52-Juego de cartas
El hijo de Fawkes logró escapar a la ira de su padre, creció y tuvo una larga progenie sin que se manifestará otro dragón por muchas generaciones. Hasta que nació una pequeña de ojos violeta.
Jouktai partió en dirección a las afueras de la ciudad en sus brazos llevaba a Viorica y en su espalda a Haniel. Necesitaba mucha velocidad y fuerza en el viento para llegar antes de que fuera tarde por lo que como sacrificio quebró sus dos tobillos, si iba a volar no las necesitaría y prescindía de sus manos para cargar a las chicas.
Al llegar sintió nauseas arremolinadas, había fuego. Llamas que consumían la cabaña por completo. Eran lo que más resaltaba hasta que al salir de su estupor vio una enorme figura blanca cubierta de hollín. Argent, transformado en dragón cubría con su cuerpo a todos los que se encontraban en las cabañas. Rodeándolo se encontraban aquellos con el uniforme que tanto reconocía. Una chaqueta estilo militar color café con una garra en la espalda y en el pecho, uno llevaba las insignias era tres rectángulos de color dorado plateado y cobre, con tres estrellas doradas encima. Eran los potens aquellos que pertenecen al grupo que lo encerraron, los vigías encargados de controlar a las bestias y había un Mayor General, el rango más alto.
Sus compañeros estaban rodeados, no había ofensiva directa, pero en caso de que la hubiera no podrían defenderse, ni atacar correctamente, por tener su atención centrada en proteger a los pequeños. Él tampoco podía hacer mucho y Viorica dependía de que solucionara todo rápidamente. No tenía el tiempo suficiente para una batalla que aparte podría cobrar la vida de "sus niños".
—Haniel, no me queda más opción. Explícale sucedido y nuestro plan a los otros cuando yo me haya ido —suplicó Jouktai.
La chica no entendió lo que estaba diciendo, pero la comadreja ya se había alejado cuando quiso preguntar a qué se refería.
—¿Me informarían que sucede aquí? —Jouktai elevó la voz para hacerse escuchar.
—Otra bestia —murmuró uno de los potens apuntando con su arma.
—Muchas criaturas originarias de otros países han querido tomar esta ciudad por eso tenemos ordenes de tomar a todos los foráneos y llevarlos a Maat para judicializarlos —habló el Mayor General, un esqueleto de gran tamaño con cuernos, era evidente que venía de Xibalbá.
—Todos ellos trabajan para mí los traje contra su voluntad para usarlos —declaró Jouktai —. Yo soy el culpable de la muerte blanca en Manteiv. Yo solté el veneno. —Jouktai usaba toda la su fuerza de voluntad para evitar que su voz temblara o se quebrara.
—¿El responsable de todo eres tú? —dijo el Mayor General para sí mismo —. Retírense todos yo me haré cargo.
—Pero general... —replicó uno de los potens.
—¡Se callan y me obedecen! —ordenó sin dejar lugar a comentarios.
Los soldados obedecieron y se marcharon asustados. Cuando el general estimó que la distancia era suficiente se sintió en confianza para hablar con mayor libertad.
—Ayuda a los que tienes escondidos detrás de esos árboles —comentó el general y al ver la mirada confusa de Jouktai se vio obligado a explicarse —. Cada rato miras para atrás con cara de preocupación. No soy tonto.
Haniel salió, cargando el cuerpo inconsciente de Viorica. Todos corrieron a donde la niña herida. Al verla el general sacó de sus implementos una inyección que contenía un líquido de color azul y se lo inyecto.
—Es un antibiótico especializado para uso exclusivo de los vigías. Con eso estará mejor y podrá ser curada por alguien con magia de luz —explicó el potens. Luego sacó un cigarrillo y en lo que fumaba agregó —. Mi nombre es Kamsin.
Haniel uso su magia para sanar a la albina apenas vio desaparecer la infección.
—¿Por qué nos ayudas? —increpó Epify con recelo.
—Epi los vigías no son tan malos como crees. Ellos solo son personas, igual que nosotros —aplacó Argent.
—Igual no ess normal que noss ayuden en essta ssituación —siseó la serpiente.
—Aunque no me creas no disfruto de torturar mocosos. Ustedes salieron a buscar problemas en cuanto unas bombas impactaron cerca. Si se hubieran mantenido escondidos yo lo habría ignorado a pesar de haber notado su presencia —quejó Kamsin.
—¿Nos vas a ayudar? —preguntó Jouktai esperanzado.
—Dentro de lo que cabe, pero a ti no puedo dejarte libre. Eres un criminal muy conocido, nada de lo que haga puede exonerarte, tengo que llevarte a Valladolid, la prisión masculina en Maat —dijo relajadamente antes de volver a colocar su cigarrillo en la boca.
—O podríamos matarte y así nos dejarías en paz —amenazó Epify.
—Epify espera —pidió Jouktai —. ¿Si voy con ustedes todos los chicos de aquí podrían ser reubicados a una zona más segura?
—Sí. No entiendo como alguien tan altruista hizo un acto tan horrible, pero yo no soy nadie para juzgar solo capturo los criminales que me ordenan. Podemos llevar a todos los chicos de aquí a un albergue aislado en Losela, no vivirán como reyes, pero será mejor que vivir entre fuego cruzado.
—¿Ese lugar será seguro para ellos? —cuestionó Ismael en lo que llegaba agitado.
—No totalmente. Es mejor que estarse escondiendo bajo tierra como topos, pero es un lugar donde hay presencia de muchos seres de diferentes lados, hay alta criminalidad y tensión racial.
—Eso suena al paraíso propiamente —comentó sarcástica Epify.
—Buscaré darles una mano y todos pueden venir —dijo mirando a los niños —. La comadreja es la única excepción el deberá ir a la cárcel.
—Aceptamos... —Jouktai hablaba hasta que sintió una pequeña figura ajustándose a su pierna.
Viorica entre lágrimas abrazaba a la comadreja, una silenciosa suplica de que permaneciera a su lado. Jouktai con delicadeza hizo que la soltara y se acercó al poten.
—Oye, si te estamos entregando una persona deberíamos ganar algo y que nos lleves a ese refugio es tu trabajo, no a un favor a nosotros. Qué tal si más bien ayudas a los que tenemos conocimiento de magia, pero falta de práctica. Conviértete en nuestro maestro —negoció Sarina llegando junto a los demás que fueron a la ciudad.
—¡¿Estás pensado que Jouktai es algo con lo que hacer un trueque?! —vociferó Argent.
La chica levantó los hombros restándole importancia.
—Eres muy valiente, mocosa, pero yo no tengo interés en llevarme a unos niños para educarlos, mejor búscate una escuela —respondió Kamsin con altanería.
—Una persona que sepa menos que yo no será capaz de enseñarme nada. Si usted es un es un Mayor General tal vez tenga algo que enseñarme —presumió Sarina.
—Te veo demasiado confiada para una pequeña niña.
—No soy "demasiado confiada" solo conozco mi valor y capacidades. Y te las puedo demostrar.
—¿Cómo harías eso? —La calavera se burló.
—Juegas cartas. —Sarina sacó una baraja de Maita.
—Que baraja tan particular —comentó el potens.
Jouktai volteó a ver a Tanok cuando este le haló la manga y preguntó en voz baja:
—¿Qué tiene de especial esa baraja?
—La baraja común es la Ahaz, que tiene los palos: pluma, espada, ala y oro, y su numeración va del uno al trece siendo las tres últimas figuras y la primera As, más dos comodines. La Maita tiene solo tres palos: colmillo, cuernos y calavera, además solo van del uno al diez y las figuras son del ocho al diez y las dos primeras, sin tener comodines —explicó Drake.
