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033.

Había pasado una semana desde que Jungkook había llegado a Busan y justo como lo había pensado, alejarse de todos en Seúl le había ayudado demasiado.

Los días anteriores había estado ayudando a la abuela con varias tareas de la casa. Salía a pasear a centros comerciales, calles repletas de artistas callejeros, como también restaurantes y bares. Estaba disfrutando su tiempo a solas como nunca antes. Incluso se había prestado a cantar en el show de un artista en la calle, el recibir aplausos de las personas presentes fue como medicina.

Como sea, era fin de semana y tenía planeado comprar comida chatarra y tener maratón de películas en la sala de estar mientras su abuela leía un libro.

De pequeño siempre hacía eso.

— ¿Es todo?— Preguntó el cajero.

Jungkook analizó de nuevo todo lo que llevaba y asintió.

— ¿Jeon Jungkook?— Un chico rubio preguntó desde la puerta del establecimiento.

El pelinegro volteó a verlo, iba acompañado de otro chico y una chica, los tres le traían ligeras imágenes mentales.

— ¿Jihoon?— Jungkook dudaba.— Vaya, por el cabello no te reconocí, pero la estatura es la misma.

— ¡Oye!— El chico se sobresaltó.— Te golpearía, pero me da mucho gusto verte.— Sonrió.— ¿Y Jimin?

— Vine solo.

Después de todo, las personas en Busan no sabían que ellos dos se habían distanciado hace un año.

— Ellos son Jeongin y Yewon.— Señaló a el chico y a la chica que lo acompañaban.— Iban en nuestra escuela, en otro grupo.— Kook asintió y les sonrió, ellos correspondieron.— ¿Recuerdas a Daehyun?

— ¿Iba en nuestra clase, no?

— Sí. Bueno, hoy es su cumpleaños y está teniendo una fiesta, ¿quieres ir con nosotros?

Jungkook se quedó en silencio unos segundos, lo dudo, pero terminó asintiendo con una sonrisa en su rostro. Estaría bien reencontrarse con sus viejos compañeros de escuela.

— Sólo debo avisarle a mi abuela, me estoy quedando con ella estas vacaciones.

*

Sin querer, Jungkook había sido la sensación de la fiesta, pues nadie la esperaba en ella y aunque él no lo creía, la mayoría de los presentes lo reconocía. Junto a Jimin, también era popular cuando vivía en Busan.

Le habían dicho que había cambiado, pues se veía más grande. Antes era delgado, ahora con un cuerpo bien dotado y estilo en la ropa muy genial según los que habían hecho sus observaciones. Ni hablar de sus piercings, era como si tuvieran un reflector sobre ellos. La estaba pasando bien, era cómodo para él hablar con los que una vez fueron sus amigos.

Era de esperarse que las personas le preguntaran por Jimin, pero sinceramente no le molestó.

— ¿Y extrañas Busan?— Preguntó Yewon, la chica que estaba con Jihoon en la tienda de conveniencia.

Jungkook se encontraba con ella, un chico llamado Seungyoon, con quien había estado en el club de artes marciales y Minki, otro chico con el que recordaba haber pasado algunos recreos.

— Algunas veces.— Sonrió después de darle un trago a su cerveza. No sabía cuántas había bebido ya.

Desde que llegó le habían ofrecido cerveza y no había parado. Era una fiesta tranquila, las personas estaban reunidas en grupos, eran pocas las que bailaban y de todas maneras la música era tranquila y del género que Jungkook más escuchaba. Estaba disfrutando beber y escuchar buena música. Es por eso que los efectos del alcohol no lo habían alocado, sin embargo, podía sentir el calor en sus mejillas y una pequeña sonrisa tonta en su rostro que le era imposible de borrar.

— Qué envidia.— Chilló la chica.— Me gustaría tanto vivir en la gran ciudad.

— No es la gran cosa, no te preocupes. Me gusta esa canción.

Wait a Minute de Willow era lo que sonaba en ese momento.

— ¡Yewon!— Una chica llegó con ellos, directo abrazando a Yoon aunque a quien llamaba era a Yewon.— Te he estado buscando ¿dónde te habías metido?

— Hemos estado aquí por media hora, Eunji.— Minki a su lado le contestó.

— Como sea...

