Gabriela.

Cuando entre al colegio no tardaron ni cinco minutos para hacerme la carta de despido por habar tenido relaciones sexuales con una alumna menor de edad.  Después de ser despedida fui a la sala de profesores para recoger mis cosas, cuando termine le mandé un mensaje de texto  para contarle que lo que había pasado  luego salí del colegio después cogí un taxi para ir a la casa de Lucía. Habían pasado unas desde que llegué a la casa de Lucía y en todo ese tiempo después de desayunar me fuí a dormir, y en este momento estoy buscando trabajo porque lo más probable es que ya no pueda volver a trabajar como profesora nunca más. Mientras eso pasaba Aiko y Pamela eran despertadas por alguien tocando la puerta.

Aiko.

Pamela y yo después de recuperar por completo la memoria, nos pusimos hablar de todas nuestras vidas pasadas, también de las fallas que tubo la ejecución del ritual y las consecuencias que tuvieron los errores hasta que darnos dormidas, pero fuimos despertadas por unos golpes en la puerta, Pamela se levantó de mala gana para ver quién era y después de unos minutos se volvió acostar a mi lado luego cogió su celular para avisarle a alguien que estaba bien.  Cuando terminó la llamada panela me ordena ponerme en cuatro,  luego de obedecerle me tenso mucho al sentir un dedo ser introducido  en mi ano que pronto es acompañado por otro, en el momento que Pamela los empezó a sacar y meter  lo más profundo posible en cada embestida comencé a sentir mucho dolor que aumento cuando un tercer dedo entro en mi ano al mismo tiempo que dos entraban en mi vagina sin ningún aviso.

Cuando estaba comenzó a disfrutar un poco, siento un dolor infernal en el momento que Pamela está intentando introducir su pene en mi ano que todavía no está lo suficiente dilatado para albergar su verga. Luego de utilizar los dedos por  un rato hace un segundo intento y su verga entra sin encontrar tanto resistencia, después de dejarlo quitó unos segundos lo empezó con las embestidas aumentando lentamente la velocidad y profundidad de las embestidas hasta meterme todo el pene mientras me culiaba de una manera muy frenética causandome una mezcla de dolor y placer.