38 "Tokyo VS Kioto 2/4"
Narrador Omnisciente
El director de la escuela metropolitana de hechicería de Kioto, conversaba con otro de los encargados del examen. Sus planes habían cambiado.
Su objetivo se había dividido en dos. No sólo quería deshacerse de la joven albina denominada "Traidora" sino también del recipiente del Rey Sukuna.
Y el hecho de saber que ambos, recipiente y traidor estaban en el mismo lugar. Era irónico de pensar, el Rey de las maldiciones y la que iba a convertirse en la reina estaban a sólo metros de distancia.
No quería imaginar aquel encuentro o siquiera que ya sucedió. De ser así era el peor de los casos, muchas preguntas duraban su mente como un tormento y el descontrol que se haría de desequilibrio.
¿Ella recuperó sus recuerdos?¿Ya estuvo en contacto directo con el Rey?¿su maldición fue erradicada?Ella.....
¿Se convirtió en la reina?
Si fuera así, lo más seguro sería que a permiso del chamán de cabellos blancos. El problema era que si ese hechicero que imponía un equilibrio de poder entre ambos lados dejaba a Sukuna. ¿Qué se podría pensar?
¿También debían tachar de traidor a la única esperanza que les quedaría si todo se salía de control?
La energía maldita que emanaba de la joven hechicera Gojo era casi imperceptible pero conocido por todos. Era si energía maldita no la de alguien más.
El viejo miro a la maldición frente suyo que sen encargaría de parte del trabajo. Ya le había prohibido a la mujer pelear en medio del examen con alguna maldición, sólo faltaba explicar los siguientes pasos a sus alumnos.
Miro con detenimiento a cada uno. No estaban los profesores por lo que no se moletarian cuando les diera la orden clara y justa a ellos.
- Quiero que asesinen a Itadori Yuuji- informó sin más a los precentes. Obviamente se asombrado a que les dijera aquello, pero no se negaban ya que sabían perfectamente el por qué.
- ¿Asesinar al recipiente? Por mi no hay problema- comentó una joven de cabellos cortos medio verdes.
Por más que se platicar su estaban de acuerdo o no, ya había desicion y un plan en mente para poder deshacerse de él. Pero sin duda no se esperaron la órdenes después.
- También a Gojo- todos miraron con asombro al viejo. Una cosa era asesinar a un recipiente de la maldición más peligrosa de todas, otra muy diferente era asesinar a la hermana de él chamán más fuerte.
-¡¿Qué?!- grito Toudou. Le había dado igual el asesinar a Itadori en cambio el acabar con una chica que lograba pasar sus expectativas saliendo de su prototipo de mujer ideal era otro tema.
-¿Por qué quieres eso?- pregunto un tanto intrigada una pequeña de dos coletas altas rubia.
- Si, tiene razón, debe haber algo en específico para que nos pidiera esos director- dijo el que tenía cuerpo de máquina.
- Ella es la traidora- dijo en tono tranquilo, aún así no fue lo mismo al recibir aquella noticia.
Los alumnos de Kioto miraron con asombro al director. Todos los que conocían la hechicería sabían la historia de una traidora que inclusive andaba por entre ellos, más desconocían quien.
Una historia sin mucho, sólo algunos renglones escritos sobre lo sucedido. Una historia que para muchos era una falta de respeto o humanidad.
Nadie en su sano juicio se haría de lado a los humanos, su misma raza con tal de conseguir poder para si mismo y menos vendiendo con sigo a la humanidad completa.
Sólo una historia. Eso era. Leyenda tal vez escrita de la forma que beneficiará a un sólo bando. Ya que, nadie se creería que detrás de aquella mentira en realidad sólo se encontraba una historia de amor.
Nadie podía pensar siquiera, que aquel ser que gobernó el mundo por trescientos años mandando desgracias, dolor y sufimieto siquiera podía tener sentimientos. Menos algo tan bano y humano como lo era el amor.
Que equivocados estaban.
Ya decididos. Fueron a la línea o entrada donde comenzaría la prueba. Los alumnos de cada academia en diferentes puntos pero con un mismo objetivo, mientras que la albina se dispuso a entrar al bosque antes que el resto.
- Espera- llamo Satoru a la joven, quien lo miro con algo de intriga- levanta tu camisa, sólo dejando tu vientre- susurro una ves cerca de ella.
Con algo de duda y sabiendo que él se lo pedía sabiendo que nadie se encontraba cerca, levantó la prenda dejando a la vista su vientre plano con el símbolo de color negro.
La mano del mayor brillo levemente para luego colocarse en el vientre de la contraria. El brillo se reflejó unos segundos el el símbolo para luego este irse desapareciendo.
- Ahora nadie podrá verlo, además de que tampoco sentirán su presencia ni podrá dañarse- dijo con calma.
- ¿Por qué lo hiciste? Aún ni siquiera tiene forma- dije mirándolo a los ojos.
- Tengo un presentimiento, además- cambio su semblante serio a uno divertido- será mi sobrino, debo consentirlo desde ahora- dijo en un susurro burlón.
Rio levemente y el se alejó, asentio y salto hacia el tejado de una de las casas para comenzar a correr hacia el bosque. Una vez dentro brinco hacia un árbol de altura considerable para ver que sucedería a continuación.
Y desde lo más profundo de dentro misma, agradecía de sobremanera que el hechicero haya dicho aquello. Y más luego de lo que se vendría.
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