Al final nos quedamos a comer y ver películas en la casa del azabache, todo por insistencia de su madre. Nos habíamos llevado a la perfección y eso fue lo que más me agradó.

A la hora de irnos, no me había quedado del todo tranquila al sentir algo fuera de lo normal en aquella casa, no lo descubriría hasta el día siguiente donde me entraría que la madre del joven había sido cruelmente asesina por una maldición.

Mi pregunta, ¿Cómo mierda había un dedo de Sukuna allí?

Ahora nos encontrábamos corriendo con Itadori para llegar a la preparatoria del chico, nos informaron que había una situación un tanto grave, lo más probable era que varios morirían.

Cuando llegamos, entramos sin ningún problema, era una barrera estilo gnomo para que sólo las personas con energía maldita suficiente sobreviviria allí.

Por suerte pudimos detener al chico antes de que asesina a uno de sus compañeros, lo malo, sentía esa presencia atrayente en aquel lugar también.

Itadori comenzó a pelear contra Jumpei, pero no me preocupé ya que sabía que no era capaz de lastimarlo. Me centre más en buscar aquella presencia maligna.

Corrí por varios pasillos hasta detenerme en el segundo, sentí perfectamente su presencia allí, o bueno, hasta sentir los pasos en realidad arriba de mi. Rápidamente me dirigí a la escalera más cercana y la subí hasta el tercer piso.

Se escuchaba perfectamente la risa de alguien en el pasillo como si se estuviera burlando de mi. No fue hasta que vi como de entre las sombras salía un sujeto de cabellera larga con cicatrices.

-¿Quien eres?- pregunté mientras me ponía en posición de pelea, la sensación era casi la misma como cuando estuve en el palacio hace mil años con Sukuna.

- Soy Mahito, un gusto princesa- dijo inclinandose hacia adelante como referencia.

- Algo me dice que tu planeaste esto, si no me equivoco- dije con una mueca, no me agradaba por más que mi cuerpo sintiera atracción hacia él.

- Si, y seguramente te guste lo que te espera en el piso de abajo- hablo divertido para luego desaparecer. No fue hasta que sentí una ventana rompiéndose a los minutos y vi al tipo de recién pelear con Itadori.

Baje al piso de abajo y me encontré con algo que me rompió, mis ojos se aguaron al ver a la criatura deforme en el suelo. Me acerqué a paso lento mientras este retrocedía, podía ver las lágrimas saliendo de sus ojos.

- Jumpei- llame para luego agacharme, me reconoció, ya que se acercó lentamente, apoye mi espalda en la pared sentándose en el suelo. Se acercó y apoyo su cabeza en mi regazo- Estas sufriendo,¿No es así?- pregunté en un susurro.

Debía asesinarlo para que dejará de sufrir, aún así no quería. Él me suplicaba, podía sentirlo perfectamente.

-Shh, todo ya pasará- susurre, comencé a sentirme cansada sin razón alguna, mientras acariciaba en cabello de la criatura.

Sentí perfectamente cuando se formó una Extencion Dominio en el patio de la preparatoria, pero caí dormida.

Narrador Omnisciente

Había encargados y personas relacionadas con la hechicería que se encargaban de identificar los cuerpo y la escena que se había presentado allí.

Itadori caminaba ahora hacia donde estaba el chico que pudo considerar si amigo y encontró a la forense con Satoru viendo hacia una dirección, miro también notando como allí, se encontraba Tn durmiendo mientras en su regazo reposaba Jumpei pero con su cuerpo normal.

-¿Qué?- pregunto sorprendido- pero, se supone...

- Se supone que es un hechizo que sólo podría romperla una maldición y sería demasiado complejo- dijo la forense.

- Pero, ella es humana..- fue interrumpido por Satoru quien veía la escena tranquilamente.

- De cierta forma. No es humana del todo, se la podría considerar una maldición también- explicó y miro a Itadori- ¿Sabías de esto?- pregunto con una mueca, Itadori se asustó pensando que se lo decía a él, de no ser por la boca que se formó en su mejilla.

- No tenía idea- contestó Sukuna- y creo que ella tampoco- dijo mirando a la joven a varios metros. Satoru suspiro.

- Itadori, deja salir a Sukuna- dijo el albino, Yuuji lo miro con duda, pero asintió.

-¿Por cuánto?¿cinco minutos?- pregunto retirándose, la maldición en su mejilla sonrió.

- Cuatro días- respondió el hechicero. Itadori lo miro con los ojos abiertos como platos. No era el único que lo miraba así.

-¿Qué?- pregunto el pelirosa.

- ¿Tiene efectos secundarios?- pregunto a la maldición.

- No los tiene, incluso siendo una mocosa común y corriente de lo más débil, sobreviviria- aseguró la maldición.

- Bien, la quiero devuelta en cuatro días, tiene que presentarse para un evento, no te doy más, el lo máximo que te ofrezco- dijo serio.

-A cambio no asesinato a nadie y me comportarse como un humano más, si no me equivoco- hablo Sukuna.

- Si, nadie se interpondrá- contestó- Itadori, cambiadas por cuatro días con Sukuna, a partir de ahora- Yuuji sólo asintió y suspiro para darle paso a la maldición.

- ¿Entonces es un trato?- pregunto Sukuna extencmdiendo su mano con las uñas filosas hacia el hechicero.

- Si- afirmó estrechando su mano también- ahora llevatela- mando, la maldición sonrió y se acercó a la joven aún durmiendo en el suelo.

Se dijo en el pulso del chico en su regazo notando que seguía con vida y lo aparto sin lastimarlo ya que no podría negarse al trato. Tomo a la joven y desapareció.

-¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer?- pregunto la forense.

- Si lo se- contestó- pero me encargaré estos cuatro días del chico- dijo señalando al joven inconsciente en el suelo- debo hacer el papeleo para que lo dejen entrar en la preparatoria, nos vemos- dijo despidiéndose con la mano mientras caminaba en otra dirección.