[Carta solitaria]

27 de Octubre, 1871.

Han pasado algunos meses desde aquella vez, en este tiempo me he dedicado al piano, compongo arduamente en la casa de campo y tras ello voy a la ciudad para enseñar mis habilidades en pequeños teatros donde poco a poco me he vuelto admirado.

Hoy me detuve en la mansión, caminé silenciosamente hasta la ventana y me asomé con sigilo ya que esta vez no había cortina que cubriera mi vista.

Estabas hermoso, muy distinto al otro día, no quiero decir que antes no habías sido hermoso, pero esta vez no estabas herido y otra vez tenías vida, tus ojos azules me vieron, tu sonrisa tan hermosa y sutil fue dedicada a mí, estoy seguro.

¿Qué piensas? Siempre me lo he preguntado, quiero saber lo que se ocultas tras esa belleza etérea que supera la descripción de relatos épicos sobre dioses y seres sobrenaturales.

¿Es eso lo que eres? ¿Un dios? ¿Un ángel?

No vistes ropa con encaje como la vez pasada, ahora usas una camisa blanca casi transparentosa con los primeros dos botones sueltos, es distinto, es sensual.

Nunca había visto tu erotismo, pareciera que en cada año te vuelves más sublime y me pregunto qué tanta influencia tiene Taehyung en esto.

No pude quedarme por mucho, tú mismo viste que desaparecí en unos pocos minutos sin antes articular "te amo".

Quise dejarte algo de mí, tomé mi pañuelo blanco, lo doblé hasta formar una flor y lo coloqué en el marco de la ventana para que lo vieras.

Volveré por ti.

Siempre tuyo. Jeon Jungkook.

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