021.
Dejé el que ahora era el cadáver de Jhonatan y me dirigí hacía la salida trasera, derramando lágrimas amargas gracias a su muerte. Todo ésto era mí culpa, él tenía razón, yo no debí buscar a Jeff, debí haber continuado con mí vida... Ahora ya no tenía a nadie más.
Escuché un golpe en la planta de arriba y aceleré el paso. Al llegar a la puerta y tomar el pomo, sentí como alguien tomaba mí cabello y me tiraba al suelo. El juego había terminado, Jeff me había encontrado.
Caí y sentí un lacerante dolor en la espalda baja. Solté un chillido y miré a Jeff; él río y dijo fríamente:
—¿Qué pensabas hacer? ¿Huir? ¿Volver a llamar a la policía? Vamos Elizabeth, ambos sabemos que no saldrás viva de aquí, hagas lo que hagas.— Río socarronamente y sentí mucho miedo, más que alguna otra vez:— Ahora sí me voy a divertir.— Añadió, sacando su cuchillo.
Puse mis palmas en el suelo y me impulsé para levantarme. Al hacerlo, corrí hacía la entrada de adelante, con Jeff siguiéndome los pasos.
Al pasar por la sala, vi mí bolso, me boté literalmente sobre él para agarrar algún arma, y saqué afortunadamente la automática.
Jeff me tiro la primera puñalada, pero fue fallida. Aproveche ese momento y pateé su mano, haciendo que el cuchillo cayera al suelo, dándome margen para salir.
Rápidamente corrí y bajé el porche. Al estar cerca de la moto de Jhonatan, nuevamente Jeff me agarró y me botó al suelo, ésta vez con más violencia.
Me arrastré hacía atrás, tratando de poner distancia entre nosotros para poder apuntarle, pero él fue más rápido. Pateó mí arma y ésta salió volando lejos de mí.
Jeff, sin perder más tiempo, se posicionó encima mio, logrando inmovilizarme.
—Go to sleep.—Susurró en mí oído, sacando nuevamente el cuchillo.
Cerré los ojos y esperé mí inminente final.
Me sobresalté cuando escuché un disparo, seguido de otro, y otro... Jeff cayó inconsciente sobre mí, y yo grité.
Dos personas se acercaron y me lo quitaron de encima. Me senté y ellos decían cosas, me movían, pero yo no les oía, no podía oír nada en realidad.
Me recostaron en el suelo y vi colores en los árboles, azul y rojo, cambiando a cada segundo. Era la policía. Miré a un lado y varios de ellos se acercaban al cuerpo de Jeff, el cuál seguía inconsciente, con los ojos abiertos y esa sonrisa plasmada en su rostro como un tatuaje.
No aguanté más y me desmayé.
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