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027.

La música en la casa de Seokjin retumbaba por todo el vecindario, era una sorpresa que los vecinos no habían llamado a la policía aún. Las personas llegaban a montones y mientras más tiempo pasaba, la casa más se llenaba.

— ¡Ni siquiera es gente de nuestra escuela!— Le gritaba Yoongi a Seokjin sobre el volumen de la canción.— Tenemos que controlar esto, necesitamos decirle al mocoso de Jimin.

— Yoongi, relájate.— Pidió el castaño.— Jimin está divirtiéndose con Minji y Taehyung. Lo merece.

— Como sea.— Respondió su amigo.— Pero si llega la policía ni creas que moveré un dedo.

El padre de Yoongi era jefe de la policía, solía ayudarles cuando estaba de buenas y esta vez no era una de ellas, pues una chica de otra escuela había derramado su bebida en sus tenis. Hoseok estuvo presente en la escena y lo único que hizo fue reírse a carcajadas, después desapareció con Jaerin.

— ¿Sigues enojado?— Le preguntó Minji al entrar a la cocina. Yoongi dejó de prestarle atención al refrigerador y miró a la pelirosa. Sin pensarlo sonrió.— Hoseok le está contando lo de tus tenis a todos en el patio.

— Ese imbécil...— Murmuró Yoongi.— Como sea. Felicidades, Mimi.— Le sonrió de nuevo.— No había tenido tiempo de decirlo.

— Gracias, Yoongi.— Ella le sonrió de vuelta.— Después de todo, tu pista fue genial.

El chico se encogió de hombros.

— De eso viviré en el futuro, tengo que ser el mejor en ello desde ya.

En ese momento, Jimin entró por la puerta y suspiró aliviado al ver que las únicas dos personas en la cocina eran Minji, a quien estaba buscando, y Yoongi, quien siempre era un gusto verlo. Se encontraba mareado y con tantas personas en el patio y en el primer piso de la casa, sólo estaba empeorando su estado.

— ¡Hyuuuung!— Jimin sonrió y se lanzó sobre él.

— Mierda, Jimin... ¿Estás ebrio?

El pelinegro sonrió con inocencia.

— Estamos.— Corrigió Minji quien había encontrado un paquete de galletas y las estaba comiendo en ese momento.

Yoongi lo había sospechado por la ligera expresión adormilada que tenía la chica.

— Y bueno...— Jimin fue a donde Minji para robarle un par de galletas.— Bien dicen que, un borracho cuida mejor de otro borracho.

El mayor lo miró con una mueca y terminó negando con la cabeza.

— ¿Quién demonios dijo eso, Park Jimin?

Jimin y Minji rieron mientras chocaban las manos, Yoongi aun más confundido y con su cerveza en la mano, optó por no decir nada más y salió de la cocina. Buscaría una cama para dormir antes de que el control se desatara más de lo que ya estaba.

— ¿Dónde está Tae?— Minji le preguntó al pelinegro al salir de la cocina.— ¿No estaba contigo?

— Lo estaba.— Afirmó Jimin.— Pero de la nada desapareció y por eso vine a buscarte.

*

Jungkook había estado corriendo alrededor de la casa, asomando su cabeza por las ventanas y la barda del patio trasero.

Hace unas horas, después de haberse retirado de la casa antes de que la fiesta comenzara, iba a mitad de camino cuando decidió cambiar la dirección de a donde iba y en lugar de ir a casa, se puso en marcha hacia Bohemian Notte. Ya había cancelado su participación de esa noche, pero no importaba, lo único que quería en ese momento era desahogarse cantando.

Después de su acto, cuando por fin iba a casa, en su cabeza lo único que rondaba era Minji. Quería volver con ella y arreglar todo, lo necesitaba. Es por eso que todo ese tiempo había estado en la fiesta desde afuera, pues no tenía el valor de entrar.

Estaba sentado en el pórtico mientras Ghost de Baekhyun se escuchaba desde el interior. Sonrió levemente porque esa era la canción con la que Minji no se había callado toda la semana pasada. Estaba seguro que por ella es que en ese momento estaba sonando.

