Minji estaba al borde del llanto, literalmente. Era sábado, Taehyung la había invitado al cine, pero para su maravillosa suerte ya había quedado con Jungkook para hacer un proyecto de Historia, así es, iba a malgastar su fin de semana haciendo un trabajo para la peor materia de todas, que por cierto era la favorita de Jungkook y eso empeoraba la situación.
— No me hagas esa cara.— Fue lo primero que dijo Kook cuando Minji le abrió la puerta. Había pasado por ella.— Culpa a la maestra, ella hizo los equipos.
— Aja,— Minji se estiró para tomar su mochila.— pero tú fuiste el que escogió este día para hacer el proyecto.— Reprochó.— ¡Mamá, me largo!
Un segundo después la señora Kwon salía de la cocina, Jungkook se sorprendió pues era casi un milagro que ella estuviera en casa. La mamá de Minji le sonrió, Jungkook le devolvió la sonrisa y sacudió su mano.
— ¿Cómo has estado, Kookie?
— Muy bien, señora Kwon.— Contestó alegre.— ¿Y usted? ¿Cómo va el negocio?
— De maravilla.— Sonrió de nuevo.— Bueno, no los retengo más. No vuelvas tan tarde, Mimi.
— La traeré sana y salva.
— Eso me parece perfecto.
— Adiós, señora Kwon.— Se despidió Jungkook.
— Adiós, ma.— De igual manera se despidió ella.
Salieron de la casa, lo primero que vio Minji al final de la calzada fue un lindo auto, de reojo notó a Jungkook sacar unas llaves del bolsillo de su jean y cuando éste quitó los seguros de aquel auto, no pudo evitar dejar caer su mandíbula en sorpresa.
— ¿Qué?— Preguntó Jungkook con burla. Minji sólo señaló el auto de manera exasperada.— Oh, ¿el auto? Es de mi hermano, él está pasando su fin de semana con la abuela y bueno, lo tomé prestado.
— ¿Y desde cuándo conduces?— Preguntó ella, Jungkook en ese momento le abría la puerta del pasajero.
— Mmm, desde que tengo permiso de conducir. Duh, tarada.— Y cerró la puerta. Minji lo siguió con la mirada y observó todo lo que hizo, abrir la puerta, ponerse el cinturón de seguridad, encender el auto...— ¿Qué tanto me ves?
— Te veo, pero en mi mente sólo estoy pensando en escenarios de cómo nos vas a matar.
— Minji, soy muy buen conductor.— Presumió una vez que había hecho el auto andar.— Sólo relájate.
Bueno, la confianza la tenía, Minji podía confirmar eso. Él incluso manejaba el volante con una mano y parecía estar en su zona de confort. De todas maneras, Minji no entendía por qué Jungkook había pasado por ella en auto, él vivía a 15 minutos máximo caminando de la casa de ella, entonces él se metió a las calles de la ciudad y minutos después se encontraban en Costco.
— ¿Qué hacemos aquí?
— Mamá me encargó unas cosas.— Contestó él, ya estaban en la entrada de la gran tienda y Jungkook buscaba un carrito de compras el cual consiguió sin problemas.— Anda, bebé.— Hizo un ademán al interior de éste.— Sube.
— Ja ja, muy gracioso.— Minji hizo una mueca y entró a la tienda sin esperarlo.
Ella amaba Costco; las muestras gratis de comida siempre le iban bien a su estómago.
— ¡Espérame!— Gritó Jungkook, echándose a correr con el carrito para alcanzarla.
Exploraron la tienda, consiguiendo lo que la mamá de Jungkook le había encargado sin problemas. Minji encontraba los artículos, Jungkook los tomaba del estante pues ella no alcanzaba; un buen trabajo en equipo. Y aunque Minji se negó a subirse al carrito, ahora iba de pie en una de las barras, Jungkook rodeándola con los brazos y empujando el carrito.
— Tengo una teoría.— Comentó Minji mientras iban a las cajas.— Sólo te contratan como cajera si eres una persona linda.
— ¿Qué?
— Echa un vistazo. Todos son tan lindos.
Jungkook rodó los ojos pero después sonrió confiado.
— Entonces creo que puedo conseguir empleo aquí.
— ¡Ja!— Minji soltó una risa falsa.— Se vale soñar, Kook.
