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💵Capítulo 3💵


Era un bastardo, cuanto lo odiaba y eso que no llevamos ni un día en conocernos y ya lo quería asesinar. Pero bueno, si el no se moría empezaría a buscar y a preguntar a las personas que apareciecen si querían cometer suicidio doble, quizás conseguía a alguien que aceptaba y listo, no me costaba mucho.

-- Buena chica-- me respondió una vez que le había "aceptado" ser su secretaria. ¿ Qué? Ahora me trata como a un perro...o no señor, puedes ser el hombre más poderoso y millonario del mundo, pero a mi nunca me tratan así. Iba a gritarle sin importarle que todos escucharán pero alguien más me ganó.

-- Cállate Kamei-- le reprendió mi hermano, me some levemente para ver que pasaba y en definitiva el rubio leía su computador, ya ni me sorprende.

-- Dice que murió por una sobredosis de drogas-- ¿Qué estaba pasando?, ahora si prestaba atención, puede ser que no sólo use la tecnología para hacer cosas pervertidas, mi y bien te aplaudo Kamei-- Esa modelo Akiko Hoshida-- siguió hablando con notable "tristeza" en si voz.

-- ¿Qué, enserio?-- pregunto exaltado mi hermano, si era su modelo favorita, es una lastima. Notase el sarcasmo por favor.

En definitiva la chica que murió se auto asesino por ingerir drogas, y seguramente estaba muy consciente de que lo hacía. Yo sólo suspire u me levanté de mi asiento, ya era el horario en el que tenía que ir a mi clase de francés.

-- Jefe, yo tengo que irme-- le avise a lo cual él me respondió alegremente diciendo que si, podía retirarme. Todos en aquella sala sabían perfectamente el por qué.

Sin seguir prestansole atención a lo que Kamei y mi hermano hablaban salí de aquel lugar para dirigirme hacia el ascensor. Pero luego escucho como pasos detrás de mi se acercan también, y creo saber de quien se trataba. Una vez frente al ascensor toque el botón para que llegará a este piso.

-- ¿ Qué quieres?-- pregunté neutral, a lo cual escuche una risita por su parte, ¿qué nos e cansa de reír?

-- Te acompañare-- me respondió, para luego abrir la puerta del ascensor, no subimos y luego la cerró para posteriormente apretar el botón de la planta baja.

-- Siquiera sabes que haré-- le reproche, a lo cual sonrió de lado sin responder-- y se cuidarme sola no necesito a nadie más que me cuide-- al terminar de decir esas palabras, de un movimiento rápido yo ya me encontraba acorralada contra la esquina del ascensor mientras el azabache con una mano me agarraba las muñecas, con las piernas de él enredó las mías y con su mano sobrante levanto mi mentón para que lo viera a los ojos, ahora tenía su sonrisa más grande y juguetona.

-- Primero, no sabes defenderte, por qué mira como te tengo, y no sabes la cantidad de cosas que  pasan por mi cabeza que quiero hacerte-- me susurró en oído, luego se alejó y me miro aún sosteniendo mi mentón-- y segundo, se que irás a tu clase de francés, petit.

-- ¿Cómo sabes eso?-- le pregunté molesta, acaso este hombre millonario, ¿era un acosador?.

-- Leí los archivos de todos los que se encuentran en la oficina pero el que más me llamo es el tuyo-- me contestó demasiado cerca de los labios, demasiado.

-- ¿ Qué más sabes de mi? -- quería saber hasta donde me conocía, y eso espero que me responda.

-- Eres Tn Elizabeth Haru, naciste en Tokio el f/n de 1994, te graduarse como detective y te metieron a la Primera División junto con tu hermano Kato, al cual luego quitaron y junto con él a ti, no tienes casa fija, viven con tu hermano por lo general en hoteles, sabes hablar tres idiomas perfectamente Español, Inglés y japones por nacimiento, vas a clases de francés los lunes y miércoles a esta hora, pero por alguna razón no aprobaste los últimos diez exámenes...-- antes de que continúe lo interrumpi.

-- Por mi profesor

-- ¿Qué?-- pregunto incrédulo.

