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9-Rencor

Neonis entregó una parte de sus poderes a cada uno de sus hijos como muestra del amor tan grande que sentía por ellos, así nació la magia básica.

Él miraba el cielo rojizo con aire reflexivo, ya habían pasado más de tres mil años y por fin el final se veía cerca. Lamentaba algunos de los sacrificios que tendría que hacer, pero ya nada podía interponerse en su venganza, era demasiado tarde para retroceder.

Se preguntó qué pensaría ella, seguramente estaba enojada con él, tal vez triste, pero nada de eso importaba. Cuando la vuelva a ver, sea en vida o muerte, se arrodillará rogará por su perdón, de momento lo más importante era alcanzar el objetivo.

Vio acercarse a una chica de dieciséis años con piel negra al igual que su cabello, ojos amarillos con pupila vertical; su cuerpo era bastante musculado producto del entrenamiento al que él mismo la sometió desde su nacimiento. En su rostro casi no se veían expresiones, ella sabía que era su herramienta y las herramientas no necesitaban emociones.

—Padre, ya acabé con los demonios de la llanura Ushas. Espero sus nuevas órdenes.

No era fácil acceder a Majabali con sus montañas llenas de rocas calizas, casi todo estaba rodeado de precipicios escarpados, incluso pudiendo volar serían detectados fácilmente desde la cima, la única forma de subir era desde Ushas ubicada al norte.

—Bien echo Signe.

A veces deseaba que alguien lo detuviera, que alguien le hiciera recapacitar, pero no había nadie que estuviera dispuesto a ello, actualmente solo había dos tipos de persona para él, los que le servían y los que lo querían muerto. Se preguntaba si convivir tantos años con este sentimiento fue lo que llevó a Tellus a convertirse en lo que era.

«¿Me estoy convirtiendo en lo mismo que deseo eliminar? ¿Estaré creando más seres como yo en el camino?», son preguntas que a diario le consumían la mente.

—Signe es increíble, realmente acabó con todos los demonios de por aquí. —La voz provenía de alguien que cubría por completo su aspecto con pieles.

—¿Quién eres tú? —preguntó Dakai.

—Seré tu ayudante si me ayudas a salvar a alguien. Un dragón celestial con el corazón oscurecido, su nombre es Epify.

—Sé quién es, también es una gudariak. Creo que podría prolongar su vida con este collar que tomé de una dragona que maté cuando invadí Hic Sunt, pero mi hermana es la única que podría sanarla por completo y acceder a ella es imposible de momento.

Mostró un collar con una piedra de color negro envuelta en varios hilos metálicos, el cristal brillaba con una enorme intensidad, era obvio que tenía una magia muy poderosa imbuida.

—Eso podrá salvarla de su enfermedad, pero ¿qué pasa con la guerra de los gudariak? No estará a salvo hasta que todos dejen de buscar su cabeza.

—Un paso a la vez, entregaré el collar a mis subordinados, lo que suceda con eso estará en tus manos. El collar puede prolongarle la vida, solo no mates a mis herramientas, es desagradable que rompan tu propiedad. Para lo de los gudariak debemos matar a Tellus, mi plan original ya contempla eso, si matamos al creador del juego, el juego terminará. Antes de que empezara todo lo de los gudariak, no resentía ni odiaba a nadie. No quiero destruir más de lo estrictamente necesario.

—Cada vez que hablas es molesto no entenderte del todo, a pesar de tu aspecto eres un anciano que habla como si todo el mundo hubiera vivido lo mismo que tú.

—Escucha niño. Tellus entregó un fragmento de él mismo a cuatro criaturas por cada mundo mayor, exceptuando Maat. Les prometió que, si podían vencer a los otros veintitrés poseedores y hacerse con sus fragmentos los convertiría en dios para gobernar a su lado, el nombre que se le dio a los seleccionados fue gudariak.

»Todos querían gobernar, incluso los que no eran poseedores de fragmentos pensaron que si ganaba un gudariak cercano a ellos estarían en una situación privilegiada. Eso llevó a una enorme cantidad de guerras, traiciones, engaños, abusos, entre muchas otras tragedias.

—Y nosotros fuimos unos de esos pobres diablos que tuvieron la mala suerte de ser un gudariak, ¿verdad? —suspiró el extraño.

—Si, pero no perteneces a la primera generación. Los considerados dioses fueron la primera generación, pero tres mil años sin un ganador claro, muchos pueblos olvidaron la batalla de los gudariak y estos perdieron la voluntad de luchar. Con la paz restablecida Tellus se empezó a aburrir nuevamente, por lo que modificó por completo las reglas del juego, ahora cada uno de los veinticuatro, sin importar si estaba vivo o muerto, seleccionarían una nueva criatura perteneciente a su mundo y esta nueva generación se enfrentaría de la misma forma que la anterior.

» Los gudariak, o dioses como los conoces, que están vivos pueden entrenar a su sucesor hasta el momento que consideren apropiado para que gane, o matarlo y tomar su lugar, pero no tenemos permitido atacar a los nuevos gudariak seleccionados por otro antiguo.

—¡Espera! ¿Según lo que dices nuestros dioses de antaño fueron en realidad gudariak en vez de dioses reales? —preguntó con evidente sorpresa, al ver que el otro asintió continuó hablando —. Y tú quieres matar a Tellus para terminar con todo.

