023.
Jungkook bajó hecho un diablo del auto de su hermano que ni siquiera se despidió, además su hermano mayor sabía que estaba furioso, por lo que no le habló ni volteó a ver desde el momento que salieron de casa.
Era lunes y desde el viernes, cuando vio aquella foto de sus amigos con el "traidor", su enojo no había hecho más que aumentar cada hora que pasaba. No les había devuelto las llamadas y tampoco había contestado los mensajes del grupo de chat. Se negaba a dirigirles la palabra, así que estuvo haciéndoles la ley del hielo todo el fin de semana. Ni siquiera había disfrutado el sábado la noche del bar.
Entró a la escuela, en el tablero de anuncios había una gran hoja pegada que informaba que la primera hora estaba cancelada, pues habría una asamblea en el gimnasio para todos los grados. Jungkook bufó porque la primera clase era Historia, el día simplemente iba empeorando para él.
Los zapatos del pelinegro azotaban contra el piso, no miraba a los alrededores y tampoco lo importaba que la gente lo viera con ese estado de animo. Iba a matar a Minji y Taehyung. Y sabía que estaba mal estar tan enojado, es decir, él había estado toda la tarde con Jibyul, además pasó un rato en su casa... Estaba consciente de eso, porque de cierta forma se sentía culpable y como que él también había traicionado a Minji de alguna forma.
Pero después de verla con Jimin... Nada era valido.
Empujó la puerta del gimnasio, listo para ir a patearle el trasero de sus amigos, pero sus cejas fruncidas y labios sellados se convirtieron pronto en unas ojos muy abiertos y su mandíbula casi cayó al piso al ver a aquel par a pocos metros de él.
— ¿Qué mieeerda?
Taehyung con una fabulosa melena pelinegra y Minji... Ella se había teñido todo el cabello de rosa pastel. Ambos estaban muertos de risa mientras bailaban Fancy de Twice, Hoseok a lo lejos se reía de ellos.
— Hola, Kookie.— Saludó Jibyul tras de él, había dado unos sutiles toquecitos en su espalda. Al ver que Jungkook no le hacía caso, dirigió su mirada a donde él la tenía.— Oh...— Dijo y se quedó callada.— Así que eso hicieron en la casa de Jimin.
— Sí...— Y se ve tan jodidamente bonita.
— Ahora entiendo todo.— Se dijo para ella misma, Jungkook no quiso ni preguntar.
Además en ese momento, Jimin llegó.
— ¿Vamos a sentarnos?— Le preguntó a su novia sin siquiera saludar a Jungkook.
Mejor para él, si Jimin abría su boca en ese momento no sería el mejor de los casos.
— Yo me voy.— Dijo Jungkook y se alejó sin más.
Fue directo a las gradas, rápidamente ubicó la mochila de Minji y también la de Taehyung, las cuales mantenían un espacio entre ellas, lo que significaba que le estaban guardando lugar a él. Bueno, eso me reconforta un poco. Sin siquiera pensarlo, se sentó y esperó a que ellos terminaran de bailar. No lo habían visto aún.
Jungkook observaba como realizaban la alegre coreografía a la perfección, estaba serio aún, pero la verdad es que quería sonreír y burlarse de ellos. Finalmente, ellos estaban volviendo a sus lugares, Minji fue la primera en notar a Kook y por inercia frenó de golpe; Taehyung al ver a su amigo, sonrió nervioso, pero no lo detuvo y alentó a Minji a que volviera a caminar.
— ¡Pero miren quién se digno a aparecer!— Exclamó Taehyung, Jungkook lo fulminó con la mirada.— ¿Me extrañaste?
Jungkook prefirió no contestar, su mirada se clavó en Minji, quien de cierta forma se resguardaba tras Taehyung.
— ¿Por qué tan callada?
Minji sonrió con nerviosismo a la vez que se sonrojaba. Parecía una niña traviesa que se acababa de meter en problemas.
— Tengo que hablar contigo, Kook. ¿Me acompañas?
— ¿Qué? ¿Ahora?
Ella asintió.