— Me gusta tu cabello.— Jungkook la interrumpió, la chica desconocida lo miró confundida pero terminó asintiendo.— Es lindo.

— Gracias, Kook.— Agradeció ella, luciendo ahora más su melena rosada.

— ¿De verdad te gusta su cabello?— Preguntó Yoon con una sonrisa burlona, pues ese look era completamente lo contrario a los gustos de Jungkook; ropa negra, cabello negro y joyería plateada.

— Es genial.— Asintió, corroborando su respuesta con una sonrisa.— Minji lo tiene así, una linda melena rosada. Parece rosita fresita.

— ¿Minji?— Preguntó Minki y después sonrió con astucia.— ¿Quién es ella? ¿A caso es tu novia en Seúl, Jungkook?

Las mejillas del pelinegro se enrojecieron un tono más.

— No.— Sonrió como bobo.— Pero va a serlo.

*

Jungkook entró dando pasos temblorosos a la casa de su abuela. Era apenas media noche y la fiesta ya había terminado, Jihoon se encargó de dejar a Kook en casa.

— ¡Jungkook!— Su abuela salió de la sala con su libro en mano.— ¿A caso vienes ebrio?

— ¡Abuela! ¡¿Qué haces despierta a esta hora?!

Su abuela lo inspeccionó con la mirada y se acercó a él, cogiendo sus mejillas con una sola mano.

— Tu padre siempre salía de fiesta, no puedo creer que estoy viviendo lo mismo contigo.

Jungkook sonrió entre sus manos, el resultado fue una sonrisa distorsionada. Su abuela sonrió con derrota, negando con la cabeza y volviendo a la sala. Jungkook la siguió.

— No respondiste mi pregunta, ¿por qué no has ido a la cama?

— ¿Se te olvida que padezco de insomnio?

— Cierto. Lo había olvidado.

La señora Jeon se puso de nuevo sus gafas de lectura y retomó el capítulo en el que se había quedado antes de que Jungkook la interrumpiera con su llegada. El chico se recostó en el sillón largo que estaba del otro lado de  la sala, cogió el control remoto y puso la primera película que encontró. El volumen era bajo, para no distraer la lectura de la abuela.

Su pecho subía y bajaba por lo tranquila que estaba siendo su respiración, los efectos del alcohol se estaban yendo, pero no por completo aún.

— Extraño a Mimi.

La abuela lo miró tras sus gafas.— ¿Mimi?

— Kwon Minji, abuela.— Aclaró.— Te he platicado de ella por el teléfono.

La señora Jeon, hizo trabajar un poco su memoria y asintió. Tenía un vago recuerdo de Jungkook platicando de ella en navidad y enseñando algunas fotografías.

— ¿La chica bajita, pelo corto y grande sonrisa?

Jungkook asintió con una sonrisa boba en su rostro.

— Ahora tiene el cabello rosa, abuela. Deberías verla, luce más linda de lo normal.

Su abuela sonrió, disfrutando la voz de enamorado y ebrio de su nieto.

— ¿Y por qué no la trajiste contigo?— Preguntó, cerrando el libro para estar más atenta a Jungkook.— Me gustaría conocerla.

El chico cambió su expresión boyante y próspera a una más seria. Selló sus labios y cerró los ojos con fuerza.

— No hablamos.

— ¡¿Qué?!

Jungkook suspiró y se reincorporó en el sofá, su abuela lo miró y dejó el libro a un lado. ¿Estaba a punto de contarle a su abuela todo lo que había vivido los últimos meses? Sí.

Desde que llegó a Busan, por el día lo estaba llevando bien, paseaba por la ciudad, ayudaba a la abuela y pues ahora se había reencontrado con viejos compañeros de escuela. Pero por las noches cuando llegaba la hora de dormir, lo único que pensaba era en Minji y Taehyung, y en cómo habían llegado a este punto de su relación.

Entendía algunas cosas, otras no.

A estas alturas, teniendo a Minji involucrada, la verdad es que ignoraba los problemas que había tenido con Jimin en el pasado. Analizó la situación y conocía muy bien a la persona que una vez fue su mejor amigo; Jimin no se había acercado a Minji para hacerle daño a ella o él, el que se hicieran cercanos fue simplemente destino.

Sí, fue coincidencia que se hicieran amigos cuando Jimin estaba pasando una crisis con Jibyul, pero nada intencionado por parte de él.