—Lo que quiero hacer lo dejaré a tu interpretación, pero confirmo que Tellus morirá en mis manos. —Extendió sus alas y se marchó.

Al alejarse observo ese pequeño collar. Originalmente lo tomó porque pensaba que le podría ser útil, ahora con ese posible aliado podía probar las aguas. Darle una cosa que necesitaba a cambio de obediencia, si lo traicionaba solo tenía que matarlo, su poder no era nada comparado con el de Dakai.

El hombre buscó a Signe para darle una nueva orden.

—Ahora reúne a los otros hay un objeto que necesito que me ayuden a cuidar.

—Como padre ordene.

La chica volvió con un grupo detrás. Una chica de edad similar, pero completamente blanca, sus ojos, su cabello, todo en ella lucía extremadamente pálido y a diferencia de Signe ella no se veía fuerte, por el contrario, su aspecto era muy delicado, casi enfermizo. Un hombre que parecía un muñeco espantapájaros con el cabello tan andrajoso que parecía paja, no era fácil intuir su edad, ya que no parecía ni siquiera humano, y no medía más de medio metro. Un ser blanco casi gaseoso, no contaba con rostro ni cabello, solo era humo blanco tomando una figura humanoide. Atrás de ellos estaba una mujer con el cabello negro muy dañado, con lodo y hiedra, piel blanca llena de laceraciones y sin el ojo derecho, no lucía muy vieja, pero en su rostro se notaba el cansancio y aburrimiento típico de un anciano amargado.

—CHR15 se fue muy temprano a pasear y no ha regresado —advirtió Signe un poco fastidiada con la actitud de su compañero.

—Podemos proceder sin él, no lo necesitamos de momento —dijo la chica de blanco.

—Haniel tiene razón, no deseo ponerme a buscar a un chico que no tiene interés alguno en cooperar, ya cuando sea necesario podemos forzarlo si no cambia su actitud. —Dakai estaba muy agotado como para desgastarse en un chico rebelde — Lo importante ahora es cuidar de este collar, pasará un tiempo hasta que lo vengan a buscar. Pueden luchar y herir a los que vengan, pero no los maten y al final dejen que se lo lleven.

Se lo entregó a Signe y le dijo que como proceder estaría bajo su jurisdicción.

Los seguidores de Dakai se miraban entre ellos y se hacían gestos, parecía que esa orden les resultaba muy extraña, sin embargo, no se atrevieron a cuestionar nada, las herramientas no tienen por qué hacer preguntas.

—Esta orden es muy rara, no te cuestionaré porque sé que no me contestarás, pero pido que lo que sea que haga no nos coloque en peligro. —Haniel fue quien habló en nombre de todos.

Haniel siempre había sido obediente, pero crítica y hablaba cuando sentía que debía hacerlo sin importar el miedo, Dakai admiraba su valor, aunque preferiría alguien que no abriera la boca tan seguido.

Con la mano les hizo un gesto para que se dispersaran, cosa que obedecieron sin chistar, él sabía que lo ordenado era extraño, pero no admitiría criticas o dudas de seres que solo debían obedecer. Al pensar en contratiempos de sus herramientas recordó a su oveja descarriada y pensó en buscarla. Ese chico era muy rebelde y no le gustaban las ordenes, una reprimenda por negarse a escuchar podía ser beneficioso antes de que decidiera revelarse por completo.

Extendió sus alas negras y procedió a volar para encontrar al chico. No muy lejos, al lado de un barranco estaba un joven con el cabello de color rubio cenizo, se acercó a él y antes de que pudiera reaccionar, de su mano salió una sombra que toma forma filosa y corta al joven, este cayó al piso chorreando sangre.

—No morirás por esto, pero si pasarás una horrible noche. Haniel vendrá mañana a curarte, por hoy retuércete en tu dolor y sangre. —Dakai lo miraba por encima, percibía ira y miedo en la mirada del chico —. Espero que la próxima vez vengas cuando se te llama, o no seré tan piadoso.

Él lo podía percibir, ese chico no le sería leal mucho tiempo y apenas viera la oportunidad intentaría escapar.

A la mayoría de sus herramientas los cuidó desde que eran tan pequeños que a duras penas tenían uso de conciencia, los moldeó y convirtió en aquello que el consideró más apropiado para su plan. Monte era un poco más problemática, pero ella compartía su resentimiento, por lo que al menos hasta lograr su plan, no lo traicionaría. Por otro lado, CHR15 anhelaba la libertad y no estaba dispuesto a permitir que le cortaran las alas tan fáciles. Sin embargo. Haniel y Signe eran seres que tenían mayor relevancia para su plan, ellas eran la clave para crear al ser que pudiera acabar con Tellus, después de todo ellas eran los opuestos que se complementaba para crear el equilibrio perfecto e indestructible podía permitirse perder a cualquiera menos ellas. Aunque para eso fuera necesario destrozar el amor que crecía entre ellas.

Poco a poco todas las piezas de su ajedrez se ubicaban en el lugar correcto, sin embargo, su oponente era demasiado poderoso, aún con una partida perfectamente planificada podía perder, incluso a veces deseaba fallar, que alguien lo ayudara a volver a ser aquello que una vez fue.

Recuerdaa los que en el pasado fueron sus amigos, con los que venció al dragón original,especialmente al más joven de ese grupo, Fawkes. A pesar de su corta edad fueel responsable de la gran cantidad de males que se desataron tiempo después.

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