— ¿Nosotros hablaremos hasta el final, cierto?— Le preguntó a Taehyung. Jungkook no entendía.
— Sí, sólo no se tarden mucho.
Mimi asintió, se acercó a Jungkook, tomó su mano y lo hizo que se ponga de pie. Jungkook sin protestar la siguió y así tomados de la mano, a la vista de todos, salieron del gimnasio.
Ahora tenían que encontrar un lugar donde no los encontrara algún profesor o supervisor, lo primero que se le cruzó a Minji por la cabeza era ir a algún salón de clases, pero eso estaba lejos, así que sin rodeos se metió al primer cuarto de intendencia que encontró.
Ya estando adentro, en aquel diminuto cuarto rodeados de suministros, Minji empezó a reír.
— ¿De qué te ríes?— Preguntó brusco.
— Es sólo que estamos en uno de estos cuartos como típica novela adolescente.— Se burló, Jungkook no se pudo resistir y sonrió, para después soltar una risita.
— ¡Basta! No me hagas reír.— Se quejó él.— Estoy enojado.
— ¿Tú? ¿Enojado?— Preguntó con sarcasmo en su voz y una sonrisa.— Pero si eso nuuunca pasa.
— Okay, ya entendí, soy un amargado.
— Lo eres.
— ¡Minji!
Ella empezó a reír y Jungkook de nuevo sonreía.
— Okay, escucha iré al grano.— Minji carraspeó su garganta.— Taehyung y yo hallamos una forma de liberar nuestro servicio social y es organizando la competencia con Jimin. Listo, lo dije, no nos mates.
Jungkook respiró hondo y miró a otra parte. No te alteres, se repetía asimismo.
— Hay miles de formas para liberar el servicio y ustedes deciden hacerlo con Jimin... Vaya.
— ¡Fue lo más viable y rápido!
Bueno, eso era cierto y aunque seguía causándole conflicto la idea, sabía que era por el bien y paz de aquellos dos. Además, no era solamente Minji, Taehyung también era parte y sabía que Jimin no podría intentar algo fuera de lo moral si él estaba presente. No están haciendo nada malo, Kook. Se dijo en la mente para que estuviera de acuerdo. Pero no fue las palabras que pasaban por su cabeza lo que hizo que el enojo fuera desapareciendo, fue la chica ahora pelirosa que lo miraba con aquellos ojos inocentes y brillante sonrisa. No pudo controlarlo, su corazón se sentía amenazado ante aquello imagen.
— ¡Ugh, te odio!— Exclamó Jungkook, quien buscó la mano de Minji de nuevo y la tiró para pegarla a su cuerpo.— No puedo estar enojado contigo cuando luces así de linda y adorable, maldita rosita fresita.
Kook sintió la risa de Minji pegada a su pecho, acción que hizo que quisiera abrazarla por horas.
— De todas maneras volveré al negro hoy.— Comentó ella.— La aventura de rosita fresita solo duró un fin de semana.
— ¿Pero por qué?— Preguntó Jungkook desconcertado.— Se te ve muy bien, Mimi.
— Gracias.— Sonrió ella.— Pero cuando llegué a casa así, mamá se volvió loca y me ordenó que volviera al negro.
— Eres bonita con ese color de cabello también.— Dijo él.— Como sea, volvamos a la asamblea.
Salieron del cuarto de intendencia y corrieron de vuelta al gimnasio. El director se encontraba hablando y los maestros como también el personal estaban de pie al lado de él. Minji y Kook rodearon las gradas y se escabulleron hasta llegar con Taehyung. El pelinegro sonrió al ver tan felices a aquellos dos.
— Y bueno ahora, les pido al comité de Dance For Help que pasen al frente.— Pidió el director.
— Justo a tiempo.— Dijo Minji con una sonrisa traviesa, ella y Taehyung se pusieron de pie y en el camino se juntaron con Jimin.
Jungkook resignado escuchó a Jimin hablar sobre el evento, Minji a su derecha y Taehyung a su izquierda. De pronto las voces pasaron a segundo término, pues Jungkook se dio cuenta de que Jimin tenía algunos mechones anaranjados que se perdían en su cabello negro. Ahora entiendo todo, recordó las palabras de Jibyul.
