Ambos comenzaron a pelear mientras yo me quedaba viendo la clase de maldición que era, yo no era su objetivo por el momento, estaba más centrado en deshacerse de Satoru.

Sentía la presencia de dos más, en este caso una maldición y un humano. Me fijé por varios sitios por si veía algo, aún así no pude ver nada.

- Ahora si- escuche a la maldición decir algo furiosa, mire en su dirección y venía hacia donde yo estaba de forma decidida.

- No lo creo- se escuchó una vez más la voz de Satoru. La maldición abrió su ojo de la impresión y miro al albino, quien dentro del humo se pudo divisar.

- ¿Cómo? Estoy seguro que te toque y asesine- dijo con seguridad. Solté una leve carcajada haciendo que ahora me mirara a mi.

- No lo tocaste, sólo tu crees eso- dije con diversión.

- Pero...- dijo sin comprender, por lo que mire a Satoru con diversión y este devolvió su sonrisa.

- Ven, te lo enseñaré, extiende tu mano- hablo bajando la guardia, la maldición lo miro dudando- vamos, no seas tímido- al parecer la curiosidad le ganó y se acercó al albino.

Pero se le olvidó la cosa más importante, "La curiosidad mató al gato". Mire como se acercaba hasta extender la mano hacia Satoru, estaba por tocarlo pero su mano se detuvo a cinco centímetros.

Abrió los ojos asombrado, era como si estuviera tocando una pared, seguramente eso sentía.  Me acerqué un poco pero no tanto. 

El albino comenzó a explicarle de que se trataba, yo sólo escuchaba por más que sabía. Yo también podía hacerlo pero mo técnica no era buena, no se mantenía constantemente como la de Satoru.

Y bueno, como fue de esperarse el albino de un rápido movimiento y luego de hacer enojar un rato a la maldición, le dio un golpe a su costado, sangre de la criatura salpico pero no lo toco.

Ya un poco aburrido o bueno, eso creía yo, le dio una patada mandandolo lejos, se dio vuelta y me miro unos segundos para sonreír.

- Mantenlo hasta que busque a Itadori- no entendí del todo pero asenti y fui volando o levitando como quieran decirlo hacia una especie de estanque en medio del bosque.

Allí estaba el cara de volcán saliendo del agua, comencé a acercarme lo más tranquila. Él me miro interrogante. Use un poder simple para caminar por el agua sin mojarme.

-¿Donde está?- pregunto. Alce los hombros como si no supiera y pare de andar a una distancia prudente de por lo menos diez metros.

- Aquí estoy- dijo el albino bajando desde el cielo con un pelirosa muy confundido por donde estaba.

- ¿Qué?¿donde estoy?¿hace un rato estábamos en el salón?- dijo confundido, Satoru lo dejo en el suelo y este con miedo- ¿Por qué no tocó el suelo?¿estoy flotando?

- Hoy Itadori, te enseñaremos una técnica muy usada para el combate, por si llega a ser necesario tomar ciertas medidas- dije sonriendo.

- Muy cierto- afirmó mi hermano.

- Pero, esa maldición...- dijo dudando mientras miraba a la criatura a metros de nosotros.

- Oh, no te preocupes por eso- dije restandole importancia- es muy débil- dije en voz alta sonriendole al chico, quien se sonrojo.

Dirigí mi mirada hacia la maldición esperando a que mis palabras hagan el efecto requerido, en definitiva lo hizo ya que empezó a balbucear y literalmente explotó.

Mire con detenimiento, la temperatura del ambiente había subido considerablemente y el contorno a nuestro alrededor se aprendía en llamas. Lo más probable es que sea más fuerte que Sukuna actualmente.

Cuando se calmó, unió sus manos haciendo una Extencion Dominio. Todo a nuestro alrededor se alteró, ahora era cono si nos encontrábamos en un volcán con lava en varios sitios.

Sinceramente cualquiera al que hayan metido aquí moriría incinerado o calcinado por el calor. Me acerqué más a los chicos y comprobé que a Itadori no le pasará nada, fue en bano ya que se estaba soplando en un sitio. Se quemó, dije en mis adentros.

La maldición dirigió una roca gigante en nuestra dirección pero no nos tocó. Satoru comenzó a explicarle a Itadori lo que era una Expancion Dominio, mientras yo me encargaba de que los ataques no llegarán hacia nosotros.

Hasta que paro de mandar ataques y nos analizó. Mire a Satoru y este empezó a llevar una mano a la venda en sus ojos, sabía lo que vendría por lo que me relaje.

- La forma más efectiva de lidiar con una Extencion de Dominio es extendiendo tu propio dominio- comenzó a explicar.

- Pero sólo funcionará si tu dominio es más poderoso que el que ya está- dije corrigiendo al mayor- aunque también depende de la cantidad de energía maldita o compatibilidad- explique.

La maldición se enojó de sobremanera luego de seguramente darse cuenta que no tenía rivalidad como para pelear con Satoru, por lo que mando un ataque que nos mataría si no fuéramos lo suficientemente fuertes. Pero siquiera nos tocó.

- Extencion Dominio: Vacío infinito- dijo tranquilamente el albino, el ataque paro a tres metros de nosotros y nuestro alrededor volvió a cambiar.

Fue como si estuviéramos viajando a la velocidad de la luz para luego terminar como en el espacio. No había suelo, cielo o siquiera algo a nuestro alrededor.

- Te lo encargo un momento- dijo Satoru pasándome a Itadori, el cual calló sin poder moverse en mis brazos. Sonreí y asenti sosteniendolo.

Teníamos los mismos poderes con el albino, por lo que si era capaz de moverme en sus dominios al igual que élen los míos. Coloque al pelirosa de forma que pudiera ver lo que hacia Satoru.

- Podría exorcizarte pero quiero hacerte algunas preguntas- alcance a escuchar mientras tomaba a la maldición de la cabeza- me apiadare de ti por unos momentos- su agarre comenzó a apretarse- de paso, dejaré una advertencia para los que te mandaron a llevarsela, para que sepan que pasa si quieren quitarme a mi hermana...

Sin más le arrancó la cabeza como si fuera lo más sencillo del mundo. Rompió si dominio y volvimos a la realidad donde ya pude soltar a Itadori.