51 - Sospecha
Los dragones empezaron a ser cazados, hasta que se recluyeron en las islas que los vieron nacer Hic Sunt y con cristales nacidos del don de uno de los dragones se aislaron del resto de Alaya.
El sol de color rojo quemaba las blancas pieles de los jóvenes y los obligaba a entrecerrar los ojos heridos ante una inclemente luz. El viento los golpeaba y el calor les daba un abrazo con tanta fuerza que resultaba asfixiante.
—¿Cómo soportaste vivir aquí? Este lugar es horrible —quejó Drake, quien seguía a Cris.
—Soy físicamente resistente por ser un ángel, opuesto a un hada como tú. Además, a pesar de las condiciones son extremas, el olor a putrefacción, el calor abrazador, la ausencia de sombras, la dificultad de encontrar comida y bebida, todo esto es mejor que vivir el laboratorio donde me crearon. Conozco un lugar peor que la misma tierra de los demonios.
—Creo que llego a entenderlo más o menos. Ashi es hermoso, pero la belleza del paisaje contrasta con la fealdad de sus habitantes, la hipocresía y las apariencias lo son todo. Donde sea que mires tus ojos verán magnificencia, pero detrás del exterior encontrara lo más atroz.
Cris no conocía mucho del mundo más allá de lo que Dakai y los científicos de MAS le enseñaron, las hadas eran seres misteriosos y que ocultaban muchos secretos por lo que de ellos no sabía casi nada.
—Más importante es ir con Haniel, esta es la zona de Dakai. Si escuchas aleteo dime de inmediato y tenemos que huir. Haniel usualmente está con Signe, la segunda es muy leal y peligrosa —avisó Cris.
—Entiendo entonces la idea es buscar a Haniel cuando esté sola. ¿Tienes alguna idea de dónde puede estar?
—Ella suele ir a la cueva de legamantium porque le gustan las cosas brillantes.
—¿Tiene complejo de cuervo o algo así?
—Drake, por favor, no más chistes malos.
Su caminata prosiguió en pequeñas conversaciones hasta que llegaron a una cueva muy oscura, pero con incrustaciones de metal plateado en las paredes, Drake dedujo que esa mina era de legamantium.
En la profundidad de la oscuridad estaba una chica blanca como un fantasma, desde sus ojos hasta su cabello, pasando por su piel y ropa. Los dos jóvenes la reconocieron, era Haniel, la chica que usaba magia de luz.
—Haniel —Cris temblaba.
El ángel artificial aún tenía miedo, todo lo que se relacionase con Dakai lo transportaba a estar tirado en el piso ahogándose con su sangre ante la imponente figura que lo miraba con desprecio.
—Mientras Dakai viva Signe será una herramienta para su uso. Yo quiero cambiar eso. Por eso los estaba esperando —afirmó la escuálida chica de blanco.
—Así que esta es la decisión —susurró Drake quien dudaba, estaba siendo demasiado fácil y lo fácil siempre suele ser trampas.
—¿Por qué el cambio de idea tan rápido? —escupió Chris.
—Porque Signe es lo más valioso para mí y ahora que Dakai no nos vigila todo el tiempo es la oportunidad para liberarnos.
—Esperen un segundo, ambos. Déjenme pensar. —Drake se interpuso.
Drake era especialmente suave con las mujeres, no porque las considerara débiles sino por el contrario, las personas que más amaba y admiraba eran mujeres. Desde su madre que se sacrificó por cuidarlo, pasando por su hermana que a pesar de tener su misma edad tomo un rol de madre para él, hasta Epify que lo recogió cuando no tenía nada en lo absoluto. Al luchar no tenía duda, pero ante una petición en especial una que concernía a proteger alguien querido veía a Loren en ella, a su amada hermana.
—¿Qué es lo que Dakai necesita de Signe como para tenerla como una herramienta? —preguntó Drake.
—Él quiere matar a Tellus, el único dios real del mundo. Para hacerlo necesita muchas piezas en el lugar correcto, necesita el bastón de kaladanda para no estar bajo su dominio, una fuerza capaz de destruir un continente como lo es Signe y un medio para destruir algo que es solo energía que aún no tenemos.
—¡¿Signe es capaz de destruir un continente?! —exclamó el tritón sorprendido.
