031.
Mientras Elizabeth se encontraba tratando de huir de las autoridades y de la pelea de aquellos asesinos, Jeff y Liu empezaban su enfrentamiento.
Liu sentía una pequeña satisfacción al poder estar frente a Jeff luego de tantos años, sólo pensaba en matarlo, en lo bien que se sentiría romper su estómago con sus propias manos y en enviarlo directo al averno. Ya no reconocía a aquella persona, ya no parecía un humano. Sentía que era un monstruo que debía ser simplemente eliminado.
Jeff no tenía sus pensamientos claros, sabía que era su propia sangre, pero en cuestiones como éstas, para Jeff ya no existía nadie más que él mismo. Si él lo estaba retando, Jeff estaría encantado de mandarlo a dormir.
—Vas a pagar por todo lo que me haz hecho...- Susurró Liu, mientras se abalanzaba hacía Jeff.
Cortó la distancia entre ellos y lanzó la primera estocada con su cuchillo, pero sólo cortó el aire. Jeff era más rápido y experimentado, lo cual le daba una gran ventaja.
Jeff pateó a su hermano con gran fuerza, dejándolo paralizado un momento.
—¡Seré tú compañero de juegos, Liu!— Gritó, para lanzar su cuchillo contra la espalda de Liu; el cuchillo encajó en ésta y Liu gruñó. Se decía a sí mismo que no podía perder contra Jeff, debía vengarse como lo había planeado en todos aquellos años de soledad.
Liu empuñó su cuchillo y lo lanzó con todas sus fuerzas hacía Jeff, pero nuevamente fue un golpe fallido. Jeff desencajó el cuchillo de la espalda de Liu y lo pateó, tirándolo al suelo.
Él se paró, jadeando y con la rabia a flor de piel. A pesar de las heridas, se decía a él mismo que no podía morir, debía aguantar.
Nuevamente lanzó un golpe con su cuchillo, llegando a la cintura de Jeff. Éste gruñó y golpeó la cara de su hermano, para luego arrancar el cuchillo. La sangre cayó rápidamente y Jeff se llevó la mano a la herida.
—No es nada... No acabarás conmigo con éste rasguño, hijo de puta.— Le dijo a Liu riéndose psicópatamente. Algo dentro de él se estaba rompiendo lentamente.
Ya no eran dos humanos, eran dos demonios en guerra el uno con el otro.
La lluvia no daba tregua, y ellos se atacaron nuevamente.
Jeff se cegó de enojo y velozmente encajó su cuchillo en el estómago de Liu. Lo retorció y su sonrisa se engrandeció.
—Go to sleep.— Dijo, mirando como su hermano escupía sangre. Se miraron fijamente el uno al otro, e inevitablemente los recuerdos golpearon a Jeff.
Su madre, su padre y su antigua vida llenaron su mente. Extrañaba aquello... Pero no se arrepentía de nada. Volvería a repetir sus actos una y otra vez.
Sacudió la cabeza, mientras las lágrimas caían.
Sacó el cuchillo y Liu cayó al suelo. Jeff se agachó y empezó a apuñalar el cuerpo sin vida de su hermano por todos lados, desesperado, lleno de locura, no podía dejarlo vivo dos veces.
Se paró y miró el cuerpo de su hermano, el cual ya era irreconocible.
Soltó una última lágrima y río. Ya no le quedaba nadie más, su mente ya estaba rota del todo. No le quedaba más. Sólo los recuerdos.
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