Kouki corrió a esconderse lo más rápido que pudo ¡¿Cómo le había ocurrido semejante calamidad?! ¡¿Qué había hecho en su anterior vida para merecer tal tortura?! O era simplemente el castigo que había merecido por ofender a los dioses, porque ¡Seguro que lo había hecho!

Seguro era un pecado privar del mundo mortal a su novio, es decir Seijuuro era el prospecto perfecto de hombre, pareja, ciudadano ¡Seguro debía de ser santificado!

Claro que tenía sus modos, pero Seijuuro no era alguien malvado, bueno que quizá Kagami le tenía algo de miedo, pero por dios ¡Que superara ese tijerazo ya!

—¿Kouki estás ahí?— escucho de pronto

Lo que hizo que entrara en pánico y se escondiera debajo de una mesa que tenía un largo mantel. Había tomado lo primero que encontró para vestirse en cuanto vio su... situación, así que había esperado; y deseado con todas sus fuerzas, el escapar de su perceptivo novio.

—N-No soy ese tal Kouki de quien habla— dijo, sintiendo su voz mas aguda de lo normal

—Sé que eras tu cariño, te vi. Voy a entrar—

—¡No puedes hacerlo!— grito Kouki de nuevo, ocultándose lo mejor que podía — N-No soy ese Kouki, entiéndelo de una vez—

No, su novio no podía verlo de esa manera, no lo permitiría pues tenía miedo de lo que le diría o sucedería.

Sin embargo sintió como era tomado de las caderas, jalado y lanzado al suelo. Kouki uso sus brazos para cubrir su rostro y eso provocó una reacción en cadena.

—¿k-Kou-Kouki?—

—¡No me meas Sei, no me veas!—

Seijuuro en ese momento se hallaba estupefacto, en shock, conmocionado y todas esa sensaciones en las que el cerebro se funde. Sabía que quien estaba en el suelo era su preciado novio, pero no sabia porque tenía ese par de bultos mal cubiertos en el pecho.

Sabía que era su Kouki por muchas razones. El color de su cabello, esa timidez que lo caracterizaba, y tenía un parecido con su madre. No eran idénticas a dios daba gracias, pero si las ponías juntas definitivamente podías decir que eran familia. Además ¿Quién más que su Kouki lo llamaría Sei? No había mujer tan audaz para intentarlo.

Seijuuro aun en ese estado de shock, solo atino a poner ambas manos en cada pecho, apretándolos con un poco de fuerza, enrojeciendo tanto del rostro por la vergüenza y de sus brazos por semejante golpe que su novio le dio.

—Lo siento es que es... suave—

—¡Seijuuro! ¡¿Qué voy a hacer? ¡Me convertí en esto!—

El mencionado no dejaba de ver las formas femeninas de su pareja, esas curvas en su cintura, en su trasero no eran tan diferentes a cuando era un chico, su cabello caía como ondas en sus hombros, su rostro quizá era un poco más redondo, dándole un aura de belleza más etérea por ser femenina. Además claro de semejantes pechos con los que seguro el pervertido de Daiki soñaría. Y nada mas de pensarlo le hizo gruñir.

—¿Sei? ¿Qué voy a hacer?— el pelirrojo vio a su novio ladear la cabeza, acción que la hizo ver sexy pero tierna

—¿Cómo sucedió en primer lugar?— pregunto

—No lo sé la verdad, fui a la enfermería por un brebaje para el dolor de estómago porque... oh... ohhh—

—¿Qué? ¿Qué significa ese oh?—

—Bueno veras... la entrenadora trajo un muffin... y bueno... yo tenía un poco de hambre— se veía tan rosado y bonito que no me pude resistir ¡Además no lo cocino ella! ¿Cómo podía sospechar?—

Seijuuro trago saliva cuando Kouki casi se le fue encima, haciendo que su ropa de uniforme mal colocada se apretara contra su piel, dejándole ver esos enormes senos, además de sus pezones un poco erguidos. Su cuerpo comenzó a reaccionar por esa acción, cosa que no paso desapercibido por el castaño, haciendo que sus ojos se llenaran de lágrimas.