—No creo que se pueda jugar poker con esa cosa —comentó Epify.
—Hay varios juegos similares para los que se usan —agregó Argent.
—Entonces jugamos kerum —propuso Sarina.
El esqueleto pareció pensarlo un rato.
—Están libres de magia, las puedes revisar —insistió la niña entregando la baraja.
—¡Que mentira! —susurró Epify indignada.
—Te escuché y para que sepas, las cartas son normales. Las uso en mi ritual como restricción y condición, no porque tengan un poder mágico —respondió Sarina con molestia.
Al final el Mayor decidió aceptar, se sentaron uno frente al otro en la tierra, dejando un espacio libre para las cartas. La chica empezó a revolverlas, abrió el mazo y repartió cinco cartas a cada uno. Finalmente, tomó la primera carta de la baraja y la colocó boca arriba en el medio, era un cuatro de colmillos.
—Me quedo con mi mano, ¿Y tú? —dijo el Mayor.
—También.
—Imagino que se puede cambiar la mano al inicio como en el poker —dedujo Epify.
—Si, tienes cinco cartas propias y cinco comunitarias, tienes que apuntar a hacer la mayor figura, si sospechas de la figura de tu adversario puedes intercambiar una carta comunitaria por una de tu mano y así impedir que la use. O tomar una de la baraja y descartar una. Las figuras que logras usando exclusivamente tu mano valen el doble que las que utilizan las cartas comunitarias—aclaró Jouktai.
La chica tomo una de la baraja y descartó otra, el hombre hizo lo mismo.
—La apuesta es llevarme, ¿no?
—Si, pero no sé que vas poner en juego cuando suban las apuestas.
La siguiente carta compartida en salir fue un cinco de cuernos
—¿Te rindes o subes las apuestas, mocosa?
—Las subo. Entonces si gano... —Se detuvo a pensar en que quería pedir.
—Llevaras contigo a Viorica y le enseñaras magia igual que con Sarina —interrumpió Jouktai.
—Eso es decisión mía —refutó Sarina.
—Soy tu objeto de apuesta y lo acepto, solo si accedes a llevarte a Viorica y Niamh también, las últimas dos subidas de apuesta puedes pedir lo que quieras. —La firmeza de Jouktai no daba lugar a reproches.
—Si yo gano me llevo a otro preso, ¿quién es el siguiente mayor criminal aquí? —dijo la calavera dando una calada al cigarrillo.
Epify dio un paso adelante cuando Ismael se paró frente a ella.
—Yo —dijo el hombre mayor.
Un pequeño demonio de los que criaba lo abrazó y mientras lloraba repetía un incesante no. El viejo intentaba calmarlo en lo que hacía señas de continuar el juego.
Nuevamente ambos tomaron una carta del mazo y descartaron otra.
La siguiente carta en salir fue as de colmillo.
Era momento de subir apuestas, según lo acordado llevar a Niamh como pupila fue la petición de Sarina y él pidió otro criminal.
—Puedo darte planos e información de la relación entre las mafias de Losela y MAS, con eso no atraparías una rata sino darías con una madriguera, ¿no te parece mucho mejor? —ofreció Ismael.
Para todos se tornó evidente que el anciano quería compensarlos protegiéndolos de terminar en la cárcel.
En el momento de continuar ambos dijeron:
—La deseo.
Refiriéndose al as de colmillo
—Si ambos la quieren tienen que entregar una carta para descarte, el que entregue el mayor se la queda. Luego, ambos reciben una carta del mazo y el ganador tiene que dejar otra carta en reemplazo de la que tomó —dijo Jouktai nervioso.
Kamsin y Sarina colocaron una carta frente a ellos y la abrieron al mismo tiempo, la chica tenía un siete de cuernos y él un cinco de cuernos.
