Colores
>> X_Soy_Maika_X <<
Mi mundo no tiene colores.
Mi mundo es blanco y negro.
No conozco más colores, No conozco color alguno desde que sucedió "eso".
Desde el día en que perdí todo lo que amaba, Desde ese día prometí no volver a sentir nada, Para que ningún sentimiento me volviera a hacer daño.
En mi instituto yo casi no hablaba con nadie, Si lo hacía no me gustaba expresarme, No si podía mostrarles mis debilidades.
El ruido del timbre para entrar a clase.
Las pisadas.
Varios murmullos y después completo silencio cuando el profesor ingresa a la sala.
Nada de eso me importaba, Yo sólo iba a ese lugar para cumplir con mi deber, Como si estuviese programada para ir a clases, Terminar la jornada e irme a casa a estudiar.
Todo en mi camino era gris, El pasto, El cielo, Los llamativos semáforos, Los helados, Los conjuntos que llevaban tan orgullosas las demas jóvenes, Nada para mi tenía algún maldito color.
Así parecía seguir, Como un ciclo sin fin, Un círculo cerrado sin salida, Un círculo viscioso, Pero a una persona sin sentimientos como yo no le importó, No puedes lastimar a alguien que ya está rota, Que ya no puede sonreír, Que ya ha probado el amargo sabor de la traición de confianza.
Todo parecía no tener fin, Ni salida, Hasta que en mi salón de clases finalmente hizo presencia un color, Uno llamativo pero misterioso a la vez, No sabía que era pero irradiaba energía, Ese color era el rojo.
Por mucho que quisiera evitarlo, Ese color ya persistía mucho en mi vida.
Aparecía en mi salón de clases cada mañana.
En los pasillos me sonreía familiarmente y me llamaba por mi nombre, Como si me conociera desde siempre.
Hasta de camino a casa me seguía, Llenando de color mi camino.
Un sólo color que invadió mi vida pudo hacerme sentir muchas cosas, Hasta me sacó sonrisas lo cuál había declarado como imposible, Me hizo suspirar, Por primera vez me sentí viva.
Después me di cuenta que comencé a amar el color rojo.
El latir de mi corazón, Los nervios, La repentina emoción al verlo llegar, Todas esas sensaciones hablaban por sí solas y por primera vez había decidido algo por voluntad propia: Sincerar sentimientos.
Todo salió bien para ser la primera vez saliendo con alguien, Los meses pasaban pero no nos cansábamos, Nos teníamos el uno al otro y era todo lo que necesitábamos.
Akira estaba dispuesto a hacerme feliz y mostrarme la mejor faceta del mundo, Los mejores colores de el, Akira llenó de colores mi mundo y yo daba mi mejor esfuerzo para ser lo suficientemente buena para él.
Pero como toda pareja, Nos tocó enfrentar un obstáculo, Y el que estaba por venir a nuestras vidas era demasiado grande.
Una mañana el se ausentó, Aunque volvió a la tarde algo se había opacado en él, Ya no lucía colorido y vívido. El nunca me negaba una sonrisa, Pero esa tarde muy a pesar de esas risas algo estaba fuera de lugar. Aunque lo conversamos esa tarde bajo nuestro árbol favorito, Parece que nada realmente de lo que sucedió allí nos afectó después, Sino hasta su momento.
Todas las tardes íbamos a sentarnos bajo ese árbol después de clase, A pasar el rato, Aunque un día en especial estábamos boca arriba sobre el césped observando el azulado cielo con el sol decorando con tan sólo algunas nubes. El tomó mi mano y me enseñó la cálida luz del sol y lo importante que era que estuviera siempre en mi vida.
Pasó un año y ocho meses de relación, Disfrutamos mucho de la compañía del otro, Hasta que llegó el día en que habría ruptura. Fué muy abrupta y repentina, Estábamos caminando por la ciudad conversando tomados de las manos, Rumbo al parque para disfrutar de los rosados pétalos de las flores caer, Hubo un momento en el que me distraje y seguía caminando a mi ritmo sin darme cuenta que Akira ya no podía alcanzarme, Hasta que dejé de sentir su mano lo cuál me generó un sentimiento de desamparo casi al instante y para cuando ya me había girado a mirar el ya estaba en el suelo, Con el color rojo adornando la comisura de sus labios y espantada ante tal situación caí de rodillas junto a él, Con ojos temblorosos mirándolo y gritando por ayuda a la gente que pasaba por allí.
[ . . . ]
Los hombres de bata blanca habían dado su diagnóstico final ante la situación de Akira, Que ya no habia forma de revertirlo.
Aún así decidimos seguir con nuestro ritmo óptimo a pesar de tal situación extrema, Era preferible eso en lugar de pasar lo que restaba en el lúgubre hospital.
A pesar de estar consciente que cada día se desvanecía gradualmente ese color en él, Seguía sonriéndole y compartiendo con él para hacerlo feliz hasta el día en que desapareció por completo.
Mi mundo volvió a tornarse gris, Volví a perder, Parecía ser un círculo viscioso sin fin, Siempre yo tenía que ser la perdedora... Pero esta vez si gané algo, En medio de ese mundo gris alcé mi mirada hacia el cielo y vi luz, La cual me aseguraba que todo estaría bien y que debía seguir adelante para volver a encontrarlo a él.
Sigo amando el color rojo, A pesar de que ese color se llevó lejos la felicidad que me quedaba.
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