-- No quería decircelos a Kato sabiendo como se comportaría, pero los exámenes no los apruebo porque el profesor no quiere-- le respondo sincera. Me suelta y se aparta un poco de mi para mirarme bien, yo simplemente no quería verlo a los ojos.

-- ¿Por que dices que no te aprueba?-- me pregunto curioso al querer saber la respuesta.

-- Me dijo que si me acostaba con él lo haría, pero yo le respondí que no y ahora no me aprobará hasta que cumpla lo que él quiere-- ya había pasado un año desde eso, y ya me sentía impotente. ¿ por que las personas eran así?

Acaso no miraban el esfuerzo que uno hace por poder aprender, las horas que se mata estudiando sólo para que a un profesor se le ocurriera solamente aprobar a una alumna si es que acostaba con él. Y no sólo eso, sino llegar a un punto en el cual te mandaba mensajes con fotos innecesarias y cartas perturbadoras.

Ya estaba cansada de ocultarlo todo, y no podía demandarlo ya que tenía mucha influencia económica, tenía el poder de comprar a las personas, y esa era una de las razones por las cual aborrecia al azabache, usaban el dinero para hacer lo que querían.

No sabía en que momento me había puesto a llorar, pero lo único que podía sentir era unos brazos que me envolvían.

-- Hey tranquila-- suspiro-- ¿Por qué no lo denunciaste?-- me pregunto una vez que me alejo y secaba mis lágrimas, me miraba de una manera indescriptible, como si ese arrogante millonario ubiera desaparecido de la nada para mostrar a alguien que siempre se escondió en una máscara.

-- Por la misma razón por la cual te desprecio-- le contesté. Por favor, aplaudanme soy perfecta arruinando momentos. Le digo lo que me pasa, el me consuela y yo le mando vergazos, lo se, soy sensacional. Ahora entiendo el por qué mi hermano me dijo que moriría soltera.

Lo vi, y no creí que fuera real, sólo me miraba con una sonrisa. No se en que momento habíamos salido de aquel ascensor y nos dirigimos hacia su auto negro, el mismo que chocó ayer contra el poste. Me hizo subir o mejor dicho me ordenó subir a lo cual le hice caso sin rechistar.

Agarró del costado el cinturón para luego ponermelo rozando mi brazo haciendo que lo vellos de este se erizaran, no cambia, pero creo que me empieza gustar. ¿Qué? No, no tengo que pensar en eso seguramente es un sentimiento pasajero y yo no quiero algo que sea efímero.

Cerró la puerta y luego lo vi dándole la vuelta al auto y subirse en la parte del conductor, cerró la puerta suya, se puso el cinturón y emprendió marcha.

-- ¿Cuál es la dirección?-- me pregunto, a lo cual yo me sorprendí, creía que la sabía, con todos los datos que tenía sobre mi, tranquilamente sólo le falta secuestrarme. Una vez que le Di la dirección emprendidos marcha.

Luego de estar un rato hablando sobre el asunto, me pregunto el nombre del profesor a lo cual respondí. No es que quería que hiciera algo, sino que respondía por querer sacarme este peso de encima el cual me carcomia por dentro. No te como se colocaba sus lentes de sol.

-- HEUSC, busca a un tal Arthur Atlas, trabaja en la Universidad de lenguajes de Japón-- hablo con su mayordomo.

-- ¿Qué harás?-- le pregunté, no quería meterme en problemas.

-- Lo arrestaremos por abusó, y no te preocupes por su "poder" acabo de comprar todas sus empresas familiares-- ¿QUÉ? Me está cargando.

-- ¿Qué? No, no era necesario que hagas todos esto-- le reclame notoriamente preocupada, no me gustaba que gastase dinero en mi.

-- Je l'ai déjà fait petit-- (Ya lo hice, pequeña), me dijo sin apartar la vista del camino. Yo sólo sonreí, había veces en las cuales no me entraban las ganas de extrangularlo.

Luego de unas horas en las cuales se armaron unos leves inconvenientes, tomaron mi declaración y llevaron preso al profesor. Nos encontrábamos caminando por el centro comercial de noche.