— ¿Sigues aquí?— Preguntó la dura voz de Taehyung a su lado.

Jungkook se giró a verlo rápido, su sorpresa pasó a ser una expresión totalmente apenada. Sabía que le había fallado a él también. Y Taehyung estaba enojado en ese momento, se lo notaba en su expresión y por como apretaba su botella de cerveza.

— ¿Cómo lo supiste?

— Has estado asomándote cada cinco minutos sobre la cerca.— Se encogió de hombros.— Deberías irte.

— Pero Tae...

— Eres un descarado, Jungkook.— El chico lo interrumpió antes de que siguiera hablando.— Simplemente no lo entiendo. Por cierto, ¿dónde está tu adorada Jibyul?

— Escucha...— Jungkook se puso lentamente de pie.— Sé que lo estropeé todo, pero tienen que entender que fue una situación que se me salió de las manos.

— No quiero escuchar tus excusas.

— No son excusas.

— Lo son, Jungkook.— Reafirmó.— Y aunque Minji te perdone, yo no lo haré.

Jungkook lo miró sin entender.

— ¿Y tú qué?— Preguntó el pelinegro.— Parece que estás más ofendido que Mimi... Comprendo que estés enojado, pero no a este nivel.— Suspiró.— Creí que por lo menos tú me ayudarías.

Taehyung bufó y negó con la cabeza mientras sonreía con gracia.

— De verdad que estás ciego, Kook.— Dijo después de un rato de silencio.

— ¿Ciego? Lo único que hice fue ayudar a Jibyul.— Su tono se alteró un poco. Estaba cansado ya de repetirlo.

— Jibyul te está manipulando, te lo dije antes y te lo digo ahora.— Asintió.— No la ayudaste, simplemente caíste en su trampa y por ello le fallaste a Minji.— Taehyung comenzaba a alterarse también.— Minji, la persona que hizo que salieras de esa jodida depresión en la que estabas, la que te sacaba sonrisas todos los días y te hacía reír...

— Taehyung...— Jungkook intentó hablar que Tae lo mandó a callar.

— La que aunque odia la Historia, te escuchaba como si le estuvieras hablando de su tema favorito. Y sí, solían pelear siempre, pero era parte del juego entre ustedes. Acabas de perder a la mejor chica.

— No la perdí.

— Yo no estaría tan seguro de decir eso. Ella estaba casi llorando porque no llegaste al evento, era su momento y no te presentaste.

— Hice todo lo posible.— Dijo rápido.— De verdad que lo hice.

Taehyung negó con la cabeza.

— Analiza la situación Jungkook, el haber faltado no fue tu único error.

*

Minji y Jimin habían estado bailando Mommae de Jay Park entre toda la multitud que se encontraba en la alternativa pista de baile, es decir, la sala de estar. Antes de eso, habían estado jugando una partida de beer pong en contra de Namjoon y Seokjin; los mayores ganaron.

— ¡¿Dónde está Tae?!— Preguntó una alterada Minji cuando Sour Candy se filtró en la música.— ¡Es su canción!— Chilló.— ¡Tiene que estar aquí!

— Minji, tranquila.— Jimin la tomó de los hombros y la miró directo a los ojos.— Vamos a buscarlo, es nuestra misión ahora.

La pelirosa asintió y tomó la mano de Jimin, como pudieron se escabulleron entre las personas. Para suerte de ellos, Taehyung en ese momento entraba por la puerta principal y aunque su expresión no era la mejor de todas, fue reemplazada por una sonrisa cuando Minji llegó corriendo a su lado y saltó sobre él.

— ¡Es tu canción, TaeTae!

Taehyung asintió mientras la sostenía para que no cayera, sin embargo, Jimin no calculó sus pasos corriendo y se tropezó a centímetros de ellos. Minji y Tae rieron a carcajadas, pues aquella había sido una escena muy graciosa.

— Creo que voy a vomitar...— Dijo Jimin al ponerse de pie.— ¿Saben qué? Ustedes bailen, yo iré al baño. ¡Todo es tu culpa, Taehyung!

— ¡¿Qué?!

— Por tu estúpida canción corrí y ahora me siento el triple de mareado.

Minji fue con Jimin y con la ayuda de Taehyung lo sentaron en el sofá.

— Quédate aquí.— Ordenó ella.— Bailaremos la canción y volveremos por ti.

El pelinegro asintió y les hizo un ademán para que se fueran sin problema. Minji y Taehyung se miraron mutuamente, sonrieron traviesos, se tomaron de las manos y salieron corriendo a la pista de baile.

I'm sour candy!!!— Cantó Minji.

Taehyung le siguió.— So sweet then I get a little angry!!!

*

Era lunes y desde que dabas el primer paso dentro de la escuela, podías escuchar a las personas hablar sobre la fiesta del sábado.

Jungkook iba con los audífonos puestos, escuchando Dancing Own My Own de Calum Scott a todo volumen; le recordó al primer día de clases cuando entró a la escuela escuchando música, en ese momento no sabía que Taehyung iba llegar corriendo a su lado gritando y después se harían amigos muy cercanos, sin embargo, en esta ocasión sabía que nadie llegaría a acompañarlo.

Llegó desapercibido al salón de clases, Minji y Taehyung no estaban en sus lugares como solían estarlo. Ellos siempre llegaban primero que Kook. Minji siempre lo esperaba con una sonrisa cuando él cruzaba por la puerta y Taehyung simplemente saludaba con la mano para después seguir durmiendo en su asiento antes de que la maestra llegara. Soltando un suspiro, se tumbó en su butaca. Ellos llegarán en cualquier momento.

Después de su charla-discusión con Taehyung, Jungkook mejor optó por irse de la casa de Seokjin, desde ese entonces no había tenido contacto ni con Minji ni con Tae. No tuvo el valor de mandar algún mensaje, las palabras de Taehyung no se podían salir de su cabeza.

— Buenos días.— La maestra de Historia entró al aula y todas las personas de pie corrieron a sus asientos.— Jungkook.— Le llamó.— ¿Y tus compañeros?

Jungkook dio un rápido vistazo a los asientos vacíos a su lado.

— Estarán aquí pronto.

— Bien.— Contestó ella mientras sacaba la lista de asistencia.— Necesito hablar contigo cuando la clase termine, es sobre la tutoría.

— Claro, profesora.

La clase empezó y aquellos dos individuos aún no aparecían. Jungkook no podía concentrase con lo que la maestra decía por lo mismo. Fue entonces, que al haber pasado veinte minutos desde que la clase había empezado, Minji y Taehyung aparecieron en la puerta, ambos asomando su cabeza, una abajo de la otra.

Los dos sonreían como unos pillos.

— ¿Cuál es su excusa esta vez?— Preguntó la maestra al verlos. Kook los miraba.

— Bueno sí, lo que pasa es que...— Minji sonrió.— ¡Fuimos a desayunar!— Dijo y la maestra rodó los ojos.— En Pancake World había una promoción de comer todos los pancakes que pudieras sólo por 3 mil won, ¡una ganga, maestra!— El resto de la clase rió.— Además, no podríamos venir aquí sin desayunar, usted sabe, nos podríamos desmayar o algo, incluso...

— ¡Minji, pare de hablar!— Pidió la autoridad, ya mareada por tanta palabrería.

— Lo siento... ¿Entonces? ¿Podemos entrar?

La maestra los analizó y se enfocó en Taehyung, quien no había hablado hasta ese momento. Él sólo sonreía a lo grande, como si eso fuera una especie de conjuro de encanto.

— Pasen, pero con falta.

— ¡Ay, ¿así qué chiste?!— Se quejó el pelinegro y todos volvieron a reír.— Mimi, vamos a la cafetería.

— ¡Kim Taehyung!— La profesora llamó su atención.— Entren, ¡ahora! Y es doble falta.

Minji se dio una palmada en la frente y rió por lo bajo, tomó la mano de Taehyung y lo hizo entrar. Jungkook se encontraba expectante por verlos tomar sus lugares, ya había conseguido el valor para saludarlos, sus manos sudaban de los nervios. Pero, ellos no entraron por su fila, al contrario, caminaron a lo largo del salón y fueron hasta el otro extremo, tomando asiento atrás de Minhyuk, el amigo de Minji, a quien saludó con mucho cariño.

