26 "Solution"
El Rey al ya saber que maldición tenía y como rebocarla se separó de la albina. Limpio de sus labios lo que sudaba de sangre y miro a la joven.
- Te desmayaste del dolor eh- dijo chequeando la lengua y haciendo una mueca de enojo, miro el cuello de la joven viendo como seguía saliendo sangre de este.
Tomo otro de los dedos que tenia en su bolsillo y lo comió. Sintió perfectamente como empezaba a cobrar más fuerza, ahora en un quince porciento de el total.
Se acercó una vez más al cuello de la chica y paso su lengua por ambos hoyos que había formado con sus colmillos, cuando se separó vio estos con detenimiento. Pasando exactamente lo que quería.
Se cerraron en cuestión de segundos como si hubieran aplicado un hechizo, aunque así no fue, sólo le transfirió un poco de su energía para que se cure. Bajo la mirada y soltó a la joven. También se había curado si tobillo lastimado.
- Jajaja, el maldito de mi padre te puso la maldición, ¿quien lo diría?- dijo con diversión mirando a la albina- él sabía lo que sucedería..- susurro.
Se levantó y tomó el uniforme de Itadori que tenia en el cuerpo para despedazarlo quedando sólo con la parte inferior. Se agachó nuevamente y tomó a la joven en sus brazos para salir de allí.
En el transcurso, sintio la presencia de otro hechicero, sonrió con diversión y malicia al reconocerlo.
- Aun que... podría divertirme un poco- hablo notoriamente divertido.
Cuando menos se lo había esperado, apareció detrás del azabache, el cual se quedó paralizado con notorio miedo.
- Lo lamento, pero el mocoso no volvera- dijo divertido, aún con la.vhiva en brazos, lo rodeó para quedar frente a este.
El azabache noto como la albina yacía inconciente en los brazos de la maldición y como todavía hacia tarros de sangre en su cuerpo.
-¿Qué le hiciste?- pregunto con preocupación.
- Sólo me fijé que tipo de maldición tenía para poder romperla- contestó sin importancia, el azabache se quedó expectante, ¿había conseguido la manera para romper la maldición?- si, se como romperla- contestó leyendo los gestos del chico.
Dejo a la joven en el suelo un poco alejada de ellos y empezó una platica con el azabache, sólo jugaba ya que había extrañado de sobremanera los gestos de las personas cuando sucumben al miedo.
Había tomado como un rehén al Itadori arrancandose el corazón del cuerpo, aún así no pensaba que de todas maneras el pelirosa de su recipiente cambiaría, sabiendo que moriría.
A los minutos había llegado la ayuda, entre ellos Satoru quien al enterarse de aquella misión luego de su viaje, se preocupó al ver que a la escuela llegaba Nobara lastimado pero no su hermana y los otros dos chicos.
Al ver ambos cuerpos cerca del azabache, se acercó rápidamente primero al de la albina, se relajó al notar que estaba viva, por lo que la tomó en brazos para llevarla.
Cuando ya estaban en la escuela, en una sala privada, se encontraban cierto albino de ojos vendados junto al azabache.
-¿Te dijo algo cuando viste a Tn?- pregunto con preocupación Satoru. Ya había pasado un día de aquella misión y la chica seguía sin despertar.
- Le pregunté, del por que tenia sangre o mejor dicho, que le había hecho- dijo tranquilo, miro al albino y suspiro- me dijo que había sido para fijarse que tipo de maldición tenía y como quitarla.
- Apuesto a que lo descubrió, ¿No?- pregunto el albino pensando, confirmó sus sospechas cuando Megumi asintió afirmando aquello- bien, gracias por contarme.
Fushiguro asintió y se marchó, en cambio el albino cuando se aseguró que no se encontraba cerca su alumno, se dirigió a la sala donde ahora se encontraba Itadori, quien hacia unas horas había despertado.
- Oh!!, Yuji-kun- dijo infantilemnte al ver al pelirosa, este lo miro con duda pero lo saludo.
- Hola Sensei- dijo tranquilo el chico- ¿necesita algo?- pregunto.
-¿Sukuna está despierto?- pregunto acercándose más al chico, este se colocó nervioso y asintió- perfecto, déjalo salir por cinco minutos.
Comenzó a estirarse y luego miro al pelirosa quien lo miraba con miedo.
-¿Qué?- pregunto alterado- casi me mata y me costó volver a cambiar con él, ahora quieres que lo saque devuelta?!
- Tengo que hablar un asunto serio con él, además, te dije que era el más fuerte y puedo controlarlo- hablo despreocupadamente el albino.
- Pero...
- No te preocupes, podré la alarma para que cuando suene, cambias- dijo con tranquilidad, Itadori lo dudo un poco, ¿por qué su sensei querría hablar con la maldición en persona?
No podía negar nada, por lo que suspiro y asintió. Satoru sonrió al ver que su alumno le haría caso para cambiar. Puso el reloj en marcha e Itadori cerró los ojos.
A los segundos la piel del pelirosa comenzó a llenarse de marcas y cuando abrió los ojos, cuatro pares lo observaban junto a una sonrisa divertida.
- Hola cuñado- hablo con diversión y burla. En cambio el albino no se inmutó y sólo sonrió y lo saludo.
-¿Cómo estás?...
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