— Mira quién habla.— Espetó el chico.— A ti ni siquiera te toman en cuenta la solicitud de empleo.
— ¿Y quién dijo que quería trabajar aquí, tarado? Yo sólo quiero salir con los chicos que trabajan aquí.
— Suerte con eso.— Bufó Kook.
— ¿Me estás diciendo fea?— Y Jungkook rápidamente pensó un rotundo NO. La miró travieso y sonrió, no dijo nada, sólo se encogió de hombros.— Ugh, maldito narizón.
— ¡Oye!— Le dio un golpe en la cabeza.— Por lo menos yo no mido un metro, además, me gusta mi nariz.
Y siguieron discutiendo, a medida que se acercaban a las cajas su enfrentamiento fue cesando y como si nada hubiera pasado, juntos pusieron los productos en la banda. Minji le sonrió al cajero que efectivamente era un chico guapo y ante eso Jungkook rodó los ojos y negó con la cabeza. Ya una vez pagado todo, compraron un helado en el puesto que estaba ahí y felices por haber conseguido todo lo pedido por la señora Jeon, además de estar comiendo helado, se fueron de ahí.
Llegaron a la casa de los Jeon, ambos bajaron las cosas del auto y entraron a la casa, la mamá de Jungkook estaba en la cocina preparando una receta.
— ¡Minji!— Exclamó la señora Jeon con felicidad. Minji sonrió como niña pequeña, dejó las cosas que llevaba cargando y fue a abrazar a la mamá de Kook.
— ¡Hola, señora Jeon!— Se despegó de ella y echó un vistazo a la estufa.— Huele delicioso, ¿qué está preparando ahora?
Jungkook ya le había presentado a Minji a su familia antes, no era la primera vez que ella visitaba su casa. Su mamá la adoraba y no había día en el que no le preguntara por la pequeña loca.
Después de que Minji se quedara charlando muy placentera con la mamá de Jungkook, éste ya se había hartado y sin pedir permiso, tomó a Minji de la mano y la hizo caminar fuera de la cocina a regañadientes mientras su madre se reía de ambos y a su vez se despedía de Minji.
— ¿Cuánto crees que tardemos?
— ¡Ni siquiera has sacado tus libros!— Jungkook le dijo enojado, Minji sonrió nerviosa.
— Lo siento.— Bufó mientras hurgaba en su mochila.— Ni siquiera estoy segura si los traje.— Jungkook la fulminó con la mirada.— ¡Es broma, no me pegues! Aquí están, Dios.
Pasó el tiempo y ellos seguían trabajando en su tarea, Minji estaba acostada en la cama de Jungkook con la cabeza colgando fuera del colchón y leyendo el libro de Historia al cual no le entendía nada. Ella sólo hacía lo que Kook le pedía, él se estaba encargado de casi todo y no le molestaba, al contrario, lo estaba disfrutando.
— ¿Ya casi?— Minji hizo un puchero. Era la décima vez que preguntaba, Kook se sentía como Shrek cuando Burro ya lo tenía harto de camino a Muy Muy Lejano.
— ¡Listo!— Jungkook agarró la última hoja que salía de la impresora, acomodó las hojas, las engrapó y metió en una carpeta.— Sin duda me sacaré un 100 perfecto en este bebé.
— ¡Nos sacaremos!— Corrigió ella, Jungkook la fulminó con la mirada.— ¡¿Qué?! Sí te ayudé.
— Como sea. ¿Qué hora es, tonta?
Minji ignoró el insulto y buscó su celular en la cama de Jungkook, hace rato lo había lanzado por ahí.
— 7:30, imbécil.
— ¡¿Qué?!— La miró alterado.— Diablos, es muy tarde, no tendré tiempo de llevarte a casa y...— Minji lo miró confundido, no sabía que él tenía planes para esta noche.
— Bueeeno,— Alargó ella y a su vez estiraba todos todos sus huesos, tenía el cuerpo entumido.— si tu trasero no fuera tan perfeccionista... Hubiéramos terminado hace rato.— Le dijo.— ¿Tienes planes?
Jungkook la miró y frunció los labios. Minji no supo cómo interpretar eso, pero fue tomada por sorpresa cuando Jungkook la sostuvo de ambos brazos, la miraba directamente a los ojos y estaban a menos de 15 centímetros de distancia.
