Guerra significaba tiempos difíciles, Silhouette no necesitaba ser una genio para entenderlo.

Primero fue acogida en el castillo negro, donde todos fueron amables con ella a pesar de su historia.

Quizá era por verdadero cariño, quizá por miedo a su padre, sea lo que sea no era de relevancia, lo importante era que Silhouette logro vivir una vida sana dentro de ese periodo de tiempo.

La única condición que se le impuso durante tal periodo fue una simple de seguir;

"No dejaras que nadie vea a tus muñecas, es especial a los angeles"

Silhouette lo entendía, la guerra lo hacia mas obvio, por lo tanto no puso resistencia ante tal pedido.

No es como si ella hubiese puesto resistencia alguna vez después de todo.

Entendía la condición, entendía que recibiría miradas extrañadas, quizá reciba preguntas también. No podía simplemente decir: "Fue un regalo de padre." solo porque sí, entendía que su padre tenía una imagen que cuidar si quería asegurar un lugar firme como lider.

Era claro que en el tiempo que estuvo escondida nadie sabia de su existencia, y probablemente Kcalb no se habría arriesgado a mandar a hacer unas muñecas solo porque si, sabia que podría levantar sospechas.

Silhouette sabia que si llegaba a delatar, de dar a entender que su padre había hecho esas muñecas para ella su imagen se aflojaria, y si tomamos en cuenta que el Diablo del mundo había hecho muñecas de angeles para su hija entonces probablemente se estropearía su imagen a un daño irremediable.

Quiza perderia respeto, quiza pierda su trono. Existían millones de probabilidades, Silhouette consideró las mas probables al igual que las de menor porcentaje.

Por tal razón, Silhouette decidió no arriesgarse y seguir ordenes.