La maestra los miró confundida, pues esos no eran sus lugares habituales. Le echó una mirada rápida a Jungkook y prefirió no comentar nada al ver al pelinegro cabizbajo.

— Que lindos sus nuevos looks en el cabello.— Mencionó vagamente cuando marcaba las faltas en el listado.

Minji sonrió orgullosa y abrazó a Tae por los hombros, él pegó su cabeza con la de ella y levantó sus pulgares.

Blackpink in your area— Cantó Minji.

— Oh por Dios, no puedo con ustedes...

*

Jungkook había decidido pasar la hora del almuerzo en el salón de clases. Ni siquiera tenía apetito. Las horas anteriores, ni Minji y mucho menos Taehyung, se habían molestado en siquiera voltear a verlo. Ellos estaban muy cómodos en sus nuevos asientos, participando en clase, haciendo sus bromas internas y riendo. Como si de verdad no les faltara nada.

Cuando la campana timbró, ambos salieron corriendo del aula compartiendo risas.

Un suspiro más de Jungkook, pues era la décima canción que saltaba de su playlist y era una de sus favoritas. Ni la música podía cambiarle el animo en ese momento. Los extrañaba y sí, le dolía en el alma que ellos dos actuaran como si nada hubiera pasado, como si no hubieran sido afectados... Como si Jungkook podía ser borrado del mapa así tan fácilmente.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la persona que se sentó frente a él.

— ¡Hola, Kookie!— Saludó Jibyul, el pelinegro alzó la mirada para encontrarse con la sonrisa de la chica.

— Jibyul...— Pronunció su nombre mientras se ponía de pie.— Quiero estar solo, si no te importa.

La castaña lo miró confundida, pero sin detenerlo, vio como Jungkook salió del salón.

¿Qué demonios?

Jungkook se aventuró por los pasillos de la escuela, evitando la cafetería y el jardín donde solían almorzar también. Cuando era la hora del almuerzo, los pasillos solían estar solitarios y eso agradeció el pelinegro, pues no quería tener contacto con nadie en ese momento. Con pasos vagos, se plantó frente la máquina expendedora, por lo menos comería unas galletas.

— Veamos.— Leía en voz baja la numeración de los productos.— D13...

Observaba como las galletas se desprendían del resorte, cuando en ese momento, escuchó dos risas familiares, no muy lejos de donde él estaba.

— ¡Jimin, hablo en serio!— Alegaba Minji aún riendo.— Lo prometo.

— Iré por ti.— Sentenció él.— ¡¿Entendido?!

Kook se giró en su dirección, estaban de pie en la puerta de la cafetería, ella intentaba entrar pero él no se lo permitía, ambos sonriendo.

— ¡Sí, señor!— Dijo ella en broma mientras empujaba la puerta.— Ahora si me permites, un delicioso ramen me espera con Taehyung.

— Si no es que Tae ya se lo comió.— Se burló Jimin.

Y Jungkook recordó que Taehyung siempre intentaba comerse el almuerzo de Minji o el de él, pero como siempre estaba con alguno de los dos, no se lo permitían. ¿Cómo es que Jimin sabe de eso ahora también?

— ¡Es verdad!— Minji se exaltó.— Bueno, más tarde nos vemos.

— Adiós, Mimi.

Minji entró a la cafetería corriendo, mientras Jimin siguió con su camino por el pasillo, encontrándose rápidamente a Jungkook observándolo. Kook apretó sus labios, al igual que Jimin, sin decir nada, su ex mejor amigo dio vuelta en el primer pasillo y desapareció de ahí.

*

Jungkook nuevamente no podía concentrarse en la clase, además era Geografía, y no era de sus favoritas. Hacía dibujos en su libreta, usaba su celular a escondidas, miraba cada una de las ventanas del aula; todo menos escuchar la clase. En una de las ocasiones que miraba por la ventana junto a la puerta, se encontró con Jimin, haciendo señas y después escondiéndose, así varias veces hasta que Kook escuchó a Minji hablar.