— Estoy a punto de confesarte una parte de mí, mi mayor secreto...
A Minji se le detuvo la respiración al escuchar la profunda voz de Jungkook.
— ¿Eres gay?— Preguntó detenidamente.
— ¡No, Minji! ¿Qué demonios?— Ella sonrió traviesa, Jungkook rodó los ojos. Poco a poco se fue alejando.
Jungkook se sentó en la cama, Minji lo observó y notó que estaba serio. No más bromas. Se acercó a él y se sentó a su lado, haciéndole compañía.
— ¿Entonces?
— Tengo un trabajo.— Soltó y Minji se ahorró el preguntar que si trabajaba en un bar nudista.— Yo canto, no sé si recuerdes eso.— Ella asintió.— Hace tiempo, cuando pasó lo que pasó con Jibyul y Jimin, terminé en este bar. Despechado canté algunas canciones y bueno, el dueño me ofreció empleo.
— ¿Así que cantas en un bar?
— Así es.
— ¿Y por qué es un secreto, Kook? No le veo nada de malo, bueno eres menor aún, pero...
— No me avergüenzo, todo lo contrario.— Sonrió un poco.— Es sólo que cuando estoy arriba del escenario cantando, me olvido de todo realmente, todo en esos cortos minutos está bien.
— Es tu lugar feliz.
— Exacto.— Corroboró.—. Mío. Y ahora lo sabes, sólo lo sabían mis padres y mi hermano. Ni siquiera Taehyung.
— No estabas obligado a decírmelo, Kook.— Dijo un poco apenada, ella no quería forzarlo.
— Lo hice porque quise.— Le dijo con una sonrisa.— Y el siguiente es Taehyung. Te odio, lo sabes,— Minji le sonrió orgullosa, sabía que era broma y que ese "te odio" se significaba todo lo contrario.— pero aún así me haces feliz y me la paso bien contigo, así que, tu entiendes...
— Gracias por la confianza.— Minji sonrió.— Y no te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo.
— Gracias.— Y sorprendiendo a Minji, la atrapó en un abrazo.— Bueno, me ducharé y nos vamos al bar.
Minji lo miró sorprendida.
— ¿Me llevarás contigo?
— Esta noche tus oídos se van a deleitar.— Sonrió de manera arrogante y le guiñó un ojo, Minji le dio un puñetazo.—¡Oye! Como sea, puedes ver la televisión mientras estoy listo.
Y sin decir más, él se retiró al baño de su cuarto. Minji se lanzó a la cama, alcanzó el control y empezó a buscar entre los canales algo que le pareciera interesante. Itaewon Class fue su elección. Minutos después escuchó como la corriente de agua se cortaba y las cortinas de la ducha se corrían, no le tomó importancia, pero minutos después sus ojos fueron directo a Jungkook quien cruzaba la puerta tan sólo con los jeans negros puestos.
A Minji otra vez se le había olvidado que Jungkook poseía ese torso musculoso y brazos bien marcados. Escondió su rostro de inmediato cuando sintió las mejillas calientes. Maldito catfish.
— Ups, se me olvidó la camiseta.— Dijo él mientras rebuscaba en sus cajones.
Tomó una prenda negra y la pasó por su cuello, los mechones de su cabello estaban separados por la humedad y él se pasaba mano constantemente por la cabeza para peinarse de manera despreocupada. Se roció algo de perfume y se puso sus piercings.
Minji de verdad estaba tratando con todas sus fuerzas de no apartar la vista del televisor.
Por Dios es Jungkook, Minji. ¡Reacciona!
Maldición, es Jungkook...
— ¡Enana!— Jungkook aplaudió frente a su cara.— ¡Despierta! Tenemos que irnos ya, se hace tarde.
— Claro, claro...
Jungkook solía ir en metro al bar pero volvió a tomar prestado el auto de su hermano. En el camino le explicaba a Minji el concepto del bar y como estaban organizados los horarios, ella estaba genuinamente emocionada. Además, nunca había tenido la oportunidad de usar su identificación falsa, Jungkook la regañó porque tenía una.