Entonces, ¿los tres se tiñeron el cabello como alguna tipo de iniciación o qué?
*
Era la hora del almuerzo y el único que estaba comiendo en la mesa era Taehyung. Minji y Jungkook lo miraban con recelo.
— Todo es tu culpa, Jungkook.— Reprochó la chica.
Jungkook la había convencido de comprar pollo frito de un restaurante cerca de la escuela, el repartidor se estaba tardando más de lo esperado, ellos estaban muertos de hambre y Tae estaba disfrutando como nunca su ramen.
— ¿Mi culpa?— Preguntó ofendido.— Tú querías tanto pollo frito como yo, tonta.
— No me digas tonta, idiota.— Se quejó ella.— Y no me hables, ya estoy de mala humor por el hambre.
— Entonces estaré pegado a ti para molestarte.
Minji miró con los ojos entrecerrados la sonrisa malévola de Jungkook, lista para rodear la mesa y sentarse junto a Tae, pero Kook fue rápido y ya la tenía abrazada por la cintura y pegada a su cuerpo, sacudiéndose de un lado a otro mientras se burlaba de ella.
— ¡Tae haz algo!
— A mí no me molesten.— Dijo él sin siquiera voltear a verlos. Minji chilló y Jungkook rió.
— Adoro molestarte, rosita fresita.
— Y yo voy a adorar golpearte, narizón.
— ¡¡Oye!!— Se quejó, Taehyung ahora reía.— Tú cállate, sigue comiendo tu maldito ramen.
Tae sonrió y se encogió de hombros.
— Y ustedes sigan muriéndose de hambre.
Ahora los dos miraban enojados al pelinegro.
— Hey.— Una persona llegó a su mesa. Los tres se giraron a verla y se dieron cuenta que no sólo era una persona. Eran Jimin y Jibyul.
— Hola, Jimin.— Saludaron Minji y Taehyung al unisono.
— Hola, Kookie.— Saludó Jibyul.
Jimin le sonrió a Tae y Mimi, Jungkook le hizo un ademán con la cabeza a Jibyul.
— Así que...— La castaña habló.— Jimin me dijo que iba a juntarse con ustedes dos en el almuerzo.— Se refirió a Tae y Minji.— Así que aproveché y vine, para que puedas ayudarme con el cuestionario de Historia.— Ahora le habló a Jungkook.
— Oh... Está bien.
Jungkook se percató que Jibyul cargaba su carpeta y el libro de la asignatura en sus manos, por otra parte Jimin tenía en una mano la bandeja con el almuerzo de ambos y en otra una laptop.
Con el ambiente un poco incómodo, pues ellos estaban acostumbrados a sentarse siempre en esa mesa redonda y sólo ellos tres, se pusieron de pie y se acomodaron de nuevo. En un extremo estaba sentada Minji, quien ahora tecleaba en la laptop de Jimin, quien estaba sentado a su derecha y Taehyung a su izquierda. Del otro extremo estaban sentados Jungkook y Jibyul, el chico de vez en cuando alzaba la vista sólo para ver a sus amigos.
Taehyung ya había terminado con su comida, por lo que estaba usando el celular, en él hacía más carteles publicitarios, sin decir palabra alguna pues estaba muy concentrado. La reunión parecía ser sólo de Minji y Jimin, Jungkook lo había percibido así pues no paraban de hablarse.
— Entonces empecemos con la lista de concursantes.— Dijo ella.— Tengo que mandarles el mensaje de descripción, pero no sé quiénes son.
Jimin sacó una libreta de su mochila.
— Okay, el primero es Hwang Hyunjin, un chico de mi clase.— Jimin le dictaba su lista.— El segundo es Hobi hyung, después está...
— Mimi.— Interrumpió Jungkook. Jibyul quien estaba concentrada con la pregunta cinco en ese momento, miró a Jungkook, después a Minji.
— ¿Qué sucede?— Preguntó la pelirosa.
— Nuestra comida ya llegó, iré por ella. — Le informó. Ella sonrió y asintió.
