《Luego de 504 años》.

Habían pasado 5 siglos y 4 años desde que ai estaba en la academia Reichheit, la princesa ya tenía 516 años, 16 años para la raza humana. 

La bella princesa estaba sentada en su cama con su uniforme blanco y con el cabello hasta los hombros mirando la luna.

-ai chan! -grito un rubio entrando de golpe a su cuarto. La nombrada lo miro irritada.

-quita el chan.

-hehe lo siento -dijo riendo divertido el rubio de 22 años.

Era el compañero y pareja de equipo de ai, en la academia formaban equipos de 2, sería así hasta que uno muriera y le consiguieran otra pareja de equipo.

-tenemos alguna misión? -pregunto mientras se ponía su abrigo color marrón, al percibir el silencio del rubio lo miro -seiya? -lo llamó curiosa.

-nos han dado vacaciones ai chan.

-eso quiere decir...

-que podrás ir a ver a tu hermano -dijo sonriendo con los brazos tras su cabeza y alegré por la felicidad en los ojos de su amiga.

-ya veo -susurro con una sonrisa de felicidad.

Hace 5 siglos, cuando cumplió 16 años, su padre fue a visitarla y le dijo que si estaba allí sin escaparse a ver a subaru podría ir a ver a su hermano cuando la academia le diera vacaciones.

La academia daba 1 o 2 días de descanso, a corde a las misiones que hicieran y los puntos que juntarán, ellos te daban vacaciones en algún determinado tiempo.

Ellos hicieron misiones rango S, la más alta de todas, al acumular tantos puntos la academia le dio vacaciones por meses.

Por fin podría volver a ver a su hermano.

Ai estaba junto a seiya en la entrada de la academia, los dos estaban esperando que los vengan a buscar.

-dónde irás? -pregunto mirando al rubio que estaba bostezando.

-iré a visitar a mis primos que viven cerca de un pueblo, creo que están en la academia o algo así, tal vez les caiga de sorpresa allí -dijo sonriendo travieso, a él le gustaba hacer bromas.

Ai y seiya eran totalmente opuestos.

-ya veo -lo miro con una gotita al ver la maldad en los ojos de su compañero -procura no destruir ningún terreno o algo así.

-sí senpai! -dijo como un niño haciendo sonreír a ai.

-también avisa cuando llegues -seiya sonrió divertido y asintió, los dos miraron a la limusina que se estacionó frente a ellos.

-cuídate ai chan!.

Era hora de volver a casa.

El camino fue largo, estuvo 2 horas en esa limusina, por suerte llevó libros para leer.
Al sentir la limusina estacionarse cerró su libro y fijo su mirada en la ventana, la puerta fue abierta por el chófer y ella bajo con elegancia, un mayordomo apareció a su lado agarrando su maleta.

-bienvenida Lady -dijo el mayordomo haciendo una reverencia, ella solo le dedico una sonrisa amable y él desapareció.

-que disfrute su estadía Lady -dijo el chófer haciendo una reverencia y subiendo a la limusina.

Ai sintió el viento peinar sus cabellos y ocultando su presencia camino hacia la mansión, el portón se abrió gracias a sus poderes, miro los costados y con nostalgia miro las rosas blancas, se detuvo a observar la mansión.

Al parecer nada cambio en ella.

Un olor dulce llegó a su nariz y estrechó sus ojos, suspiro cansada.

-pobres humanas -susurro sintiendo pena por las mujeres que iban engañadas a ese lugar y morían luego de meses o días.

Se concentró y escuchó al parecer a los trillizos, en una sala jugando dardos y kanato de seguro comiendo dulces con teddy.
Shu de seguro estaba durmiendo, subaru en su cuarto y finalmente reiji, al parecer bebiendo la sangre de la humana.

Ai abrió sus ojos y se transportó hacia la sala de entrada, miro las escaleras y recordó la escena que vio cuando era niña.
Se fue transportando en los lugares que no estaban sus hermanos hasta que se quedó en el living, nada había cambiado.

-no hay ningún cambio, que aburrido -sonrió levemente e hizo notar su presencia.

*CRASH!*

Escuchó el ruido de un vaso quebrarse, ella miro a la puerta y vio a ayato que la miraba en shock, en cuestión de segundos todos aparecieron allí, mirándolas sorprendidos.

-ai -susurro quien tanto anhelo ver.

-nii sama me da gusto verte.

See you...

I'll also show you a sweet dream, next night...