Tuvo que estacionar el auto a unas cuadras, caminaban apresurados. Cuando llegaron al callejón, se llevaron la sorpresa que éste estaba realmente atiborrado de personas, Minji se quedó anonadada por la gente, las luces brillantes y coloridas de los locales que adornaban la calzada, la música que se escuchaba a lo lejos y la felicidad en el ambiente. Estaba tan sumergida en aquello que no se dio cuenta cuando Jungkook la tomó de la mano y la hizo caminar entre toda la multitud.
Fue entonces que sus ojos capturaron la atención del gran letrero del fondo del callejón, Bohemian Notte... El lugar feliz de Jungkook.
Llegaron hasta allá, el guardia que estaba en la entrada de las escaleras subterráneas saludó a Jungkook y los dejó pasar sin ningún problema. Ya adentro, Minji admiraba la decoración contemporánea y a su vez notaba como Jungkook era realmente alguien popular en ese lugar.
Miró en dirección al escenario, un chico de cejas muy remarcadas cantaba una dulce melodía. Las personas en las mesas y la barra disfrutaban de su recital.
— Ese es Junhoe.— Escuchó a Jungkook a lo lejos, entonces cayó en la realidad.— Yo sigo de él.
Minji sonrió.
— ¡No se vale!— Se quejó ella y Kook la miró confundido.— No me pidieron mi identificación.
— Vienes conmigo.— Sonrió él— Digamos que soy alguien importante en este lugar.
— Sí, ya me di cuenta.
Ya había atrapado una que otra mirada sobre su amigo.
Jungkook pidió que les buscaran una buena mesa cerca del escenario. Minutos después se encontraban sentados, en una mesa justo enfrente del taburete, Kook bebía de su cerveza mientras Minji disfrutaba de su limonada mineral.
El turno de Junhoe terminó y el chico que presentaba a los cantantes subió para anunciar a Jungkook. Ciertamente él creía que iba a estar nervioso por tener a Minji presente, pero la verdad es que estaba emocionado.
— Es mi turno.— Kook se puso de pie, Minji le sonrió.— Espero te guste.
— Mucha suerte, Kookie.
El pelinegro subió al escenario e hizo una pequeña reverencia saludando a todos, los aplausos llenaron el bar, acompañados de silbidos y algunos gritos. Minji se quedó sin palabras, el tan sólo había pisado la tarima y ya lo estaban alabando. ¿Tan bueno es?
— Espero la estén pasando bien.— Jungkook sonrió. Empezó a ajustar la altura del micrófono mientras hablaba.— Saben, hoy es una noche especial porque me está acompañando mi amiga Minji.
Minji sintió la mirada de todos en ella. Sonrió un poco apenada.
— Daré lo mejor de mí, espero les guste.— Jungkook ya estaba listo.— Cantaré Tonight de Zayn.
La melodía se filtró por el equipo de sonido, el corazón de Minji se aceleraba y entonces Jungkook empezó a cantar.
— Just let me talk, you know what I'm saying...— Aunque Minji respiraba, sentía como si no lo hiciera.— Don't give me that, girl I know you're staying.— Sus manos apretaban fuertemente el vaso de su limonada. Jungkook cantaba tranquilo y ella sentía como su voz la movía como si fuera la marea pacífica del mar.— Where you going?— El coro llegó y él la miró directo a los ojos, Minji se paralizó.— But love me tonight, sweet girl of mine...
Nunca imaginó que escuchar a Jungkook cantar podía causar esa revolución de sentimientos en ella, le transmitía tranquilidad y paz de escuchar una voz tan suave pero a la vez sentía la tempestad de su poder con aquellas notas.
Y la corriente eléctrica que corrió por cada parte de su cuerpo cuando él clavo su mirada en ella fue inexplicable.
En ese momento no veía a Kook, su compañero de clase con el que siempre peleaba y el chico amargado que siempre la regañaba y corregía hasta por respirar.
No...
Esta vez tenía a Jeon Jungkook frente a ella, cantándole y dejando ver un lado de él que nadie conocía y que sin duda estaba ansiosa por conocerlo.
Ese chico arriba del escenario no era su amigo, era simplemente eso, un chico, un nuevo chico que estaba causando que sus sentimientos se confundieran y que las mariposas volaran dentro de su interior.
Jeon jodido Jungkook.
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QUÉ SHOWWWWWWWWWWWWWW
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