— Profesor,— Llamó la pelirosa.— ¿puedo ir al baño?

— No.

— ¡Oiga!— Chilló Minji. Ese maestro de verdad la odiaba.— Si no voy, me puede dar una infección, entonces lo culparé y...

— ¡Está bien, Kwon! Pero no tarde, explicaré un tema que viene en el examen.

— Claro.— Dijo ella sonriente y salió rápido.

Kook miró como junto a Jimin se fueron corriendo por el pasillo y suspiró.

*

— Yo te paso los apuntes, no te preocupes.— Jimin le sonrió a Minji. Ella le había comentado que el profesor estaba explicando tema de examen, pero como la clase anterior se le había impartido al grupo de Jimin, él tenía todo anotado.

Minji saltó sobre las colchonetas de ejercicio sin dejar de verlo.

Jimin estaba ya sentado en el piso del salón de práctica.

— ¿Y bien?— La pelirosa preguntó.— ¿Qué es lo que quieres decirme?

— Tú sabes muy bien de qué...— Jimin ladeó la cabeza, Minji no se inmutó.— De lo que pasó con Jibyul y Kook.

— Jimin, ya te había dicho que...

— Que no te lo dijera porque estábamos en la fiesta, pero ya no lo estamos y siento que tienes que saberlo.

La pelirosa bufó pero terminó asintiendo.

— Está bien.

— Escucha, que Jungkook no llegara al evento fue culpa de Jibyul.— Dijo.— Quiero decir, ella lo planeó.— Fue más específico.— Ideó un enfermizo plan para que él no asistiera, y bueno, lo logró.— Suspiró y la miró algo confundido.— ¿Por qué no dices o expresas algo?

Así es, Minji había mantenido una expresión neutra todo ese tiempo.

— Bueno, porque ya lo sabía.

— ¿Qué?— Jimin ahora estaba un poco desorientado.— ¿Y sigues enojada con él por eso?

— Mi enojo no es sólo por eso.— Afirmó Minji y tomó una gran bocana de aire.— Es porque la prefirió a ella primero que a mí.

— Oh...

— Y perdón que hable así de tu novia, pero es una arpía.— Dijo firme y Jimin no supo cómo defender ese comentario, no podía.— Demasiada alegría, sonrisas y positivismo son falsos para mí, ¿sabes?— La chica soltó un bufido.— Siempre he desconfiado de ella.

Jimin mostró una sonrisa de derrota y asintió.

— Hiciste bien.

Minji se encogió de hombros.

— Como sea, Tae y yo nos dimos cuenta de cómo era en verdad, y por más que se lo insinuamos a Kook, incluso por más de lo que se lo dijimos claramente, no le importó.— Musitó, entre enojada y triste.— Bueno, es su problema ahora.

El chico la miró con curiosidad en sus ojos, descifrando que ella aún quería a Jungkook, aunque intentaba ocultar el dolor en su voz y rostro, se reflejaba.

— Mimi, ¿todavía lo quieres como amigo?

Minji se quedó pensando un rato y terminó por sonreír algo apenada.

— ¿Amigo?— Se preguntó a ella misma y asintió.— Creo que sí.

— Entonces, ¿por qué no lo perdonas?

Y entonces Minji recordó todas las horas que estuvo al teléfono con Taehyung el día anterior.

— Para que Jungkook deje de ser manipulado por Jibyul, él mismo se tiene que dar cuenta cómo es en verdad.

Jimin asintió, pues después de todo, él había pasado por lo mismo. Aunque su hermano le decía que Jibyul no era buena persona, no le hizo caso hasta que por su cuenta descubrió sus verdaderos colores.

— Tienes razón.— Suspiró, viendo a otro lado, pero al sentir la mirada de la pelirosa, la enfrentó.— ¿Qué pasa?

— ¿Por qué sigues con ella?

Minji lo miró con tristeza, Jimin se encogió de hombros y sonrió. Una sonrisa que lo quebraba.

— Tú sabes por qué.

••••
FELIZ DÍA DEL PADREEEEEEE

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