CAPÍTULO 6- Vecino
Atención🔞; éste capítulo tiene contenido sexual, si te ofende leer este tipo de cosas cierra Wattpad y ¡Huye!
—¿Por qué todos los crímenes tienen alguna relación contigo? — pregunta el agente de policía con documentos en sus manos.
—¿Acaso tienes algún novio sobre protector o algo así? —
—¿Por que dice eso? No tengo novio, agente... — tartamudeo con ansiedad y éste enarca una ceja.
—Veamos, la primera víctima Seline, sus amigas vinieron a testificar i la última persona a la que vio fuiste tu. — relata el policía y estoy maldiciendo mentalmente.
—Ella iba a matarme, ¿entiendes?— exclamo furiosa. —Me escabullí en el parque para huir. —
—¿Que me dices de la siguiente víctima? — pasa página en el documento y me mira. —Miriam, de diecinueve años, al parecer era la mejor amiga de Seline. —
—Ni siquiera conocía a ésta chica. —me defiendo con los brazos cruzados, si saben leer símbolos estoy jodida. Los brazos cruzados denotan inseguridad y protección.
—Declaraste que un hombre con tatuajes en las manos, con rastas y de nacionalidad mexicana te atracó y te golpeó. — dice seriamente. —Está muerto, parece que tienes un ángel de la guarda, eh. —
—Nada de eso tiene que ver con mi sobrina. —exclama mi tía histérica. —Eso es ridículo. —
El policía asiente. —Puede tratarse de una casualidad, estaré en contacto con usted. — dice fulminándome con la mirada.
***
—¿Por qué estamos en Dunkin Donut's?— pregunta Alex alzando una ceja mientras mastica un donut de chocolate blanco con virutas de chocolate negro.
—No lo sé, encima soy intolerante a la lactosa. —respondo con dolor de barriga, creo que hoy no llego al lavabo. —Quería hablarte del asesino de la A, y estar en un lugar público por ello. —
Alex abre mucho los ojos y deja de masticar. Eso le ha dolido.
—¿Crees que he sido yo?—
—¿Por que no? — pregunto dejando el donut de chocolate mordido en el envoltorio. —Todos los casos giran en torno a mi, te llamas Alex que empieza por A, poca gente lo sabe... eres el líder de los anarquistas... —
—Si crees que soy capaz de hacer todo eso, creo que hemos acabado, sea lo que sea esto. — dice seriamente levantándose de la mesa para irse. —Espera, sólo quería hablar del tema, ¿Vale?— insisto arrepintiéndome de todo lo que he dicho.
—Tarde, Tess. Me largo. — está caminando hacia la puerta y me levanto a toda prisa para ir a pagar la cuenta y así poder alcanzarlo. La gente nos mira como quién mira una telenovela y es patético.
Consigo meterme en su Seat León blanco antes de que arranque violentamente y está claro que el que conduce no es Alex.
Es el Fénix.
Lo que más me preocupa es que me pone y me empiezo a parecer a Beca. —¿Puedes calmarte, por favor?— pido rezando para que no nos estrellemos con el coche y aparca en las afueras de la ciudad, junto a un pantano rodeado de niebla. —Es espeluznante. — suelto muerta de miedo.
—Si, te he traído para violarte y descuartizarte. — bromea mirándome y por un momento se me eriza el vello de los brazos.
—Si fuera el asesino lo sabrías, durante los asesinatos he estado contigo, ¿recuerdas?— inquiere entrelazando sus dedos con los míos y me hormiguea el estómago.
Tenía razón, ambos éramos nuestra coartada en todo momento y eso me tranquilizó. —Ha venido la policía a casa, diciendo que yo estaba relacionada con todo esto, ha sido una pesadilla. —
—Lo lamento. — murmura abrazándome como puede.
—Deberías haberme llamado. — se separa y con el pulgar alza mi mentón inclinándose hacia mi rostro. —Nunca dejaría que nada te pasara, pecosa. —y seguidamente me besa, enseguida se hace con el control de mis labios e invade mi boca con su lengua.
Gimo cuando de repente me coloca en su regazo y seguimos besándonos con ansiedad.
Besar a Alex era como si llevara mucho tiempo aguantando la respiración y pudiera de pronto coger aire.