—¿Te gusto más porque soy una chica ahora?— le dijo comenzando a sollozar

—¡No es así Kouki! Si bien tu cuerpo es excitante a la vista, no me pasaría esto con cualquier otra— le dijo haciendo énfasis en su parte erecta, llevando una de sus pequeñas manos a esa área —Es porque eres tú, solo tú y nadie más, si fueras hombre y estuvieras aquí medio desnudo a mi merced, créeme que hace mucho estuviera en tu interior moviéndome sin piedad—

Kouki sabía lo gráfico y atrevido que era su novio, también lo amaba por lo que le creía. Sabía que su cuerpo también de alguna forma había reaccionado a la vista depredadora de su novio, pero aun así sentía extraño todo su cuerpo y ese era el miedo lo que lo lastimaba.

—Entonces... ¿Te parezco bo-bonita?— le dijo completamente cohibida, apretando sus pechos con sus brazos sin querer

Seijuuro se acercó a su oído, acomodando un poco de su cabello detrás de su oreja —Si no fuera porque te habría asustado, te hubiera tomado en cuanto te saque debajo de esa mesa—

Kouki sintió que su parte intima se humedeció. Sabia de las reacciones del cuerpo humano. No solo el masculino como era el suyo propio, sino obviamente el de la mujer por sus clases de biología y porque no, antes de Seijuuro incluso sabia por sus amigos como era el sexo entre parejas heterosexuales por medio de videos, no era un puritano.

—Entonces puedes tocarme si lo deseas, so-solo lo permito porque eres tú— le dijo casi en un susurro, haciendo que su sonrojo llegara a la base de su pecho

Seijuuro por supuesto que no iba a dejar pasar esa oportunidad de exploración, tenía su mente trabajando a mil por hora, pero envió la sangre que ayudaba a sus pensamientos muy abajo en el sur.

—¿O te doy asco?—

—¡Joder eres tan sexy!—

—¡Sei! Me encanta cuando maldices—

Seijuuro no dudo en atacar los labios de su pareja, deleitándose por la sensación de los senos acolchonados contra su cuerpo, Kouki tenía una falda mal acomodada en su cintura, una que no era de su talla, así que no la había cerrado. Aun si trajera pantalones, eliminarla de la ecuación le hubiera resultado fácil.

Los besos aumentaron, Seijuuro le acostó en el piso jalando de ante mano el largo mantel para usarlo como una cama improvisada en el suelo. Se separo de su novio para ver su rostro sonrojado, con unas cuantas lagrimas bajando por las mejillas llenas de pecas, abrió sin ceremonia la camisa del uniforme, haciendo saltar un par de botones. Justo como habia pensado su novio no tenia ropa interior superior, pues lo que habia pasado habia sido algo muy rápido.

En su lugar vio un par de senos femeninos rebotar de una manera que le hizo babear, llevando sus manos para masajearlos. El gemido que salió de los labios de Kouki hizo a su erección brincar dentro de sus pantalones, detestándolos en ese momento.

—Quiero chuparlos ¿Puedo Kouki?—

Kouki le dijo que si con una afirmación de su cabeza, lanzándose a los ya erectos pezones, mordiéndolos con poca fuerza, apretando la carne tierna con ambas manos. Podía sentir como Kouki se retorcía por su toque, como frotaba sus piernas con fuerza, poniendo sus manos en sus brazos y apretando.

—Sei... Sei... por favor ahhh Sei—

Seijuuro tardo más en hilar un pensamiento sobre si alguien los descubría que en quitar sus pantalones y dejar libre su miembro erecto, luego alzo la falda que cubría la intimidad de su Kouki, quitándole los bóxer que le quedaban un poco apretados, pues su trasero se había vuelto un poco más grande.

Luego de esas acciones no dudo en meter su boca entre sus piernas, lamiendo con fuerza, haciendo gritar a su pareja.

—No lamas ahí... ahhh... Sei... es vergonzoso—

—Lo siento pero es que quiero meterlo Kouki ¿Puedo?—

Kouki sintió un par de dedos colarse un par de dedos en su ya húmedo interior, jadeando en busca de aire por esas nuevas sensaciones que lo embargaban. Sentía que sus sentidos se nublaban, que le exigían más.

