*BOOM*

*BOOM*

*BOOM*

—ATACAN LA MANSIÓN!!.

Muchos gritos, se deleitaba viendo a su Famiglia sufrir, sentado en el barandal de su balcón en el ala más alejada, sus ojos caramelo observaban desde esa lejanía.

Oh~, su "Amado" Padre fue herido.

—Tsunayoshi, sube a las camionetas, nos iremos de aquí.

Su sonrisa divertida se borró, sus ojos adquirieron aburrimiento, sus hombros se tensaron, odiaba que le interrumpieran.

—Claro Hibari-san, por cierto he oído que Dino-sama se va a Casar con Enma-sama, ¿Ya lo ha escuchado?.

Sabiendo que le dolía siguió hablando, destruyendo su alma, sus esperanzas de intentar algo con el que es el amor de su vida.

Oh! Pobre Nube~.

—Siempre que Dino-sama ve a su prometido, lo ve con un amor imposible de romper, son el uno para el otro, la Famiglia está invitada, pero no voy a ir.

Los ojos Plateados de Hibari Kyoya se nublaron en dilema, sonrió en su mente.

—Se que usted Hibari-san irá, me podría enseñar fotos cuando vuelva de la Boda, sabe como Enma y yo fuimos amigos de infancia me gustaría verlo en un día tan especial.

—Cállate Herbívoro.

Llegaron a la entrada de la Mansión donde una camioneta les esperaba, en ella iba Nana quien miraba a la nada, su mirada perdida indicaba que tan rota estaba, Bufó, su Madre se había vuelto una muñeca de trapo que podían desechar en cualquier momento pero no lo hacían para guardar las apariencias, era tan manipulable.

A un lado de él, estaba Bovino Lambo hermano menor de Bovino Lampo, él estaba en la Famiglia desde los cinco años, entrenado duramente para la batalla, no tuvo infancia siendo un perfecto soldado, solo obedece órdenes.

Había visto a Lampo mirarle preocupado cuando creían que nadie lo miraba, a diferencia de su hermano menor, él no fue entrenado para ser el soldado perfecto, fue consentido, amado, y es amigo de infancia y Guardián del rayo de su "Adorado" hermano Giotto D' Vongola, o mejor dicho Ieyatsu Sawada.

Con solo quince años ya había asesinado a un millar de personas, un alma perdida, su cordura ya esta al límite y el la romperá.

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—Sepira, querida, ¿Me traes noticias?.

—CheckerFace, Vongola perdió otra Base en Venecia.

Kawahira sonrió bajo su máscara, su informante era nada más y nada menos que la ex-jefa de Giglio Nero, quien dejó el mando a su hija Luce, quien a su vez tiene dos gemelas, Aria y Yuni. Ella había caído en sus redes, pero empezaba a sospechar de que pronto lo traicionaría.

Un celular sonó, Sepira trataba de ignorar el brillo en los ojos de su jefe, pero era imposible, aún a través de la máscara podía sentir un toque de felicidad.

—Puedes retirarte.

La curiosidad fue el detonante, con sigilo se detuvo a escuchar la conversación que pronto comenzó.

—Tsunayoshi

Abrió los ojos con sorpresa, el segundo hijo de Vongola.

—Estás a salvo, bueno me preguntaba si podías hacer lo que te comente....si eso, mátalas esas gemelas son una piedra en el zapato, ella siento que me traicionará, mejor asegurar su lealtad asesinando a sus amadas nietas.

Sepira sintió un escalofrío después de la risa, no le hacía falta la afamada intuición de los Vongola para saber de que se trataba, entonces sus ojos se abrieron en Shock, ese niño, ese maldito niño estaba en ese momento en su mansión, como destruyeron la base anterior Luce les había ofrecido hospedaje.

Un alma bondadosa que pronto moriría, pero Shh, eso ella no sabía.

Corrió como nunca, y tomó una camioneta, arrancó y manejó con mucha velocidad, no importaba nana en ese momento, solo su familia, sus nietas y su hija, lamentaba que Ganma no estuviera en esos momentos, el rubio segundo al mando estaba en Japón con Nono y Cozart.

—¡Luce!, ¡Aria!, ¡Yuni!—gritó—Llegué, ¿Alguien?.

Una sirvienta se asomó por la cocina tenía un postre de merengue en su manos.

—Ama Sepira, Las Amas están en su habitación jugando con el Joven Tsunayoshi, la Señora Luce ha salido a la boda de Cavallone y Shimone.

Sepira no escuchó más y corrió a la habitación de sus nietas, tomó el arma de su cinturón y apuntó a la vez que caminaba lento.

Nada, no había ruido, no risas, no juegos, nada.

Abrió la puerta con mucho cuidado, y el ruido del rechinido solo le daba terror a la situación.

Sus ojos se abrieron a más no poder, sus piernas temblaron y su arma fue bajada, sin más cayó de rodillas, sus lágrimas bajaron con rapidez, su voz no salía de su garganta, el nudo en ella hacía que sus palabras estuvieran atoradas, su pecho se oprimió con dolor. Frente a ella estaban su nietas, las gemelas de ocho años estaban frente a ella, sentadas en su mesita de té, sus vestidos azules estaban manchados de el líquido carmesí tan conocido, y frente a ellas, sus cabezas en una charola de oro, sus ojos estaban abiertos y sus rostros tenían gravada una expresión de terror absoluto.

