— ¿Estás lista?

— Siempre lista —comenzaron a caminar sonrientes— Estos días, yo... —bajo su mirada avergonzada—

— Tu...

— Yo, sé que he sido un poco directa con decirte algunas cosas.

— ¿Así? ... ¿Cómo cuáles?

— ¿Eh?... No lo has notado —cruzaron miradas, Jeon sonreía mientras ella lo miraba decepcionada— No importa, solo quería disculparme por ser así, pero como no te diste cuenta creo que no debería disculparme.

— Oye, Pame —ella miro sus pasos— Si tú te disculpas por ser directa, yo debería disculparme por no serlo primero ... Por no decirte que me gustas —ella levanto la mirada viendo de soslayo— no pedirte que seas el amor de mi vida primero, o no tomar tu mano antes que tú lo hicieras, no darte un regalo en el día blanco cuando tú si lo hiciste en febrero, o bien —se detuvo en frente a ella— dejarte ir cuando besas mi mejilla al despedirte, por no decirle a todo el mundo que salgo con la mejor chica cuando tus compañeros de trabajo saben y me dan regalías por ello.

— Si alguno no te da una bola extra de helado de chocolate con menta se las vera conmigo —dijo nerviosa por sus palabras, sonriendo y queriendo bajar el perfil de sus ansias.

Pero Jeon no se inmutó por sus palabras, es más, se acercó a ella y la rodeo desde la cintura acomodando su rostro en el cuello de Pam, aspiro levemente. La muchachita erizo su piel por completo, agonizaba, no podía respirar, jamás creyó que aquel muchachito se atrevieras a tanto.

— Jungkook —murmuro.

Kook se alejó centímetros, una de sus manos fue a dar a su rostro y acercó sus bocas, dando un leve roce entre una y otra.

— Pam —dijo al volverse alejar de ella— me gustas, estos dos meses llevandote a casa han sido los mejores, solo despierto para que la tarde llegué y poder verte, hablar contigo, oír tu voz y tu risa, me has llenado de vida, así qué, ¿Te gustaría salir conmigo formalmente?

Los ojos de la muchachita se iluminaron por completo, su corazón palpitaba con rapidez, sin pensarlo mucho envolvió sus brazos en el cuello de Jungkook, se levantó sobre sus puntillas y junto aún más sus labios con los de él.

— Esperaba que lo preguntarás antes de llegar a casa, o te lo habría pedido yo —Kook sonrió mostrando sus dientes, esa chica era increíble

Hace mucho venía planeando aquella propuesta, pero nunca podía juntar la valentía que necesitaba en el momento, se arrepentia cada noche al recibir aquel beso en la mejilla y verla casi correr o saltar como si fuera niña.

Con su dedo pulgar acaricio su mejilla y un tercer junte de labios se hizo presente, inexpertos.

Para Jungkook no había chica que llegara a su corazón, ninguna lo había hecho perder la cabeza, ninguna era tan hermosa como aquella pecosa de ojos marrón claro y cabello desordenado castaño claro, ningún rasgo físico a las de su país, y era lo que más le gustaba de ella, aquel impulso de hacer y decir las cosas sin importar la vergüenza, o la confesión de los dos meses que intento llamar su atención sin darse por vencida hasta que lo cumplió.

Pam era toda la chica que quería y necesitaba en su vida.

Acomodo su brazo sobre los hombros y la guío de esa manera, le encantó ver aquel rubor en las mejillas de la chica, de su chica, y juraría que haría cualquier cosa con tal de ver ese sonrojo más seguido.

— Es muy pronto para hablar con tus padres.

— ¿Mis padres?

— Mm!! Quiero hacer las cosas bien, comenzar a salir los fines de semana, sin tener que escondernos.

— Pues... veras, mi madre murió cuando yo era una niña, y mi padre, pues... Mi padre vive en Seúl, de hecho los fines de semana voy a allá para verlo.

— Cuentame de ello. —ella respiro profundo

A pesar de que han hablado mucho de ellos, de sus familias nunca le había tocado llegar a algo tan profundo, recordar ciertas cosas, le dolía.

— Como decirlo... Mis padres intentaron por mucho tiempo tenerme, mi padre no le convencían los tratamientos  para que mamá quedará embarazada pero ella insistía. Con el pasar del tiempo, la vejez llegó y nunca quedó embarazada, así que, me... Adoptaron —murmuro— mamá dolida con la última cita médica paso por la sección de infantes, escucho a las enfermeras que una mujer se fugó del hospital, dejando a su bebé en la cuna de la sala, por lo que me contaba, apenas entró a la sala se enamoro de mi, decía que sintió como una fuerza sobrehumana la arrastraba a mi lado y cuando llego mis ojos se abrieron juntando con su mirada y al verme sonreír, fue su perdición.

— Es un sentimiento mutuo —ella sonrió.

