-Lord Hokage, vengo a darle un informe sobre Uchija Itachi- Kakashi se encontraba parado delante de la mesa de Hiruzen.

-¿Qué era lo que quería Itachi en la Aldea Oculta de la tierra?- preguntó intrigado y a la vez preocupado.

-En la Aldea tenían una piedra muy poco común, se dice que cada tres años aparece en los alrededores. Al parecer, ese mineral contiene una gran cantidad de chakra, se puede utilizar para fines mal intencionados pero ellos lo emplean en el área medica ya que ayuda a recuperarse pronto. Tal vez Itachi lo buscaba para algún plan y viniendo de él no sería bueno, sin embargo, se retiró de la Aldea. Creemos que solo quiso averiguar sobre aquella piedra especial sino hubiera aprovechado en atacar para apropiárselo.

-Muy buen trabajo Kakashi. Hay que estar en contacto con la aldea por si decide ir de nuevo- el peliblanco afirmó con la cabeza y se retiró.

No perdió más tiempo y fue a buscar a Akemi. La encontró caminando junto a Shisuka, las dos reían y él no pudo evitar ese palpitar que aparecía cada vez que la veía. Inspiró hondo y se presentó ante ellas.

-Kakashi- saludaron las dos.

-Hola- saludó un poco nervioso- Akemi, ¿vamos a entrenar?

-Claro- le sonrió- Nos vemos mañana, Shisu.

-Por supuesto, Akemi

Los pensamientos de la chica Hoshi cambiaron porque al principio odiaba a Kakashi por ser cruel con su amiga pero hasta ella se daba cuenta la atracción que había entre ellos. Él siempre la cuidaba y Shisuka era feliz por ese motivo. Mientras ella se dirigía a su casa, los dos enamorados se iban al bosque a entrenar pero los planes de Hatake eran otros.

-Me enteré que fuiste a una misión, ¿todo bien?- Akemi preguntó con interés

-Todo salió bien, solo tuvimos que ver los movimiento de un antiguo ninja de la Aldea.

-Creí que te mandaron a enfrentarte a alguien. Estaba preocupada- confesó la castaña- Bueno, ¿seguimos con el entrenamiento?- sonrió dulce

-Si- era la única palabra que pudo contestar por estar pensando en que ella se preocupaba por él, estaba más decidido que nunca.

Kakashi fue el primero en lanzar un golpe y Akemi respondió contrarrestándolo. Estuvieron un tiempo así hasta que ella lo golpeó y no pudo esquivarlo. En el suelo, el peliblanco le dijo.

-Has mejorado mucho- le sonrió- Tomaremos un descanso- Akemi estuvo de acuerdo.

Los dos caminaron a su árbol, se sentaron y observaron el paisaje.

-¿Y tú tuviste que enfrentarte a alguien?- Hatake quiso escucharla.

-Solo a dos ninjas, nos costó mucho hacerle frente porque a Takeru lo dejaron herido y eso que él tiene mucha más experiencia que nosotras. Shisuka y yo hicimos nuestras técnicas especiales, y todo salió bien. Es mi dúo perfecto, ella es como mi hermana así que si me faltara algún día, me dolería- su mirada se tornó triste.

-No creo que eso pase, las dos han mejorado y son dignas de ser ANBU.

El trató de animarla, cosa que funcionó porque Akemi volvió a sonreír por las últimas palabras que dijo su compañero. Kakashi sintió que era el momento de hacerlo aunque los nervios, le hacían dudar pero se levantó haciendo que Akemi lo mirara un tanto extrañada.

-¿Volvemos al entrenamiento?- la castaña preguntó pensando que su compañero se levantó por esa razón.

-No, Akemi. Dame un momento, ahora regresó- sin más se retiró.

La chica del clan Zen se quedó mirándolo mientras se iba perdiendo en el bosque. No comprendía que era lo que ocurría pero una pequeña sonrisa apareció en su rostro, al recordar cuánto cambio Kakashi con ella. Él era muy distinto, él antes era tan callado y serio, sin embargo, ahora él era alegre (solo con ella) y Akemi adoraba eso. En los meses transcurridos, ella empezó a sentir muchas cosas por él; le gustaba ese lado misterioso que reflejaba con esa máscara que tapaba su boca, también el lado protector que mostraba por ella y su mirada que la ponía nerviosa cada vez que él la veía. El semblante de su rostro se entristeció, la castaña creía que él no sentía nada por ella pero pronto sabría que no era así.