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💵Capitulo 15💵

Narrador omnisciente

-¿Ya esta todo listo?- pregunto mirando hacia la persona que llevaría a cabo el plan en marcha, ese mismo día empezaría, aunque sea solo una simple advertencia, necesitaba mucho que el plan de Ryukaku se pusiera en marcha, junto con el suyo.

- Si, se llevara a cabo esta misma noche- contesto- deshabilite el objeto también para que no haya inconvenientes- explico.

-De acuerdo, luego nos encargaremos del resto.

Narra Tn

Bueno, no se que decir, ahora estaba trabajando en una de las computadoras mientras que cada tanto miraba a Kato, el cual medio se quejaba, ya que le habían echado la culpa de algo sucedido ayer por lo del presidente y la bomba.

Por suerte también Suzue estaba bien, no tuvo muchas heridas por su accidente, y Kambe, bueno, el estaba demasiado pensativo con algo lo cual no tenia idea, hoy con suerte me había saludado pero luego se puso a trabajar en algo.

Hoy era mi día libre, pero como no tenia nada para hacer, vine a las oficinas para ayudar en algo, lo que fuese. Sali de mis pensamientos al sentir una vibración en m bolsillo, tome el celular y me fije en quien llamaba, se podían ver y leer perfectamente el nombre de "Suzue" en la pantalla. Con una media sonrisa suspire y me levante para contestar.

-¿Que sucede Suzue?- pregunte al ya estar en el pasillo del edificio.

-Como que.. Que sucede?... se supone que hoy era tu día libre- me contesto la azabache casi gritando desde el otro lado. Sonreí un poco ante aquello.

-Y es mi día libre, solo viene a las oficinas porque no tenia nada que hacer- Conteste yo mas tranquila.

-Pues ahora ya tienes algo para hacer, ven a buscarme a la mansión... te espero... y no tardes-sin mas colgó sin dejarme hablar, algo confundida guarde el celular y volví a adentrarme a la oficina. me acerque al jefe el cual, no se que estaba haciendo.

-Jefe voy a irme- le avise, a lo que este asintió.

-Claro, de todas formas hoy era tu día libre, no era necesario que me lo dijeras- contesto el amigable hombre, a lo que sonreí. Fui hacia donde estaba Kato y lo despeine un poco, este se quejo ante aquello.

-Voy a salir con Suzue- le dije- si te llega a preguntar tu le contestas, ¿de acuerdo?- dije para luego darle un beso en la mejilla, este algo sonrojado asintió y miro al millonario el cual tenia los lentes puestos y movía sus manos- le quedan bien los apodos- bromee y Kato se rio.

-Si, oye- me llamo al ver que me había alejado, me di media vuelta y lo mire- te veo en casa... quiero decirte algo- hablo con una sonrisa, yo solo asentí de la misma manera y salí de allí. Me subí al regalo que me había dado Suzue y emprendí marcha hacia la mansión de los Kambe.

Me acerque al portón estando a punto de decir mis datos, pero este se abrió dejándome el paso, mientras que la pantalla de la radio se ponía en blanco con una "H" en celeste, esta medio se movió y dijo algo que no me espere... "Bienvenida a casa señorita Kambe". Hice una mueca y negué con la cabeza divertida. Frente, en la entrada de la mansión, estaba Suzue esperándome, ella se subió y salimos de la propiedad privada.

-¿Enserio cargo mis datos? y me puso su apellido- dije en voz alta, a lo que la azabache se empezó a reír asintiendo.

- Si, lo hizo... le dije que te pusiera como señorita Haru, con tu apellido...pero no lo quiso así, y sabes como es- mención luego de reír, estuvimos un rato en el auto hasta llegar a la ciudad, en el camino hablábamos de diferentes temas y cantábamos alguna que otra canción que pasaban por la radio.

-Bien, ¿a donde?- pregunte a la azabache, está me dictó una dirección a la cual seguí, por alguna razón nos bajamos unas dos cuadras antes. 

Bajamos y compramos unos cafés y algunas cosas dulces, la empecé a seguir entre risas, dijo que era un lugar importante, y que tenía que traerme, sin más no pregunté nada. En la esquina del lugar nos encontramos a un grupo de aproximadamente cinco chicas más.

- Hola Suzue- saludo una de ellas, las demás también lo hicieron y luego me miraron a mi con una sonrisa, una de ellas tomó mis manos y empezó a saltar de emoción.

- No puedo creer que vayas a casarte- dijo feliz, luego me abrazo, está chica estaba más emocionada que yo, me reí un poco ante aquello.

Todas se presentaron y seguimos caminando, cuando dirigí mi mirada hacia la azabache, está me sonrió, me tomó de las manos y me alejó un poco diciéndole a sus amigas que se adelantaran.

- Como verá son mis amigas, y...sabia que tu no tenías prácticamente, y pues... perdón si te molesta- hablo ella un tanto nerviosa. Negué con la cabeza.

- No, está bien....lo unico que no se es, ¿por qué estamos aquí? Al parecer tus amigas lo saben- dije, a lo que Suzue me miro divertida y me arrastro hasta llegar al frente de una tienda.

- No es cierto... Y por eso vinieron ellas ¿verdad?- pregunté yo, a lo que la azabache asintió contenta y me arrastro adentro. El lugar era hermoso, pero aún así, no estaba del todo preparada para esto. 

Adentro se encontraban las chicas sentadas, todas se levantaron y vinieron a donde estábamos nosotras. Una mujer que al parecer trabajaba aquí se acercó.

- Hola jóvenes- saludo la mujer- usted debe de ser la Señorita Kambe- dijo viendo a la azabache, la cual asintió- bien, siganme por aquí, para ustedes estaba reservada la sala privada.

