IV
Una tormenta se desató ese día.
El cielo oscuro rodeaba japón y hacía más tenebrosa la mansión sakamaki.
La lluvia aún no caía pero los truenos sonaban cuando menos los esperabas.
Todos estaban cenando en silencio, ninguno trataba de iniciar la conversación.
-mi querida familia!~ -el rey entró al comedor con los brazos extendidos y sonriendo con falsedad.
Beatrix lo miro seria, los 6 lo miraron de reojo con fastidio, cordelia lo miro sonriendo falsamente y con una mirada lujuriosa, mientras que ai ni siquiera lo miro.
-karl~ cuanto tiempo -dijo cordelia sonriente.
En segundo aparecieron platos, cubiertos y copas, junto a comida y demas, en la cabecera de la mesa.
Los tres adultos empezaron a hablar sobre asuntos de la política vampirica mientras los niños seguían comiendo, ai por un momento dejó de comer y un recuerdo le llegó a la cabeza.
《Flashblack》.
La pequeña ai de 4 años, estaba en su cama, siendo abrazada por su padre.
El cual acariciaba su cabello ondulado y sonreía con los ojos cerrados.
-ai -la llamó con suavidad -te gusta vivir con tu madre? -ai lo miro curiosa por esa pregunta.
-sí, me gusta.
-mm~ -el rey tarareo en respuesta.
El silencio quedó entre los dos, era un silencio al cual ya estaban acostumbrados.
-un día, papá vendrá por ti para hacerte una mejor princesa, serás mucho mejor que cualquier otra -susurro oliendo su cabello mientras ai bajo la mirada confusa.
No queriendo aceptar lo que su padre le dijo y lo que su cerebro le dio a entender.
Ella no quería separarse de subaru o su madre.
《Fin flashblack》.
Ai estrechó sus ojos mirando de reojo a su padre, el cual tomaba vino con tranquilidad y con una sonrisa que ella conocía bien.
Él estaba planeando algo.
Algo que ella no quería saber.
-esta vez he venido a comunicarles algo.
-qué sucede querido? -pregunto sonriendo cordelia.
El albino miro a su hija la cual estaba mirando su cena.
-ai -la llamó posando sus codos sobre la mesa y entrelazando sus dedos.
Ella dejo de mover el tenedor y lo dejó al lado del plato.
-recuerdas la pequeña charla de hace 2 años? -pregunto sonriendo, un sonrisa muy engañosa.
Ella lo miro de reojo con seriedad y neutralidad.
-sí oto sama¹ -contestó con tranquilidad, los demás estaban atentos a la charla.
-ese día ha llegado -dijo haciendo que ai abra sus ojos sorprendida pero luego los cerro con suavidad.
-cuándo? -susurro haciendo sonreír a karl heinz como el gato cheshire.
-dentro de 2 días vendré a buscarte -la sala quedó en silencio y luego el chillido de una silla se escuchó junto al portazo de la puerta del comedor.
Subaru estaba molesto.
Ninguno dijo nada y la sala quedó en silencio.
Ai abrió sus ojos y miro el vaso con agua.
-"quisiera poder desaparecer".
En una habitación, un pequeño albino estaba sentado en el suelo y mirando la daga plateada que su madre le dio.
Su otra parte se estaba por ir de su lado.
El pequeño escondió su rostro entre sus piernas y mordió su labio inferior con fuerza.
Odiaba a su padre.
Él siempre le quitaba todo lo bueno que tenia.
Se odiaba por ser un monstruo el cual arruinó la vida de su madre y por no poder proteger a su hermana de las garras de ese hombre.
Se odiaba.
-maldición.
Su sollozo fue lo único que se escuchó en esa oscura habitación.
Ai salió del comedor con tranquilidad, todos habían terminado de comer y ella decidió irse a caminar.
Por fuera estaba normal pero por dentro era otro tema.
Su mente estaba empezando a desmoronarse, era demasiado para una niña de 6 años.
Tenía que comportarse siempre neutra y sin sentimientos por su estatus.
Por ser una princesa, la única heredera de su clan.
Por ser especial, por ser única.
Tenía que ser fuerte y firme para proteger a su hermano mayor y no dejar que nadie le haga daño.
Siempre tenía que ser firme para que su madre no dañe a subaru y nadie la dañe a ella.
Siempre atenta por si cordelia intentaba hacerle algo a ella, a su hermano o su madre.
Siempre firme ante su padre el cual esperaba todo de ella, él solo la quería por su poder y por su sangre, ella no sabía quién era, a quién salió así, pero estaba 100% segura que su padre no la amaba por ser ella sino por sus poderes.
Ella era un vampiro especial, uno el cual solo debía de comportarse ante todos.
《Flashblack》.
-Eres una princesa y la única de nuestro clan, una princesa debe de ser una perfecta líder, por eso tienes como deber y obligación estudiar y aprender todo lo necesario para llevar a la gloria a nuestra raza, una princesa no debe de mostrar fragilidad, no puede ser caprichosa, no puede tener amigos, debe de ser educada para liderar a todos.
El rey estaba frente a la pequeña de 3 años, la cual tenía pequeñas lágrimas en sus ojos borgoña por haberse caído al correr.
Ella apretó sus pequeñas manos y asintió poniendo una cara neutra.
Ese era su destino, nació siendo una prodigio y su destino sería ser perfecta en todo sentido.
《Fin flashblack》.
Se detuvo al recordar esas palabras, las palabras de su padre cuando tan solo tenia 3 años.
Con tan solo 3 años ella ya podía hablar, leer, escribir y caminar a la perfección.