—Aún no, pero pronto lo será. Por casi los tres mil años de la guerra de los gudariak Dakai buscó alguien con la capacidad de destruir todo. Si Tellus es el inicio, Dakai anhela ser el final. Signe es ese final, su poder se basa en generar entropía e inyectarla a las cosas que golpea —explicó la chica.
Los nervios de su decisión lo consumían, pero no podía evitar ver reflejada a Loren en Haniel y a él mismo en Signe. Su padre, el rey de Reilie, también lo vio como un arma y una oportunidad, su hermana a pesar de las dificultades logró sacarlo y brindarle la tan ansiada libertad.
También pensó que para la chica, atacarlo en ese momento sería muy poco beneficioso, podían matarlo, pero sería difícil que lo atacaran si darse cuenta gracias a su oído y Jouktai, quien a sus ojos es invencible vendría a buscarlo. También si los llevaba la comadreja sería de los primeros en encontrarlos y con él presente es poco probable que intenten un ataque.
—Ayúdanos a recoger legamantium y ven con nosotros. En Manteiv hay alguien que te necesita —definió Drake.
—¿Estás seguro? —refutó Chris.
—Tengo mis motivos personales y Viorica necesita atención, incluso si nos traiciona yo asumiré todo castigo, después de que Jouktai los mate —amenazó para tomar un poco de control de la situación —. Si no vamos rápido perderemos uno de nosotros y prefiero ser traicionado a que alguien pague por mi negligencia o desconfianza —argumentó Drake.
Drake invocó varias picas con su collar y les pasó las herramientas a los otros dos, el tritón y la chica eran lentos y no lograban sacar casi nada, Cris fue quien realizó casi todo el trabajo al ser el que poseía mayor fuerza física.
Todo el metal que extrajeron fue guardado en el collar de Drake y procedieron a salir del lugar.
—¿Cómo funciona tu magia? Es algo extraña. —Haniel no tuvo reservas en mostrar su carácter curioso y directo.
—Acepté traerte, pero eso no implica que confíe en ti —acotó la conversación.
Drake podía resultar simplista, pero no iba a cometer errores tan evidentes como entregar información valiosa a desconocidos, incluso Cris podía ser dudoso. Que la chica los esperara en la cueva como si conociera sus movimientos era sospechoso. Pensó en llevar a los dos hasta Manteiv, forzarlos a curar a las chicas y consultar los pasos a seguir con Jouktai, alguien más analítico y maduro.
Para regresar necesitaban atravesar la zona de guerra, sin embargo, la combinación de las habilidades de Haniel y Cris. Una barrera de Cris los protege y cualquier herida cerraba en segundos con los poderes de Haniel.
Cuando por fin llegaron al hospital improvisado notaron que Viorica ni Sarina habían sido atendidas todavía y la piel de la albina se estaba tornando entre violácea y verde alrededor del cuello, lo que junto a los temblores por la fiebre daban muy mal presagio.
Al hablar con Ismael y Jouktai les confirmaron que la cola era demasiado larga por lo que todavía no habían sido revisados, por su lado Drake explicó la situación y la presencia de Haniel.
—Esta niña se va a morir. Puedo curar las heridas, pero no enfermedades ni infecciones, la magia de luz no sirve para eso —comentó tajante Haniel al ver el estado de Viorica.
—¿Si logramos quitar la infección podrías curarla? —cuestionó Ismael.
—¿Cómo haríamos eso? —dudó Cris.
—Metal al rojo vivo en su cuello eliminaría toda bacteria o virus, pero también le destrozará la piel, si puedes curarla antes de que muera por el daño podría salvarse —aclaró el exmilitar.
—Algunos daños serán permanentes no podría devolver todo a como si nunca hubiera pasado —informó Haniel.
—Si no hacemos nada va a morir, si fallamos morirá igual —agregó Sarina.
—Estamos confiando demasiado en una desconocida que para colmo fue parte del grupo de Dakai —dijo Jouktai —. Si tuviéramos a Epify al menos podríamos comprobar sus sentimientos antes de arriésganos. Además, si te ven usando magia de luz aquí estaremos en una mala situación porque todos clamaran por tu ayuda. Aunque no tengamos mucho tiempo puedo llevar a Viorica y a Haniel a la cabaña y hacer todo allá con la vigilancia del resto. Soy el más veloz y pudo volar, llegaré a tiempo, el único problema es que eso implicará dejarlos atrás.
—Hazlo, yo me encargo de todo por aquí, confía en mí, por favor —apoyo Drake.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro