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AKW19.- «Día 4»

Tema: Magic

Advertencia: Crossover con Fairy Tail.

Aclaración: Cuando algo está escrito en cursiva es un flashback o recuerdo de un personaje, cuando algo está en negrita y cursiva es un sueño.

Contenido adulto: [×]

Canción: Dark Magic - Little Mix

Resumen: «En un mundo donde la magia ya es el pan de cada día de las personas es común que existan conflictos entre gremios, pero muchas veces esos conflictos logran que al final se formen las alianzas más poderosas jamás imaginadas por la gente.»

Existían dos gremios de magos que estaban tan a la par que durante unos meses llegaron a discutir sobre cuál era el mejor a pesar de que ambos estaban en continentes distintos. Con cada nueva discusión nacía una nueva rivalidad, hasta que al final notaron lo tonta que había sido aquella discusión y terminaron forjando una gran amistad entre gremios. Esos gremios eran Fairy Tail y Teiko, cada uno con sus cosas pero más parecidos de lo que la gente pudiera creer.

En Teiko habían seis magos de Rango S que superaban con creces a muchos magos a pesar de ser solamente unos novatos, a pesar de ello solo cinco de esos magos eran conocidos por la gente y el último se mantenía escondido entre las sombres. Omitiendo ese detalle, los seis magos eran muy queridos en todo el gremio, sobre todo cuando montaban discusiones y estas terminaban en peleas que eran sinónimo de fiesta y diversión: si no había una pelea, sobre todo entre Kise y Aomine, no se podía decir que uno estaba en Teiko.

Justo en esos momentos ambos magos estaban teniendo una riña infantil ya que querían saber cuál de los dos era el más rápido. El de piel morena alegaba que el único que podía ganarle en una carrera era él mismo mientras que el rubio le decía que él era mil veces más rápido contra él sin la necesidad de usar su magia. Los del gremio podían ver claramente el fuego en la mirada de ambos magos de Rango S a la vez que unas chispitas crispaban desde sus ojos en señal retadora.

-¿Debería detenerlos? -cuestionó Kuroko mientras leía un libro.

-No, de momento déjalos, si empiezan a destruir el gremio ya me encargo yo -le contestó Akashi a la vez que movía una pieza y le ganaba, nuevamente, a Midorima.

-Si Nijimura-san llega y los ve peleando y destruyendo el gremio otra vez...

-Créeme, Tetsuya, que ellos preferirían un castigo mío a uno impuesto por el maestro.

-Lo sé perfectamente Akashi-kun, nadie quiere terminar con sus 206 huesos rotos o convertido en pingüino por una semana.

Nijimura Shūzō, el maestro del gremio, ciertamente era de temer cuando se enfadaba. Muchos llegaron a burlarse de su magia ya que creían que era inútil, pero no decían lo mismo una vez eran convertidos en ratones y con solo una pisada del pelinegro terminaban con prácticamente todos los huesos rotos durante una buena temporada. La magia de Nijimura le permitía convertir a los demás en animales, aunque el preferido del pelinegro eran los pingüinos: cuando quería castigar a alguien lo transformaba en esa ave y lo tenía encerrado en un estanque durante una semana como si fuera un pez de feria; pero no solo era eso, sino que durante esa semana tenía que buscarse la vida para comee y demás, aparte de que de vez en cuando soltaba alguna que otra corriente eléctrica de a saber dónde cuando la persona en cuestión realmente le había colmado la paciencia. Además de esa habilidad Nijimura poseía también un extraño control sobre el hielo, era una especie de magia "ice maker" pero a la vez completamente distinta de la que la gente conocía, aún así el maestro de Teiko muy pocas veces recurría a aquella magia, solo lo hacía cuando su familia (que eran los que pertenecían a su gremio) estaba bajo amenaza inminente.

Aún conociendo las posibles consecuencias de sus actos, Aomine y Kise comenzaron una pelea a puñetazo limpio que duró muy poco ya que el de piel morena utilizó su magia para encerrar al rubio en un bloque de tierra endurecida como roca.

-¡No es justo Aominecchi! ¡Dijimos que sin magia!

-¿En serio? No me acuerdo.

-¡Eres un tramposo!

Y sin que Aomine tuviera tiempo siquiera a reaccionar un rayo le impactó con fuerza al de piel morena, al perder este la concentración el rubio pudo librarse con facilidad de la magia del peliazul. La magia de Aomine le permitía controlar la tierra a su voluntad: mientras estuviera con los pies en el suelo podía crear cualquier tipo de arma, claro, a menos que se encontrara en el mar o en una superficie de metal; la magia de Kise era, ciertamente, extraña pero poderosa: le permitía copiar y realizar cualquier tipo de magia que el rubio haya presenciado en su vida, solo había la excepción de la magia que se basaba en sellos o runas ya que esas poseían un mecanismo diferente, pero por lo demás podía hacer suya cualquier magia que viera.

-Eh~ Kise-chin y Mine-chin ya están causando problemas otra vez.

Murasakibara se encontraba, como habitualmente lo hacía, comiendo dulces en una esquina del gremio. La magia del pelimorado era de temer ya que, si de por sí él ya tenía un tamaño imponente, su magia le permitía aumentar considerablemente su fuerza y el tamaño de cualquier parte de su cuerpo, aunque claramente lo que más le gustaba a Murasakibara era agrandar sus puños y así aplastar (literalmente) a los que se metían con él o se atrevían a robarle sus dulces.

-Oha-Asa predijo que hoy los Cáncer tendían un día muy movido, con ese par normal que sea así.

Midorima se acomodó las gafas a la vez que chasqueaba la lengua al ver que Akashi ya no estaba interesado en seguir jugando al shogi, por lo que decidió guardar el juego. La magia del peliverde le permitía asestar cualquier tiro aunque la distancia entre su objetivo y él fuera descomunal, pero no solo eso, sino que también le permitía invocar el arma de larga distancia (pistolas, arcos, ballestas, rifles, etc) que este quisiera usar siempre y cuando el peliverde fuera poseedor de alguna de esas armas mágicas.

-¿Seguro que no debo intervenir Akashi-kun? Nijimura-san debe llegar en pocos minutos.

-Está bien Tetsuya, pero solamente déjalos paralizados en su lugar.

Kuroko asintió ante lo dicho por el pelirrojo y quien era en cierto modo el líder de los seis magos de Rango S del gremio, dejando su libro cerrado en la silla en la que antes estaba sentado no sin antes haber sacado un par de papeles de este; recitó unas palabras y lanzó dichos trozos de papel a cada uno de sus compañeros, dejándolos paralizados en poses bastante graciosas: Aomine estaba flotando en el aire a punto de caer al suelo y Kise en una extraña pose de contorsionista que a saber en qué momento llegó a hacer. La magia del peliceleste era de sellos, una poco común debido a la complejidad de dicha magia y el efecto secundario que uno tenía al usarla: el tener poca presencia; al contrario que la magia de runas que Akashi controlaba, los sellos iban un nivel por encima de estos ya que algunos se guiaban por las runas y otros simplemente valían con recitar lo que se debía.

Akashi, además de las runas, poseía el Ojo de Emperador, una ventaja que no solo le permitía anticipar los movimientos y pensamientos de su contrario, sino que también le permitía conectarse con sus compañeros y hasta paralizar a sus rivales con poco espíritu o voluntad en ellos.

-Bueno, dejémoslos así hasta que el maestro venga -dijo Akashi acercándose al peliceleste y pasando un brazo por la cintura de este para abrazarlo, cosa que Kuroko no se negó y quitó su típica expresión neutra para dedicarle una sonrisa a su pareja.

Cuando Akashi y Kuroko revelaron su relación al gremio empezaron a volar bolsa con dinero entre los miembros del mismo ya que tal parece que habían apostado por ver si al final terminaban juntos o no, pero aquel día los miembros de Teiko descubrieron que, si de por sí por separado tanto Kuroko como Akashi infundían algo de miedo por su magia, cuando amboa trabajaban en equipo lo mejor era cuidarse de ellos ya que la combinación de ambos era impecable.

-Sí, sí, muy gracios todo. Kuroko, por favor, desparaliza a tus compañeros y ven junto a Akashi fuera conmigo, tengo algo que hablar con ambos, en secreto -ordenó Nijimura desde la puerta del gremio resaltando claramente las últimas dos palabras. El peliceleste se encogió de hombros y chasqueó los dedos, liberando a sus compañeros que reanudaron su movimiento por lo que Aomine cayó al suelo en un golpe seco y Kise se quedó enredado en su extraña posición contorsionista.

La pareja de magos salió detrás del maestro (no sin que antes Kuroko cogiera nuevamente su libro) y lo siguieron sin saber que lo que les esperaba a ambos magos sería una misión peligrosa, aunque para la fortuna de ambos no estarían del todo solos en aquello.

14/04/2019 => Magic [√]

Vamos avanzando ;^; pero aún queda para que Cinna se ponga al día :')

Ah, por cierto, el final de este one-shot es más abierto que el de los otros ya que este y el del día seis estarán relacionados.

Hala, ya está todo dicho uwu

Pd: Jopé, todo esto está siendo pura kk de vaca :"u

~Cinna fuera~

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