28 "Little mishap 1/2"
Narrador Omnisciente
En una cafetería cerca del centro de Tokyo, se encontraba un mesero con los nervios de punta dudando en sí ir a atender a un hombre sentado en una mesa.
Sentía la necesidad completa de no acercarse ya que podía oler a muerte cerca suyo. Mientas tanto, el hombre en allí sentado hablaba sobre un plan con tres maldiciones presentes.
-Satoru Gojo- susurro la maldición frente al sujeto- me pregunto si podríamos matarlo uniendo fuerzas- dijo pensativo.
-De seguro se les escapara o los exorxizaria a todos- hablo el hombre sin preocupación, de todas formas, estaba arreglando un acuerdo en el cual él sólo debía pagar- recomiendo sellarlo en lugar de matarlo.
Explicaba como podrían sellarlo usando un objeto maldito de alto poder llamado "Gokumonkyo". Estaba en sus planes decir o mencionar aquel objeto, ya que sabría que la maldición frente suyo se emocionaria.
-¡Tienes esa cosa en tu poder!- pregunto la maldición que parecía que tuviera un volcán pequeño en su cabeza, el cual subía de temperatura y alegaba humo junto alguna explosión.
- No te emociones Jougo- dijo el hombre, luego de eso uno de los empleados se acercó a aquella mesa para pedirle la orden a la única persona que veía allí, pero de inmediato fue prendido fuego por la maldición mencionada.
Uno por uno de los clientes y empleados presentes en el lugar fueron prendido fuego, el olor a carne quemada no tardo en aparecer mientras Jougo miraba con superioridad al hombre frente suyo.
- Getou- llamo la maldición mirándolo- usando los dedos de Sukuna como referencia, ¿qué tan fuerte soy?- pregunto. El hombre lo pensó unos segundos para luego responder.
- Como mínimo, ocho o nueve dedos- contestó. La maldición se emociono.
- Es suficiente!¡dame el gokumonkyo!- grito- a cambio yo mismo asesinato a Satoru Gojo- dijo con mayor confianza posible. Getou sonrió.
- No te apresures, aún no te termino de hablar sobre el acuerdo- dijo, las maldiciones presentes lo miraron con duda, él sonrió y saco una imagen donde se podía mostrar perfectamente a una albina junto a Satoru- no sólo debes matarlo, sino que debes de traerme a su hermana.
Jougo miro con detenimiento la imagen, cuando por una breve de segundo noto como la imagen cambiaba mostrándose a la chica de forma diferente.
Todo alrededor era oscuro, sólo se podía ver un trono detrás de ella, la ropa que llevaba puesta cambio, parecía más ahora como la de los antiguos egipcios cuando se trataba de un emperador mujer.
En su vientre el símbolo antiguo que significaba que era parte de la realeza o deidades para las maldiciones, sus ojos del mismo color con la diferencia de que un destello de safiro relucia con su cabello albino.
Seis brazos extendidos a los costados salían de su cuerpo y dando la imagen de alguien poderoso. Miro a Getou quien sonrió.
-Lo viste, ¿no es cierto?- pregunto divertido.
- De acuerdo, traere a la chica y asesino a Satoru- afirmó más decidido que nunca. Termino de converserce al ver a la mujer en la foto.
Narra Tn
-¿Enserio debo acompañarte?- pregunte sin ganas hacia Satoru, este asintió- no es justo!! Hoy llegaban los de segundo y quería ver a los chicos!- me queje.
- Los saludaras cuando volvamos, es sólo una reunión pequeña y listo, sin nada más- dijo despreocupadamente. Suspire y asenti.
- De acuerdo- ya se estaba haciendo de noche y el auto llegó, por lo que nos subimos con Satoru no sin antes haberle explicado a Itadori lo que debía hacer.
Miraba por la ventana los árboles, ahora nos encontrábamos en una ruta por montaña, lo único que teníamos era, de mi lado piedra y del otro un barandal al vacío.
- Llegaremos temprano para variar- dijo Satoru contestandole al conductor. Ahora que me acordaba, era el mismo que nos había dejado en el edificio aquella vez.
- Es raro que llegues temprano, Satoru- dije mirándolo, el sonrió y me saco la lengua.
- Hay que ser puntual por lo menos alguna vez, ¿No?- hablo divertido, rodee los ojos con una sonrisa, pero esta se borró al sentir otra precencia.
- Detente- dije al conductor.
- ¿Qué?- pregunto con nerviosismo.
- Hazlo- mando ahora Satoru. El auto freno por lo que ambos bajamos de vehículo- tu sigue, te alcanzaremos luego- mando el albino, mientras tanto yo estaba atenta.
Cuando el vehículo se fue, Satoru se acercó a mi, colocándose a un lado.
- Muy bien..- dijo Satoru, y de la nada se escuchó un grito desde el cielo que venía en nuestra dirección, nos movimos de una manera rápida, cada uno a dirección diferente pero mirando a la maldición.
Un cráter se formó justo donde la maldición cayó, nos miro con una sonrisa divertida mientras en sus ojos el rojo carmesí de la sangre se reflejaba.
- ¿Quien eres?- pregunto Satoru una vez que tocamos el suelo de mármol de la carretera, pero al hacerlo lanzó algo en la dirección del albino.
Una. Especie de volcán pequeño se formó en la pared detrás de Satoru la cual sin esperar hizo erupción mandando mucha cantidad de fuego. No me preocupé, no era nada comparado al poder de Satoru...
Aún así su inmensa cantidad de energía maldita que desprendía era más de la que alguna vez sentí.
- Al parecer no era la gran cosa- hablo mirando donde se suponía que estaba Satoru, me asombre al ver que podía comunicarse.
Muy pocas maldiciones podían hacerlo, debían de tener una gran poder y coeficiente intelectual para aprender un idioma. Se dio vuelta y me miro con una sonrisa.
- A ti debo llevarte- dijo sin dejar de sonreír, pero la borró cuando yo le sonreí divertida. El humo detrás suyo comenzó a desvanecerse dejando ver a mi hermano y la maldición se detuvo de venir hacia mi.
- No la llevarás a ningún lado- se escuchó de parte de mi hermano.
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