—Sí, si... mételo Sei... te quiero dentro—

Seijuuro no medito ningún pensamiento, sabía que esa sería la primera vez de su novio siendo una chica y el saber justamente eso lo excitaba más. Se hundió con fuerza, jadeando al sentir las paredes de su interior apretadas y la humedad que indicaba que Kouki lo disfrutaba.

—Soy dueño ahora de todas tus primeras veces Kouki— le dijo Seijuuro comenzándose a mover en ese interior apretado

Casi se vuelve loco cuando aprecio como los grandes pechos de Kouki se movían al compás de sus embestidas, de la forma en la que perdía el control mientras balbuceaba por más lo mucho que le gustaba, lo mucho que quería se corriera dentro.

—Si Kouki, voy a llenarte con mi semilla— gruñía Seijuuro una y otra vez mientras se empujaba, alzándole las piernas a Kouki para dejarlas en sus hombros

No tardó demasiado en correrse, no cuando veía el erótico rostro de su Kouki, ahogado en el más indecente placer. Sin embargo sabía que no podía parar solo con eso. Salió de su Kouki, viendo como su semen salía por su abusada vagina, poniéndose aún más duro si se podía con el espectáculo. Le levanto del suelo, haciendo que parara su trasero, agarrando la carne suave entre sus manos, palmeando la piel un par de veces.

—Te voy a follar de nuevo—

Kouki gimió con fuerza, al sentir como era penetrado desde atrás y tomado por los senos como si se trataran de un ancla, Seijuuro siempre había sido experto en provocarle el más grande de los placeres y sentir como sus pezones eran apretados mientras era penetrado lo hacían enloquecer. Sintió como se corría ya por quien sabe qué vez, virando sus ojos por la fuerza del orgasmo.

—NO pares Sei, no pares... mas... quiero sentirte más—

Seijuuro hizo caer a Kouki en el mantel, usando una de sus manos para llenarse de la humedad y parte de su semen que salía de dentro de Kouki, usándolos para tocar su ano, metió un par de dedos mientras embestía con fuerza, hundiéndolos lo más que podía.

—Ahh, Sei, Sei... voy a... d-de nuevo ahhh Sei...—

Kouki se mordio el labio cuando sintió el semen de Seijuuro llenarle de nuevo, jadeando después en busca de aire cuando el pelirrojo saco su pene de su interior.

Kouki no pudo evitar estar en esa indecente posición debido al cansancio mas no duro mucho cuando sintió que era cargado en brazos. Kouki fue callado en cuanto Seijuuro le empotro contra la pared, golpeando su cabeza contra esta.

Sus gemidos eran roncos ya, podía sentir como los fluidos de cada orgasmo se resbalaban por sus muslos, sus sentidos sobre explotados podían oír las gotas acuosas caer en el suelo.

Sus senos rebotaban contra el pecho de Seijuuro, sintiendo y notando solo en ese momento que su novio se había desecho de su camisa. Vio cómo se abalanzaba a besar sus pezones, jalándolos con sus dientes, succionando, marcando la piel. Seijuuro ya tenía esa acción antes de que fuera una chica así que eran sumamente sensibles al tacto.

Los movimientos descoordinados en busca de la culminación del placer de ambos le tenían completamente fuera de su mente, disfrutando de semejante placer.

—Te amo Kouki, te amo seas como seas. Si eres tú... te amaría como fueras—

Kouki lloro cuando una sensación de calor repto desde su bajo vientre por toda su columna, nublando sus sentidos y enviándolo a la oscuridad entre la niebla del placer.

Cuando despertó supo que no se hallaba en la escuela, sino en un hotel de seguro 5 estrellas.

—¡Soy yo de nuevo!— grito al darse cuenta, casi cayendo de la cama cuando vio a su novio en bata sentado en una silla cerca de la cama.

—Sabes cariño— escucho Kouki, haciendo que escalofríos llenaran su piel —Fue muy... educativo lo que sucedió hace unas horas, pero es mi deseo volver a explorar tu piel, todo tu cuerpo porque me pertenece—

Kouki vio como de forma depredadora su novio subió a la cama, tragando la saliva que se juntaba en su garganta.

—Además cada marca que hice desapareció... la tendré que volver a poner—

Y entonces Seijuuro lo ataco.