--emmm...merci pour ce que tu as fait pour moi aujourd'hui Kambe-- (Gracias por lo que hiciste por mi hoy Kambe) le dije mientras caminábamos tranquilos. Pude notar un sonrisa leve en su rostro

-- non merci petit-- ( no hay porque agradecer pequeña). Sólo podía quedarme callada con un notable sonrojo en las mejillas, espero que no lo note-- y por favor, llamame Daisuke.

Llegamos a un lugar en el cual había dos jóvenes actuando para ganar un poco de dinero, yo sólo me quedé observandolos. El azabache paro a mi lado también viéndolos, hasta que sacó de su traje un billete y se los tiro a un sombrero que allí se encontraba.

-- Oye, no todos se trata de dinero-- le recrimine, él no me dijo nada sino más bien espera la reacción a algo. Noto como los chicos que actuaban se acercan al sombrero, se asombran y se alegran por lo que ven.

-- Wow son ¥10.000.00-- dijo uno, su amigo el cual está al frente de él notoriamente feliz, le propuso y a beber. ¿Que? ¿Van a gastar ese dinero en alcohol?. Pasan muy cerca de nosotros, y veo como Daisuke los ve muy seriamente. Al pasar casi al lado nuestra, me percaté que olían raro. Los dos sujetos se empezaron a alejar hasta de el oji-azul hablo.

-- Mescalina, ¿Verdad?-- Si no me equivoco esa era la droga que mato a la modelo. Mire a daisuke para luego ver a ambos sujetos, estaba sorprendida, ¿que más sorpresas guardaba el millonario?

Ya estábamos devuelta en el edificio de investigación, Kambe estaba en una sala interrogado a uno de los detenidos, mientras que en la otra otro compañero interrogará al restante.

Luego de pasados unos minutos, para ser más sinceros una hora y media, ambos arrestaron c0nfesaron quien vendía la droga. Salí al pasill0 donde se encontraba mi hermano y Kambe.

-- Tenemos la información. El hombre que les vendió la droga fue...-- empezó hablando mi hermano pero fue interrumpido por el de traje.

-- un modelo llamado Isezaki-- terminó de hablar, a lo cual luego se escucho como el tipo dentro de la sala estaba sorprendido por ver como dinero había entrado en su cuenta.

Y allí empezó otra vez, a comprar a las personas. Esta parte si ya no me gusta de Él. Vi como se ponía en marcha empezando a alejarse de donde nos encontrábamos.

Yo lo seguí, quería decirle y explicarle cosas que espero que su mente arrogante pudiera entender sin necesidad de dar un sermón de medio kilómetro. No me había percatado que embes de tomar el ascensor empezó a subir por las escaleras, yo lo seguí, lo más probable es que supiera que lo estaba siguiendo.

Al llegar a la sotea del edificio vi que había un helicóptero. El se acercó y subió en él.

-- ¿No vendrás pequeña?-- me pregunto sin darse la vuelta. No, no lo seguiría pero mi cuerpo se movió sólo y llegue hasta su lado.

Era medio alto para subirse, entonces me agarré de una parte que es para sujetarse y si un impuso para subir, pero al hacerlo sentí dos manos en mi cintura que me ayudaron. Solo lo mire fulminadolo con la mirada, al parecer mientras tenga la oportunidad hará lo que se le plazca.

Una vez ambos dentro del vehículo el me paso unos audífonos los cuales me informó que debía ponermelo para poder hablar con él cuando nos encontremos en el aire. Le hice caso, hizo lo mismo que yo y se sentó en la parte que se encontraban los controles de mando. Me senté en el asiento que estaba a su derecha y me abroche los cinturones tal cual me indicó.

Encendió el helicóptero y emprendidos marcha hacia uno sabe donde. Nunca me gustaron las alturas, era demasiado miedosa y me daba vértigo, pero podía apostar que ahora el miedo simplemente había desaparecido. Era hermoso ver la ciudad desde los alto, podía ver lugares los cuales no sabía siquiera de su existencia.