—¡Sarina ganó! —exclamó Niamh contenta
—No se puede estar seguro, si bien en un principio la quería y estaba dispuesta a entregar una carta, debido a la intervención del potens tuvo que entregar dos y eso puede haber desbaratado su figura.
La chica dejó un siete de colmillos y tomó el as. La siguiente carta en salir fue un nueve de cuernos.
—Yo descarté el ocho de cuernos —sonrió burlona Sarina.
—Eres mejor de lo que pensaba, de acuerdo tu ganas. —Levantó las manos en señal de rendición.
La chica bajó su mano y reveló una flor imperial de colmillos. Kamsin hizo lo mismo y mostró una escalera de cuernos que iba desde el diez al dos, más un tres de calavera, con el nueve de cuernos que acababa de salir solo le faltaría el ocho de cuernos para empatar a Sarina.
—Tu ganas, entonces que las niñas esas y la bestia me sigan —ordenó Kamsin.
—Claro, aunque mentí en que ya había descartado el ocho de cuernos, ese aún estaba en la baraja. —La chica sacó la lengua en burla.
Todos se la quedaron viendo con caras de sorpresa, la chica fue capaz de descifrar la figura de su oponente, obtener una para empatarlo y mentir para forzarlo a rendirse, la única conclusión era que esa chica era peligrosa. No por su magia, sino por lo que tiene en la cabeza.
—Por favor permíteme hablar con los chicos a solas —dijo Jouktai, moviendo las manos para indicar que se acercaran —. Ya he pagado catorce años de prisión si pueden probar que los autores intelectuales fueron los ángeles, podría obtener una reducción de pena importante. Además, Niamh y Viorica pueden aprovechar el trato que la chica del shayla propuso, ninguno de nosotros es especialista en magia por lo que con los vigías encontraran un mejor maestro. Además, si están con ellos podremos obtener medicinas más fáciles que por medio de los envíos a escondidas, y Viorica podría obtener la atención psicológica y psiquiátrica que tanto necesita. Es lo mejor.
Un ambiente de rechazo se gestó, pero ninguno encontraba como argumentar desde un sin incluir un punto vista nublado por un pasional fuego emocional y ante el frío análisis de Jouktai se congelaban. Después de agotar todos los argumentos más o menos elaborados no encontraron más camino que aceptar.
Las lágrimas en Drake, Niamh, Viorica, Epify y Argent acompañaron la despedida de Jouktai, dejando la desolación de un niño que perdió a sus padres. Tanok y Asper lejos de tristeza solo demostraban ira. Sarina e Ikal miraban la escena sin tener un sentimiento claro.
Por el trato Sarina, Niamh y Viorica fueron llevadas a Sonerise, la ciudad de los potens en Maat. Viorica no estaba muy participativa, pasaba casi todo el día sentado en su cama, silenciosa como un objeto decorativo.
—Te traje el almuerzo. Si quieres comer —comentó Niamh.
La más pequeña movió la cabeza en negativa, su mutismo era una condición que no se podía reparar, aunque Jokkutai le prometió buscar un laringófono.
Niamh al ver su reacción no quiso dejarla y le pasó la croquera que Ismael le había regalado.
—No puedes seguir quedándote aquí como un ente. Me preocupas mucho... por favor tienes que salir —dijo Niamh dulcemente.
"Jouktai no está por mi culpa y todos los otros niños soldados de Manteiv están muertos por mi culpa". Escribió Viorica.
—Viori, ahora con los medicamentos puedes controlarte mejor, los otros te hicieron daño y Jouktai se entregó voluntariamente. No deberías sentirte culpable.
"Pero yo sé que soy culpable. Jouktai en una ocasión me dijo que yo no tenía la culpa de lo que me han hecho, pero yo sé que eso no me exime de consecuencias por mis acciones, no es justo abogar inocencia escusándome en mi pasado".