— Gracias, Kook.
Jungkook se puso de pie y en ese momento lo capturó la mirada de Jibyul.
— No tardes.— Pidió ella y de fondo se escuchó un bufido de Taehyung.
Minji le dio un codazo al pelinegro. Jimin estaba serio y miraba a su novia. Para matar aquella situación Jungkook simplemente se fue.
En ese instante llegó un mensaje de texto al grupo de chat de aquellos tres.
El aura es tan extraño, deberíamos huir e irnos a las mesas del jardín. Texteó Taehyung.
Bueno, no sería así si ustedes no hubieran hecho equipo con Jimin. Respondió Jungkook.
Tampoco si no fueras el tutor de Jibyul. Escribió Minji. Y apúrate con el pollo frito.
Pasados 5 minutos, Jungkook ya estaba de vuelta, le había dado su comida a Minji y ella comía mientras ahora Jimin escribía en la computadora.
— ¿Está rico?— Preguntó divertida Jibyul.
— Tenía mucha hambre la verdad.— Dijo Jungkook al comer su última pieza.— ¿Estaba rica tu ensalada?
— Mis ensaladas siempre están ricas.— Respondió ella.— Aunque nunca lo quisiste aceptar.
— Y nunca lo haré.— Sonrió.— Esa está mal.— Señaló una fecha que la castaña había anotado.— Es 1950.
— Claro, claro... ¿Qué haría sin ti, Kookie?
Del otro lado de la mesa, Minji y Taehyung habían escuchado eso, se dieron una rápida mirada y rodaron los ojos. Tal vez leer los libros y ya. Pensó Minji. Jimin por su parte decidió ignorarlo.
— Son bastantes.— Minji se refirió a la lista de participantes.
Jimin sonrió orgulloso.
— Bueno desde que Tae empezó a publicar, muchos me empezaron a buscar para anotarse.
Taehyung sonrió también y sobre la cabeza de Minji, Jimin y Tae chocaron los puños.
— Sus nuevos estilos de cabello son geniales, chicos.— Comentó Jibyul mientras guardaba sus cosas.— Minji ese rosa se te ve fabuloso.
— Gracias.
— Sí, cuando Kookie y yo vimos la foto sólo pensábamos que Taehyung era el que se había hecho algo, pero hoy nos llevamos la sorpresa que fueron los tres.
Minji y Taehyung al escuchar eso dispararon sus miradas a Jungkook quien ahora estaba rígido. Jimin fue el que preguntó lo que pasaba por la mente de esos dos.
— ¿Kookie y yo?
Minji se enderezó y miró con más profundidad a Jungkook.
— Ah sí...— Jibyul mostró una gran sonrisa.— Ese día fuimos al centro comercial y después a mi casa.
Y aunque Minji quería lanzarle la libreta a Jungkook directo en la nariz, se contuvo y mostró una falsa sonrisa.
— Wow, eso es fabuloso.— Comentó mientras se ponía de pie.
— ¿Adónde vas?— Preguntó Jungkook, preparándose para saltar de la mesa si era necesario.
— Por una botella de agua.— Dijo dura.— Tae, ¿quieres algo?
El pelinegro en ese momento seguía viendo a Jungkook mientras negaba con la cabeza. Del otro lado Jimin también estaba guardando todas sus cosas.
— Jibyul, vámonos.— Dijo serio, la castaña que seguía sonriendo bufó y se puso de pie a regañadientes.— Nos vemos luego, Mimi. Adiós, Tae.
— Adiós, Kookie.— Se despidió ella.— Gracias por la ayuda.
Y la pareja más feliz y romántica de la escuela se retiró de la cafetería. Minji tampoco estaba, así que Taehyung aprovechó para arrematar contra Jungkook.
— ¿En serio, Jeon?— Preguntó a la defensiva.— ¿Ignoraste todas nuestras llamadas y mensajes por estar con señorita perfecta?
— ¡No fue así!— Se excusó él.— Fui a la tienda de música, ella estaba de compras y nos encontramos, eso es todo. ¡No fue planeado!
