Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

47- Sobrevivir

La chica y Fawkes se casaron, pero la alegría de la humillación a la mujer duró poco, uno de los nietos del hombre nació con un niño con ojos de color brillante como un cristal. 

Al volver a Corfú se encontraron con los otros, pero no había rastro de Epify, lo cual resultaba preocupante, ella salió primero y ya debería haber llegado.

Al ver al niño Tanok se sorprendió, siempre pensó que era el único de su clan en sobrevivir, falsedad que se demostró con la presencia de ese niño.

—¿Ikal? ¿Cómo es posible que estes vivo?

El niño respondió con una especie de gruñidos y ladridos, por lo que Niamh y Argent no lograron comprender lo que decía.

—Ikal dice que Asper y Niamh mienten, Viorica estaba en la misma cueva que ellos —dijo Tanok.

—¡¿Cómo pudieron mentir para dejar atrás a uno de nosotros?! —regaño Jouktai.

—¡No puedo creer que me mintieran! ¡Si algo le pasa a Viorica será mi culpa por no haberla salvado! —vociferó Argent —. ¡Esto es terrible! Epify está desaparecida, he abandonado a Viorica. —Argent se recriminaba.

—Cálmate, entrando en pánico y culpándose no ganaremos nada —riñó Jouktai —. Lo único que podemos hacer es buscar a Epify, volver a ese campamento y sacar a Viorica.

Ikal nuevamente dio unos ladridos y gruñidos a Tanok.

—¿Seguro? —preguntó Tanok, quien recibió un asentimiento —. Ikal dice que Epify no quiere que la busquen, luego les explico cómo funcionan los poderes del pequeño chaman, por ahora centrémonos en Viorica.

El niño asintió con la cabeza varias veces, Jouktai y Drake eran el únicos que pudieron entender el poder del niño, debido a que conocía las leyendas de los lobos relámpago, Jouktai por la tradición oral y Drake porque tuvo acceso amucha información en una etapa pasada de su vida.

Todos se encaminaron al campamento donde habían dejado a Viorica, la angustia apresaba sus corazones, cada paso se sentía como una eternidad. Jouktai, aunque usaba una fachada de calma, debajo de la máscara se desplomaba, no quería imaginar lo que le pudieran haber hecho a Viorica. Tenía que ser fuerte por Argent y los otros niños, pero su piel dolía, le recordaba cómo era estar en cautiverio privado hasta de su propia dignidad.

Al llegar al campamento no tomó más que unos minutos que Jouktai subyugara a todos los presentes, pero todas las esperanzas se vieron destrozadas al saber que Viorica ya no estaba allí.

Viorica cerró los ojos y recordando lo que siempre hizo en el pasado. Pensar en arañas, ella las odiaba, al punto de gritar cuando veía alguna, pero pensar en esos seres caminando por su cuerpo seguía siendo mejor que la realidad. Ella se aferraba a desconectarse de la realidad y esperar a que terminara, era la única forma en la que aprendió a sobrellevarlo. Su histérica risa podía resultar útil ya que se reía tanto que no era capaz de hablar, lo que la obligaría a salir de su mundo de irrealidad, un mundo donde estaba a salvo.

Cundo salió del cuarto donde hizo aquello que más repudiaba, se daba asco ella misma, pero se prometió no llorar, solo aceptar la miserable realidad que le correspondió en la injusta vida. Se dirigió a los aposentos, un montón de camarotes dentro de una bodega de madera sin piso alguno solo arena.

En el fondo notó unos niños agachados en ronda, eso llamó su atención ya que escuchaba unas risas ahogadas, ese lugar transmitía cualquier cosa menos alegría, en el infierno los peones no tienen motivos para reír a menos que sea una risa de dolor como la de ella.

—¿Qué están haciendo? —preguntó Viorica acercándose aún mantenía espasmos del ataque de risa histérico que tuvo hace unos momentos.

—Baja la voz si nos oyen nos fusilan —susurró uno de los niños del grupo, haciendo una seña para que se acercara.

—Todos queremos vengarnos de esos tipos, pero si vamos contra ellos directamente no conseguiremos más que morir. Ese chico de allá sabe un tipo de magia antigua llamada efigie, un tipo de magia ritual. —El niño señaló a otro que estaba al fondo con unos muñecos.

—Si siguen con eso eventualmente los van a descubrir y no necesito ser adivina para saber lo que les va a pasar —dijo una chica un poco mayor que el resto al ingresar a la habitación.

Ella era una chica de piel ligeramente oscura, pero con ojos grises y usaba una shayla de color fucsia, junto con un atuendo particularmente colorido compuesto por una falda larga y corsé con bombachas en las mangas.

—¡Cállate! Él al menos hace algo por nosotros, tú a pesar de poder hacer magia nunca nos ayudas.

La chica simplemente levantó los hombros y se fue. Para Viorica fue extraño ver que ella caminaba con mucha libertad a diferencia del resto, pero decidió ignorarla y centrarse en la persona que estaba haciendo magia. Ya conocía las bases y la efigia sonaba como algo interesante, le podía resultar útil si aprendía. Aunque en su tiempo viviendo con los viatores Lucian le dijo que tenía afinidad a la magia de luz, por lo que dudaba tenerla también para la ritual.

Se acercó al chico y vio como el niño colocaba un mechón de cabello en un muñeco y posterior a eso le clavó unos alfileres, por lo que entendía el muñeco representaba a la persona, como una efigia debería, y todo lo que se le hiciera al muñeco se traspasaba a la persona en cierto grado, dependiendo de la habilidad del mago.

Viorica preguntó si le podían enseñar, el niño aceptó. Con ese acuerdo inició la nueva cotidianidad de Viorica, constantemente era llamada para hacer tareas que los altos mandos le obligaban, cada una más desagradable que la anterior, más de una vez tuvo que matar a uno de sus compañeros. Obligar a los niños a fusilar traidores y prisioneros era un método que usaban para deshumanizarlos y hacerlos perder los escrúpulos, en el infierno los demonios se fabrican con sangre y torturas de todo tipo. Cada momento libre lo usaba para practicar la efigia, le tomó poco tiempo notar que no tenía talento. Aunque aún no se rendía, si no lo conseguía por su propia capacidad tendría que usar un sacrificio mayor, pero no sabía cuál.

De todas las tareas la menos molesta era cocinar, aunque cuando le tocaba cambiar las pipetas de gas le daba un poco de miedo que estallara. Justo acababa de cambiar la pipeta cuando alguien en su espalda le susurró.

—Te advierto que no sacaras nada bueno de tus travesuras —dijo la chica del shayla antes de seguir su camino como si nada.

Viorica soltó una pequeña carcajada que intentó reprimir con sus manos, esas palabras la asustaron, esa chica le producía escalofríos por alguna razón que no lograba entender.

—¿Nos vas a delatar? Después de todo tú eres uno de ellos.

—Curioso patrón de pensamiento. ¿Por qué crees que soy uno de ellos?

—Tu caminas con libertad, no trabajas y nadie te toca.

—Eso es porque soy un gudariak y ellos me quieren de su lado dentro de lo posible. Yo solo me muevo del lado del dinero, pero en realidad este lugar ya me está cansando. Todo aquí es asqueroso. Sin embargo, no quiero gastar energía en venganzas infantiles que no traerán un beneficio real. Escapar tiene una mejor relación costo beneficio.

—Si te matan ellos podrían convertir a otro en gudariak, ¿por qué te mantienen viva?

—Eso es algo que tú sabes, cosa que me sorprende, pero ellos no.

Viorica cayó en cuenta que, los fragmentos podían tomarse simplemente matando el gudariak original era información que conocían únicamente porque Signe, la sirvienta de Dakai, les dijo, pero eso no era conocimiento común.

—En fin, te recomiendo que te alejes de los otros niños y dejes las travesuras. Tú y yo podríamos encontrar una forma de escapar, el resto serán un estorbo.

Viorica permaneció en silencio, era clara la oferta. Ellas dos podían aliarse para escapar del lugar, pero no había forma de cargar con todos los demás y para lograrlo necesitaba manejar un perfil bajo.

En la noche entraron varios hombres entraron a los aposentos de los menores, preguntando por el mago, ante esa duda el verdadero maestro de la efigia señaló a Viorica, quien furiosa saltó encima de él para atacarlo con puños, mordiscos y araños.

Hasta que los soldados la tomaron y golpearon. En ese momento Viorica supo que la otra chica le estaba advirtiendo que sería traicionada, pero tuvo una idea, una que le costaría caro.

—Es verdad, fui yo quien te hechizó —dijo Viorica, todo lo que le hicieran a modo de castigo inmerecido sería su sacrificio para lograr la magia efigia.

La llevaron a una carpa apartada, recibió una enorme paliza, pero no era nada fuera de lo que esperaba. Ella en ningún momento paró de reír, producto de su tic nervioso. El miedo la inundo cuando vio al hombre acercarse con un cuchillo y cortar su garganta para dejarla tirada en el piso de modo que pronto moriría desangrada.

Como pudo se arrastró hasta una pared y uso el muro para presionar su cabeza a su cuerpo. Con su magia de luz que aprendió de Lucian intentaba cerrar su herida. Pudo pegar algunos tejidos que al menos le permitieron respirar, pero la sangre seguía perdiendo mucha sangre.

Ella pensó que iba a morir, hasta que le arrojaron un hilo y aguja junto a unas vendas. La albina se apuró a cocer como pudo, no fue cuidadosa ni atenta como era usualmente cuando suturaba, en esa ocasión el tiempo apremiaba.

—La luna nueva será en dos días —interrumpió la chica del shayla en la habitación.

Viorica quiso preguntar a qué se refería, pero la voz no salió. Sus cuerdas vocales estaban dañadas. Su sacrificio terminó siendo su voz, el silencio eterno sería la plomada que cargaría por su ambición de poder.

La chica vestidos de colores la levantó y la sacó de esa carpa. Afuera señaló las lámparas. En ese momento la albina notó que no usaban muchas luces artificiales, el clima cálido y selvático favorecía la proliferación de insectos hematófagos, algunos transmitían enfermedades importantes, o al menos eso le dijo Jouktai una vez que le regaño por usar demasiado una lampara. Durante la luna nueva el campamento sería más oscuro.

Viorica la miró con desconfianza, antes de soltar una risa muda. Con sus manos señaló a la otra chica y luego a sí misma, para finalmente hacer una seña de interrogación. Cosa que la otra chica pudo interpretar.

—Las dos podemos usar magia, yo te guiaré con las estrellas, ya que son la única brújula que podremos usar, y tú me protegerás con tu pistola —explicó con seguridad, al ver la mirada fija sobre ella aclaró —. Eres la mejor usando armas aquí, te he visto.

La mirada de sospecha. La albina sabía que alguien que puede leer las estrellas es necesario para guiarse en la selva. Tanok siempre era el que se encargaba de eso cuando estaba con Akatsa, pero nunca aprendió a hacerlo por ella misma.

—Soy una maga astral, que no supiera leer las estrellas sería ridículo. No hay muchas fuentes de información por aquí, pero el shayla es una prenda que solo usan las magas astrales. Si consigues un libro de historia lo podrás verificar. —Señaló el pañuelo que cubría su pelo y se enroscaba en el cuello.

Viorica dudó, pero no encontró más opción que confiar en ella. La albina estaba segura de poder sobrevivir como asesina a sueldo, era algo que aprendió desde su más tierna infancia. Mientras otros niños jugaban con muñecos, ella lo hizo con fusiles, su infancia estaba perdida y aprovecharía esa pérdida para salir adelante.

Viorica asintió y escribió en la tierra su nombre para dar a entender que había algo de familiaridad entre ellas.

—Sarina Salazar —respondió la chica del shayla sin dar más información.

Los días pasaron y la noche se asomó curiosa para observar el intento de escape de las dos chicas, Sarina cumplió su palabra, había mostrado los planos y el día de luna nueva llovía torrencialmente. Por su lado Viorica se la pasó oculta entre las fosas comunes para fingir su muerte y no levantar sospechas.

Viorica cubrió su cabello con un shayla de Sarina, ante la insistencia de que su cabello era demasiado notorio al ser casi blanco.

Entre las sombras se deslizaban para no serencontradas, el punto más complicado era saltar las alambradas, el metalsonaría y ellas tendrían las manos ocupadas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro