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El último aliado

En el norte había un gran estruendo que hacia temblar a todo el imperio y que hizo caer a cada guarnición que intentaba hacerle frente al invasor, Arcadia al fin tras meses de quietud comenzó un agresivo avance hacia el sur con un solo objetivo, conquistar la capital y asegurarse de conquistar al imperio por la gloria del nuevo imperio.

Al frente de de todos estaba el general Wellington y Dragomir, dirigiendo al ejercito en su tienda de campaña, dirigiendo el avance de un ejercito con soldados bien entrenados y armados con la mejor tecnología disponible, las fabricas trabajaban todo el tiempo para poder abastecer al ejercito y este seguía el avance.

Caballería, infantería y cañones, todo lo que necesitaban para hacer que las fuerzas del norte flaquearan y tuvieran que retroceder, dejando atrás sus fortalezas, el ejercito de Arcadia estaba avanzando como una aplanadora sobre las fuerzas blandas del imperio que estaban formadas por campesinos poco entrenados.

Para el general Wellington estaba siendo una forma de subir más en la escala militar, cada día que pasaba sus fuerzas aumentaban y veía como el Imperio se desmoronaba lentamente bajo el fugó de los cañones y los rifles, todo era como una sinfonía, dónde era director y podría hacer avanzar a los soldados de su bando y masacrar al enemigo.

Con cada día de batalla era más evidente que llegar a la capital no sería un problema, después de todo el ejército estaba más concentrado en el sur y Esdeath estaba lejos en el occidente, aunque de llegar sabía que Dragomir tendría la capacidad para hacerle frente junto a sus soldados de elite de Wolfpack.

Dragomir/Rex por su parte estaba viendo el avance de sus tropas y le preocupaba que sus comandantes se confiaran demasiado, despues de todo estaban ganando, pero aparecería una prueba difícil tarde o temprano, deberían estar preparados para cualquier enemigo por más fuerte que fuera.

En esos momentos estaban frente a un gran ejército del Imperio, su último obstáculo ante de tener a su alcancé la capital, los dos generales estaban en la tienda de campaña organizando la estrategia, dividirían a 380.000 hombres en tres cuadros diferentes para organizar el ataque frontal con los rifles y bayonetas.

Tenía 20,000 jinetes listos para lanzarse a la carga con el armamento que les entregó Dragomir directamente de las fábricas, además de 500 piezas de artillería que apuntaban al campamento enemigo, todo estaba listo para un ataque fulminante de Dragomir para regresar a la ciudad que lo vio nacer, ya no como un príncipe exiliado o alguien que venía a reclamar un trono, era un conquistador.

El Imperio tenía 500.000 soldados en la infantería en una línea que avanzaba por todo el frente de batalla, armados en su mayoría con lanzas, escudos y armas de combate cercano, su caballería eran 15,000 hombres, aunque parecían de rifles como en Arcadia, además de su artillería era inferior en calidad y número ya que solo tenían 150 piezas de artillería.

La batalla estaba por comenzar en una llanura, perfecta para la estrategia del General Wellington de avanzar a las tropas de manera coordinada para después rematar con la caballería, sabía que era arriesgado dado que podrían traer alguna Teigu, pero hasta ahora parecía que la mayoría estaban luchando con el ejército revolucionario.

El cielo se estaba nublado y la llanura de oscureció, desde la lejanía el general del Imperio veía como los soldados Arcadianos se preparaban para la guerra, sus uniformes estaban impecables en apariencia y podía alcanzar a ver como se armaban para entrar en combate.

Esa era la última oportunidad para hacer retroceder a Arcadia de vuelta al norte, no podían tener refuerzos de otras partes del Imperio, estaban saturados de trabajo y el gran general Budo solamente estaba dispuesto a luchar contra Arcadia hasta que estuviera a las puertas de la capital.

Wellington aprovecharía esto y ordeno que sus tropas atacaran con de frente con el primer cuadro de formación, mientras que el segundo y tercero cuadro de formación esperarían en la linea trasera a sus ordenes, sabia que atacar de frente era una mala idea ya que sufriría demasiadas bajas en el peor de los casos, por lo que ideos una estrategia.

Los soldados del imperio dispararon la artillería que tenían disponible mientras al mismo tiempo eran atacados por los cañones de Arcadia, los soldados armados con los rifles se separaron de la formación y comenzaron a disparar cubiertos tras rocas y disparando contra los artilleros que caían uno tras otro.

El objetivo era erradicar a quienes sabian usar la artillería y lo estaban logrando con una gran eficiencia, los 120.000 soldados del ejercito Renacentista estaban avanzando a gran velocidad entre las rocas que sobresalían del piso y evitaban las flechas y balas de los soldados escasamente armados con armas de distancia.

Respondían al fuego y retrocedían lentamente, la orden era matar a cualquier soldado que se acercara a los cañones y la misión estaba hecha con un tiempo récord, su retirada era aparentemente caótica por lo que el general del imperio aprovecharía esta oportunidad.

General: ¡Manden a la caballería y que avance el cuarto regimiento para reforzar esa posición! —El general era casi un novato y su formación como oficial era solamente curricular y era la primera vez que dirigía un ejercito contra oponentes tan experimentados—

El ejercito del imperio comenzó a avanzar contra los soldados de Arcadia que se retiraron con rapidez hasta la formación principal, todos levantaron sus bayonetas a diferentes alturas y se prepararon para lo peor sabiendo que ahora se acercaba la caballería para atacarlos.

Dragomir espero con tranquilidad a que todo sucediera, los soldados del imperio estaban saliendo de sus defensas y las diferentes barreras que tenían, espero viendo como los soldados eran rodeados por el ejercito enemigo pero solo permitía a la artillería atacar para evitar que descubrieran su plan. 

Espero hasta que había una cantidad considerable de soldados en el campo de batalla y ordeno a la caballería que atacara con todas sus fuerzas, la única misión que tenían era atacar y avanzar hasta quebrar la linea defensiva del imperio, también ordeno el avance del segundo cuadro mientras que los soldados del tercer cuadro comenzaron el avance pero rodeando la posición del imperio.

El campo de batalla avanzo como un muro de fuego constante, disparaban sus cinco rondas y se detenían para recargar mientras que sus compañeros ocupaban su lugar, los soldados sabian lo que debían que hacer y aun en inferioridad numérica estaban masacrando al enemigo antes de que se acercaran.

La caballería del imperio choco de frente contra la formación de Arcadia que disparo contra ellos y si se acercaban demasiado eran victimas de las afiladas bayonetas que tenían en las puntas de sus rifles, la sangre e intestinos mancharon el campo de batalla y el avance de los Arcadianos era imparable.

La caballería de arcadia por su parte usaba rifles mas cortos que la infantería y debido a su habilidades como jinetes podían cabalgar sin usar sus manos mientras disparaban y despues tomaban sus sables para acabar con cualquier enemigo que apareciera por en su camino.

Los soldados del imperio levantaron sus lanzas y se prepararon para impedir que la caballería los aplastara, pero a diferencia de otras ocasiones que usaban lanzas para atacar los la infantería ellos usaban rifles y disparaban contra la infantería para derribar el muro de lanzas.

Los soldados penetraron la linea defensiva con gran facilidad y cuando  terminaron sus balas de la primera ronda usaron los sables para infligir heridas mortales a todo aquel que tuvieran la mala suerte de estar en el camino de los fieros soldados Arcadianos que no dejaban de avanzar aun con las perdidas.

El líder de todo este ejercito veía como el ejercito imperial retrocedía cada vez mas con desorden, la tercera formación estaba atacando y embolsando a todo el remanente del ejercito de imperial, salió de la tienda de campaña y camino por el campo de batalla, viendo los horrores de la guerra.

Había cientos miles de cadáveres regados por todas partes, los caballos muertos y el estiércol creaban un olor tan horrible que cualquiera vomitaría, pero solamente se quedo allí, entre todos los cadáveres de sus seguidores y las marionetas del primer ministro, regreso a la tienda de campaña y hablo con el general Wellington.

La batalla se había prolongado mas de lo calculado, la batalla duro tres días entre las constantes retiradas del ejercito imperial y la captura constante de prisioneros esos fueron los días de batalla mas cruenta para el imperio que perdió a miles de soldados en la ofensiva de arcadia sobre ellos.

Rex se había enterado de la situación en la capital, pero no podía hacer nada por ahora y según el informe de Merlín su encierro no era algo riguroso y de ser necesario podría retirarse cuando fuera necesario o atacar para poder debilitar a la capital antes del ataque de Rex.

Campamento de la Guardia Imperial

El gran general llevaba fuera de la capital varios días, buscando la oportunidad perfecta para encontrarse con el líder del ejercito renacentista, Budo realmente no tenia problemas con eliminar a cualquier rebelde que apareciera, pero quería eliminar cualquier duda que tuviera en mente.

En esos momentos le habían llegado los informes de que el ejercito Arcadiano descansaba a varios kilómetros de la capital, al fin habían encontrado el lugar donde estaba el líder de ese ejercito, ordeno que todos se quedaran en ese lugar y el avanzaría por su parte para buscar al líder del ejercito.

El hombre camino entre los diferentes caminos que había en el lugar, conocía cualquier parte de ese lugar y sabia que podía estar siendo vigilado por algún espía, pero sus sospechas se materializaron con la presencia de diez soldados apuntando con sus armas al hombre de gran tamaño.

Budo: e venido desarmado —Levanto sus manos mostrando que su Teigu no estaba y despues continuo hablando— e venido buscando a Dragomir, necesito hablar con él y tener una audiencia urgente

Soldado: síganos, pero mantenga la distancia y no intente nada o los cañones harán volar este lugar por los aires —Los soldados avanzaron escoltando al general imperial con cuidado de que no fuera una trampa—

El general fue guiado hasta las afueras de una tienda de campaña de gran tamaño, tenia el símbolo de la bandera de Arcadia en el fondo y dejaba ver que era el lugar donde descansaba el líder del ejercito mas peligroso en esa guerra civil.

Budo espero durante varios minutos a que lo dejaran pasar y finalmente le dijeron que estaba listo para hablar con él, entro a la tienda de campaña y vio a Dragomir sentado en una silla sencilla mientras serbia dos vasos con licos, señalo la silla que había frente a él y permitió que el imponente hombre se sentara.

El silencio era abrumador y solo se veía al Dragomir vestido con un pantalón y camisa negra desgastada, se veían sus cuernos y el extraño aspecto de su cuerpo, pero su rostro estaba oculto bajo una mascara de lobo para evitar que vieran su rostro.

Dragomir/Rex: veo que el hombre mas fuerte del imperio viene a mi, es extraño ya que normalmente se la pasa en su entrenamiento —Estaba tranquilo en esos momentos, pero esto no le daba un buen presentimiento—

Budo: no quiero escuchar rodeos en estos momentos, quiero saber exactamente quien es y si es quien sospecho —Como siempre, Budo actuó formal y directo al punto, tenia una sola pregunta y solo necesitaba una respuesta que lo llevara al punto— ¿Es usted príncipe Dragomir?

Escuchar que le nombraran de esa manera resulto nostálgico para el muchacho ya que la ultima vez que escucho eso fue cuando lo ejecutarían, se quito la mascara y desapareció su transformación para revelar un rostro desconocido a Budo, tenia algunos rasgos compartidos con su yo pasado, pero cambio mucho.

Budo: me gustaría que me dijera algo, algo importante que solamente el príncipe y yo sabíamos —Las esperanzas del general estaban subiendo, por dentro estaba un poco emocionado de que el legitimo heredero al trono estuviera allí y pudiera terminar con todo—

Dragomir/Rex: creo que la primera vez que lo vi fue en la biblioteca del palacio, estaba leyendo un libro sobre técnicas de espada y usted apareció, el recuerdo es algo borroso, pero me dijo algo que me sirvió mucho "Un hombre no aprende nada a menos que lo experimente" —Las palabras que guiaron al príncipe caído fueron lo que Budo había dicho en un intento de ayudar a un príncipe poco preparado para el mundo— y aquí esta el resultado de mi primera practica

Se levanto la manga de su camisa y revelo una cicatriz recta que estaba en su hombro, por un momento Budo casi sentía la emoción consumirlo, realmente era él, el príncipe Dragomir estaba allí, pero eso significaba también una cosa, sus sospechas sobre Honest también eran ciertas y el fue quien causo todo ese desastre.

Budo: ¿Por qué no volvió despues de escapar? toda la guardia imperial le habría seguid, yo mismo matare a Honest por este desastre —El gran general ahora mostraba un poco mas de indignación, era como si un perro guardián viera a su antiguo amo volver tras dejarlo en la carretera— jure protegerlo, yo debí

Dragomir: ¿Despues que habríamos hecho? ¿Crear otra guerra civil donde busco asesinar a mi hermano menor? ¿Qué el imperio se sumergiera mas todavía? —En su tono de voz había melancolía y frustración al recordar el pasado— yo era perezoso, aislado de la realidad, era exactamente igual a mi hermano, solo una marioneta

Se mostraba que odiaba eso, se odiaba a si mismo por nunca haber hecho algo por su cuenta y haberse dejado llevar por todos, aunque Honest no lo hubiera mandado asesinar seguramente habría sido una marioneta mas de la nobleza, incapaz de pensar o actuar sin que le dieran un premio como un mono cilíndrero.

Dragomir: ahora soy un hombre, me construí a mi mismo y sufrí igual al pueblo, los entiendo, desde antes el imperio estaba mal, pero me negaba a verlo —se levanto de la mesa y nuevamente encaro al gran general— antes era un esclavo de la voluntad de otros, pero ahora soy un conquistador

El mayor guardo silencio viendo a Dragomir, realmente se había vuelto un hombre extraordinario, Budo siempre fue leal al imperio, pero también era leal al emperador y el actual emperador no era mas que una marioneta al ser un niño influenciable por todos y en especial por el primer ministro.

Frente a él estaba la esperanza que necesitaba el Imperio, un líder que había experimentado todos los dolores que puede tener el pueblo, que vivo entre ellos, sus ideas eran que debería regresar a la capital y reclamar el trono, apoyado por la guardia Imperial y el ejército regular.

Budo: lo escoltare hasta la capital, podría reclamar el trono si lo desea, después de todo usted es el heredero al trono —El muchacho de cabello gris le miró de forma condescendiente al escuchar su plan y negro moviendo su cabeza—

Dragomir: no puedo hacerlo, si regresó sería volver a ser el fracasado yo anterior, repetir la historia donde un hermano mata a otro para obtener el poder —Le mostró un par de muñecos de madera con la apariencia del primer ministro y su hermano menor— volveré a la capital, pero está vez llegaré para conquistarla y hacer que se arrodillen ante mi todos los nobles que me despreciaban, tengo aliados listos para atacar desde adentro y solamente espero a que caiga la última pieza del dominó

Rex tenía todo planificado para el momento de la verdad, aunque nunca espero que Budo tomara la iniciativa de acercarse va él, eso era una ventaja que ayudaría en el futuro a que la guerra fuera mucho más corta, después de todo la Guardia Imperial era el ejército elite y con ellos de su lado podría acortar los daños al ejército Arcadiano.

Dragomir: me gustaría pedirle algo, le pido que salve al imperio —Sirvio dos copas con ginebra y después ofreció una al hombre de gran tamaño frente a él— le pido que por favor se una a mi, como el gran general de la guardia Imperial y me ayude a detener está locura, eso no solo es a Honest, también a los revolucionarios

Budo: ¿Es conciente de lo que me pide? Es una tradición al Imperio y que deje atrás todo lo que consideraba ¿A cambio de que? ¿Tierras poder?  —Esa era su última prueba, para saber que clase de hombre era Dragomir—

Dragomir: le ofrezco salvar vidas, renacer al Imperio que ama y pueda evitar que lleguen al poder más corruptos como Honest —Extendio su mano esperando a que respondiera y el hombre solamente la apretó—

Budo: usted realmente es un hombre interesante —Se quedó viendo al emperador de Arcadia y después separó su mano mirándolo— la guardia apoyará el emperador legítimo y lucharemos para eliminar todo lo podrido del Imperio

En ese momento se formó una de las alianzas más poderosas que podría haber hecho Rex, el General Budo era más que un hombre muy poderoso con un ejército, se trataba de la última esperanza de los aliados de Honest para poner un alto definitivo a los revolucionarios, ahora era el momento en que caerían en la desesperación.

Ahora solamente quedaba una pieza por derivar, Najenda era el último objetivo de Rex, una mujer que pudiera ser su mano derecha en el campo de la política y su posible primer ministro, solamente necesitaba que ella dejara de creer que los revolucionarios realmente darían un cambio en el Imperio.

No es como si Dragomir gusta mejor, sus métodos de asesinar oponentes y tener una policía secreta que cazara disidentes, pero su objetivo era mejorar al Imperio en lugar de soko quedarse sentado en su trono disfrutando de los placeres de la vida, desde una perspectiva general él era el mal necesario para la gente del Imperio.

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