Buen Dios, tu que siempre
me escuchas, me proteges,
no me abandones, quiero
descansar en tú regazo.

Buen Dios, que simpre me elevas
al cielo en los más grandes misterios
del amor humano, no descuides
a esta humilde y pobre criatura.

Desearía jamás dejar de sentir tu presencia junto a mí,
pero tu amor es mezquino,
y decidiste amar a alguien más.

Ni siquiera es mejor, ni siquiera
te molestaste en buscar un reemplazo
digno de lo que fuimos, somos y
seremos.

Buen Dios, oye mis plegarias
y note olvides de quién
te amo primero, vuelvete hacía
quiénes te presentan sus verdaderos
sentimientos.