Ambas manos suyas estaban empujando la daga con fuerza hacia su pecho, pero dos manos más estaban sosteniendo la daga por la hoja, evitando que penetrara en su corazón e hiriendose profundamente en el proceso.

Hyungwon levantó la mirada y miró el miedo reflejado en los ojos de Chae Hana mientras detenía la daga y lloraba en silencio, probablemente sin notarlo.

Cuando él observó eso, dejó de forzar la daga para que ella pudiera soltarla y no siguiera lastimandose, y cuando ella la soltó inmediatamente fue abrazado por aquellos brazos maternales que de alguna forma se sentían familiares pero no podía recordarlo.

Chae Hana rompió en llanto mientras lo abrazaba, acariciando su cabello y su espalda, apretándolo todavía con el miedo latente de casi verlo morir frente a sus ojos. Hyungwon correspondió a su abrazo en señal de perdón y lloró con ella.

Cada uno cargaba con su propio dolor y castigo, pero al final del día sólo se tuvieron el uno al otro durante toda la vida. Y en ese momento la piel del cuello de Hyungwon comenzó a arder, marcando visiblemente la runa que estaba empezando a desaparecer.

Mientras todavía lo abrazaba, una persona más apareció detrás de la mujer y bastó con tocarle la cabeza para que la desconsolada mujer cayera inconsciente en sus brazos. El abuelo miró a su hija adoptiva y soltó un largo suspiro antes de repetir la técnica que había hecho con Hyungwon y su padre.

Entonces la niebla cubrió el lugar y los recuerdos de Chae Hana se hicieron visibles para los presentes.

Era doloroso ver que los recuerdos con más claridad eran los de su infancia, cuando supo que YangMi había nacido y que sería una hermana mayor. Se veía muy feliz.

La mayoría de sus recuerdos estaban plagados de su hermana, y finalmente pudieron ver la horrible situación que pasó junto a HwanJeong y YangMi, su terrible castigo en aislamiento durante un año y el suicidio de YangMi. De hecho, esa fue la parte que más les llamó la atención, ya que debido a que al transferir la maldición a su propio cuerpo para salvar a HwanJeong, YangMi sufría de varias alucinaciones que no eran más que un castigo de la maldición.

Según los recuerdos de Hana, lo que sucedió en realidad fue que ella fue a ver a su hermana después de salir de su castigo y lanzar la maldición hacia HwanJeong por venganza de su sufrimiento. En ese momento quería saber cómo estaba YangMi, ya que se había enterado que había tenido un parto difícil y que a pesar de haber pasado casi tres meses ella no se recuperaba de eso, lo que no se esperó fue ver que su hermana había transferido la maldición a su propio cuerpo y sufría constantemente.

Sus errores la llevaron una vez más al borde del colapso puesto que supo por qué lo hizo su hermana, pero no podía ayudarla porque ella estaba demasiado débil como para soportar romper la runa. Mientras trataba de pensar en una manera para deshacer su hechizo y siendo todavía un poco novata en la magia rúnica inversa, vio que de repente su hermana estaba alterándose así que se acercó en busca de ayudar pero parecía que su presencia hacía todo peor.

Trató de calmarla pero era en vano, así que su única reacción fue apartar al bebé de su lado para que no le hiciera daño, pero tan pronto como lo hizo, ella se quitó la vida.

Hana entró en pánico y dolor tratando de hacer algo por ella, pero en cuanto vio su alma desprenderse supo que realmente ya no había nada qué hacer, así que sacó uno de sus artefactos mágicos y atrapó su alma con la esperanza de que algún día pudiera traerla de vuelta. Entonces supo que nunca más podría estar ahí, así que tomó el alma de YangMi, el bebé y huyó por su vida, pensando en una manera de poder traerla, y entregarle su hijo, ya que en su criterio HwanJeong sólo la utilizó.

Durante los siguientes años estudió y estudió en busca de una solución, pero sin importar el nivel de su magia, nada parecía ser eficiente para lo que necesitaba y el niño seguía creciendo y pidiendo explicaciones.

De cierta forma lo odiaba casi tanto como se odiaba a sí misma, porque de no haber sido por él, todos los problemas habrían acabado mucho antes, además su físico era cada vez más parecido al de su padre, sin embargo su forma de ser también era una copia de su hermana y eso era lo que más le dolía.

El niño fue marcado con una runa para que se fuera llenando de odio a lo largo de su vida y bloqueando los buenos recuerdos, sólo entonces Chae Hana podría tener un cuchillo de doble filo contra el cuál vengarse de HwanJeong. El problema fue que para un niño tan pequeño que no entendía mucho, era más fácil reconocerla como una figura maternal.

Los recuerdos bonitos habían sido suprimidos de su memoria por su propia maldición, pero no de la de Hana, la cuál seguía atesorando recuerdos suyos como el de sus primeros pasos, la vez que le mostró un trabajo manual que hizo en la escuela, al cuál fingió no prestarle atención pero que más tarde lo vio por mucho tiempo con una sonrisa y lo pegó en la puerta del refrigerador. La vez que él se enfermó gravemente y ella estuvo tomando su pequeña manito durante días sin separarse de él.

No fue sino hasta los recuerdos de adolescente que sus actitudes empezaron a cambiar para con ella y fue entonces que ella decidió soltarlo incluso aunque le doliera. Prefirió que no le diera abrazos porque sabía que eso la hacía sentir vulnerable, prefirió hablarle mal y alejarlo aunque después ella llorara a solas sintiendo dolor por la expresión de su carita cuando era tratada con desprecio.

Chae Hana siempre supo esconder bien sus emociones.

Y finalmente el recuerdo de la difunta pareja de Hyungwon discutiendo con ella apareció entre la niebla. Ese fue el mismo día que él murió, en el mismo cine al que asistieron y ellos estaban en un pasillo discutiendo sobre algo que tardó en entender.

Al parecer él tenía la intención de pedirle a Hyungwon que se mudaran al extranjero, a lo que Chae Hana se opuso alegando que Hyungwon no debería alejarse tanto de ella, pero él insistió en que lo haría igualmente aunque no tuviera su permiso. Entonces la ira le ganó y quiso darle un susto al desviar un auto en su dirección, pero no esperó que la situación fuera tan desafortunada que el conductor realmente perdió el control del auto y acabó quitándole la vida al instante. Su alma fue cautivada precisamente para callarlo y que no se manifestara frente a Hyungwon porque sorpresivamente ella sólo le tenía miedo a tres cosas: A que Hyungwon se hiciera daño, a que Hyungwon la odiara, y a que Hyungwon la dejara sola.

Al ver todos los recuerdos, la niebla se disipó.

El abuelo suspiró viendo a Hyungwon y viceversa.

—Odio amarte... —dijo el delgado viendo a la mujer inconsciente. —Pero es todo lo que me queda.

En ese momento, el abuelo la levantó en brazos y después de una señal de despedida se llevó a su hija. Hyungwon no sabía qué ocurriría con ellos más adelante, pero estaba seguro de que al menos ya era libre de su maldición, así que cuando el abuelo desapareció con Hana, él se fue al centro de la oscuridad y tocó la bola de luz del centro donde de reflejaba a un preocupado Wonho.

Tan pronto como volvió en sí, fue recibido con el más cálido y amoroso abrazo que sintió jamás.

Descubrió que amar sin limitarse
se sentía bastante bien.