Era demasiado incómodo tener el brazo con toda una venda alrededor y colgando desde mi cuello con una tela fina blanca la cual se encargará de que no moviera ningún músculo de este.

Suspiré y me dirigí hacia donde estaban el resto de profesores dando el informe de lo que había sucedido y del porqué del ataque en medio del examen. Al parecer las maldiciones habían planeado el ataque con un fin que aún no podías explicar.

Robaron dos objetos malditos que teníamos a nuestra custodia. Varios muertos, entre ellos hechiceros de grados altos por lo que podíamos calcular que la maldición que ataco podía ser de grado especial, o siquiera una persona con suficiente poder y experiencia.

- ¿Averiguaron algo sobre el sujeto que atraparon? - pregunte entre todos los presentes.

-Lo único que hacía era balbucear y quejarse diciendo "Perchero", no dijo nada más relevante salvo algo sobre un sujeto que no sabía su sexo que vestía de yakuta- explico el director. Asentí. Sinceramente tenía un mal presentimiento.

-Tal vez quería hacerte a ti perchero por tu altura- le susurre al albino a mi lado, quien me golpeo levemente en señal de molestia, reí un poco ante eso.

-Ahora debemos no solo averiguar por qué se llevaron los objetos, sino también como evaluaremos a los chicos- cuando el viejo dijo aquello nos miramos con el albino y sin decir nada nos levantamos y salimos de allí entre los gritos de quejas del resto de profesores.

Fuimos hacia donde estaban los alumnos, estos hablaban con tranquilidad, aun así, ambas escuelas separadas en sus grupos respectivos, vendados por las heridas causadas y descansando. A excepción de Todou quien ahora se la pasaba de aquí para haya persiguiendo a Itadori.

Al parecer le había agradado al grandote por lo que este lo consideraba su "Brother". Me causaba gracia todos los intentos fallidos del pelirosa al tratar de escapar. Se empezaron a tratar de organizar de cómo podrían hacer la prueba sin, en todo caso faltarle el respeto a las personas que fallecieron.

En eso Satoru le da una caja a Itadori, de la cual debía sacar un papel en el que diría que debían hacer, toco Baseball por lo que habría un partido del mismo como examen. Todos los alumnos se fueron para prepararse mientras que a mí me daba un leve mareo.

- ¿Estas bien? - pregunto Satoru, iba a contestar, pero me dieron unas leves arcadas por lo que me tape la boca y salí corriendo hacia alguno de los baños donde vomite, sentí como detrás mía cerraban la puerta y una mano tomaba mi cabello para no ensuciarlo- tranquila, nadie nos vio.

Seguí vomitando mientras sentía las caricias del albino en mi espalda. De paso también estaba tranquila de que nadie nos haya visto para que no sospecharan, era lo último que faltaba. De todas formas, se supone que dentro de unas semanas moriría y claramente iban a sospechar si es no sucedía.

-Quita el hechizo- dije en un susurro, sentía que algo andaba mal, no se supone que luego de un aproximado de dos días ya ande con vómitos, sentí como acerco su mano a mi vientre y quito lo que le pedí, enseguida apareció la marca de color negro y como si de un hechizo para ocultar objetos se tratara, mi vientre se agrandaba.

- ¿Qué? - dijo Satoru dándome vuelta levemente para ver mi vientre- no se supone que debe de pasar esto- dijo con preocupación. Hice una mueca, era ahora como si tuviera un mes de embarazo y era un problema.

De un momento a otro tocaron la puerta de mi habitación, falto mencionar que estábamos en el baño de esta, Satoru se alejó y acerco a la puerta abriendo esta, yo solo podía escuchar lo que sucedía.

-Yuuji, ¿Qué te trae por aquí? - pregunto Satoru.

- Etto...Sukuna de un momento a otro me mando a que te buscara a ti y a Tn-sensei- escuche que decía el adolescente.

-Oh, en ese caso déjalo salir y vuelve cuando te lo diga- mando mi hermano, escuche como dejo entrar al chico y cerró la puerta con cerrojo, luego de unos segundos sentí dos pares de pisadas acercarse al baño.

- Mierda- dijo el de marcas oscuras en el cuerpo para luego agacharse a mi altura y posiciono ambas de sus manos a los costados de las marcas negras en mi- sinceramente no creí que esto pasaría- dijo burlón.

- ¿Qué paso? - pregunto Satoru seriamente mirando a la maldición quien sonrió divertido y me miro a los ojos con una sonrisa arrogante.

-El pequeño se alimentó con el veneno de aquella maldición que te ataco- me dijo- y no solo se hizo más fuerte, sino que creció también- explico- aun así, sigue siendo raro- dio con una mueca.

- ¿Qué hacemos para que no vuelva a crecer así de rápido? - pregunto el albino. Mire a Sukuna quien hizo una mueca y miro de mala manera al de ojos cielo.

-Primero, tu no me das ordenes mocoso- recrimino, quise quejarme con que no le halara así, pero el recuerdo de cómo era aun antes de convertirse en una maldición llegaron. Era imposible una vez que el ego se adentraba en su cabeza.

Solo tenía dos palabras para definirlo: Terco y extremadamente arrogante, seguía sin saber porque siempre mi ser lo vio con otros ojos, tal vez porque nunca me trato como al resto de chicas en el pueblo y... porque fue el único en acercarse a mí y no rechazarme como el resto.

-Y segundo, solo no deben dejar que esa cantidad de energía maldita se adentre al cuerpo, entonces no se alimentara de ella y crecerá como un humano normal, aunque de normal no tendrá nada- dijo sonriendo arrogante.

Se fueron para que yo pudiera tomar una ducha y luego de varios minutos salí ya cambiada con ropa limpia para mirar al albino quien miraba por la ventana, al parecer el pelirosa ya no estaba.

-Quiero dejarte en claro que nunca lo aprobare- dijo para darse vuelta y mirarme, reí por eso y tome los lentes suyos en el escritorio, me acerque y se los extendí, quite su venda de los ojos y luego le coloque los lentes negros.

- Y yo dejarte en claro que no podrás alejarlo de mi- conteste sonriendo.

-Lo sé, y eso me tiene preocupado- susurro.

-Ahora no pensemos en eso- hable con tranquilidad- vamos- lo tome de la mano y salimos de la habitación- debes hacer de árbitro en el partido- dije divertida.