Todas la seguimos, bueno a mi prácticamente me empujaron, yo sólo estaba nerviosa, seguía sin poder tragarme el echo de que me casaría, y mucho menos con un hombre millonario al cual seguramente la Reina de Inglaterra le pide dinero...

A quien engaño, la Reina de Inglaterra le pide dinero a Ricky Ricon y este le pide dinero a Kambe. Mire a mi alrededor la sala, tenía que admitir que era hermosa.


Unas chicas empezaron a tomar las medidas de mi cuerpo, mientras que al parecer la dueña del lugar, diseñadora de vestidos de boda y la más aclamada...lo sabía por leer una revista en la que la vi. Ella me hacia preguntas.

Me probé y tuve que modelar varios vestidos, todos entre risas, las chicas me habían agradado y mucho, lo que más me causaba eran las bromas. Pero me lo había pasado perfecto. De entre todos los vestidos, hubo cuatro que me encantaron, no eran tan extravagantes pero aún así eran hermosos y sencillos.

Por suerte elegí uno de ellos (díganme cual eligieron). Ya era tarde por lo que me dirigí devuelta con Suzue a la mansión, allí pude ver que ya estaba el azabache. Este al ver cuando entramos nos sonrió, al lado estaba su abuela y el mayordomo.

- ¿Se divirtieron?- pregunto la mujer mayor, a lo que con Suzue nos miramos y reímos un poco por las estupideces que hicimos después del vestido con las chicas.

- Si me disculpan, quisiera robarme a Tn un rato- dijo Daisuke para luego tomar mi mano y empezar a dirigirnos hacia el jardín, allí empezamos a caminar tomados de las manos- Si te ofrecieran crear un mundo sin algo... ¿ Qué eligirias?

- Un mundo sin secretos- conteste sonriendo- yo creo que el mundo sería mejor así, creo que todos seríamos más felices- dije, a lo que él azabache sonrió de forma ladina.

- No lo hice de la forma correcta- hablo luego de un rato, lo mire con duda y este me adentro hacia una zona con algunos armoboles y luces, en medio había una fuente, era un lugar hermoso sin duda.

-¿ Qué cosa no hiciste correctamente "Señor Firmó cheques en el aire"?- pregunté divertida, a lo que el azabache bufo y río un poco, paro su andar y hizo algo que no me espere.

Lo mire incrédula, se había arrodillado en una pierna y sostenía en su mano la sortija que me había dado el día de la fiesta, mire mi mano derecha y el objeto no estaba, reí un poco.

- No tienes que hacerlo- le dije casi en un susurro.

- Pero quiero- respondió- Se que no nos conocimos muy bien que digamos, y que en algunos momentos te saco de quicio y no me soportas- empezó a hablar, por lo que reí con un par de lágrimas acumulandose en mis ojos- pero, cuando te vi... encontré un mundo diferente, el cual quiero conocer, por eso te tome y te tire al auto, creía que si no lo hacia, no volvería a encontrar ese mundo, y la verdad el planeta cambio a uno totalmente diferente desde que te vi.... y quiero conocerlo contigo completamente... por eso... Tn Haru... ¿Me concederias el honor de recorrer el mundo juntos y casarte con este hombre?

- Si, Aceptó- dije con lágrimas en los ojos, este me colocó el anillo y me beso, obviamente le seguí el beso.

-¿Te quedas?- me pregunto a lo que negué con la cabeza.

- Me encatanria pero le prometí a Kato que iría hoy a nuestro departamento- le conteste, a lo que él asintió y me robó un beso.

- De acuerdo- me volvió a tomar de la mano, está vez entrelazado nuestro dedos y caminamos hasta la mansión, allí me despedí de ellos y me subí al Audi llendome.

Estuve unos minutos conduciendo por la ciudad. Aún así, seguía teniendo un mal presentimiento y me sentí rara, hacia unos días me habían empezado a dar mareos y náuseas pero no le di mucha importancia.

Narrador omnisciente

El semáforo se colocó en rojo provocando que el auto parará, cuando una ve el semáforo volvió a verde, arrancó empezando a avanzar, cuando las personas que caminaban por la calle o conducían al lado nunca creyeron que eso pasaría.

Una explosión inundó el lugar, algunos autos salieron un poco de distancia por aquello, chocandose al desviarse estrepitosamente. Las ambulancias y policías no tardo en llegar, la persona que conducía no podía estar viva, habían tardado, por lo que investigarán sus restos.

(Oficinas)

Kato utilizaba la computadora para investigar unos asuntos sobre un caso reciente, cuando el silencio de aquel lugar fue interrumpido al abrirse la puerta, paralizando por allí uno de los miembros de la Primera División.

- Kato- llamo el chico, por lo que el mayor lo miro, este nunca creyó que escucharía aquellas palabras. Sin más la sala quedo en silencio una vez que al que le acababan de dar aquella noticia, salía corriendo de allí para ir al hospital, pidiendo que todo sea un sueño o mejor dicho pesadilla.

(Mansión Kambe)

El azabache escuchaba atentamente lo que su abuela le decía, le resultaba muy raro que justo ella le este dando el informe de un accidente que había habido hacia una hora.

Al escuchar el nombre de la víctima, se dio vuelta y miro a la anciana esperando que sólo sea una broma, la mujer sólo negó bajando la vista al suelo. Sin más salió de aquella habitación corriendo con todas sus fuerzas hasta llegar a las computadoras en la zona inferior de la mansión.

Al llegar allí confirmo algo que no quería, su hermana llorando mientras que por las pantallas se reproducía el vídeo del accidente.

(Otro lugar)

- Ya está, un problema menos- hablo el sujeto hacia la persona sentada en aquel lugar.

- No es un problema menos...



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