Me quito el jersey y gruño en sus labios cuando manosea mis nalgas completamente expuestas a sus manos y las aprieta contra su duro paquete. —Me pones. — murmura él cuando le quito la camiseta torpemente para notar sus abdominales bajo las yemas de mis dedos. Alex besa mi mandíbula y traza senderos de mis clavículas a mis senos.
Mierda, empiezo a ponerme nerviosa. Pienso para mis adentros.
—¿Puedo?– jadea contra mis labios pidiéndome permiso para desabrochar el sujetador, asiento y veo que los cristales están empañados.
Desata mis ataduras en un segundo y vuelve a besarme, nota mi nerviosismo y ésta vez es delicado y lento, el pánico que se arremolinaba en lo más profundo de mi ser empieza a desaparecer y beso su cuello empapándome en su olor corporal.
—En el coche no va a ser nuestra primera vez, Tess. — me regaña cuando intento desabrochar la hebilla de su cinturón. Me detengo en seco, con el corazón martilleando a mil por hora y me abraza. —No soy idiota, ¿sabes?— dice besando mis labios brevemente. —Me he dado cuenta de lo que pasa y lo entiendo.—
No. No. No. No.
Un sollozo involuntario trepa de mi interior y Alex se altera. —Eh, preciosa, tranquila. Estoy aquí.— y vuelve a abrazarme sintiéndome más unida a él, y no por que estemos piel con piel.
—¡Diablos! ¡Te quiero, ¿de acuerdo? No soy él, nunca haría nada que no quisieras.— sonrío ante su preocupación y le doy un beso. —Quiero hacerlo, almenos dar un paso. — digo sintiéndolo de verdad y él traga saliva.
—¿Estás segura?—
—Si. —
A trompicones saltamos a la parte trasera y la adrenalina corre libre por mis venas, Alex vuelve a besarme y accede a sacarse los pantalones, que acaban tirados en la parte delantera del vehículo.
En un arrebato de valentía acaricio con deleite su erección enjaulada en sus bóxers de Calvin Klein y para mi sorpresa, tiene un miembro enorme. Cecilia tenía razón cuando decía que estaba bien dotado. Me río para mis adentros.
El fénix me quita los pantalones y juega con la tela rosa de mis braguitas, sonríe al notar que están húmedas y yo me muero de la vergüenza. Vuelve a mi boca y mientras lo beso me quita las bragas delicadamente y las arroja lejos sonriendo.
Jadeo cuando besa uno de mis pezones y con la otra mano acaricia mi sexo. Traza una hilera de besos que va de mis costillas hasta el interior de mis muslos y ya sé que quiere hacer.
Sin previo aviso, besa mi zona más íntima y todo mi cuerpo se tensa. Se detiene para introducir un dedo en mi vagina y va alternando haciéndome gemir. Succiona mi clítoris y aumenta la velocidad de sus dedos a la que se da cuenta de que mi orgasmo está cerca.
—¡Alex...!— jadeo un segundo antes de alcanzar el clímax y mi cuerpo se tensa para después relajarse. Suspiro.
Él besa una de mis piernas desnudas y se tumba encima mío sonriendo. —Eso a sido rápido. —
***
—¡Dios mío! —exclama Rebeca excitada. —¡Te ha hecho un cunnilingus!— Cecilia se ríe a carcajadas y da gusto verla así de nuevo. Adam no parece que vaya a despertar del coma por el momento y parece que ella va haciéndose a la idea.
—Tengo que irme a casa, mi tía y Kevin se van mañana y quiero estar todo el tiempo que pueda con ellos. — sonrío y mis amigas asienten tras abrazarme fuertemente. — Adiós, Tessa. —
En cuanto entro veo que mi tía y Kevin están en el sofá hablando de algo serio, pues sus rostros así lo muestran. —¿Que estáis tramando? — pregunto curiosa sentándome en el borde y mi segunda madre se gira hacía mi con una sonrisa traviesa.
—Decía que te echaré mucho de menos, mi niña. — dice haciendo un puchero y miro a Kevin fingiendo estar horrorizada. —¿Y tú, no me echarás de menos?—
Éste se acerca a mi y me revuelve el pelo. —No, porqué voy a mudarme al piso de abajo, voy a terminar mis estudios aquí. —
Mi cara no debe tener precio ya que noto las mejillas mojadas y al momento estoy llorando aferrada a los brazos de mi mejor amigo.
Él fue la primera persona que me llamó feminista.
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