Desperté gracias al sonido de una gran tormenta, que amenazaba con romper las ventanas de mí habitación en el hospital.

Me quedé mirando a la nada, mientras pensaba cuánto habría estado dormida. Miré a mis pies y vi una carpeta marrón, con una pequeña nota encima.

Tomé la carpeta y leí la nota:

"Señorita Elizabeth:

He aquí el expediente oficial del hombre que trató de matarla dos veces. Quiero decirle que en éste momento estamos tratando de arrestarlo. Por su propia seguridad, le recomiendo que en caso de peligro me llamé, dejaré mí teléfono al final de la nota.

Att;

Oficial William Brooks.
Teléfono: ************."

Abrí la carpeta y me encontré con varios papeles, de los cuales tome uno y leí:

"Penitenciaria Estatal Del Condado ******.

-Nombre del paciente: Jeffrey Woods .

-Nombre clave: "Jeff The Killer."

-Fecha de nacimiento: Desconocida.

-Motivo de ingreso a la institución: Múltiples asesinatos y masacres a lo largo de varios años.

-Cualidades: El paciente muestra signos de suma violencia ante la presencia de otras personas. Su manejo de armas cortopunzantes es destacable. Se requiere mantener aislado de los demás reos por seguridad.

-Estado actual: Requerido por la justicia, luego de huir de la institución.

-Familiares: Ninguno."

Luego de leer aquello me sentí sumamente asustada.

Al pasar algunas otras notas, encontré una grabadora con un caset dentro. Al cabo de un momento, presioné un botón y se escuchó una voz salir del aparato, reproduciendo la voz suave de una mujer diciendo lo siguiente:

"Penitenciaria Estatal Del Condado *********.

Registro de cita psicológica mensual del paciente: Jeffrey Woods.

«A continuación podrán oír notas hechas por la psicóloga oficial de la institución, al tener una conversación con el preso: Jeffrey Woods.»

-Psicóloga: Bueno, daremos inicio a la cita mensual, mes de Abril de 2015. Bueno, hola Jeff, ¿cómo te encuentras hoy?

-Jeff: Pues, estoy respirando, supongo que bien.

-Psicóloga: Vale... Y dime, ¿tienes algo qué contarme?

-Jeff: Realmente no.

-Psicóloga: ¿Seguro? Ya que supé que anoche tuvieron que ponerte la camisa de fuerza de nuevo...

-Jeff: Lo que usted sepa me importa una mierda.

-Psicóloga: Por favor Jeff, cuida tus palabras.

-Jeff: ¡¿Por qué mierda habría de hacerlo?! ¡Malditos hijos de perra! ¡Podría acabar con todos ustedes de solo tener un cuchillo en la mano!

-Psicóloga: Jeff calmate...

-Jeff: ¡No me diga que hacer maldita perra!

En ese momento se escucha un golpe, y ya no se oye ninguna voz.

Alguien toma la grabadora.

Solo se escucha decir:

«Go to sleep»."

La grabadora acabó de reproducir la nota y sentí un escalofrío recorrer mí espalda. Era mucho para procesar.

Ahora no sabía que hacer; un asesino experimentado me había tratado de matar dos veces, arrebatándome todo en el intento. Había sobrevivido, y me consideraba afortunada por eso... Pero no podía dejar impune todo el daño que en tan poco tiempo me había hecho. Ésto no podía quedarse así.

Aunque sé que a su lado no soy una amenaza, debería tratar al menos de vengarme de ese hijo de perra.

Ya no tenía nada que perder.