Su celular sonó y tontamente ella atendió.

—¿Te gusto mi regalo?, apuesto que te encanta, solo es una advertencia.

Y colgó.

Un sollozó se ahogó por el ruido de la puerta cerrarse con brutalidad, y recargado en ella estaba Tsunayoshi con un cuchillo de caza en mano.

—Sabes, me aseguraré de que no digas alguna palabra, que tal con tu Única Familia, tu querida Luce.

—Maldito—masculle—¡Eres un Maldito!.

—Oh, pero si Sepira-sama, ¡Yo soy inocente!.

Limpió el cuchillo con un pañuelo que tiró en el bote de basura, y luego con todas sus fuerzas lo arrojó por la ventana, y dio al lago de la mansión.

—Nadie te creerá, Oh mi tan amiga Sepira, quien sospechará de el fracasado, torpe, que no sabe hacer nada y Dame de Tsunayoshi, Nadie.

—Eres un desgraciado.

—Eso me lo han dicho miles de veces querida, pero enserio primero debes de saber con quien te metes, si me disculpas la Familia ya viene, así que mejor calla.

Abrió la puerta y dios dos pasos para luego mirar la escena con una expresión de terror y gritar un 'Hie' tan fuerte como para alarmar a todos, incluso se cayó al suelo de rodillas, sus ojos comenzaron a lagrimear mientras tiraba unas galletas de paquete con un peluche de león.

Sepira miró a su nietas y sollozó, tenía al asesino detrás de ella pero no lo podía delatar, si lo hacía mataría a su hija.

La mucama subió alarmada, al llegar vio y se llevó las manos a la boca, no tardó mucho en que Luce y Reborn subieran corriendo, sus expresiones fueron un deleite para Tsuna, nunca, ni en sus más grandes sueños vería a el Hitman número uno llorar.

Luce se había derrumbado entrando en un shock que la dejó inconsciente, Reborn si siquiera se podía mover, estaba inmóvil observando, sus ojos estaba húmedos empezando a llorar, sus amadas hijas estaban inertes frente a el.

Sus manos soltaron una caja que al chocar con el suelo se abrió.

Yuni-Aria.

Dos hermosos collares con sus nombres gravados en oro blanco, adornado con piedras preciosas.

Casi, sintió lástima, Casi.

La Mucama llamó a todos a la vez que ayudó al Joven Tsunayoshi a levantarse y llevarlo a la sala.

—¿Q-que ha p-pasado?.

—N-no sé, y-yo fui p-por unas g-galletas y-y el p-peluche de A-aria, me t-tardé bus-buscando el p-peluche, y-yo no debí irme, y-yo debí protegerlas—más lagrimas bajaron—s-soy terrible.

Empezó a temblar, la sirvienta lo abrazó, mientras los demás empleados estaban arriba ayudando con los cadáveres de las gemelas Giglio Nero.

-

Sus pasos resonaron en la habitación vacía, el vaso de whisky estaba hecho pedazos en la pared, y en el suelo yacían balas usadas, su arma estaba reposando en el sillón, había escuchado lo que el Dame le había dicho a la sirvienta, algo muy dentro de él decía que mentía, que fingía, pero el shock emocional y los nervios a flor de piel hicieron que lo tomara como alucinación, las muertes de sus hijas le dejaron impasible, en guardia y desconfiaba de todos, incluso de su suegra quien no había hablado en las seis horas que habían pasado.

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—Ammm~, sí.

Sus manos desgarraron las cortinas con tanta fuerza que creyó rasguñar el vidrio.

—Me ah fue muy bien~, ahh, debiste ver sus rostros.

Su miembro era masajeado al ritmo de las envestidas que le hacía su amante, sus ojos era cubiertos por una tela, su cuello y espalda estaba atacada por besos y mordidas.

—Tsunayoshi, dime como las mataste.

—Fue Ahh!—se vino—muy simple, corté sus cuellos Ahh!.

—¿Qué más?

—Sus ojos cuando me vieron, fue ¡Ahh! muy excitante, s-su sangre recorrer mis ah manos.

Su miembro comenzó a despertar más, la dureza de las envestidas le embriagaba, los besos feroces e imaginar la sangre de personas inocentes escurrir por su cuerpo le llenaba de una excitación morbosa.

Era enfermizo, insano y otras cosas más lo que el sentía por Kawahira, el origen de sus sentimientos fue incierto, sabía que Kawahira sentía algo, cariño tal vez, pero mientras estuviera cerca de el, haría cualquier cosa menos dejarle, lo Ama tanto que mata por el, no deja que mire a otras personas, si hay personas que coquetean con el, al día siguiente desaparecen o amanecen muertos.

Esa fue una parte que Kawahira amó, la forma mal sana de amar de Tsunayoshi, según Bermuda, había desarrollado Estocolmo muy peligroso. Pero aparte, había ganado a un asesino perfecto que solo sigue órdenes de un tipo Psicópata como el.

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By: Lizisi

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