— Cuando llego a casa conmigo papá me recibió solo porque ella era feliz, pero siempre me recalcó que no era su hija, cuando mamá enfermo, me envió aquí, con la hermana de mi madre, y solo volví a verla cuando murió, los fines de semana voy a verlo, pero el no me recibe así que dejó las flores en el cementerio, y me vuelvo aquí.

— Entonces vives con tu tía.

— Vivo sola, mi tía volvió al pueblo donde vivió de pequeña, su madre a la que nunca conocí enfermo, la única que me aceptó era mamá y tía KangSoo.

— Ya veo... Entonces, cuando vayas a Seúl, avísame, te acompañaré a ver a tu madre y hablaré con ella.

— ¿Harías eso? —se detuvieron viéndose fijamente

— Haría lo que fuera por ti —miro los edificios— llegamos.

— Avísame cuando llegues a casa —el sonrió, siempre y cada noche le decía lo mismo.

— Lo haré.

— Adiós, Jungkookssi

— Adiós Pame —ella frunció su ceño— ¿Que?... ¿Dije algo mal?

— No... Solo —resongo con fuerza— deberías decirme de una forma especial también.

— Mm?!... ¿Que tal Pam?

— Pam me dicen mis compañeros de trabajo, Melia me dice mi tía, mamá me decía Pame...

— ¿Cómo quieres que te diga? ¿Amor, cariño, princesa, bonita... —ella cubrió su boca con la mano.

— Haces que me sonroje.

— Te ves hermosa así —dijo al quitar la mano de ella, aprovechando para abrazar su cuerpo— déjame pensarlo esta noche, buscaré una manera en la que nunca te han dicho, y será solo mía, solo yo te diré así ¿Ok?

— Ok! —beso su mejilla— debo irme.

— ¿Tanta prisa?

— No es por mi, ya es tarde y no quiero que andes solo por ahí.

— Soy ganador de Taekwondo, se defenderme —ella apoyo su mejilla en su pecho.

— Muero si algo te pasa, tarde dos meses en que me vieras, y tres para que me pidieras que saliéramos. Quizás cuánto para que seamos novios, nos casemos y tengamos hijos —el pecho de kook vibró por las ideas en su mente y la rosada que no se contuvo ante la ternura.

— Y después de hacer todo eso, ¿Podré morir?

— Tienes prohibido morir, debemos ser felices, contarle a nuestros hijos y nietos nuestra bella historia de amor, aconsejarles que si alguien les gusta sean perseverantes como su abuela.

— ¿Y yo que rol cumplo en esto? —pregunto entre risas

— Ah!.. debes enseñarles a tus hijos y nietos que no sean tan cobardes y no demoren tanto en confesar sus sentimientos —Jungkook carcajeo con ternura.

— Prometo que les enseñaré eso —tomo de las mejillas de ella buscando su mirada— me haces feliz, gracias por ser perceverante y nunca dejar de intentarlo —volvio el sonrojo a las mejillas de ella.

Jungkook aprovecho esa instancia para acercarse a ella y besar sus labios, está vez apricionandolos con los suyos.

Pam abrió lentamente dejando entrar la lengua tibia y jugosa de Kook por primera vez, no sabía si lo hacía bien, sentía nervios, ansias, desespero, y a la vez, tranquilidad, el aroma de Jungkook la envolvía por completo, emociones que jamás había sentido, un calor que la recorría junto con un leve cosquilleo, Jeon se aparto de sus labios jadeante, al igual que ella.

¿Hizo algo mal?

Apenas los ojos de Kook se fijaron en su rostro ella trago aire sin aliento aún.

— Antes... Antes que digas algo —dijo temblorosa— eres el primer chico que beso y quizás por eso no estuvo tan bien, pero...

Volvió a sentir el calor de sus labios contra los de ella, está vez un poco más presuroso, más desesperado, más demandante.

El sonido chicloso salía de sus bocas, las manos de Pam fueron al pecho agarrando con fuerza de su camisa queriendo más cerca aún.

— Debo irme —dijo el al llevar sus labios a la frente semisudorosa de ella.

Con un cuerpo caliente asintió levemente bajando la mirada, notando el bulto en los pantalones de Jungkook.

— Jungkook —quito la mirada con vergüenza.

— Ve —solto su cuerpo— mañana nos veremos de nuevo.

— Sí, descansa.

— Am... Amel —ella volvió a verlo— así te diré desde ahora. Y tú beso fue perfecto, mejor de lo que imaginé —ella sonrió, Kook llevó sus dedos a sus labios y lanzo un beso a la distancia.

La muchachita imagino que se acercaba a ella y lo empuñó en su mano, llevándolo a su pecho, camino en retroceso y se perdió en el interior del edificio.

Aquel acto, dejo aún más enamorado al jovencito, y un tanto incómodo por la erección, camino alejándose pensando en otra cosa para disminuir la tensión.