— ¿Y lo de su casa tampoco?
— La acompañé a su casa y ya. Además no tenía batería, ella me prestó un cargador.
— Vaya, qué conveniente...— Taehyung se cruzó de brazos y miró a otra parte.
— ¡Además ustedes también estuvieron con Jimin y también fueron a su casa, hasta se tiñeron el jodido cabello!
— ¡Y hubieras estado presente si no nos hubieras ignorado!
Los dos golpearon la mesa al mismo tiempo con sus puños. Estaban frustrados. En ese momento Minji volvió con su botella de agua y se sentó junto a Tae.
— Mimi, no es lo que parece.— Jungkook dijo y la miró apenado.
Minji respiró hondo y se encogió de hombros.
— No tienes por qué darme explicaciones.— Hizo un mohín.— Como sea, es hora de volver a clases.
— Mimi...
— Kook, de verdad, lo entiendo.— Dijo antes de que él siguiera hablando.— Andando.
*
Jungkook escribía en la pizarra algunas fechas que serían relevantes en la tutoría. Estaba molesto y no podía negar que algo enojado con Jibyul por como había dicho las cosas en la cafetería, por su culpa Minji había estado distante el resto del día aunque aparentaba haber estado bien y de lo más tranquila. Maldición.
Extrañaba cuando sólo eran ellos tres, Minji, Jungkook y Taehyung, los días eran más divertidos y placenteros.
Como sea, ahora con Jimin y Jibyul rondando en sus vidas la relación que mantenían se había estado viendo en aprietos.
Y sí, aunque Jungkook estaba desconcertado por lo que había hecho Jibyul, todo se fue al olvido cuando la castaña entró al aula de asesorías sollozando.
No podía evitar preocuparse por ella.
— Jibyul, ¿qué pasa? ¿qué tienes?— Se acercó a ella preocupado.
— Kookie, lo siento, no sabía que ya estabas aquí.— Dijo con su voz quebrada.— Creo que hoy no podré quedarme.
— ¿Pero por qué estás así?
Jibyul miró a Jungkook y el corazón del chico se hizo pequeño al verla sufriendo.
— Jimin.
*
Por primera vez en mucho tiempo Minji había conseguido llegar a el salón de baile y que no estuviera nadie. Su hermana iba a salir una hora más tarde, por lo que decidió matar el tiempo practicando su coreografía y es lo que estaba haciendo en ese momento.
Era de esas ocasiones en las que quería estar sola.
Había empezado como un buen día en la escuela y terminó siendo uno abrumador, lo único que quería en ese momento era bailar y sumergirse en su mundo.
Sin embargo, a la mitad de su baile un impotente Jimin entro por la puerta, ignorando todo a su alrededor.
Minji se detuvo alarmada y lo miró.
— Hey, Jimin.— Le habló ella, pero era como si el chico estuviera en un trance.— ¡Jimin!
El pelinegro sacudió su cabeza para caer en la realidad y miró a la chica parada frente a él, observándolo con una mirada inquieta.
— Oh Dios, Minji...— Murmuró.— Eres un idiota.— Esta vez habló para él mismo.
— ¡Oye, oye!— Minji buscó su mirada y lo tomó de un brazo.— Tranquilo, no eres un idiota.
Jimin apretó los labios y dio un gran suspiro. Minji notó lo enojado que estaba, todo él estaba rojo, además, era de esos enojos tan fuertes que te hacían tener ganas de llorar, la chica lo notó porque los ojos de Jimin estaban cristalizados, las lágrimas a punto de salir.
Minji no tenía que preguntar para saber que algo había pasado con Jibyul.
— Es sólo que...— Otra bocanada de aire.— Ya no puedo más.
Y Minji se sintió triste al ver como las lágrimas de Jimin empezaron a salir, sin pensarlo, ella se acercó y lo abrazó, un abrazo muy fuerte.
— Tranquilo...
••••
es hora de que kim taehyung sea un agente del fbi y desenmascarar a esos dos 🤓
btw, estos son los nuevos looks del dream team:
quieren que minji siga con el rosita o vuelva al cabello negro?
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