se encogió de hombros—. En los papeles que encontré solo había un hora, no había fecha. Decía reunión, cupo para ocho integrantes. También había un número de teléfono.

—¿De quién era?

—De la mamá de Dalton —se miró las uñas con indiferencia—. Papá se enojo mucho conmigo cuando me encontró en su oficina, no pude ver más nada.

—Tu papá me intimida un poco, a de ser porque nunca me han gustado los científicos, casi siempre están locos —se estremeció.

—Mi papá no está loco y no es un científico, es un farmacéutico. Trabaja en una empresa.

—Claro —el niño sacudió la cabeza como si no le creyera—. En fin, si no podemos descubrir que es ya no hay más nada que podamos hacer.

—Tal vez solo estamos paranoicos de tanto ver películas, de seguro la reunión es solo de trabajo. Tal vez le van a dar un ascenso a papá en el que se tiene que ir de aquí y tú mamá se molestó porque no quiere que nos vayamos. Yo tampoco quisiera irme —frunció el ceño.

Su amigo no creía que la reunión tratara solo de eso, pero quería darle ánimos a su amiga que se veía afligida por lo que acababa de pensar.

—No se van a ir, nunca nos vamos a separar, somos los nueve fantásticos ¿Recuerdas? Siempre juntos.

—¿Los nueve fantásticos? ¿De dónde sacaste eso? —sacudió la cabeza reteniendo una risa.

El niño simplemente se encogió de hombros.

—Mejor sigamos jugando.

—No con la diana, estoy cansada de que me presumas lo bueno que eres con esos estúpidos dardos.

—Como si tú no presumieras tus cosas -rodó los ojos.

***

Salí del trance en el que me tenía Darek. Me sentía un poco mareada, pero más que nada confundida. Estábamos otra vez en la casa, en la sala de entrenamiento. No tenía que explicarle a los demás lo que había visto porque Darek hizo que ellos también lo vieran.

—Toda mi infancia a sido una completa mentira. Nada de lo que yo creía es real —se rio Daylen sin ganas.

—¿De pequeños podíamos usar nuestras habilidades?

—No lo creo, tal vez solo eran pequeñas manifestaciones —dije no muy segura.

—Eso no es lo importante. Tu padre era un científico, eso no te deja a ti en una muy buena posición —dijo Émeraude.

¿Mi padre realmente era un científico? No lo recuerdo, ¿O si lo recuerdo y me estoy obligando a no hacerlo?

—No creo que lo fuera y si lo fue no es mi culpa. Mi padre y yo no somos la misma persona.

—Eso no nos consta, puede que tú estés trabajando con los locos que nos tenían encerrados.

—Émeraude —Darek la miro con advertencia.

—No puedo creer que pienses eso de mí —negue con la cabeza, estaba irritada.

Necesitaba calmarme. No espere a mirar a los demás para saber si creían lo que ella decía o no, simplemente me fui.

El último capítulo del año, ¿Alguna teoría?
Espero pasen un lindo día, nos vemos nuevamente en enero ❤️🎄🤗.