Jungkook lo supo, la relación que se había creado entre Minji y Jimin fue inevitable, aunque Kook no hubiese peleado con ella y Tae, era una amistad que iba a suceder. Minji era buena haciendo amigos, toda la escuela la quería. Jimin era el rey del carisma y positivismo puro.

Y Minji no tenía la culpa del conflicto entre Jimin y él, es por eso que Jungkook decidió no considerar su pelea con su ex mejor amigo en la disputa por la que estaban pasando en ese momento. Ese fue su error desde el principio, permitió que sentimientos del pasado, influyeran en su presente, arrastrando a dos personas que no tenían nada que ver.

Por otro lado, hablando de Jibyul, seguía sin sentir completamente que ella lo estuviera manipulando, tal como Minji y Tae afirmaban. Ella estaba teniendo un tiempo vulnerable y él, como amigo suyo, sólo quería apoyarla. No se arrepentía de eso, de lo que sí sentía arrepentimiento es haberla preferido antes que a Minji el día de la competencia.

Supo que fue un error desde aquel día.

Entonces decidió aclarar los sentimientos que tenía hacía Jibyul; definitivamente lo que sentía por ella hace un año, ya no existía. Hace meses se confundió, era de esperarse sentir una chispa encenderse pues había pasado un año desde que tenía contacto con la chica que había sido su primer amor. Ahora que convivía con ella como su amigo de nuevo, se dio cuenta que era a lo único que quería llegar con Jibyul y de todas maneras seguía sintiendo que algo faltaba cuando pasaba tiempo con ella, y ese algo eran las locuras de Minji y Taehyung.

La risa de Minji, las bromas de Tae. Los gritos y travesuras de ambos.

Y no podía ignorar el hecho, que hasta su último día en Seúl, Minji había luchado por él. Eso demostraba que ella de verdad lo quería y le importaba, no estaba seguro de lo que acusaban a Jibyul, pero la pelirosa lo quería a su lado.

— Y entonces, peleamos.— Jungkook dio un pesado suspiro. Su abuela lo miraba incrédula.

— Con todo respeto, cariño... Eres un idiota.

— ¡Abuela!

— Y pude haberlo dicho peor.— Lo miró dura.— No puedo creer que te dejaras llevar por el embrujo de esa tal Jibyul cuando Minji siempre estuvo ahí... Pero no te culpo, siempre has sido una persona noble y boba.

— ¿A qué te refieres?

— Que no importa si una persona te haya lastimado, siempre terminas ayudándole.— Su abuela suspiró.— Es tu virtud y defecto, es como tirar una moneda al aire, no sabes si el resultado será bueno o malo y con Jibyul fue malo.

— ¿Siempre será así? ¿Siempre terminaré ayudando a los que me lastiman, sólo para conseguir salir más afectado?

— No siempre fue así.— Sonrió.— Jimin te lanzó piedras cuando eran niños y aún así lo ayudaste, de eso nació una gran amistad. ¿Ves a lo que me refiero ahora?

Jungkook miró al techo como acto de paciencia y después de un rato asintió.

— Es gracioso,— Soltó una risita nostálgica.— la única persona que no tuvo que lastimarme antes, fue Minji.— Volvió sus ojos a su abuela.— Y lo arruiné.

— No es tarde para recuperarla.

El pelinegro asintió.

— Tienes razón. Por fin he tomado mi decisión.

A la mierda Jibyul.

No le había hecho nada malo, pero Jungkook se dio cuenta que lo mejor era confiar en la única persona que no le había hecho daño nunca, al contrario, y esa persona era Minji. Su mejor amiga, la chica que causaba que su corazón diera vuelcos. Dios, fui un imbécil.

No tenía nada en contra de Jibyul, pero prefería volver al lado de Minji y si eso significaba alejarse de la que fue su primer amor, no importaba.

Después de todo, el amor más grande que había sentido hasta ahora, comenzaba a ser por Minji.

Esa rosita fresita.

— Pero será cuando vuelvas a Seúl, aún te queda una semana conmigo.

Jungkook sonrió al escuchar a su abuela y asintió, disfrutaría de Busan como nunca la última semana que le quedaba.

— Claro que sí.

••••
hey hey heyyyyyyyy <3 q taaaaaaal

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