—Epify me dijo que en un mundo lleno de oscuridad uno tiene que protegerse, incluso de su propia conciencia. Sé que eso es solo una excusa vacía para auto indultarse, pero creo que es lo único a lo que puedo aferrarme de momento. Al menos hasta que entienda qué sentido tiene mi vida o si es algo que solo ha traído sufrimiento.
Viorica se quedó pensando luego intentó escribir algo, pero inmediatamente tachó las palabras, repitió el proceso varias veces
"Encontrar algo a que anclarme, creo que podría hacer lo mismo que Ismael"
—¿A qué te refieres?
"Ismael prometió que protegería a los niños que se vieran atrapados en la guerra. Yo por cada persona que maté salvaré cien y nunca volveré a matar".
—Te apoyaré en lo que pueda para que logres eso.
"Sacrifiqué mi voz para aprender magia de efigia y resulta que ni siquiera voy a utilizarlo".
—La magia es la forma de la mente, si logras idear como usarla sin herir no será sacrificio perdido. Todo elemento que uno tenga a su favor sea conocimiento, capacidad o talento puede serte útil si lo sabes usar. —Sarina entró al cuarto y empezó a sacar cosas de su litera.
Detrás de ella llegó la calavera, se aproximó, y le entregó a la más pequeña un delgado artefacto metálico con tamaño apanas superior a una moneda de gran tamaño y cinta microporo.
—Si ya estás dispuesta a trabajar ven. ¡Muévanse! —ordenó Kamsin.
En lo que caminaban Viorica probó el nuevo aparató que le fue otorgado para preguntar algo que le rondaba la mente, con la cinta se pegó el laringófono a la piel del cuello justo debajo de la enorme cicatriz.
—¿No vamos a convertir en vigías? —La voz de Viorica no se parecía en nada a la original, más que una persona parecía un robot, voz pausada, grave y mecánica. Lo más alejado posible de algo natural.
—No, nunca les haría eso. Si alguna vez les ofrecen algo como eso niéguese sin importar que en la oferta les vendan el paraíso. No vale la pena vender tu voluntad por poder, sea físico o social —contesto el general dando otra calada a su cigarrillo.
—¿A qué te refieres? —preguntó Niamh.
—¿Ustedes saben de dónde viene la magia? —preguntó de vuelta el hombre.
—No evadas... —La frase fue interrumpida por una fuerte tos, Viorica entendió que sus palabras nunca volverían. El esfuerzo de hablar era demasiado.
—No lo estoy evadiendo. La magia viene de tres lugares, el núcleo que se encuentra en el centro del planeta Neonis, se encarga de dar vida a todos los seres y permite el ciclado de la energía. Es la batería del mundo. De allí viene la magia básica.
»La magia por contrato y por don son otorgadas por las lunas Maita y Ahaz respectivamente. Cada ser solo puede tener una luna como guardián por eso son excluyentes. La forma en que obtienes esa magia es un pacto involuntario con el mundo. Cuando se celebra la ceremonia de ascensión a vigía; sea viator, cultor, lucrorum o poten, haces un pacto voluntario con otra entidad, pero ese pacto a diferencia de los pactos con el mundo si te pide algo a cambio, el control parcial de tu voluntad.
—¿Esa entidad es aquel ser que tanto hemos oído mencionar como gudariak, Tellus? —cuestionó Niamh.
—Si. Tellus normalmente controla la casualidad y el destino, pero no los pensamientos ni voluntades individuales. Mediante el pacto los vigías podemos manifestar capacidades superiores, nos volvemos más fuertes, más agiles y mejores magos, pero a cambio cuando él lo desee puede controlar nuestra mente y voluntad.
—Argent y Lucian—dijo Viorica con esfuerzo.
—Argent nunca logró llegar a ser viator, él no está cobijado bajo el pacto. Lucian será un títere cuando Tellus lo desee.
Un escalofrío recorrió a las chicas, cuanto más sabían de Tellus parecía más perverso, peligroso e inalcanzable.
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