Seguramente me encontraba sonriendo como una niña a la cual le van a dar su regalo de cumpleaños, mis ojos brillaban con intensidad por la emoción. Pude escuchar una risita proveniente de los audífonos.

-- ¿Te gusta la vista pequeña?-- pregunto, yo simplemente podía ver fascinada todo lo que se encontraba bajo nuestro.

-- Es hermoso-- le respondí con sinceridad, no se si esa er la palabra adecuada para lo que veía ahora-- en realidad, no hay palabra alguna que describa l0 que siento ahora.

No podía verlo, pero seguramente se encontraba sonriendo, no estaba segura pero es lo más probable. Sinceramente, no lo odiaba, sino tenía envidia de él, estaba celosa. Tranquilamente se la podría pasar horas y horas haciendo esto, viajar de acá para haya sin que alguien lo detenga.

-- Te ves hermosa cuando sonríes-- lo escuche hablar, voltie mi cabeza pa poder verlo, tenía sus ojos azules fijos en mi. Sentía como la sangre subía desde la punta de mis pies y recorría todo mi cuerpo hasta mi rostro. Ya estaba perdida, en realidad desde el primer momento que pude verlo mi corazón había dado un vuelco-- ¿Cuánto quieres?

-- ¿ Qué?-- pregunté incrédula, a que venía esa pregunta.

-- ¿Qué cuanto quieres?-- volvió a pregunta tranquilo.

--¿ Para qué?

-- Salir conmigo-- me respondió.

Bravo. Es cierto, acaban de ganarme por interrumpir momentos hermoso, tienen que darle un premio señoras y señores, a este gran imbécil que cree que pude tener todo con dinero.

-- Aterriza-- le respondí sería, sólo me miro incrédulo y acató mi orden, una vez aterrizó el helicóptero, saber donde, desabroche los cinturones y me quite los audífonos para bajar lo más rápido que pude del vehículo y empezar a ir hacia la puerta que me llevaría dentro del edificio.

-- Oye-- me llamo, yo seguía sin voltearme mientras caminaba-- No me respondiste-- listo, mi nivel de paciencia había acabado. Di media vuelta y me dirigí hacia él echa furia.

-- Eres.Un.Completo.Imbesil-- le dije palabra por palabra mientras con mi dedos índice golpeaba su pecho y lo miraba a los ojos.

Fue como arte de magia, a mi mente volvieron todos los recuerdos. Primero, tratar al príncipe de no me importa donde como si fuera inferior.
Segundo dejar a mi hermano caer desde una altura la cual si no fuera porque había agua ubiera muerto.
Tercero, cambiar dinero por información, ósea comparar a las personas. Y ahora tratar de comprarme a mi.

-- ¿ Por qué lo dices?-- me pregunto, acaso es estúpido o se hace, ahora comprendía lo que decía mamá, a las personas con dinero no puedes tratarlas, nunca cambiarán.

-- ¿ERES ESTÚPIDO DE NACIMIENTO O TE HACES? NO PUEDES COMPRAR A LAS PERSONAS-- le grite ya fuera de mis casillas, y eso que nunca me había enojado tanto con alguien-- y menos la felicidad de las personas-- susurre a lo último.

-- A las personas les hace feliz el dinero-- me dijo como si fuera los más obvio del mundo. Y si obvio está que la persona frente mío es un imbécil.

-- No, ellos crean ilusiones, creyendo que el dinero les dará felicidad, pero sólo reemplazan algo que está en su interior por algo material estúpido.

-- No es estúpido.

-- Si lo es, aveces creo que las personas estarían mejores si no existiera algo tan insignificante como un pedazo de papel. Antes simplemente éramos humanos, luego la raza nos desconecto, la religión nos separó, la política nos dividió.....y el dinero nos clasificó-- sentía como mi voz se iba apagando cada vez que hablaba.

Ya me había cansado de ver su rostro, me había cansado de escuchar su voz, ahora simplemente quería alejarme y olvidar todo lo que estaba pasando en estos momentos. Di media vuelta y sólo me aleje, no me detuvo, mejor. Sólo sentía su mirada puesta en mi mientras me alejaba.

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