29-Fragilidad
Las razas pidieron a sus dioses locales que los protegieran, sin embargo, a pesar de su fuerza ninguno pudo derrotarlo por sí solo.
Epify y Niamh llegaron a una arena de practica donde se encontraban Lucian y Dahlia, luchando contra un ángel y dos hadas. Epify tomó a Niamh para esconderse detrás de un pilar, ella sabía que no eran rivales para el ángel, si no podían ganar con fuerza necesitaban recurrir a la inteligencia, apoyarse en Lucian y Dahlia era la opción más prudente.
—Niamh, ¿qué hay debajo de nosotros?
—Hay unos ductos de alcantarillados y cloacas.
—Espero que no te molesten los malos olores y lo siento de antemano. —Epify se agachó y tocó el piso haciendo que un hueco se formara a los pies de Dahlia y Lucian, haciendo que cayeran para cerrar el hueco al instante, luego repitió el proceso para ella y Niamh.
Los cuatro cayeron a las alcantarillas, el olor de las aguas negras resultaba asfixiante, las paredes llenas de oxido y suciedad generaban un reflejo nauseoso.
—Hola, lamento arrastrarlos así, pero creo que necesitamos coordinarnos un poco si queremos hacer frente a los de arriba —saludó Epify.
—Entiendo, las hadas son problemáticas una es de viento y la otra de tierra, pero podríamos con ellas si no fuera por el ángel. Él es el verdadero problema, no importa como lo ataquemos se regenera al instante con su magia lumínica —explicó Lucian.
—¿Magia lumínica? —preguntó Niamh.
—Un tipo de magia alineada permite curar y crear barreras, en contraposición está la de oscuridad, que funciona para destruir, la primera pertenece a ángeles y la segunda a demonios —explicó Epify para voltear a ver a Lucian —. Nosotras podemos actuar como un factor sorpresa, para acabar con las hadas rápidamente, mientras ustedes hacen de señuelo.
Epify se quedó bajo tierra con Niamh y Snow, en cambio dejó salir a Dahlia y Lucian. Ellos se ocupaban de pelear arriba atrayendo toda la atención, aunque su caída fue rara para los allí presentes asumieron que era por mecanismos del campo de entrenamiento, ya que era sabido que en ese lugar había trampas para que los novatos practicaran.
Epify le pidió a Niamh que le avisara cuando cualquiera de las hadas pasara por encima de ellas, con sus poderes hizo crecer la enredadera de su muñeca cuando se pararan encima de ella las atraparía y expandiría sus cristales para mátalos, las hadas al ser frágiles eran muy susceptibles a los golpes físicos, los ángeles no, por ello esa táctica no fusionaría con el ángel.
Lucian y Dahlia peleaban, Lucian usaba una alabarda con la que bloqueaba los ataques y podía lanzar golpes a una distancia considerable. Dahlia usaba amuletos para invocar unas marionetas que se abalanzaban contra sus enemigos, ambos intentaban empujar a sus enemigos a la zona donde estaban Epify y Niamh.
—¡Ahora! —exclamó Niamh.
Epify hizo que las ramas crecieran y apresaran a las hadas y el ángel, apenas los sujetó expandió los cristales para matarlos, las hadas fueron asesinadas. En cambio, el ángel pudo romper los cristales y haló de las enredaderas, al tenerlas atadas a su muñeca Epify fue tirada hasta que estuvo frente al ángel. Este la agarró de sus cortos cabellos y le dio un puñetazo en la cara que la mandó disparada varios metros, Snow intentó agarrarla, pero al entender que no tenía fuerza suficiente, uso su cuerpo como escudo, recibiendo de lleno el impacto contra el piso y el peso de Epify.
La nariz de la chica sangraba y tenía los labios rotos, además de estar un aturdida por el fuerte golpe, intentó pararse, pero el equilibrio le fallo y cayó al piso nuevamente. Cuando se arrodilló para volver a intentar incorporarse, vio a su dragón muy herido por protegerla, sus ojos se abrieron y la ira surgió como magma de un volcán en erupción.
Epify tenía un dolor de cabeza muy fuerte a causa de todos los golpes y no veía forma de ganar. Sus enredaderas eran cortadas en segundos, sus cristales lograban hacer daño, pero se curaba de inmediato. Dahlia atacaba con las criaturas nacidas de sus hechizos, pero estas eran eliminadas antes de poder hacer algo, Lucian era el que más se igualaba al ángel, con su alabarda, pero la regeneración creaba una gran diferencia.
Epify llegó a la conclusión de que Niamh era la única que podría derrotar al ángel, al usar el fuego sagrado la regeneración no sería tan rápida.
—Lucian, creo que puedo crear una oportunidad, debes tomarla sí o sí —Epify dio una respiración profunda —Dahlia ayudame a retenerlo el maximo posible. ¡Quema lo que Lucian corte! —Esperaba que Niamh entendiera el mensaje.
Epify salió de frente contra el ángel, se abalanzo usando su brazo protesico como escudo, permitiendo que fuera apuñalado por el ángel, usó su don para liberarse de su protesis lo que hizo que la espada tomara unos movimientos torpes. Logró tocar el brazo enemigo y apeló a sus dudas, sobervia, inseguridades y todo sentimiento que pudiera generar dudas en la batalla. Al menos con eso lograría conseguir unos segundos, las marionetas de Dahlia se avalanzaron al ángel reteniendolo.
El ángel intentó cortar a Epify por la mitad, bloqueó el corte levantando la pierna protesica para que resibiera el impacto, pero al ver que la estaba cortando y llegaría a ella, se deshizo de su pierna y se tiró al suelo, Snow lanzó una bola de energía con su aliento para que la espada del ángel saliera volando.
Lucian logró herir al ángel con su alabarda, solo quedaba confiar en Niamh, pero matarlo sería una carga muy pesada para la híbrida.
Al final un simbolo rojo se pintó en el suelo y llamas incineraron el cuepo del ángel. Niamh miraba conflictuada la escena frente a ella y el circulo empezó a desaparecer sin haber llevado el cuerpo a cenizas, la conciencia de Niamh no permitía que terminara su trabajo, su volutad se volvió una hoja debíl mecida por el viento al ver el dolor de su enemigo.
—¡No puedo! ¡Hermana! —Las rodillas de Niamh se doblaron y cayo al piso.
Epify metió su mano al fuego, con eso controló un poco las llamas para asegurarse de que estas no se extinguieran y el ángel fuera calcinado a cabalidad.
—Lo logramos —suspiro Lucian aliviado —. ¡Tu mano tiene una quemadura terrible! —exclamó al ver la mano de Epify.
—Está bien, era la única forma de vencerlo, además creo que ya me he acostumbrado a estar con quemaduras. —Epify tiró de su camiseta con la mano quemada para mostrar sus cicatrices del costado izquierdo.
—Lo... lo... lo siento, eso te pasó porque yo dudé, fue mi culpa. —Niamh empezó a lagrimear.
—No te preocupes, hasta mejor así, yo soy la asesina de ese tipo, por eso no debes cargar con la culpa. Niamh, toda carga que sea muy pesada para tí, damela y yo la llevaré. —Sonrió Epify.
—Vamos a la base para que te traten esa mano —sugirió Lucian.
—No. Debemos ir donde Sariel, mis heridas no son tan graves. —Epify empezó a arrastrarse hacia sus protesis rotas —¿Me ayudan acercando mis protesis? No me es muy cómodo jugar a ser una oruga.
—Pero estan rotas —dijo Dahlia.
—Es más facil controlarlas cuando están en buen estado, pero con mi don puedo usarlas aunque esten rotas, solo seré algo torpe en mis movimientos y me agotaré más rápido —contestó Epify.
Se colocó las protesis y logró ponerse en pie, aunque muchos de los movimientos que involucraban las protesis resultaban antinaturales.
—Soy como una marioneta mal articulada, ¿Me pregunto si así me dejarian participar en el show de los muppets? —Epify se rió mientras saltaba exagerando sus extraños movimientos.
Niamh se empezó a reir cosa que a Epify le alegró, estaba buscando como aligerar el ambiente. Lucian y Snow tambien parecian divertirse con sus movimientos, pero Dahlia estaba en silencio con un rostro sombrio, típico alguien que miraba un funeral.
—Yo no puedo... Sariel el no puede ser culpable, él no es así él... él... —Dahlia lucía desolada.
—Dahlia ve a la base, nosotros vamos a salvar a Sariel. Tu no te preocupes —Epify colocó la mano en el rostro de Dahlia.
—De acuerdo —Dahlia se fue.
—Tenemos que movernos rápido, cuando sus emociones se tranquilicen perderé control sobre ella, por lo que volverá y no podremos matar a Sariel facilmente —dijo Epify.
—Pero acabas de decir que lo salvariamos. —Niamh se acercó a Epify.
—Lo sé, pero no veo que más podía hacer. No es posible salvar a alguien de sí mismo si no coloca de su parte, lo que dije es solo una forma de darle paz. Después aceptaré que me odie o quiera matarme, pero creo que esta era la única forma que tenía de cuidar de ella, su amor hacia ese tipo es ciego e irracional —argumentó Epify.
—Entiendo lo que dices y es verdad. Dahlia está tan ciega que podría sacrificar el mundo por Sariel, nosotros debemos proteger a la mayoria, incluso si eso implica sacrificios como el de nuestra propia palabra —apoyó Lucian.
Lucian describió a Sariel detalladamente y Niamh los guió hacia donde veía una persona con esas caracteristicas.
—Esa persona esta peleando con Jouktai, están bastante parejos —informó Niamh.
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