-que envidia -susurro al mirar a una de las sirvientas, la cual era humana.
Ella envidiaba a los humanos.
Llegó a la habitación de su gemelo, sostuvo el pomo de la puerta y lo abrió sin pedir permiso.
Al entrar vio todo oscuro, la ventana estaba abierta y subaru apoyado en la ventana mirando la luna.
Todo estaba destruido a su alrededor.
-nii sama -lo llamó pero el albino no respondió, caminó a paso lento hacia su hermano.
-lo sabías?.
-...hace 2 años me dio un indirecta.
-y por qué no me lo dijiste?! -le grito con lagrimas mirando a su hermana con tristeza y con los puños apretados.
Ai bajo la cabeza y mordió su labio inferior.
-perdón...no quería aceptar lo que me dijo y no...quería ponerte triste -susurro sin mirar a su hermano.
El cual apretó los dientes y corrió a abrazarla, los dos se abrazaron con fuerza sin querer soltarse.
-no quiero que te vayas -sollozo en su hombro.
-nii sama -susurro con tristeza acariciando su cabello ondulado.
Los dos se acostaron en el suelo, aún abrazados con fuerza, tenían sus frentes juntas y se estaban mirando a los ojos.
-no me olvidaras?.
-nunca -contestó sonriendo levemente.
-me escribirás siempre que puedas?.
-sí.
-siempre me querrás?.
-sí.
-siempre seré tu favorito?.
-sí, siempre lo haz sido.
-nunca cambiarás? -pregunto con temor de que en ese tiempo ella se vuelva igual a su padre.
-nunca -susurro acariciando la mejilla de subaru.
Esa noche los dos durmiendo juntos, sin separase, recordando la calidez del otro, el aroma del otro, y prometiendo que ninguno cambiaría ni se olvidaría del otro.
Que siempre se querrían y que algún día volverían a estar juntos como en esos 6 años.
En el desayuno nadie hablaba, karlheinz volvería dentro de 2 días. Cuando todos se fueron al jardín, cada hermano estaba con sus madres, menos los gemelos, los cuales tomados de la mano estaban mirando la torre.
-subaru -lo llamó sin dejar de mirar a su madre, la cual los miraba por la ventana.
-qué? -ai lo miro sonriendo y estiró su mano mostrandole un collar negro con una llave -una llave?.
-es la llave de la torre -dijo a sorpresa de subaru -solo tú podrás entrar o salir de allí, úsala cuando quieras, pero ten cuidado
Subaru asintió y la miro con una pequeña sonrisa.
-gracias.
Ai le devolvio la sonrisa y los dos volvieron a mirar a su madre, que al verlos sonriendo ella también les sonrió.
Sin saber que esa sería la última vez que estarían los 3 juntos y que ai vería a su madre.
Caminó por los pasillos sin saber a dónde iba, solo quería despejar su mente, aún no concebía la idea de que se iría de allí por quién sabe cuánto tiempo.
Llegó hasta las escaleras, las miro y su vista se puso borrosa haciendo que haga una mueca de disgusto, una imagen apareció ante ella.
-ayato? -susurro desconcertada por la imagen que vio, su vista dejó de ser borrosa y en las escaleras no había nada.
-qué quieres? -pregunto el pelirrojo exaltandola.
No lo sintió llegar, esa imagen la hizo salir de la realidad por un momento, ella miro al pelirrojo de 7 años.
-nada -susurro mirando para otro lado aún sin entender el por qué vio esa imagen -ayato...matarías a cordelia? -pregunto mirándolo con neutralidad haciendo que él la mire sorprendido
Su rostro se puso serio y la miro con frialdad.
-sí -contestó sin dudarlo.
-ya veo -susurro cerrando sus ojos, se acerco a él y acarició su cabello a sorpresa de éste -no importa lo que hagas o hagan, no los juzgare -le sonrío levemente haciendo sonrojar al pelirrojo.
-t-tch, ore sama no t-tiene preocupaciones como esas -susurro mirando para otro lado con un sonrojo.
-sí sí -sonrió divertida caminando hacia otro lado ante la mirada del oji verde en ella.
-qué es esto? -susurro el pequeño poniendo la mano en su pecho.
Su corazón "muerto" latía como loco.
Pasaron los 2 días, todos estaban en la salida de la mansión esperado al líder del clan.
Ai estaba con una maleta a su lado, tomando la mano de subaru, el cual estaba serio pero sus ojos estaban llenos de tristeza igual que los de ella.
-veo que ya estás preparada -dijo el rey, el cual llegó en un carruaje.
Un mayordomo agarró la maleta de ai y el rey solo la miro para luego entrar nuevamente al carruaje.
-'dile a mamá que su capullo crecerá pero que también deje crecer al otro capullo'.
Le dijo a subaru a confusión de él, los dos apretaron sus manos con fuerza y se soltaron dolorosamente.
Ai miro de reojo a sus hermanos y miro a subaru con una leve sonrisa.
-'aishiteru'.
Le dijo subaru a través de su lazo, ella lo miro con los ojos brillosos.
-'aishiteru nii sama'.
Le contestó sonriendo con los ojos cerrados y entrando al carruaje, al cerrar la puerta, arrancó y los demás vieron irse al carruaje, poco a poco se fueron yendo y solo los niños quedaron allí.
Cada uno miro a subaru, el cual tenía los puños apretados con fuerza.
-subaru -lo llamó reiji pero el albino solo chasqueo la lengua y se fue de allí ante la mirada de sus demas hermanos.
Estaría separado de su otra mitad por años e incluso siglos, estaría solo.
See you...
I'll also show you a sweet dream, next night...
¹Respetado padre.
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