Narra Tn

Por mi buena suerte, a la mañana siguiente podía caminar. Me levanté para darme una ducha en la cual cuando creí que podría bañarme con tranquilidad, unos brazos rodearon mi cintura.

-Sukuna- susurre divertida cuando comencé a sentir besos desparramados por mi cuello.

- ¿Ningún buenos días?- pregunto con un puchero, me di vuelta y lo abrace por el cuello, me sonrió y beso mis labios en un gasto beso.

-¿Qué significa el símbolo en mi vientre?- pregunté- es el mismo que se había formado luego de que hiciéramos el hechizo que me haría inmortal- susurre.

- Significa que la maldición se anuló y el hechizo está siguiendo el curso que debió seguir en aquel entonces- explicó y acaricio este.

- Entonces significa....

- Si, esperas un hijo mío- hablo tranquilo- pero aún así- se acerca más a mi- podemos tener un segundo Round- susurro en mi oído.

- Hoy no- dije con una sonrisa apartandolo, lo escuche quejarse- nos bañamos y debes cambiar con Itadori- mande para comenzar a fesparramar el shampoo por mi cabello.

-¿Qué? Aún me quedan unas horas para controlar este cuerpo- se quejo.

- Cambiaste mucho la anatomía física de Itadori, debe volver a la normalidad para mañana presentarse en la prueba contra los de Kioto- dije. Soltó un bufido y no dijo nada.

Terminamos de bañarnos y me dediqué a preparar el desayuno. Mientras lo hacia noté los pasos del chico, pero me altere cuando escuche su grito.

-¿Qué le pasó a mi cuerpo?- pregunto mirándose al espejo. Las marcas ya no estaban por lo que me fue fácil notar que era Itadori.

- Cambio al estar Sukuna mucho tiempo controlandolo- explique tranquila- pero volverá a la normalidad, no te preocupes- dije para calmarlo.

- Bueno- susurro- ¿No hubo ningún problema mientras él tenía el control? Por que no vi nada, tampoco escuchaba nada- dijo rascando su nuca nerviosamente.

Suspire de alivio al saber de que no debía explicarle nada. No supo que Sukuna uso su cuerpo, por más cambiado que este para dejarme embarazada.

- No, se portó bien, aunque no lo creas- dije tranquila. Lo noté reír un poco y se acercó a la mesa- si quieres comer hazlo- dije señalando por panesillos en esta.

Asintió algo tímido y comenzó a comer, le serví un vaso con chocolatada mientras yo me servía un té. Parecía un niño pequeño mientras comía, sonreí de lado ante eso.

- Oh, por cierto- dijo con la boca llena para luego mirarme- gracias por haber vuelto a la normalidad a Jumpei- dijo con calma.

- De nada, aún que sigo sin saber como fue que lo hice- explique. Asintió comprensivo u siguió comiendo.

Pasamos el resto del día jugando algún que otro juego de mesa. Con el pasar de las horas el cuerpo del chico fue cambiando considerablemente. Si seguía así, mañana cuando volvamos a la preparatoria, estaría normal.

Cuando desperté al día siguiente, nos alistamos y partimos. Cuando estábamos a varios metros de la puerta de entrada, pude ver perfectamente como allí se encontraba Satoru junto con Jumpei.

Era una entrada oculta, por lo que ninguno de los otros alumnos o profesores que no estuvieran al tanto sobre que Itadori seguía con vida, podría ver al pelirosa.

Me acerqué con enfado hacia el albino. Estaba furiosa con él, aún que no lo culpaba, pero aun así me sentí vendida cuando leí aquella carta con la explicación. Aunque por dentro también agradecía el que me haya dejado a solas con la deidad.

Sin pensarlo más le di una cachetada la cual le llegó por que mi poder sobrepasó por unos segundo el suyo. Este se quejo y sobo con su mano el golpe.

- ¡Eres estúpido al haber hecho un trato con una maldición!- dije histérica. Este se hizo el sonido colocando una mano en su pecho.

-¿Ningún agradecimiento?- pregunto con burla y diversión notoria. Entregarte los ojos con fastidio mirándolo.

- Por el momento no- dije con una mueca. Dirigí mi vista hacia el azabache quien miraba la escena con algo de asombro- ¿te sientes bien Jumpei?- pregunté con calma acercándose a él.

- Si, gracias a ti por anular el hechizo- dijo agradecido. Lo revise para ver si no había ningún efecto secundario, aún no sabía que le había hecho.

- ¡Itadori!- grito feliz Satoru yendo hacia el nombrado-¿ todo bien?- pregunto.

- Si!, según Tn no pasó nada malo- dijo feliz él chico- además de que pude cambiar con Sukuna sin problemas.

- Me alegro por eso- dijo con una sonrisa- Sukuna, ¿Funcionó?- pregunto el albino para luego mirar la mejilla de su alumno.

Rodee los ojos, se lo preguntaba a la maldición ya que seguramente sabía que Itadori no tenía idea. De un momento a otro en la mejilla del pelirosa se formó una boca y el ojo de la cicatriz se abrió.

- Si, perfectamente- dijo con una sonrisa divertida mirando al albino, quien le devolvió el gesto.

No supe bien que reflejaba en aquella sonrisa. Eran sentimientos mezclados entre diferentes cosas. Alivio, agradecimiento, felicidad...odio.

-¿Qué es eso?- pregunto Jumpei mirando como luego desaparecía la boca de la mejilla del chico-¿o quien es?

- Mi prometido- respondí con diversión. El azabache se sorprendió e iba a decir algo de no ser por Itadori quien se lanzó sobre él abrazandolo.

Lo regañaba y también le decía lo feliz que estaba de que estuviera bien. Mire como se alejaban aún sintiendo como mi hermano se acercaba a mi por atrás.

-¿Puedo verlo?- pregunto a mi lado. Sonreí y asenti.

- Aún no tiene forma de nada- dije con diversión notando como se quitaba los lentes que llevaba puestos para agacharse a la altura de mi vientre y mirar este aún con mi ropa puesta.

- Sera mi sobrino después de todo- río- además de que te salvó la vida- dijo amargamente- lo que yo no podía hacer por más que quisiera.

- Satoru- dije para luego hacer que se levanté y me mirara- al dejarme estar con Sukuna me salvaste- susurre para abrazarlo.