7 "History"
La mujer de cabellos rosados seguía sin poder creer lo que el hombre frente a ella le había dicho. Era estéril por lo que no podía concebir a un hijo.
No sabía como le diría a su esposo aquello, ambos lo habían intentado muchas veces pero aún así ahora sabía el porque.
Sinceramente, el deseo que tenía ella era el de poder tener la edad para casarse y formar una familia. Su deseo más grande, dar a luz.
Cuando creyó que todo estaba perdido, una mujer de aspecto siniestro le dijo que todavía tenía una oportunidad para tener un hijo que fuera suyo. Aún así el precio a pagar era caro.
Sin importar el precio, ella accedió y la mujer le dio un mapa y un pergamino donde allí le decía que una vez que llegase al punto marcado en el mapa y desenterrara una reliquia allí oculta, aclamada esas palabras.
Así lo hizo, partió una mañana sin avisarle a su esposo y se adentro en aquel inmenso bosque que dividía varias aldeas por varios kilómetros.
Llegado al lugar, encontró un sitio del cual seguramente nadie sabía de su existencia salvo los hechiceros.
Parecía un templo que se alzaba entre la hierba, aproximadamente debía de ser de hace miles de años atrás, el aspecto lúgubre y siniestro no la hicieron retroceder por lo que se adentro allí.
Voces. Fue lo primero que escuchó.
Parecían susurros de personas que pasaban por su lado, miradas clavadas en su cuerpo también se sintieron haciendo que los vellos de su nuca se herizaran.
Aún así su deseo y la esperanza de que haciendo lo que la mujer le había dicho le daría el poder de traer a la vida a un pequeño, fue más grande al miedo.
Pero los susurros no dejaban de intrigarle, los ir escuchaba seguía sin entenderlo...
"Es ella"
"Dejenla pasar"
"Ella nos traerá al rey"
"Tal cual nos dijo"
Una vez seguía caminando, se topó con el objetivo que buscaba al adentrarse el lugar. De un momento a otro, las palabras de la mujer vestida de túnica negra le resonaron en la cabeza.
Encontrarás un trono en medio de una inmensa sala
Fijo sus ojos al frente mirando como el trono a su vista se alzaba imponente ante la vista de cualquiera.
Arriba una caja echa de piedra ocultara un envoltorio echo por hechiceros
Tomo un trozo de palo y lo acercó a la tapa de dicha caja, la adentro por un pequeño orificio de desprotección de esta e hizo presión para usarla como palanca.
La tapa cayó al suelo partiéndose en dos. Se asomó al interior pudiendo notar lo que podría asimilarce a una piedra envuelta con un papel lleno de signos.
Lleva una rosa blanca y tiñela con tu sangre, para luego colocarla arriba y di las palabras del pergamino
Saco una rosa blanca que tenía guardada y con una piedra afilada corto su palma para luego apretar haciendo que gotas carmesí tiñeran los pétalos.
La colocó arriba del objeto sellado y comenzó a decir lo que el pergamino decía, era un lenguaje que no conocía pero exclamaba diciendo torpemente las palabras.
Con eso bastaba.
Cerró su ojos y siguió diciendo aquello aún sintiendo el calor de lo que parecía ser una llamarada de fuego extendiéndose adelante suyo.
Calló su clamor al sentir una mano pasándose en su hombro aprentandolo.
- Mirame- hablo la voz de lo que podría ser un hombre, levantó su cabeza pudiendo ver a un ente del doble de su tamaño con cuatro extremidades- Haz echo bien el juramento- le alago- ahora te conceder el deseo que quieras.
La mujer abrió sus ojos. ¿El ser adelante suyo podría concederle su deseo?
- Yo...quiero dar a luz un hijo- hablo con desicion hacia el ser. El ente sonrió retorcido ante la petición de la humana, él estaba débil por lo que esa petición le fue como anillo al dedo para sus planes.
- De acuerdo, darás a luz dentro de nueve meses- acepto la petición para luego estrechar su mano con la fémina.
- Eso fue lo que sucedió, luego a los nueve mese nació- terminó de explicar para señalar a Ryomen.
- Por eso cuando te enteraste querías desacerte de él- hable b voz alta para que amigos hombres me escucharán. El adulto asintió.
- ¿Entonces porque no me mataste?- pregunto en un susurro él pelirosa- si sabías que era, porque en lugar de dejarme abandonado me asesinaste!- empezó a elevar la voz.
- Ryomen- lo llame cuando se levantó de golpe con las intenciones de golpear a su..padre.
- Hubiera preferido que me asesinaras antes de haber pasado doce putos años buscando algún rastro de mi familia!!- me asuste por su tono de voz.
Aún así llevandome de valor tome sus muñecas e hice que me mirara a los ojos, le aplicaba con la mirada que se calmase. Respiro profundo y dejó salir al aire tranquilizandose.
- ¿Qué paso con mamá?- pregunto ahora más tranquilo. Baje mi vista a nuestras manos que él había entrelazado, pero de un momento a otro sentí como la sangre se me iba del cuerpo. Pálida, así seguramente estaba.
En sus muñecas habían aparecido dos marcas negras, cada vez más visibles aparecían. Pase mi mano por estas cuando ya se notaron del todo.
- Tu madre...- comenzó a hablar el hombre a lo que deje de mirar al pelirosa- por desgracia..tuve que asesinarla.
Fue como un vaso rompiéndose.
Eso escuche mientras todo mi alrededor se volvia cada vez más lento, mire con horror al hombre y dirigí mi mirada a mi compañero notando como un leve tic nervioso había en sus ojos.
Y bajo sus ojos las líneas abajo comenzaban a abrirse dejando ver otros ojos color carmesí.
Miraba con impresión, el también te se había vuelto más hostil entre ambos hombres. Como el pasar de los minutos sólo pude ver una sola cosa en los ojos de Sukuna Ryomen.
Odio.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro